El elixir de la vida…

Fotografía: mp_dc

Esta semana me inyectaron la primera dosis de AstraZeneca. Tuve suerte porque el ambulatorio (palabra en desuso, ahora se llaman ‘centros médicos’) está a cinco minutos de casa. Aún así tenía que ir en coche por exigencias del protocolo pues al ser un edificio pequeño atendían sin salir del coche, de manera que la liturgia obligaba a guardar las correspondientes colas: una para que nos pincharan y otra de espera por si se presentaba alguna complicación. Mientras aguardaba me di cuenta de lo cotidiana que me resultaba aquella imagen repetida a diario por la TV, solo que esta vez yo no era una mera espectadora sino protagonista junto al resto de ‘actores’. Reconozco que no había logrado visualizarme en esta realidad, no me veía, e incluso pensé que tararían más en darme cita. Por eso y apremiada por mis hijos y algunos amigos, revisé un par de veces mis datos personales en mi seguro médico, hasta que decidí relajarme. Y entonces lo hicieron. Me llamaron. Sonó el móvil, en la pantalla apareció ‘número privado’ y me dio el pálpito. Lo intuí… Hasta ahora todo parece normal incluyendo los dos o tres días de malestar general, con síntomas de una gripe incipiente… Al parece es una buena noticia porque significa que mi sistema inmunológico se puso en marcha y a estas horas está fabricando linfocitos a ‘tutiplén’ para poder construir barreras defensivas en el caso de contraer la enfermedad…

Y una vez inoculada con las correspondientes gotas de tan ansiado elixir, me embargó un sentimiento de reconocimiento a la ciencia al tiempo que agradecí haber nacido en este país y no en la India, por ejemplo, cuyas desoladoras y dantescas imágenes no puedo apartar de mi cabeza…Más allá del descontento, la desafección, el desacuerdo o la falta de referentes políticos que me han desasosegado (y me desasosiegan) durante todo este tiempo, sentí alegría y gratitud por quienes han hecho posible la fórmula del ‘néctar de la vida’, la ambrosía que nos puede preservar de tan cruel enfermedad y de la muerte. Y sentada en mi coche, esperando esos quince minutos de ‘gracia’, me sorprendí a mí misma imaginando (lástima no saber dibujar) a esos científicos en un gran laboratorio. Todos con sus batas blancas y gafas pegados a sus microscopios, cual alquimistas alrededor de una mesa llena de probetas humeantes, matraces y frascos con líquidos de diferentes colores y, suspendidas en el aire, gravitando sobre sus cabezas, las letras desordenadas de la palabra ‘eureka’, expectantes, esperando a ver quien se atreve a pronunciarlas… Pero no nos engañemos, esto no fue un efecto de las vacunas sino probablemente un ensueño pasajero a consecuencia del subidón experimentado a resultas del instinto de supervivencia, sabiéndome a salvo (o eso espero) de la enfermedad…

Luego mi hermano me escribió ‘de coña’ para decirme que, a diferencia de mi, él se encontraba entre las ‘élites’ del país tras vacunarse con Pfizer. La chanza despertó mi curiosidad y me llevó a consultar el precio y nivel de eficacia de cada una. Y, efectivamente, parece que no pertenezco a esa lista de los ’40 principales’ pues AstraZeneca es la más barata -1,6 euros- y su nivel de eficacia del 76% frente a la Pfizer que cuesta 12,5 euros cada dosis con una inmunidad del 90-95%…Nada que añadir. Quedar excluida de esa relación de favorecidos por la ‘number one’ de las vacunas no resta un ápice a la satisfacción de pasar a formar parte del ‘rebaño’ que protegerá a quienes no puedan o no quieran vacunarse. Por supuesto el comentario viene al hilo de la broma, sin una pizca de acritud por mi parte…

Aquel mismo día supe que EE.UU con Joe Biden al frente, apoyará la liberalización de las patentes de las vacunas para que todos los países de mundo puedan producirla y se universalice su uso. Ya era hora que alguien diera el paso. Se compran las vacunas con dinero público y las correspondientes farmacéuticas se están enriqueciendo a costa de la vida de muchos seres humanos. ¿Somos o no somos seres gregarios? El sentido de pertenencia a una comunidad está desapareciendo. Somos la única especie que tropieza una y otra vez con la misma piedra y, sinceramente, hemos tenido y seguimos teniendo una gran oportunidad para aprender aunque pienso que, en general, no la hemos sabido aprovechar lo suficiente…

La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de cambiar el chip, de comprender que vivimos en un mundo interdependiente y global. Que hay cuestiones que deberían dejar de plantearse en clave nacional y expandir el ámbito de referencia o circunscripción incluso más allá de las grandes entidades de poder aglutinadoras de unidades menores. Los grandes líderes afrontan el que constituye, sin duda, el gran desafío de nuestro siglo y algo de tamaña dimensión requiere mentes amplias, miradas largas y anchas, proyectos que aúnen esfuerzos, grandes dosis de honradez, menos guerra entre ‘egos’, más trabajo en equipo y, por supuesto, una gran inversión en ciencia e investigación porque el futuro que está en juego lo merece.

Algunas voces relevantes en la comunidad mundial alertan sobre las posibles pandemias que se podrían suceder una vez superada la covid-19. En realidad, según dicen los entendidos, la covid pilló a todos por sorpresa, desprevenidos, considerando que las enfermedades que nos asediaban tenían que ver con la pérdida de biodiversidad, con la desaparición de especies por la destrucción de sistemas ecológicos o la multiplicación de las enfermedades zoonóticas, es decir,  las que saltan de los animales a los humanos que han causado pandemias y epidemias con anterioridad: la fiebre amarilla, la rabia o la brucelosis. Una opinión coral a la que se une la del magnate Bill Gates quien considera que la próxima llegará de la mano del cambio climático. El multimillonario que, ha realizado numerosas intervenciones y donaciones de carácter filantrópico durante el año y pico que llevamos luchando contra la covid, escribió en su blog oficial ‘Gates Notes’: «La desafortunada realidad es que Covid-19 podría no ser la última pandemia. No sabemos cuándo llegará el próximo, o si será una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad nueva que nunca antes habíamos visto. Pero lo que sí sabemos es que no podemos permitirnos que nos pillen desprevenidos de nuevo. La amenaza de la próxima pandemia siempre estará sobre nuestras cabezas, a menos que el mundo tome medidas para prevenirla». La inversión en ciencia, el monitoreo de patógenos, la simulación de pandemias y una sólida inversión de los países ricos son, a su entender, las medias ‘preventivas’ que deberíamos ponerse en marcha…

Pero casi nadie cuenta con las posibilidades de Bill Gates (ni por asomo) ni posee la sapiencia de nuestros renombrados científicos. Y sin embargo no estaría de más reflexionar sobre nuestra posible colaboración en la construcción del futuro que nos avecina cambiante, complejo y expuesto a nuevos brotes y enfermedades. El aforismo ‘el saber no ocupa lugar’ debería acompañarse de ‘pero requiere tiempo’. Nuestras vidas discurren encorsetadas en una dinámica de ‘piloto automático’, algo parecido a lo que sucede cuando conducimos: cambiamos de marcha, respetamos las señales mientras nuestra cabeza hace la lista de la compra, repasa los asuntos pendientes o piensa en la persona que está deseando ver…Cuerpo y mente cada uno por su lado…Tal vez por esto, porque la rutina se lleva casi todo nuestro tiempo, algunas personas de reconocido éxito han puesto de moda lo que se conoce como ‘la regla de las cinco horas’ cuya práctica se remonta hasta Benjamin Franklin. El concepto es muy simple: «reservar al menos una hora al día (o cinco horas a la semana) para actividades que puedan calificarse como prácticas deliberadas de aprendizaje».

Una regla de oro a la que podríamos añadir el Niksen o el ‘arte de estar en casa sin hacer nada de manera consciente’, que en realidad es mucho más que ‘no hacer nada’ porque de lo que se trata es de enfocarnos en algo aunque sea tan simple como mirar por una ventana…Algo aparentemente sencillo aunque no lo es…La práctica del Niksen nos libera de las actividades cotidiana en un intento por dejar la mente conscientemente en blanco, predispuesta a futuros aprendizajes y cambios ¿Para qué? Para aprender a aprender, para promover nuestras capacidades y desarrollar el espíritu crítico…Nunca seremos Bill Gates (ni falta que hace porque ya existe) pero sí una mejor versión de nosotros mismos…Y ahí vamos…

Vamos a contar mentiras tralará…

‘Salvar la Navidad’ ganó a ‘salvar la vida’, un auténtico despropósito. Como ciudadana de a pie estoy cansada de tanta milonga, de que me den coba y me tomen el pelo. Harta de que pretendan colgarse medallas que no les corresponden, que hablen y hablen sin decir nada, que se protejan unos a otros: hoy por tí, mañana por mí…
Fotografía: mp_dc

El día de Reyes pondrá el broche de oro a las Navidades de la covid…La estela de contagios, ingresos y fallecidos a consecuencia de esta celebración con la apertura de bares, centros comerciales, reuniones sociales, etc, etc serán visibles los próximos días. A partir de ahí comenzarán los golpes de pecho y entonaremos un mea culpa sin vuelta atrás porque, posiblemente, ya nos encontremos en los preludios de la temida tercera ola…

Hace un par de días, apenas unos minutos después de publicar el post anterior Enero, Graciela Pinto me escribía el siguiente comentario: Y en este remoto paisito del Sur, llamado Uruguay, estamos remontando la primera ola y aún sin alguien que quiera vendernos vacunas…demasiado pequeños para los grandes intereses del mundo…Después de leerlo comprendí que la mirada vertida sobre la pandemia y sobre las vacunas se me había quedado demasiada corta. Desgraciadamente la covid no solo concierne a Europa, ni siquiera sólo a Occidente. No. Esta vez es un problema mundial que afecta a la todos los países: grandes y pequeños, ricos y pobres…Decidí que no estaría de más ampliar el foco y mirar hacia ese ‘paisito’ con la curiosidad propia de quien lo desconoce y el respeto de quien se asoma a casa ajena…

El periódico El Observador me confirma lo que Graciela ha comentado: esta semana es clave en el tema de la vacunación y el gobierno mantiene conversaciones con farmacéuticas estadounidenses y alemanas…Leo en otro periódico, La Diaria, que una senadora del Partido Nacional (de centro derecha) ataca a Pepe Mugica por su falta de colaboración en el suministro de vacunas, dada la ‘presunta’ notoriedad y reconocimiento mundial del que goza el ex presidente… Muy cómodo culpar a quien ya no está… Aquí en España lo llamamos ‘la herencia de pasado’, una excusa muy recurrente para nuestros políticos… Es obvio que no poseo datos ni manejo información pero enseguida me doy cuenta que ‘allá como acá’ se trata de lo mismo: ‘mismo perro con diferente collar…’ Que unos por otros y la casa sin barrer, que los ‘poderosos’ parecen cortados por el mismo patrón… A continuación paso a leer en El País.com que el Gobierno negocia ‘cinco’ vacunas pero ninguna inminente. Y sin plan de vacunación ni vacunas, el Ministro de Sanidad se dispone a comparecer en el Parlamento…Se percibe descontento y desacuerdo en el seno del Ministerio…De paso, echo un vistazo al tema de las vacunas en el resto de países hispanos y, salvo los grandes, dan ganas de llorar…No comment

Y tras esta brevísima mirada hacia el país hermano se me ocurre pensar que somos afortunados por tener en casa las vacunas e irresponsables al no otorgarle la prioridad que merece a pesar de las fechas. ‘Salvar la Navidad’ ganó a ‘salvar la vida’, un auténtico despropósito. Como ciudadana de a pie estoy cansada de tanta milonga, de que me den coba y me tomen el pelo. Harta de que pretendan colgarse medallas que no les corresponden, que hablen y hablen sin decir nada, que se protejan unos a otros: hoy por tí, mañana por mí…

Primero nos hablaron del principio del fin de la pandemia luego de la vuelta a la vieja normalidad -como si fuera posible- después hicieron un recuento y un cálculo de probabilidades según el cual al final del verano estaría vacunada el 70% de la población…Se publicitaron todos los Gobiernos paseando por las redes y medios de información cientos de imágenes de Araceli Hidalgo, 96 años, primera persona inoculada en España lo mismo que hicieron en cada Comunidad…Y a partir de ahí bajón en el ritmo de vacunación interrumpido ex profeso por la Nochevieja, Año Nuevo y preámbulos de Reyes…No se contrató personal sanitario extra para sustituir a quienes disfrutaban sus merecidas de vacaciones… Y las redes sociales siempre atentas, oportunas e ingeniosas pusieron en circulación tablas de cálculos según las cuales, a este ritmo, se necesitarán años para alcanzar la inmunidad de rebaño…Y sinceramente, no todo es baladí, algo de verdad habrá, seguro…Ya lo dice el refrán: cuando el río suena…

Más mentiras. El pasado 23 de diciembre, la Comunidad de Madrid informaba sobre las dosis recibidas, desglosando el primer calendario de vacunación. La información se completaba diciendo: «Hoy el Consejo de Gobierno, y con carácter de emergencia, ha aprobado la contratación del suministro de jeringas con agujas para la administración de la vacuna para inmunización de la población frente al virus, por un importe total de 229.900 euros (IVA incluido)». Pero enseguida la Presidenta Ayuso, como viene siendo habitual en ella, comenzó a difundir sus reproches al gobierno central por la gestión de las vacunas, quejándose -otra vez- por no haber recibido dosis suficientes. Primero dijo que contrataría rastreadores. No lo hizo. Luego comunicó haber creado 46 equipos para atender a las residencias de mayores más otros 22 que tenía en reserva, pero sólo ha vacunado al 6% y a continuación entrega la campaña de vacunación a la sanidad privada en detrimento de la pública a la que tiene totalmente descuidada…La señora Ayuso proclama ahora en Twitter que se ‘vacunará mañana, tarde y noche’ luego dirá que lo ha podido hacer gracias a la privada…Y mientras tanto, entretenidos en estas cuitas, poco se habla del famoso Hospital Zendal, el hospital de la pandemia, el referente del mundo mundial cuya inversión probablemente supere los 100 millones de euros aunque, en realidad, su coste final constituye una incógnita…

En fin Graciela, sólo me resta añadir que ‘acá como allá’ la transparencia brilla por su ausencia. «Los poderes fácticos pueden mucho» eso te contesté, por eso intentan distraernos con humo por aquí o fuegos artificiales por allá, para que no miremos en la dirección correcta… No les interesa que sepamos la verdad y prefieren que seamos ‘rebaño’ antes que ‘inmunes…’ Demasiados ‘intereses creados’… Y nadie hará nada porque quienes pueden no quieren y quienes quieren no pueden…Y efectivamente los peces grandes acabarán devorando a los pequeños ..¿Alguien da más?

Y sí, ‘resistiremos’…Mis mejores deseos para ese ‘paisito del sur…’

Los ‘maquis’ del covid…

‘La negación de lo evidente es simplemente ignorancia’

Hoy me llamó una amiga para saber qué tal estaba y de paso me regañó por algo que escribí sobre las vacunas…Me preguntó si era una ‘maquis’ del covid como Miguel Bosé, por aquello de pertenecer a su quinta…Me extrañó que lo pensara porque considero que me conoce bien…Luego conversamos de buen rollo claro. Argumentó con vehemencia, defendiendo que había que sacrificarse para ofrecer un futuro a nuestros niños y a los jóvenes y que si por edad me tocaba ser de las primeras en vacunarme que debía hacerlo por responsabilidad, porque esta es la guerra que nos ha tocado y tenemos que vencer al enemigo…Después de colgar lo reflexioné. Reconozco que me gustó su perspectiva sobre el asunto. Me pareció una mirada generosa, solidaria, una posición práctica con betas de cierto altruismo…Me gustó tanto que me inspiró esta entrada…Así que ¡gracias querida…!

Según se ha podido comprobar en el devenir de la historia la ‘resistencia’ y la ‘transgresión’ han constituido dos importantes motores de cambio. Existen muchas formas de resistencias tanto activas como pasivas y el negacionismo es una de ellas. También hay muchas formas de negar y la negación de la negación es una afirmación. Vivimos un tiempo de cambio, de incertidumbre, de catarsis social que no sabemos dónde nos llevará. Más que nunca la comunidad científica está entregada buscando tratamientos y, sobre todo, una vacuna que nos inmunice y nos salve. No desconfío de ellos. Sé que se mueven por intereses profesionales y científicos, que publican y difunden sus trabajos para ponerlos a disposición de sus colegas con quienes colaboran, porque el fin último común es salvar vidas…Desconfío de los poderes fácticos, actores estratégicos, influyentes y poderosos que mueven los hilos para impulsar o detener la marcha de la sociedad o el desarrollo económico en función de sus propios intereses. Tales poderes -el dinero, la prensa, las iglesias, los estamentos militares- y las personas u organizaciones que están tras ellos -denominados grupos de presión- tienen suficiente ‘poder’ como para afectar o permitir la gobernabilidad…

También es cierto que no me merecen crédito algunos líderes internacionales. Directamente no creo en ellos porque observo, hasta donde soy capaz, que se mueven para favorecerse a sí mismos a fin de obtener réditos o ganancias materiales (dinero, bienes en general) o inmateriales (prestigio, fama, poder…). Y sí, puede que me asuste un poco que las primeras vacunas salgan al mercado poco experimentadas o con dudosa eficacia, impulsadas por las farmaceúticas y apoyadas por ellos para sacar una suculenta tajada…Pero de ahí a negar la pandemia y, por tanto, la necesidad de vacunar a la población incluso con carácter obligatorio si fuera necesario, existe un enorme trecho…

Por tanto no. No me posiciono para nada con ningún movimiento negacionista y menos el que lidera Miguel Bosé. El yogurcantante, del que apenas teníamos noticias desde hace tiempo, el mismo que se defendía cuando era tildado de ambiguo, rarito e indefinido entre otras etiquetas, parece haber reaparecido buscando algunos primeros planos como adalid de la ‘resistencia’ que niega el covid… Su actitud resulta, cuanto menos, tan dudosa como paradójica, viniendo de alguien cuya madre se cuenta entre las primeras víctimas del coronavirus y sobre todo, por la falta de coherencia pues el cantante convoca manifestaciones en las que no participa y niega el uso de mascarillas pero se la pone…Cualquier líder que se precie debe poseer como primera cualidad la credibilidad y Miguel Bosé, en este caso, no la tiene…

En general estos ‘maquis’ del covid consideran la existencia de una conspiración impulsada por los grandes líderes mundiales a fin de instaurar un Nuevo Orden Mundial. Se valen de la red y las redes sociales para desinformar y dejar correr bulos contra las medidas propuestas por la OMS como el uso de las mascarillas. No constituyen una corriente unívoca y no son apolíticos pues utilizan argumentos muy cercanos a ideologías ultraderechistas, aprovechándose del malestar social para agitar y generar ira. Los impulsores provienen de dos iniciativas principales: ‘ReVelión en la granja’ y ‘La Quinta Columna’ y su objetivo primigenio es hacer ruido y promover el discurso del odio permeado por un vocabulario bélico y represivo, llamando ‘bozal’ a las mascarillas o ‘campos de concentración’ a los hospitales…

A pesar de sus protestas y movidas «El estudio Wellcome Global Monitor 2019, realizado sobre 140 países y 140.000 personas, reflejó que ocho de cada diez ciudadanos (79%) están de acuerdo con la idea de que las vacunas son seguras, mientras que sólo un 7% está en desacuerdo y un 3% no sabe. En España, un 80% pensaba en aquel momento que las vacunas eran seguras…» Yo entre ellas…Y sí, vencer al enemigo es un deber de todos hacia todos…En ello estamos…