‘Sabandijas’: Gentes de placer en la corte de los Austria…

Sabandija: 1.- Animalito pequeño. Bicho. 2.- Se aplica a una persona despreciable física o moralmente.

Diccionario María Moliner. Edición abreviada por la Editorial Gredos. Madrid, 2000
Los ‘otros…’

Durante los siglos XVI y XVII Europa desarrolló el gusto y la afición por lo inaudito y por los fenómenos extraños gusto que, por lo novedoso, se puso de moda en algunas Cortes, como sucedió en España bajo el gobierno de los Austria…Enanos, mujeres barbudas, locos, negros, obesos, todo aquel a quien la naturaleza hubiera jugado una mala pasada deformando una parte visible de su cuerpo o su mente, podía hacerse hueco en la Corte donde, con suerte, se sumaba a la denominada ‘gente de placer’ o lo que es lo mismo, de las ‘sabandijas de palacio’.

Los bufones se popularizaron durante la Edad Media y el Renacimiento europeo. Todos pensamos en ellos vestidos de colores y con su sombreros distintivos: una gorra con campanas en cresta de gallo, hecho de tela con tres puntos flojos y con una campanita de tintineo al final. Otros elementos distintivos eran su risa sardónica y su cetro fingido o bastón.

La ‘gente de placer’ se dedicaba a entretener de la mañana a la noche de manera y particular a la familia real, además de hacer reír a los cortesanos provocando burlas y mofas incluso entre ellos. Todo buen sabandija que se preciara primero de todo debía poseer algún rasgo inusual, alguna deformación o anormalidad que contrastara con los demás, que nadie poseyera. Y no solo una anomalía física pues también tuvieron gran éxito los ‘locos y decidores’, los repentistas, ingeniosos e improvisadores como fueron Atilano de Prada y Cristóbal Martínez, ambos al servicio de Felipe IV. Gente ocurrente, capaz de hacer chistes rápidos y sacar puntada a todo… Personas con habilidades especiales que debían ser muy torpes o muy ágiles y graciosos. El humor era la base de su trabajo: acciones, bromas, imitaciones… Su función era el entretenimiento y la diversión de los poderosos a cuyo servicio estaban. Era importante que tuvieran una cierta capacidad para ‘actuar’ e incluso para ejercer de consejeros y críticos. Algunos bufones y enanos famosos aparecen mencionados en las obras de Quevedo, Góngora o Lope, otros inmortalizados por algunos pintores de cámara como Velázquez

Aunque bufón y sabiduría parecen antitéticos, en esta época existía la noción del “tonto sabio”, seres especiales tocados por la por la varita divina, a quienes Dios había otorgado el regalo de la locura infantil (o quien sabe si de una maldición). El caso es que estos hombre y mujeres mentalmente discapacitadas, en ocasiones, encontraron brincando y haciendo malabares un medio de vida. En el mundo áspero de la Europa medieval, gente que no era capaz de sobrevivir encontró en este menester un lugar social…

La caterva de sabandijas fue conocida con numerosos nombres, con frecuencia, de animales: liendres, pulgas, ranas, moscas, micos…Y motes: Juan Calabacillas, Soplillo, Bonamí, Isabelica la Chova, Juan Jayán, Antoncico (un gigante éste), Sarmentico, Perequín, Periquillo, Perote, Velasquillo…etc…

La trupe, que pululaba a sus anchas por el palacio, tenía como única misión entretener, entretener y entretener, sobre todo a los reyes, a los infantes e infantas de la vida tediosa, monótona y encorsetada en el estricto protocolo borgoñón, del que hablaré más adelante. Sus servicios se contrataban generalmente por un año llegando a tener una nómina de hasta cien, según consta en la documentación conservada en los archivos. Curiosamente y a pesar de ser tratados como juguetes, la mayoría se sentía dichoso en la corte pues eso le permitía comer, vestir y dormir a cubierto además de percibir unos emolumentos nada despreciables con los que mantenerse si quedaban en ‘paro…’

Pero no nos engañemos. El tropel de bufones, enanos y gente de placer en general que logró posicionarse cerca del rey obtuvo una capacidad de mediación e influencia para nada despreciable. Algunos eran utilizados como mensajeros, correveidiles o espías, ojos y oídos del mejor postor, personajes a quienes nadie querría tener por enemigo. Truhanes de medio pelo, algunos alcanzaron una acomodada posición y ciertas ganancias como fue el caso de Rabelo de Fonseca quien donó a su segunda esposa dos mil ducados para su dote. Otros, en cambio cayeron en la pobreza más absoluta como le ocurrió a Pablos de Valladolid.

En tiempos de Felipe IV sumaron unos veintitantos. En aquel entonces el maestro Velázquez comenzaba a pintar Las Meninas, cuadro en el que figuran dos de los enanos, Mari Bárbola que aparece retratada junto a una menina y Nicolasito Pertusano, un niño con melena que posa junto a su perro Sansón…Por cierto que este último llegó a palacio de la mano de la reina doña Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, quien de inmediato le encomendó la misión de ser ‘sus ojos y oídos’.

En fin, todos estos personajes amenizaron la vida palaciega, las reuniones, las fiestas con sus espectáculos…Aunque la diversión tenía un límite pues si alguno se pasaba con el Rey podía costarle el destierro. No obstante en general fueron tan favorecidos como temidos. Es evidente que algunos abusaron de sus puestos de confianza porque al ejercer de mensajeros y espías conocían bien los entresijos de los reyes y de la corte en general y con sus “ditirambos y críticas” podían influir bastante en la opinión pública.

Historiadores y estudiosos han llegado a considerar que el papel de estos personajes en el contexto de la corte influyó a realzar la imagen física de algunos miembros de la familia real minimizando su fealdad o suavizando algunos rasgos definitorios fruto de la fuerte endogamia, verbigracia la prominente ‘quijada’ característica de los Austria: “Mirando los retratos de Felipe IV con Soplillo, y de Isabel Clara Eugenia con la enana Magdalena Ruíz, surge la sospecha de que los enanos gustasen a las personas reales por el realce que prestaban a su figura”


El post número 100…

Cien entradas dan para mucho o para muy poco, según se mire…A lo largo de este primer año ‘la pensadora gaditana’ ha tocado diferentes ‘palos’: desde el intimismo introspectivo a las realidades cotidianas, planeando sobre el actual panorama, desde marzo, atravesado por la covid…Y en cada entrada permea la presencia de la Historia, la referencia a nuestro pasado colectivo, evidentemente necesario para la comprensión del presente…
Fotografía: P. G.

La foto no es mía pero soy yo. Recuerdo perfectamente cuando Pablo, un amigo de mi hija, me la hizo un día que dimos un paseo por una pequeña cala cercana a mi casa. Por entonces remontaba mi duelo y reinventaba una vida vacía que comencé a llenar con actividades placenteras y enriquecedoras. Me costó aceptar que la oportunidad de entregarme a realizar todas las tareas que me gustaban hubieran llegado de la mano de la muerte de mi hijo, lo que quise interpretar como un regalo o un legado resultado de su generosidad. Había pasado de no tener tiempo para mi a tener todo el tiempo…Todo el tiempo, literalmente, entonces me resultaba tanto que me asustaba y me conmovía a la par…Hasta que aprendí o asumí que la vida es un don, esa vida que inexorablemente proseguía su curso a pesar de mis resistencias. Así que superadas las primeras etapas, cuando sentí la aceptación plena, tomé la decisión -creo que sabia- de abrir un blog (que no era el primero, porque ya tenía otro) y crear un espacio donde plasmar mi impronta haciendo algo que me llena, me gratifica y me ayuda a expresar, a nombrar y a renombrar emociones: escribir. Me apetecía tener una bitácora propia, un trocito virtual, una plataforma desde donde lanzar mis pensamientos, opiniones, reflexiones y vivencias dejando al azar su destino…

Biografías históricas de mujeres, temas de actualidad o relatos de ficción en los que mi yo más íntimo se ha colado en múltiples ocasiones. Unas veces sin querer, a modo de proyección, otras queriendo, conscientemente, siempre disfrazado o escondido entre metáforas o entelequias a las que he trasladado sentimientos, emociones o mensajes encriptados u ocultos, cuyas claves o códigos son accesibles sólo para quienes me conocen bien y me leen entre líneas…

El caso es que este mes hace un año que hice la ‘mudanza’ desde otro blog, aunque ‘la pensadora gaditana’ no cobró vida propia y comenzó su andadura hasta marzo del 2020, fecha en la que se inició el confinamiento colectivo por la pandemia. Por entonces escribí la siguiente presentación:

Mujer, feminista, humanista, docente (actualmente jubilada), historiadora de oficio, traigo ‘de serie’ chip de ‘pensadora y gaditana…’ ‘Solo sé que no sé nada’, que ‘el saber no ocupa lugar aunque coge mucho sitio’ y que ‘nunca es tarde si la dicha es buena…»Aprendo a aprender…’ El estreno de este nuevo blog (que no es el primero, al que me refería más arriba) llega de la mano de una situación tan insólita para mi como para todos: la pandemia por COVID-19. Los hashtags #yomequedoencasa, #coronavirus y #covid-19 son los más repetidos estos últimos 20 día de reclusión en nuestros hogares y no se han hecho virales en vano, por el contrario, han despertado una oleada de creatividad que ha tomado múltiples y variadas formas, dándonos a cada cual la oportunidad de sacar lo mejor de nosotras mismos para ofrecerlo solidariamente a los demás…Y me pregunto ¿qué puedo hacer yo? No canto bien, ni toco ningún instrumento, ni tengo dotes de actriz… Por tener, tengo otras dotes que no vienen al caso y por no tener no tengo balcón lindero a una calle transitada de cualquier ciudad al que poder asomarme cada tarde a las 20.00h para compartir los aplausos a nuestros héroes sanitarios y a todos los trabajadores esenciales de quienes depende nuestra subsistencia…aunque aplaudo a solas en el salón de mi casa al compás de la TV… No obstante y pensándolo mejor (siguiendo la sugerencia de Pura Mª) si que poseo el mejor de los ‘balcones’, uno enorme: mi ‘imaginación’, ‘mi mente’ siempre abierta de par en par, donde habitan pensamientos y cientos de palabras que procuro hilvanar hasta componer textos coherentes, entretenidos e incluso bellos…Ojalá sea sea así…Os espero…Gracias…

Y aquí sigo. Confío no haberos defraudado…Agradezco los préstamos a las ‘blogueras’ invitadas, ‘amigas virtuales’ con quienes comparto el placer de la escritura… Un honor acogerlas en mi modesto blog. Gracias también a los conocidos y desconocidos que me habéis leído con silenciosa e incondicional lealtad… Esta ‘pensadora gaditana’ reconoce que necesita remontada de ánimo, pero continuará adelante, más y mejor a ser posible.Porque como diría Eleanor de Aquitania: ‘Solo Sé Seguir’.

‘Vuelo libre’. Fotografía: mp_dc

Nos sobran los motivos…

El informe del Gobierno sobre la incidencia del covid en la población anciana durante la primera fase de la pandemia resulta, a todas luces, triste y desolador… Pero la vida continúa y aunque ‘nos sobran los motivos’ para que no sea, la Navidad será…
Fotografía: mp_dc

Entre la buena voluntad y el miedo, entre la salud y la economía, entre el quiero y no puedo los políticos se reúnen para acordar qué hacer esta Navidad. Nos sobran los motivos para no celebrarla pero lo haremos, aunque este año sea diferente y, precisamente por eso, pase a los anales de la Historia y a nuestra memoria individual y colectiva… Así se despidió noviembre, con esta cuestión en el aire, con cifras catastróficas entre los afectados y fallecidos por la enfermedad. Tal vez por eso ha transcurrido despacio, sigiloso, con la población caminando de puntillas y hablando bajito de las Fiestas que se acercan, poco poco, sin que nadie pueda detener el calendario…Todos a la expectativa, confiando doblar la curva maldita con la esperanza puesta en que las autoridades permitan la apertura de las fronteras y con ello el reagrupamiento familiar… ¿Salvar la Navidad o salvar la vida? Esta es la cuestión. ¿Susto o muerte? Este es el nudo gordiano, el dilema, la encrucijada afrontada ahora por las CC.AA. que concluirán, ya se verá, solicitando responsabilidad a la ciudadanía, animando a que el sentido común y el buen criterio imperen en estas fechas que se aproximan bajo la atenta mirada de la tercera oleada…

Y nos sobran más motivos para estar desanimados…El pasado jueves el Gobierno presentó a las CC. Autónomas el informe que Pedro Sánchez se comprometió a elaborar, allá por el mes de abril, sobre la incidencia del covid en las residencias geriátricas. Las cifras resultan tan dolorosas como desoladoras. El 47% de los fallecidos durante la primera oleada de la pandemia eran ancianos residentes en geriátricos. Exactamente 20.268 mayores cifra que, junto a los fallecidos de ahora, se acercará a los 30.000. Y, aunque esta vez ha descendido bastante, algunos expertos señalan un patrón similar al de marzo-junio. El informe recoge la existencia de un total de 5.500 residencias en nuestro territorio, hogares que albergaban hasta 334.000 ancianos cuando se declaró la pandemia. O sea, que la covid se ha cobrado hasta la fecha el 6,1% de la población anciana de este país, «una de las cifras más alta -si no la más- de los países de la OCDE».

Los medios han sacado a la luz un variado repertorio de relatos tanto en defensa de los directores de los geriátricos como en contra, acusándolos de una nefasta gestión. Unos señalan hacia la desprotección de los cuidadores sin EPIS, ni mascarillas, ni formación. Otros denuncian la falta de atención en los hospitales que se negaron a realizar ingresos. Los psicólogos matizan y subrayan los daños colaterales: el aislamiento y soledad a la que fueron sometidos en la que muchos murieron por la enfermedad, la desatención y la tristeza…Personalmente creo que no hemos tomado conciencia de la gravedad de los hechos y por eso tenemos una deuda para con ellos, les debemos una reflexión, estamos moral y éticamente obligados. Igualmente es necesario poner en valor que se nos muere una generación de supervivientes de la Guerra Civil, de la posguerra, del franquismo, los mismos que después vivieron la transición democrática. Hombres y mujeres que levantaron aquella España en blanco y negro a la que pusieron color con alta dosis de esfuerzo y sacrificio para dejarlo como legado a los de mi generación, sus hijos e hijas…

Es por eso que los audios de la Sra. Burgueño -hija del ideólogo de la privatización de los hospitales de Madrid a quien Ayuso señaló con su ‘diestro dedo’ y sus argumentos sapienciales, para colocarla al frente de la gestión de las residencias de mayores de la capital- por esto, decía, sus ‘graciosas’ opiniones me resultan vomitivas, despreciables, inmorales y hasta delictivas: “Flipo colorines”, dice en uno de los audios. “Nos vamos a hacer los reyes y los amos de la gestión sociosanitaria de Madrid, Comunidad Autónoma”. Esta es la altura de miras, la calidad, la profesionalidad de una mujer que ocupa un puesto de tamaña dimensión y que dirige como si de un juego se tratara a tenor de sus expresiones infantiles y fuera de tono, tan del estilo de su ‘mentora’. Ambas están implicadas en la denominada ‘operación bicho’. Una estrategia diseñada por el gobierno de Madrid que decidió encerrar a los residentes mayores, dejando su destino en manos de la Burgueño, alias ‘flipo colorines’, encomienda que, dicho sea de paso, resultó un gran fracaso pues, desgraciadamente, no se asistió a los ancianos ni en hospitales ni en los geriátricos por falta de medios, de ahí los miles de fallecidos, muchos por negación de auxilio…Eso sí, a quienes tenían póliza privada si se les atendió debidamente, sobre todo en aquellos hospitales privatizados por su padre…Por cierto, ni la Sra. Burgueño ni la Sra. Ayuso han dado la cara ante estos hechos…Es de suponer que ‘inaugurar hospitales’ requiere de todo su tiempo…

En fin que nos sobran los motivos para no estar bien. Desgatados, aturdidos y preocupados ante tanta incertidumbre parece que recibimos impertérritos el informe diario de la pandemia, como si el escenario nos fuera ajeno, como si se tratara de un relato imaginario, quizá porque la realidad, esta vez sí supera con creces la ficción…Y por si no tuviéramos bastante, un grupo de ‘abuelos’ ‘altos cargos militares de pro’ jubilados, se dedican a planear un pronunciamiento desde un grupo de wasap, declarándose alguno dispuesto a ‘fusilar’ a 26 millones de personas, entre las que yo me encontraría fijo…Mientras, Carmen Falomir, 54 años, enferma de Ela ingresa en el Hospital de la Fe de Valencia para que se le practique la sedación. Su entereza y valentía ha sido ejemplar y ayer, justo antes de ingresar, se despedía con este mensaje: «cuando no os toque el gordo y, resignados con tener salud, sigáis con los preparativos de Nochebuena, acordaos de estas palabras y sentíos afortunados» Ojalá que te vaya bonito allá donde vayas Carmen…Que tu tránsito discurra tan sereno y sabio como tu propia decisión…

Miscelánea…

Y la vida continúa…Fotografía: mp_dc

Los rumores sobre la Navidad ya han comenzado. Según parece este año no será lo mismo pasar la Nochebuena o la Nochevieja en Burgos, Vigo, Barcelona o Granada. Si queda alguien por ahí que no haya valorado o pensado aún que somos diversos y plurales, esta es una buena ocasión para hacerlo…Y, aunque aquí en Andalucía continuamos perimetrados por municipios y con toque de queda a las 22.00 horas, los ayuntamiento ya han colgado y encendido el alumbrado para poner color a noche y acompañar e iluminar la soledad de las plazas y calles…No sé si será la inercia o la resistencia al peso de la tradición pero ni siquiera teniendo una excusa tan potente como la pandemia, nos atrevemos a dejar de lado la Navidad…

En el ínterin, el mundo no se detiene sino que sigue girando y nosotros con él. A pesar de la enfermedad, de las muertes y de los dramas humanos, los días se suceden llenos de noticias que llegan desde todos los ámbitos y lugares de un planeta donde cualquier acontecimiento es susceptible de ser conocido a través de la red, una especie de ‘gran hermano’ que todo lo oye y todo lo ve… Esto es lo que a mi más me llamó la atención…

Noticia 1.- ‘Acción de gracias’. En las pelis americanas la trama contempla con frecuencia la celebración del Día de Acción de Gracias. Las familias se reúnen en torno a un enorme pavo además de otras viandas aderezadas con buenos caldos, todo acordes al nivel de cada bolsillo…Es la cuarta semana de noviembre y EE.UU, Canadá o Inglaterra -entre otros- ha celebrado esta fiesta, una festividad sobre la que existe una gran controversia. Por un lado están quienes señalan su carácter religioso, por otro quienes defienden sus orígenes paganos. Según cuenta la historia la costumbre se remontan a la antigüedad y está relacionada con los festivales celebrados tras las cosechas, festejo que muchas culturas primitivas vincularon a los ciclos de la naturaleza, la gratitud a los dioses por las cosechas y a las súplicas para que los inviernos venideros fueran benévolos. De ser así dicha celebración habría sido importada por los ingleses a EE.UU. Otro gran debate histórico…El caso es que con el tiempo y, a pesar de sus posibles orígenes cristianos, la fiesta se ha secularizado y convertido en una tradición popular muy arraigada en estos países que, este año como todo lo demás, ha acontecido entre la covid, las reclamaciones de un Trump que resiste pero que tiene los días contados y un discreto Biden que se prepara para asumir el relevo…

Noticia 2.- ‘Grieta de género…’. Otra noticia que me dio curiosidad tiene que ver con el alzheimer y el género. Me llamó la atención que la brecha existente entre hombres y mujeres, extrapolada a la ciencia más que brecha parezca una enorme ‘grieta’. Me explico. Según han comprobado algunos científicos la mayoría de los ratoncitos utilizados en los ensayos clínicos destinados a estudiar esta enfermedad son ‘machos’. Este dato no es baladí pues, según parece, podría resultar determinante teniendo en cuenta que la enfermedad afecta más a mujeres que a hombres, de ahí que influyan decisivamente los tratamientos ensayados con ratoncitos machos que han resultado menos efectivos para las mujeres, poniendo en evidencia la importancia de la paridad en el sexo de los ratones… Es decir, que los hombres tienen más posibilidades de curarse que las mujeres a pesar de que la incidencia de la enfermedad en los varones sea menor…Y todo esto por usar más ratones que ratonas… ¿Es o no una ‘grieta’ de género?.

Noticia 3.- Nunca una ‘pelusa’ dio tanto que hablar...Esta semana Argentina gritó: ‘dios’ ha muerto… La expresión me pareció fuera de lugar no ya por irreverente sino por la irrespetuosa e impropia comparación… No me alegro de la muerte de nadie pero me pareció insultante el tiempo que los medios de comunicación han dedicado a la muerte de Maradona por muy ídolo que fuera, por muy fuera de serie, por muy ‘grande del fútbol…’ Este año ha muerto mucha gente anónima y también se nos fueron algunos famosos, unos más conocidos que otros y no todos de covid. A mi personalmente me impactaron las muertes de Pau Donés y Rosa Mª Sardà , ambos nos dejaron después de padecer una enfermedad tan desoladora como el cáncer…Sus vidas tendrán una proyección más universal, no solo como artistas sino por su calidad humana. Jarabe de Palo nos ha legado canciones inolvidables que nos seguirán haciendo soñar y recordar… La Sardá, feminista, solidaria, luchadora, seguirá dibujandonos sonrisas con sus actuaciones conservadas para siempre en nuestra filmoteca…O el gran Chicho Ibáñez Serrador, un icono, un genio de la TVE en sus comienzos que también nos ha dejado una curiosa herencia… los medios apenas les dedicaron unos minutos de imágenes y recuerdos en los telediarios y algún programa para publicitarlos…Así se fueron. Sin exaltación, sin alboroto, sin asaltos…

No queda ahí la cosa. A diario mueren muchos abuelos en los geriátricos, muchos inmigrantes en el Mediterráneo y en nuestras costas, muchos refugiados en campamentos infernales, entre ellos muchas mujeres víctimas de agresiones y violaciones y niños que se ven privados de su infancia, por eso no comparto ni comprendo que la TV o la Radio dediquen 48 horas a la muerte de Maradona. Con todos mis respetos y en mi modesta opinión, el jugador representa la antítesis de los valores que desearía transmitir a mis hijos y nietos…Y es que hay valores que se prodigan muy caros y escasos en estos tiempos convulsos y mudables… Como dijo una ‘pequeña gran sabia’ llamada Mafalda, cuyo padre (Joaquín Salvador Lavado, Quino) se fue recientemente y también con discreción: «Paren el mundo que me quiero bajar…»

Aquellos maravillosos años (II)…[adolescencia]

Uniforme Colegio Carmelitas

En la década de los 60 la mayoría de centros estaban segregados por sexo/género…A mi me matricularon en un colegio de monjas, entonces privado y para niñas, hoy concertado y mixto. Entré con 4 o 5 años. Mis primeros recuerdos me devuelven la imagen de un gran patio con un pozo en el centro lleno de plantas con grandes hojas verdes, a través del cual entra la luz que ilumina, bajo las arcadas, un amplio pasillo por donde caminamos en fila…Alrededor de aquel cuadrado se accedía a las diversas dependencias: la secretaría, la capilla, el comedor, algunas aulas y la portería gestionada por una señora (que entonces nos parecía muy mayor pero que seguro no lo era tanto) vestida de negro y con el cabello blanco llamada Rita, una mujer muy buena, con poco carácter a la que, con el tiempo, camelamos más de una vez. Rita nos vio crecer hasta los 16 años. Establecimos con ella una corriente de simpatía mutua que nos servía de entretenimiento. A veces nos parábamos a hablar con ella e incluso le hicimos algunas confidencias, según qué cosas claro… Al final su complicidad tejida y pulida entre rato y rato, confesión y confesión, sirvió para que hiciera la vista gorda de alguna que otra escapada al horno Colón para comprarnos el desayuno…Rita nos curó muchas heridas con mercromina roja: en los codos, las manos, las rodillas… y nos sacó del apuro cuando la regla nos sorprendía antes de lo previsto…Su recuerdo en la distancia, borroso y pixelado, se vuelve cercano y su actitud amable y generosa acude entrañable a mi memoria …

Desde que entré en este colegio hasta que salí para ir al instituto con 16 años llevé un uniforme como el de la foto. Uniforme que se completaba con unos zapatos de la marca ‘Gorilas’ marrones con cordones (traían una pelota verde, como la de tenis, de regalo) que mis padres compraban a principio de curso en ‘Calzados Galán’. Los gorilas lucían unos impecables calcetines cortos blancos…Mi madre me hacía el uniforme y me dejaba un trozo de más en la cintura que soltaba conforme crecía…Tuve una relación muy personal con mi uniforme…Quiero decir que lo cuidaba, me gustaba llevar las tablas de la falda bien planchadas sobre todo por detrás…Debajo usaba una camisa blanca o beige que mi madre tenía la manía de abrochar desde el primer botón, el mismo que yo me desabrochaba en cuanto salía de casa…Completando el ‘equipo’ una bata (que aquí llamamos ‘babi’) de tela de vichy de cuadritos blancos y celeste que se compraba confeccionado en ‘Almacenes Blanco’, que poníamos sobre el uniforme para no ensuciarlo y que cada viernes viajaba a casa para lavar…

Los primeros años me llevaba mi hermano en su bici. Me sentaba en la barra hasta que llegábamos a la puerta donde me soltaba, a veces de mala gana, y vuelta a casa…Al mediodía comía en el comedor…Muchas veces me quedaba la última con la comida aún en el plato, intentando deshacer una bola de carne mientras una monja daba vueltas a una mesa larga con encimera de mármol blanco…La recuerdo con las dos manos hacia arriba, abriendo los dedos y bajándolos en una cuenta atrás que me agobiaba muchísimo…Tanto, tanto, que un día me escapé delante de las narices de la portera escabulléndome entre las madres…No tuve problema, conocía el camino de regreso…Aquel día castigaron a mi hermano, yo comencé a ir sola al cole y, lo mejor de todo, dejé de quedarme al comedor….

Amigas para siempre…

Durante aquellos años hice amigas inolvidables. Las relaciones de amistad tiene muchos matices porque cada persona es única, individual y te aporta algo diferente. La amistad es una relación que he ido poniendo en valor conforme ha pasado el tiempo y en este momento considero la relación más estable y duradera que podamos establecer con nuestros iguales…En esta etapa la noción de amistad sufrió un proceso de evolución directamente proporcional al mío propio… Primero fui una niña tímida de notas brillantes. Cuando me nombraban los profesores me sonrojaba y no me salía la voz del cuerpo…Pero todo cambió desde el momento que mi primera amiga, Aurora, sacó mi vena cómica y traviesa, reprimida hasta entonces, que ella supo ver y explotar hasta anular aquella falsa identidad construida sobre la timidez y la vergüenza que, no obstante, subyace todavía a pesar de mi aparente soltura…Desde aquel momento el tono distendido, el atrevimiento, la atracción por la desobediencia y el desafío de lo prohibido -aunque siempre desde el respeto- se apoderaron de mí y una oleada de felicidad me inundó…A cambio, las notas dejaron de ser tan buenas porque yo iba al colegio a ser yo misma, a jugar, a pasarlo bien, a divertirme y no me daba para más…Creo que jamás me reí tanto ni saqué tanto partido al tiempo que pasaba en aquella clase en la que olía a frescura, a alegría de vivir entre aquellas otras niñas, ajenas todas al sufrimiento, al dolor, a la pena… Aquello duró poco porque mi padre me dio un primer y único ultimatum y desde entonces jamás volví a suspender aunque no cedí a la diversión ni abandoné el afán de aventuras… Aquellos años fueron realmente maravillosos…

Pero la naturaleza siguió su curso y las hormonas de la adolescencia cambiaron mi cuerpo, mi ánimo y me aportaron un sin fin de nuevas sensaciones que me condujeron a experiencias sensoriales maravillosas e inocentes que fueron moldeando mi personalidad, templando mi carácter y agitando mi alma…Aquellas travesuras pueriles dejaron paso al resurgir del pensamiento y el encuentro con la vida nos llevó, a mí y a mis amigas, a reflexionar sobre nuestros derechos, la injusticia, la religión, la desigualdad…Me volví rebelde, contestataria, abandoné algunas creencias y busqué respuestas, posiblemente en lugares equivocados, porque no obtuve ninguna…Comencé a colaborar en actividades solidarias desde que unas jóvenes misioneras llegaron desde África y nos mostraron diapositivas sobre aquellas culturas y formas de vida gobernadas por la escasez y la pobreza. He de reconocer que por primera vez se tambalearon mis principios asentados sobre las bases de nuestra sociedad occidental y un estado del bienestar que, por entonces, me parecía suficiente e incluso generoso… Desde aquel momento dediqué una parte de mi tiempo a colaborar de manera altruista con un grupo de compañeras liderado por una monja de la ‘última oleada de renovación’, llegada desde Madrid, con una visión innovadora sobre la juventud, buscando cauces para formar en valores humanos sin el ánimo de convencer o convertir…Visitábamos chabolas, ayudábamos en un Hospital de ancianos, recaudábamos fondos, hacíamos rifas…Dormíamos en paz confiando en el bien que habíamos hecho o alimentábamos nuestros egos alardeando en nuestro interior por aquella actitud caritativa…o seguramente las dos cosas…

Y entre tanto me enamoré por primera vez o eso pensé entonces, aunque más tarde comprendí que el primer amor no tiene por qué ser el primero pues, tratándose de emociones, no existe un orden riguroso…Conocí a Ramón en la feria. Tenía los ojos azules y pequeños. Me encandiló su desparpajo, su gracia, su risa fácil y su labia…Tengo un recuerdo suyo precioso. Me quiso y le quise pero el futuro tenía otros planes para cada uno de nosotros aunque ha seguido vivo en mi recuerdo, ese lugar donde hay cabida para todo y para todos…Ramón pertenece a la adolescencia, a los quince años, al despertar de la sexualidad, de la ‘vida’ en sentido amplio…Era la primera vez de todo o no…Porque mucho más tarde hubo una segunda ‘primera vez’ incluso más intensa si cabe, aunque también se acabó por más empeño que yo puse …Parece que la vida me tenía reservado otros planes…

Prolongué mi adolescencia tanto como pude…Hicimos una pandilla de cuatro: Mamen, Trini, Lola y yo…Fuimos muy buenas amigas. Juntas en las excursiones, las cuatro sentadas al final del bus. Viajamos a Portugal, a Galicia, a Zaragoza donde nos bebimos unas botellas de vino que compramos para nuestros padres en el Monasterio de Piedra … Fumábamos ‘Mencey Capote’ o ‘Pippermint’ a escondidas, en un portal de la calle Rosario por la tarde, antes de entrar en clase…Nos echaron muchas veces de la capilla porque nos daban ataques de risa incontrolada… Cuando nos llevaban de retiro, por la noche nos escondíamos en los armarios para quedarnos hablando hasta las tantas de la madrugada… Hicimos autostop para poder ir Cádiz donde nos cambiábamos la ropa entre nosotras…Muchas tardes tomábamos cañas y tapas de ‘flamenquines’ en la parte de arriba del emblemático ‘Bar Royalty’, escenario de encuentro, testigo mudo de secretos inconfesables, de sobremesas en tardes de hastío o contradicciones propias de la edad…Paseábamos hasta allí desde Colón, atravesando la calle Rosario entretenidas en los escaparates del comercio. No teníamos pudor de llegar allí con nuestros uniformes de niñas y nuestras ideas de mujeres iniciadas en debates y confrontaciones en torno a aquellas rústicas mesas de madera, para hablar y hablar sobre el sentido de la vida, la injusticia social, la libertad, el matrimonio, el sexo y todas aquellas cuestiones que despertaban nuestra curiosidad, nuestra sensibilidad y, sobre todo, nuestras ansias de vivir de una manera diferente a la de nuestras madres…Entonces no éramos conscientes, probablemente ni siquiera conocíamos el término ‘feminismo’ pero luchábamos y libramos nuestras pequeñas batallas por ser las mujeres que ahora somos…Y estuvo bien, muy bien…

Al acabar el bachillerato nuestros caminos irradiaron hacia lugares diversos. Durante un tiempo continuamos en contacto, luego hicimos nuevas amistades y sólo nos veíamos de vez en cuando en la calle o en algún encuentro previamente acordado…Mamen es médica, tiene un hijo y nunca se casó tal y como predijo…Lola hizo magisterio. Se casó, tiene tres hijas, la última con síndrome Down…siempre la vi feliz…A Trini le perdí la pista. También hizo magisterio, se casó y tuvo una hija. No ejerció su profesión pero se hizo librera. Lo último que supe fue que se había separado…Vaya para ellas mi recuerdo cariñoso y agradecido por todo lo que vivimos juntas ‘aquellos maravillosos años…’

Cambiando de tercio…

#Fase1.

Foto:mp_dcb

Tanto tiempo confinada me dio para reflexionar mucho recordando cómo era mi vida antes y repensar cómo será a partir de ahora… Es evidente que vivimos un proceso de ‘transposición’…Como si de una melodía se tratara nos adaptamos a una escala de tonos más acordes con la realidad actual y la de un futuro a medio plazo…No soy capaz de proyectar mucho más allá porque enseguida experimento inquietud e incertidumbre especialmente si las autoridades, con el pretexto de informar, nos desinforman…O eso me parece a mí cuando al escuchar atentamente los informativos percibo como resultado una sucesión de palabras semi vacías, aspirantes a clarificar que, sin embargo, producen el efecto contrario y acaban emborronando y enturbiando la información pues resultan comedidas en exceso y poco atrevidas o claras, algo así como un ‘quiero y no puedo’ que no me tranquiliza…Se supone que deberían comunicar con verborrea y locuacidad, con un lenguaje más claro y menos técnico que inspire más seguridad y confianza y menos dudas y sospechas…Ahora que lo pienso, a lo mejor de trata del ‘mediador’…

Pero así están las cosas y ahora que ya salimos a la anormal normalidad, nos tropezamos con la ‘dificultad de lo simple’, de lo sencillo, de todo aquello que hacíamos hace dos meses de manera natural e inconsciente, como, por ejemplo, tomarse una cerveza cosa que hice ayer por primera vez y que he valorado como un ‘ensayo práctico’ que, a todas luces, he suspendido…Encontrar mesa fue sencillo, mantener la distancia con mi amiga también. La camarera llegó con su mascarilla y su libreta a la antigua usanza y preguntó ¿vaso o botellín?…Las dos nos miramos cómplices y dijimos casi a la vez: ‘botellín, un tercio’…Así, a lo grande…Enseguida cuchichelleamos: «Sí, mejor así ¿verdad? ¡Qué buena idea lo del botellín!…» La chica se acercó y nos trajo un par de tercios abiertos y protegidos con una servilleta negra de papel que envolvía elegantemente el cuello a la par que se metía en el gollete, lista para girarla y dejarlo limpio como una patena…Luego chasquido de brindis, al centro y pa dentro…De aperitivo unos frutos secos en un pequeño cuenco del que mi amiga, muy versada en cuestiones de protección, (‘máster en mascarillas, alcoholes y líquidos de manos varios) y muy atenta para conmigo, vertió una pequeña parte sobre su servilleta, dejando el resto para mí en el envase original en que yo, menos estilosa, en un plis plas y con ‘la acostumbrada normalidad de antes’, metí la zarpa varias veces…

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Hasta hace nada esta liturgia era tan simple como cotidiana…Pero hoy por hoy parece que empezaremos a experimentar las dificultades ante las cosas más simples una teoría que, basándome en la experiencia de ayer, paso a detallar. Primero, mi amiga vino a recogerme en la puerta de casa. Conforme me dirigía a su coche me indicó la puerta de atrás, como habíamos quedado. Me senté en el asiento totalmente preparado para la ocasión, a fin de mantener la distancia prudente recomendada. Me sentí como si fuera en un taxi e incluso bromeé al respecto. Luego, llegamos al paseo marítimo como por primera vez… La arena estaba lisa y limpia: ‘Como no hay depredadores’ -sentenció mi compañera- a lo que yo asentí de inmediato con la cabeza… Luego comentamos: ‘Nunca se vieron tantos deportistas’…Y es que todos, hagamos o no deporte, vestimos de esa guisa…Apenas anduvimos 50 metros, mi compañera vio el bar abierto y una mesa libre en primera fila, así que cual niña feliz ante la travesura, se dirigió a ella mientras miraba hacia los lados por si divisaba algún rival yendo hacia el mismo objetivo…Ya sentadas y servidas, enviamos las fotos que previamente nos habíamos hecho para inmortalizar el momento y de paso provocar alguna que otra envidia…Nos quitamos las mascarillas, obvio.. Yo no sabía dónde ponerla. Mi amiga -muy previsora- sacaba y metía el móvil en una bolsa de plástico -libre de virus- Yo me toqué la cara a dos manos mientras hablamos de un jabón de arroz muy bueno para la piel, manos que apoyé luego en la silla de plástico y que, anteriormente, como dije, introduje varias veces en el cuenco del aperitivo…Lo mejor (o peor según se mire) fue la sensación de estar infringiendo la ley o huyendo como un par de fugitivas a punto de ser descubiertas in fraganti

La nueva normalidad es tan nueva que está toda por estrenar…Todo aquello que por sencillo o simple nos parecía fácil, ahora constituye un verdadero reto y está sujeto a un ceremonial al que deberemos acostumbrarnos si queremos sobrevivir … En fin, nuevos tiempos, nuevos retos…Nunca lo simple ne resultó tan complejo…

Al ‘liquindoi…’

#HoraDeVencer

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Al ‘linquindoi’, (contracción popular de la expresión inglesa “Look and do it”) que decimos en mi tierra que quiere decir ‘estar al loro’…Atenta, a verlas venir, a la expectativa, a ver qué pasa, qué vendrá ahora, cuál será el siguiente paso…Así voy, viviendo los momentos del día a día entre ratos de optimismo y esperanza atravesados por estados anímicos de nostalgia, preocupación e impotencia…Sin saber exactamente hacia dónde mirar…Sintiendo que me rindo, que me doy por vencida, que cedo, que para tí la ‘perra gorda’, que me planto y aquí me quedo…No quiero que me coman la moral, ni que mermen mi fortaleza y me roben los sueños…Ni ayer ni hoy dedico mi tiempo a las noticias, malas o buenas… Madrugo para llenarme los pulmones del aire que entra directo por la boca, sin mascarilla de por medio mientras escucho atenta los bramidos del mar y me dejo impregnar por ese aroma a salitre que tanto añoraba…

Así que hoy me levanto temprano y voy al único lugar que puedo, aunque un poco ‘destrangis’, apenas por unos pocos metros…

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Perros no…Personas tampoco…Los accesos están cerrados así que no dejo mi huella en la arena fina sino que paseo por el asfalto…Igual que los perros…

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Aún así, los ‘pinguinos’ se echan al agua a buscar olas…Y después de unas cuantas embestidas y chapuzones, parece que comienzan a remontar la cresta, sin temblar, sin dudarlo un instante…El mismo que a mí me hace olvidar que vivimos baja la amenaza del covid…

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Los chiringuitos están cerrados a cal y canto, alguno parece que lo hizo a toda prisa, o eso parece, a juzgar por lo que se ve a través de las cristaleras: desorden, mesas y sillas apiladas sin ton ni son…Parece que aguantaron hasta el último momento… El día está nublado y envuelve la mañana en una atmósfera gris que confunde…

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Parece que el levante calienta motores. Es un viento racheado que a todos nos vuelve un poco locos, nos altera el ánimo y nos predispone a estar irascibles y cansados…Por eso las palmeras van de aquí para allá, se despeinan y descolocan sus ramas… como yo…

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Hora de marcharse me digo…Me detengo en el extremo del paseo y lanzo una mirada panorámica que no puedo captar con el objetivo que llevo…Se incorporan más ‘pingüinos’…Caminan hacia la orilla con buen ánimo, con ganas. Se ve que lo echaban de menos…Y, como la gaviota (la única que vi) camino a paso lento y sin mirar atrás, con una media sonrisa, ligera y feliz…Ahora es hoy…

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La verdad es un ‘valor’ que no tiene ‘precio’…

#HoraDeVencer

La pandemia ha secuestrado al planeta…Así como quien no quiere la cosa nos ha inoculado a todos, incluso a quienes aún no hemos enfermado. El covid-19, un gigante de tamaño microscópico, nos tiene atemorizados y nos ha recluido en nuestras casas hace ya 52 días. Más que nunca echo de menos la ‘normalidad’ a secas…Ir donde me apetezca a cualquier hora. Coger el coche y conducir hasta la playa, apenas a ocho minutos de casa, a la que no puedo ir ahora porque la distancia supera el kilómetro… Ver a mis amigas, planear un viaje para estar con mis hijos o simplemente por placer… Añoro hacer todo aquello que hacía sin cuestionarme si está permitido o en mi franja horaria…

Cuando salgo a hacer la compra percibo con sorpresa la rapidez con que la que nos hemos adaptado y aprendido las nuevas formas de relacionarnos, integrando eso que se ha acordado en llamar el ‘distanciamiento social’: orden en las filas, pausas a la espera de coger un producto determinado… Ni una sola queja, ningún intento de saltarse el turno …A lo que añado el uso, más o menos riguroso, de guantes y ‘mascarillas eso sí, de tipos y modelos muy diversos… En general la ciudadanía está teniendo un comportamiento ejemplar, un espíritu obediente y colaborativo. Está asumiendo la parte de responsabilidad que le corresponde por no mencionar los sacrificios de una mayoría que ha perdido el trabajo, el negocio e incluso las expectativas de futuro. Y así estamos: obedeciendo, asumiendo y aceptando…Mientras, la clase política se supone que debería debatir sobre cómo salvar la economía sin perjudicar la salud: este es el nudo gordiano… Aunque a primera vista más bien parece una confrontación por dejar en evidencia al contrario y por ‘escalar’ el poder… Unos intentan resolver o eso creo y los otros o se oponen a todo por sistema o hacen propuestas imposibles, intencionadamente, a fin de dejarlos en evidencia…

Los ciudadanos nos merecemos mucho más y, desde luego, mejor…Estoy saturada de noticias contradictorias y de las reiteradas alabanzas hacia los sanitarios de los que no conocemos el número real de afectados porque algunas gobiernos no quieren sacarlas a la luz… Es insultante que las Comunidades más ricas y las que menos han invertido en Sanidad, sean las que más dinero reclamen ahora… Me empacha el reconocimiento a los trabajadores esenciales obviando a los inmigrantes, como por ejemplo el colectivo de mujeres cuidadoras, recluidas con mayores a su cargo o a los hombres que malviven en las chabolas de los campos de Lepe … Si no fuera por ellos ¿cómo llegarían a nuestras mesas las fresas que nos comemos? Estoy cansada de oír los cientos de millones de euros pendientes de recibir que, como en el ‘cuento de la lechera’ se gastan antes de que lleguen, que tarde o temprano, de una menero o de otra, pagaremos nosotros… Me siento atiborrada de oír hablar sobre las miles de mascarillas que se reparten para días después enterarme que estaban defectuosas y que se volverán a comprar … Indignada por la actitud prepotente de los políticos tan dispuestos a pregonar los errores de otros, tan obcecados por la soberbia que se consideran imprescindibles, indispensables e irremplazables… Pobres ignorantes… Aún no se han enterado que vivimos en un mundo interdependiente, interconectado, impermanente y vacío de certezas en el que todos somos sustituibles…Tengo una noticia para ellos: el virus nos sobrevivirá a todos, también a ellos…

Sinceramente y desde la humildad: ‘Sólo sé que no se nada’… No solo es que no sepa sino que no voy a saber nunca. Que pasarán años, muchos años, antes de saberse la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el covid-19, tantos que seguro yo no estaré para oírla…Me preocupa qué futuro le depara a mis hijos y a mi nieto ¿qué será de ellos después de la pandemia…? Me asusta el relato que se gesta bajo el encabezado de ‘nueva normalidad’, plagado de nuevos términos tan fríos como insensibles y distantes: rastreadores, paciente cero, repunte, distanciamiento social… Casi todos parecen dirigidos a separarnos, a no reagruparnos, a taparnos la boca para ser atendidos a solas en consultas médicas, peluquerías, librerías… Y poco a poco parece que nos controlarán con nuevas aplicaciones desarrolladas para localizarnos y de paso a nuestros amigos aunque ‘guardando la privacidad’, dicen… lo que no deja de ser paradójico… Temo que acoten nuestra libertad, que vigilen nuestras vidas, que congelen nuestras relaciones y sometan a una criba los gestos amorosos que conforman nuestra cultura emocional…Y todo en aras de nuestra buena ‘salud’…

Y mientras esta idea se repite para que vaya calando, sin hacer demasiado ruido el fútbol poco a poco va tornando a la palestra…Vuelve el ‘panem et circense‘, una buena cortina de humo para entretener a muchos mientras pasa la borrasca… A ellos, a los futbolistas, sí les harán los test antes de volver a entrenar… Muchos dicen: ya era hora…Mientras, una enfermera de la UCI de un hospital de Madrid a la que cada tarde aplaudimos, sale agotada de su turno de trabajo junto a compañeros a los que a estas alturas NO se le ha hecho ningún ‘test’…Este es su testimonio…Tal como están las cosas es la única verdad que, hoy por hoy, yo me creo…La verdad es un valor que no tiene precio…Gracias María por recordármelo…https://play.cadenaser.com/audio/1588660010284/

Abril: un balance en claroscuro…

#YoMeQuedoEnCasa #UnDíaMenos

Día 47… ¿El covid nos robó el mes de abril…? A lo mejor es esto lo que podríamos responder al maestro Sabina si nos lo preguntara ahora…Pero no es así. Casi estuvimos a punto … ‘Casi nos vemos en abril’ como cantaban Los Secretos, pero será en mayo porque abril se nos va…Y lo hace cargado de ausencias, de fiestas sin celebrar, de encuentros aplazados, de discursos de ánimo, de aplausos, de llamadas telefónicas, de conciertos para acompañar y sentirnos acompañados…Treinta días de cifras mortales, de personas ingresadas, de familiares asustados, de incertidumbres, de miedo y de soledades…Y siempre, siempre, contando con el apoyo de un impecable colectivo: el personal sanitario que se ha desvivido para curar el cuerpo y aliviar el alma e insuflar esperanza a quienes más lo han necesitado…Gracias, nunca distéis tanto por tan poco…

Abril también ha sido el mes del silencio colectivo, del cierre y el vacío de las calles…El mes de los empleos perdidos, del acopio de personas que han engrosado las filas del paro…De niños y niñas que se quedaron sin la comida de los comedores escolares…De familias que acudieron por primera vez a los bancos de alimentos e instituciones como Cáritas o Cruz Roja…Personas con las despensas vacías y la cuenta corriente a cero o en rojo… Abril impulsó la crisis hasta su punto más álgido, nos dejó contemplar el paso de sus días con más pena que gloria para acabar prometiéndonos una bocanada de aire y un sol sobre el horizonte al aprobarse una ruta para la desescalada que permitirá paliar el confinamiento…

Afortunadamente compartimos el planeta con otros seres sintientes a los que mantenemos fuera de nuestras expectativas y apartados de nuestras vidas. Para muchos el mundo animal tiene escasa relevancia, a menudo pasa desapercibido y con frecuencia no lo tenemos en cuenta…Los seres humanos constituimos su mayor peligro. Nos hemos apropiado poco a poco de la mayor parte de sus espacios naturales obligándolos a retroceder hasta quedar apartados, confinados, constreñidos… Y ahora que hemos abandonado las ciudades, despejados los cielos de aviones, los mares de barcos, las carreteras de coches y con las calles libres del bullicio cotidiano, ellos han protagonizado tímidas incursiones, quien sabe, si con el fin de ‘recolonizar’ diversos puntos del planeta… Aquí en España se han observado ‘razias’ de pavos reales deambulando por el Retiro en Madrid; cabras sueltas en Chinchilla (Albacete); jabalíes en Barcelona… Algún zorro en Vigo e incluso un oso en Cangas de Narcea, Asturias…Urracas, mirlos, golondrinas, palomas, gaviotas sobrevolando grandes áreas urbanas…Delfines en Baleares y en Castro Urdiales, Cantabria y hasta ballenas en las costas almerienses…La naturaleza ‘reconquista’ las ciudades vacías por el coronavirus…

Y si bien es cierto que abril ha sido un mes super intenso, mayo se asoma entre abriéndonos la puerta -apenas una rendija- para dejarnos ver más allá de las ventanas y balcones…Cuando salga de casa a pasear tendré en mi haber 50 días de confinamiento, de soledad, de compañías virtuales, de lecturas, de escrituras en este blog que me han devuelto a cambio sinergias interesantes…50 días ganados para concluir temas pendientes, madurar ideas, concebir nuevos proyectos, reconectar con personas lejanas y retomar hábitos sanos…Y, en otro orden de cosas, también me han ayudado a descubrir algunos recovecos de ese otro espacio al que tan poca atención prestamos: el interior… En este plano, disponer de tiempo me ha servido para revisar el alma, aliviar viejas heridas, reordenar emociones, limpiar algunas telarañas ocultas en los rincones, mirar la cara de algún que otro fantasma, eliminar temores, reconocer y afrontar ciertos apegos…

En fin, un balance en claroscuro pues Abril ha resultado para mí tan escabroso como enriquecedor… Más de dentro de que fuera, más de dar que recibir, de sembrar que recoger, de ser que de estar… Y mañana será mayo… La aventura continúa…

36 días en ‘Macondo’…

#YoMeQuedoEnCasa

El desayuno es mi comida favorita. Hay quienes solo necesitan una buena taza de café pero yo necesito algo más…Unas buenas tostadas: una de pan de centeno y otra de pan blanco. A veces zumo o alguna pieza de fruta y una taza de café con leche…La preparación requiere una liturgia diferente al resto de comidas, de manera que tanto el café como el pan estén calientes y en su punto. Luego coloco todo sobre una bandeja y me dispongo a disfrutar del pequeño festín… Tanto en verano como en invierno, si el tiempo lo permite, me gusta sentarme al aire libre. Por estas fechas el canto de los pájaros me acompaña. Todo un placer para los sentidos…Y después de este ritual, estos días más valorado aún si cabe, me enfundo en el traje de ‘estar bien’, frase que repito cada día a quienes me llaman interesados en mi bienestar: ‘estoy bien’ les digo…

Alguna que otra vez se me ha ocurrido grabar con el móvil estos trinos mañaneros para enviárselo a mi hija y hacerle llegar sonidos que le recuerden a casa… Ella no quiere olvidar ni yo quiero que olvide…Las mujeres custodiamos y transmitimos la memoria familiar así que desde hace tiempo le desvelo, poco a poco, los ‘secretos culinarios’ , las recetas caseras de algunos guisos, los remedios naturales de algunos males y las historias más relevantes. Un relato que deposito con el respeto que merece todo legado familiar para que, llegado el momento, disponga de esa parte de la herencia que por su esencia emocional e inmaterial, constituye el más valioso cuerpo de bienes que se pueda traspasar…

No sé muy bien por qué me asaltaron todos estos pensamientos… Podría ser que 36 días en ‘Macondo’ den para mucho, incluso para la melancolía y la nostalgia. Tal vez por eso también recordé el nombre de la aldea ficticia recreada en la célebre novela de García Márquez, «Cien años de soledad» <https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/garcia_marquez.htm>. Creo que la idea me surgió mientras escuchaba en un programa de TV diferentes hipótesis sobre el regreso a lo que empieza a denominarse la ‘nueva normalidad’. Me quedé perpleja cuando mencionaron una probable fecha de regreso a la vida tal como era a. c. (antes del coronavirus). No escribiré este dato porque no deja de ser una especulación y no está en mi ánimo preocupar gratuitamente…Lo cierto es que la noticia me dejó desanimada, preocupada y desalentada…Me provocó emociones encontradas, dudas y temores. Y recordé esta magnífica hipérbole llevada al extremo por del escritor colombiano, recreando hasta sus últimas consecuencias la ficción de Macondo con mapa incluido…De repente sentí como si la ficción hubiera cobrado realidad…¿Y si Macondo hubiera tomado vida propia en cada una de nuestras casas? ¿Y si al final nos engañamos creyéndonos figurantes coprotagonistas de un thrailer futurista?

A todos nos asaltan miedos universales y a cada uno los sus suyos propios, como, por ejemplo, el miedo al olvido: el temor a dejar demasiado atrás experiencias cercanas o a personas a quienes la distancia los deja demasiado lejos, pavor de no repetir sensaciones que en su momento no apreciamos o acciones cotidianas que no valoramos…Y entonces recordé aquel capítulo en el que José Arcadio Buendía explicaba a los vecinos de Macondo las consecuencias de la epidemia -también llamada ‘peste del olvido’- y la fórmula que Aureliano, su hijo, encontró para combatirla etiquetando cada cosa con su nombre…Pero lo más llamativo del texto de García Márquez es la capacidad de adaptación de los vecinos que normalizaron hasta tal punto lo que en principio fue una situación de emergencia, que aquella ‘organización eventual’ se convirtió en ‘natural’…Y eso me dio miedo…mucho miedo:

«Cuando José Arcadio Buendía se dio cuenta de que la peste había invadido el pueblo, reunió a los jefes de familia para explicarles lo que sabía de la enfermedad del insomnio, y se acordaron medidas para impedir que el flagelo se propagara a otras poblaciones de la ciénaga. […] Todos los forasteros que por aquel tiempo recorrían las calles de Macondo tenían que hacer sonar su campanita para que los enfermos supieran que estaban sanos. No se les permitía comer ni beber nada durante su estancia, pues no había duda de que la enfermedad sólo se transmitía por la boca, y todas las cosas de comer y de beber estaban contaminadas por el insomnio. En esa forma se mantuvo la peste circunscrita al perímetro de la población. Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo y nadie volvió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir». (Gabriel García Márquez , Cien Años de Soledad).

La capacidad de los seres humanos para adaptarse es proporcional a la necesidad de supervivencia, de ahí que sea posible la catarsis: hacer de la excepción la norma…

Iglesia y mecenazgo…

#YoMeQuedoEnCasa

A pesar de prometerme a mí misma no atender demasiado a las noticias para no deprimirme más allá de lo justo y necesario, llevo varios días que, aún sin prestar oído, me llega un goteo de noticias que tienen que ver con la Iglesia y el covid-19. A decir verdad, casi todas las noticias forman tándem con el coronavirus, ese virus que engorda a base de tragarse nuestras vidas, nuestra economía, nos aparta de seres queridos y merma nuestras libertades… La pandemia ocupa los primeros planos de la información, algunas televisiones y canales de radio están entregadas por entero al análisis estadístico, médico, económico y político del día a día. Los tertulianos y tertulianas continúan colaborando desde casa, aportando puntos de vista, haciendo predicciones sobre la ‘nueva vida’ después del confinamiento…El caso es que el coronavirus, como una buena capa, está ocultando otros problemas y cuestiones que están quedando rezagadas en nuestra memoria. ¿Quién se acuerda del desfalco del Rey Emérito? ¿De la supuesta renuncia a la herencia del actual Rey? ¿Qué pasa con el IBI de la Iglesia? …

Hace apenas un par de día, en una cadena de radio local, un periodista preguntaba a un representante eclesiástico (no sé que rol desempeñaba) sobre su participación y colaboración en beneficio de los afectados por la epidemia…No escribiré lo que pensé en ese momento…Podría, acogiéndome a la libertad de expresión, que también yo conozco mis derechos…Pero no lo haré por respeto a quienes simpatizan con la institución… Porque la respuesta hacía alusión a las acciones de Cáritas y Cruz Roja, organizaciones gestionadas por laicos…O sea que de lo que se han preocupado es de movilizar al voluntariado para que den la cara, mientras ellos se colocan las medallas y reparten bendiciones que para eso son gratis…Como si ese fuera su único cometido…O sea, que como los grandes estrategas, piensan y toman decisiones desde sus confortables despachos. Ordenan, mandan y dedican palabras bondadosas que hablan de ‘caridad’ y ‘amor al prójimo’…Acciones a pie de calle, compromiso directo con la ciudadanía, poco, muy poco…

En la misma cadena, escuché también las declaraciones del Obispo de una diócesis cercana, a quien se le interrogaba sobre el posible pago del IBI, impuesto que el Ayuntamiento de la ciudad desea cobrar de aquellos edificios propiedad de la Iglesia, que no están destinado ni al culto ni a la docencia. El señor Obispo se reía a carcajadas mientras hacía referencia -se ve que están bien informados- a la Ley de Mecenazgo, añadiendo su extrañeza ante la pretensión del alcalde (por cierto, de Unidas Podemos). Concluyendo que si tenían que pagar, pagarían…Faltaría más pensé…Y me mu.

El concepto ‘mecenazgo’ se remonta a tiempos de Cayo Plinio Mecenas, consejero político de César Augusto, defensor e impulsor de las artes en la Roma Imperial y protector de jóvenes talentos que destacaron en el terreno de poesía, entre quienes podemos señalar a Horacio (Vid. post anterior <https://wordpress.com/blockeditor/post/lapensadoragaditana.blog/1139>). Durante el Renacimiento el mecenazgo fue más allá de la poesía, extendiéndose a las artes en general. En la actualidad abarca tanto a las artes y las letras como a la ciencia y la investigación…

«El actual régimen fiscal de las Instituciones de la Iglesia Católica en España deriva, en primera instancia, del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español para Asuntos Económicos suscrito el 3 de enero de 1979», tiene rango internacional y estuvo refrendado por el Congreso y el Senado. Dicho tratado está regulado de forma similar con más de cien países y prevé una serie de beneficios fiscales para «una lista cerrada de entidades de la Iglesia» entre otras: Conferencia Episcopal, Diócesis, Parroquias y Órdenes y Congregaciones religiosas…Desde 1979 hasta hoy se han introducido pequeñas modificaciones acordes con nuestro régimen tributario, siendo la más importante la que se efectúa en diciembre de 2002 tras aprobarse en España la denominada ‘Ley de mecenazgo’ que, para sorpresa de todos, ensanchó considerablemente la amplitud de exenciones fiscales de las que ya gozaba la Iglesia…

Como no soy experta en asuntos del fisco, dejo en enlace para quienes quieran profundizar en los pormenores de esta ley… <https://www.portantos.es/regimen-fiscal> No me responsabilizo de la indignación que pueda provocarles conocer las prebendas que la actual Institución mantiene en los tiempos que corren y, sobre todo, el cabreo con los políticos que a estas alturas no tienen el ‘valor’ de recortar privilegios y desamortizar bienes, si fuera necesario, en favor de los marginados y pauperizados por la crisis y la pandemia…Al fin y al cabo, tenía entendido que esta era la esencia, la naturaleza y el fin último que persiguieron aquellas primeras comunidades, estandartes de libertad y caridad cristianas…

Nota: Vaya por delante mi reconocimiento a los hombre y mujeres de buena fe, peones en el tablero de ajedrez, con la mirada en el cielo pero con los pies en la tierra…Ellos y ellas colaboran y arriesgan en primera fila de batalla…Cuidan y preservan la esencia del ‘mensaje’ y constituyen los auténticos pilares de esta Institución…No caeré en el tópico porque sé que todos o todas ‘no son iguales’… Afortunadamente…