‘Para que todo siga igual…’

#Fase1

Parece que el cambio está cada vez más cerca. Tanto, que sin darnos cuenta ya estamos metidos de llenos en el proceso, en el corazón de lo que considero el principio de todo. Porque cuando la crisis del covid pase la transformación o catarsis será tan brutal como imposible de producirse de una sola vez. Sería un atracón demasiado grande, apocalíptico, enloquecedor y dantesco…No obstante es posible que, a pesar del cambio, tengamos la impresión de que todo sigue igual…Y no iremos descaminados…

Creo haberme percatado que uno de los primeros signos del cambio se detecta en el lenguaje. El lenguaje configura y determina nuestras identidades y las moldea a través de las expresiones, de los usos, giros gramaticales, contenidos semánticos, neologismos y, últimamente, de un continuo chorreo de anglicismos que se han colado e impuesto a través de las redes sociales…Así, desde que comenzó la pandemia un elenco de nuevas palabras y locuciones se han incorporado a nuestra jerga coloquial. Hemos aprendido a movernos por un nuevo territorio que requiere un diccionario propio (estoy en ello). Hablamos de escalada, de PCR, de pico de infección, de rastreadores, de ‘fases de desescalada’ y, cómo no, de ‘nueva normalidad’ e incluso de ‘nuevo mundo’, expresión acuñada al menos hasta ahora, en relación a las Indias, al Nuevo Continente, a América… Y en esas estamos. La radio, la TV, la prensa y las redes poco a poco van fijando en nuestras cabezas estos nuevos conceptos, ya casi normalizados, como parte del proceso configurador de la ‘nueva normalidad…’

A cerca de la importancia del uso del lenguaje así como sobre la diversidad de contenidos y contextos que se le otorgan a las palabras, tenemos muchos casos. Por ejemplo la expresión ‘gatopardiano’ o su sinónima ‘lampedusiano’ provienen de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, ‘El Gatopardo’, obra que popularizó la célebre frase pronunciada por Tancredi (personaje): Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Una afirmación que se produce en la trama de un interesante diálogo entre él y su tío, que continúa diciendo: ¿Y ahora qué sucederá?… ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado… Nunca hubiera imaginado el autor que su sentencia quedaría inmortalizada desde entonces, como símbolo de la capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y a los gobernantes que, a lo largo de la historia, han demostrado poseer los grupos sociales más acomodados con el único fin de conservar y sostener su posicionamiento. No obstante, hemos de saber que esta cita podría estar inspirada, a su vez, en la de Alphonse Karr: «cuanto más cambie, es más de lo mismo»(plus ça change, plus c’est la même chose), publicada en la revista ‘Las avispas’  (Les Guêpes) hacia finales del siglo XIX.

También el término ‘kafkiano’, en alusión a la obra de Franz Kafka, se utiliza para hacer referencia a situaciones trágicamente absurdas, semejantes a las que plantea el escritor en sus novelas. O los vocablos ‘sadismo’ (del Marqués de Sade), ‘quijotesco’ (de El Quijote) o ‘maquiavélico’ (de Maquiavelo) que también integramos en nuestro lenguaje, préstamos todos de la literatura universal que iluminan y enriquecen nuestras explicaciones, conversaciones o escritos…

Y a resultas de todo lo anterior, si hacemos una especie de ‘ensalada’, nos encontramos de cara con nuestra triste y trágica realidad: dirigentes y poderosos dispuestos al cambio, eso sí, manteniendo su estatus. Un claro ejemplo de ‘tancredismo gatopardiano…’ Mientras, para la gran mayoría, es decir, el resto de los mortales no quedará sino ‘más de lo mismo’… Para llegar al cambio y desde ahí a la nueva normalidad, a quien corresponda actuar lo hará con mano firme, sin descartar ciertas dosis de ‘crueldad’ o ‘sadismo’ e incluso imponiendo soluciones ‘kafkianas’ si fuera necesario. Para entonces de poco o nada servirán las actitudes ‘quijotescas’, altruistas o soñadoras de algunos…No habrá cabida para ellos en ese ‘mundo nuevo’, distanciados, empeñados y endeudados hastas las orejas, quien sabe si apretándonos de nuevo el cinturón… Y todo ello en nombre de la terrible pandemia y como resultado de un ‘maquiavélico’ plan urdido y gestado desde las esferas del poder en pro del cambio, el mismo que les permitirá a todos ellos continuar en el punto exacto en el que todo comenzó … Porque mucho me temo que en ese ‘mundo nuevo’, resultado final del recién iniciado proceso, «todo será igual pese a que todo habrá cambiado…» Ojalá que así no sea…

Los nuevos ‘pobres de solemnidad…’

Esta es también una imagen de la pandemia. La reclusión y la paralización de la actividad económica y los ajustes empresariales a través de los ERTEs, han dejado en la cuerda floja a muchas familias asalariadas cuyas hipoteca y gastos fijos de la casa se han llevado por delante los pocos ahorros que, con trabajo y sudor, comenzaban a guardar… Para algunos es la primera vez que necesitan recurrir a la ración de alimentos que se reparten semanalmente en las diversas asociaciones oficiales o en los nuevos puntos de reparto nacidos gracias a la voluntad vecinal que cede una pequeña parte de su compra a fin de paliar las carencias de quienes se quedaron sin nada…Son las colas solidarias y ellos los nuevos pobres de ‘solemnidad’…

El Derecho Civil de la España liberal entre 1833 y 1868, instituyó la figura del ‘pobre de solemnidad’, una etiqueta que designaba a todo aquel ciudadano que había tenido trabajo y casa pero por motivos coyunturales lo había perdido todo, convirtiéndose de inmediato en ‘pobre oficial’, alguien venido a menos, a mucho menos, una condición sobrevenida y no por nacimiento… Con los nuevos tiempos la política ha desarrollado determinados eufemismos destinados a disfrazar la pobreza, maquillando un concepto de difícil cabida y aceptación en nuestras sociedades modernas. Es así como comenzó a hablarse de ‘pobreza energética’, ‘alimenticia’ o ‘infantil’…apellidos poco ilustres para sectores de población tremendamente frágiles que subsisten caminando sobre el borde de una cuchilla, intentando no cortarse la planta de los pies…Algo que resulta casi imposible… Nuestros políticos y gobernantes no han dejado de ‘inventar’ expresiones con el único fin de mitigar o minimizar su auténtico contenido semántico por resultar demasiado áspero o grueso, lo que hacen intencionadamente para construir un discurso difuso y hasta versátil, fácil de corregir que les permite afirmar algo para luego enmendarlo sin pudor alguno aludiendo que nunca dijeron ‘digo sino diego’ o que no se referían a ‘esto sino a aquello’…

En tiempos de crisis brotan continuos movimientos solidarios, cadenas de ayuda cuyos eslabones son ciudadanos con recursos justos. Tal vez sea por eso que empatizan con mayor rapidez y son más sensibles, desprendidos y generosos. Aquellos que hablaban durante la última crisis económica de ‘apretarse el cinturón’, de bajar los sueldos amparados en una reforma laboral hecha a su ‘medida, los mismos que acabarán de nuevo enriquecidos y engrosando la lista de los más ricos cuando la pandemia pase, esos nunca harán cola ni tampoco presidirán iniciativa alguna en pro de los desfavorecidos… A ellos, más bien ellas, solo les veremos (enjoyadas, con abrigos de pieles y bolsos de Prada) allí donde la prensa conservadora les pida posar para la foto, interesados como están en que su ‘mano derecha sepa lo que hace su izquierda’…

Así que sí, convivimos con ‘pobres de solemnidad’ y con pobres estructuralmente pobres que ya lo eran, lo son y lo seguirán siendo a pesar de las redes solidarias…Hace más de una década Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en una de aquellas charlas ‘tan sabias’ que impartía a los jóvenes siguiendo una escenografía que intentaba emular a ‘Jesucristo y sus discípulos’: él de pié y los oyentes sentados en el suelo, a la altura de sus rodillas…Así, desde arriba, hablaba precisamente de la pobreza (lo cual no deja de ser chocante viniendo de uno de los sectores más ricos de la Iglesia) apuntando a las palabras de San Marcos (10, 22) diciendo: «Todos hemos dejado lo que teníamos, y a gusto, para seguir libremente al Señor. Lo mismo da que fuera mucho o que fuera poco, porque lo hemos dejado todo con igual intensidad […] «… Ni siquiera Escrivá logró sacar de sus casas a sus ricos numerarios para trabajar en favor de los marginados…Una cosa es cierta, ‘todo’, aunque se refiere la totalidad, ni tiene carácter universal ni es la misma para cada uno de manera que ‘mi todo’ no coincide con el todo de nadie… Pero vivimos en un mundo interconectado e interdependiente en el que todos necesitamos de todos. Seamos generosos…hasta dónde cada uno pueda…

And the winners are…

#HoraDeVencer

Era ya casi de noche cuando el Ministro Illa salía en pantalla para hacer el tan esperado anuncio: and the winners are... Por fin podíamos ver el mapa de España que señalaba con diversos tonos de verde las provincias que pasaban o no a la fase 1…La historia de la pandemia continúa…

Ya lo dijo Rajoy en su día: ‘somos muy españoles y mucho españoles’… Es por eso que no ‘desescalaremos’ todos a la vez, de manera que hoy amanecemos clasificados y divididos a pesar de la apertura interprovincial de fronteras en la mayoría de Comunidades. El 51% hemos aprobado, el resto NM… Lo que viene a decir -lo aclaro para los profanos en cuestiones de nomenclatura escolar- que necesitan mejorar… (No es nada personal, esto va para quienes sean que decidan).

Entrar en la ‘fase 1’ implica ganar una mayor libertad de movimientos y poder desplazarse en un radio que, aunque sigue limitado, ahora nos parece inmenso…Y con esta ganancia podremos acercarnos a ver a nuestros familiares y amigos, aunque con el atuendo pertinente y guardando la correspondiente distancia de ‘dos metros’… Podremos entrar en aquellos comercios que abran previa desinfección…E incluso sentarnos en el 50% de la primera terracita que pillemos, para disfrutar de una cervecita junto al porcentaje de sol que nos toque si estamos bajo una sombrilla…

Cuando era pequeña ante una situación que tanto a mí como a mis amigos nos parecía injusta, solíamos decir con mucha contundencia y seriedad: ‘o todos moros o todos cristianos’. Porque lo que vale para uno o unos cuantos, también debería valer para todos…Supongo que eso mismo pensarán quienes se están quedando rezagados en esta carrera hacia el ‘desconfinamiento’ y habrá poblaciones que nos miren con cierta envidia ‘sana’ o recelo… Se supone que se trata de una decisión ‘sanitaria’ aunque algunos ‘políticos’ se lo estén tomado como una cuestión personal o partidista… para una vez que no tiene nada que ver… Ya lo dice el refrán, ‘nunca llueve a gusto de todos’… Así que los hay que se han dado por aludidos y ya preparan una nueva petición como si se les hubiera negado a ellos en su condición de individuos y hablan de ‘agravio comparativo’ cuando en los criterios de aprobación no existen nombres sino números: estadísticas, porcentajes, recuentos, gráficas…Matemática pura…Así que la ecuación resultante es una de primer grado, muy sencilla de resolver e incluso para mí que soy de ‘letras puras’ y aún cuento con los dedos…

Seguimos siendo iguales y tenemos los mismos derechos pero nuestro país más que dividido ahora está ‘catalogado’… Es más, a la tradicional división administrativa (comunidades, provincias, municipios) ahora se pretenden incorporar ‘las àreas sanitarias’, una unidad más que geográfica salubre, que puede tener su lógica siendo la ‘salud’ el principal objetivo…Son las nuevas coordenadas en las que orientarse en tiempos del covid-19…La verdad, todo es extremadamente complicado y los países se miran mutuamente, de soslayo, por si acaso se iluminan unos a otros a la hora de imponer sus propias medidas, a sabienda, que sean cuales fueren irán acompañadas de polémicas y críticas…

Un peldaño más arriba, en el contexto europeo, las diferencias son aún mayores. Los países nórdicos nos llevan la delantera, como siempre…Son los más ricos y conforman la vanguardia así que presumen de practicar el ‘confinamiento inteligente’ lo que significa que no hace falta restricciones obligatorias porque a la ciudadanía le da para pensar por sí mismos y con cierta lógica que, al parecer traen de ‘serie’, que ante una pandemia lo suyo es recogerse en casa, aislarse y mantener la distancia…!Unos máquinas vamos¡ Tanto frío y no se les hiela la sangre sino que les llega fluida al cerebro… Nosotros, en cambio, somos más mediterráneos, más de estar juntitos, de toquetearnos, de estar en la calle por si se cae el techo que no nos pille…Y traemos de serie ‘otras bondades’ que desarrollamos en el contacto callejero que forja nuestra sabiduría popular y conforma nuestra idiosincrasia, la misma que atrae a esos nórdicos ‘inteligentes de serie’ que se queman como ‘gambones’ bajo un tórrido ‘lorenzo’ en la plenitud del verano… Por eso suele suceder que el verde norte y el azul del sur, como polos opuestos, se atraigan irremediablemente, encontrando cada uno en las diferencias del otro, el anhelado objeto de deseo…

Solo me resta añadir por una vez y para ser justa, que el único que ha demostrado tener cabeza y sentido común ha sido rlel President Torra…Esta vez sí…Claro que también podría ser que fuera demasiado evidente que de pedirlo se lo negaran y entonces, además de sensato ha sido listo…Otro punto para él…

Gracias a Ferran Martín, otro catalán, por poner humor en estos tiempos…