
Parece que alcanzar la santidad era más fácil o al menos más frecuente en el pasado, tal vez porque la religiosidad estaba presente desde el nacimiento a la muerte y la vida cotidiana contemplaba un calendario festivo-religioso lleno de iconos a los que imitar. Los conventos femeninos y masculinos fueron instituciones que dieron cobertura a varones segundones y a muchas mujeres que no tenían cabida en el mercado matrimonial, además de funcionar como refugio y residencia de viudas que se retiraban ‘del siglo’ para vivir una vida tranquila pues muchos contaban con apartamentos de más de una estancia con cocina, en el que alguna que otra dama de la nobleza, en particular, viudas, vivían de sus rentas a buen recaudo, bien atendidas y servidas por varias criadas. Fue la ‘época dorada de la Iglesia’, un tiempo en el que desplegó todo su poder tanto de convicción como de coacción. Nada más convincente para creer que la Inquisición o los castigos físicos a que se veían sometidos los/as ‘herejes…’ Cosas de la historia…
El caso es que durante la Edad Media y Moderna proliferó un arquetipo de ‘mujer santa’ cuya vida, entre lo terrenal y lo celestial, constituyó un modelo a imitar, un cliché insertado en el imaginario femenino de la época. Entre tantas otras mujeres elevadas a la categoría de ‘santas’ hoy conmemora en el calendario cristiano la festividad de Santa Isabel de Hungría, bautizada como Szent Erzsébet, princesa húngara, filántropa y ‘enfermera’ nacida en uno de los castillos de su padre el 7 de julio de 1207 y fallecida el 17 de noviembre de 1231 (hace la friolera de 799 años, casi ocho siglos). Hija del rey Andrés II de Hungría y su esposa Gertrudis de Merania – asesinada en 1213, cuya hermana fue una religiosa que también fue santa, Eduviges de Silesia– Isabel creció en la corte junto a sus tres hermanos rodeada de lujo y abundancia que, sin embargo, no ahogaron su alma compasiva, entregada a los pobres desde niña a quienes donaba muchos de los regalos que recibía de su padre, el cual, dos años después de enviudar, contrajo un segundo matrimonio del que nació una hija, Violante, futura esposa de Jaime I el Conquistador, rey de Aragón.
Tenía Isabel 14 años cuando su padre concertó su desposorio con Louis IV, noble de Thuringia, celebrándose dicha boda en Wartburgo en el año 1221. El matrimonio, según cuentan las leyendas, estuvo lleno de amor correspondido por un esposo que apoyó su actitud bondadosa y llena de generosidad para con los pobres entre quienes repartía dones y dádivas y a los que curaba heridas y enfermedades, conducta que reprobaba su suegra, la duquesa Sofía, quien no veía con buenos ojos la generosidad de Isabel que dejaba en evidencia su egoísmo, razón por la cual aprovechaba cualquier ocasión para desprestigiarla, intentando hacer ver a su hijo que la engañaba y dilapidaba las arcas del tesoro en limosnas. A los 20 años quedó viuda tras morir su marido en La Algaba (Sevilla, España) camino de las Cruzadas. Pocos días después la viuda daba a luz a su hija, la beata Gertrudis de Altenberg que ingresó muy pronto en el convento de las monjas Premonstratenses, donde fue criada como religiosa y murió siendo abadesa en el año 1300. Con su esposo fallecido y su hija en el convento Isabel vivió dedicada a los pobres y necesitados. Mandó construir un hospital para pobres e indigentes junto a su castillo, invirtiendo en su construcción gran parte de sus bienes. Allí se trasladó para vivir dedicada al cuidado de los enfermos.
En aquel tiempo aún vivía San Francisco de Asís del que había oído hablar y, conocidas sus enseñanzas, las fue haciendo suyas poniéndolas en práctica hasta el punto de convertirse en ‘terciaria franciscana’ … Isabel murió en Marburgo tal vez por agotamiento físico o enfermedad a los 24 años. Fue canonizada por el Papa Gregorio IX en 1235, quien en su discurso la alabó diciendo que había sido «la mujer más grande de la Edad Media alemana». Su cuerpo descansa sobre un magnífico altar dorado en la Iglesia de Santa Isabel, en Marburgo, iglesia hoy dedicada al culto luterano, aunque conserva espacios reservados a la fe católica. El panteón se puede visitar en la actualidad.
Otras curiosidades: 1.- El nombre de Isabel cobró una gran popularidad, en el caso de España, tras el matrimonio de su hermanastra Violante con el Rey de Aragón. 2.- Después de su muerte, muy pronto pasó a ser santa patrona de la Orden de los Caballeros Teutónicos junto a la Virgen María y San Jorge 3.- La capilla más pequeña del mundo (no llega a dos metros cuadrados) dedicada a esta Santa se encuentra en la provincia de Málaga, concretamente en el Castillo de Colomares, Benalmádena. 4.- Es la patrona de las enfermeras 5.- Se conserva una reliquia de su cráneo en Bogotá, a donde llegó de manos de un arzobispo. 6.- Ha sido representada en arte como una dama noble curando a niños y mendigos 7.- Inspiró una obra de teatro, «El ejemplo de virtudes y Santa Isabel Reina de Hungría», cuya autoría se debe a «Una dama sevillana» de la nada más se sabe…
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