¿Cuánto hemos cambiado…?

«Amigos dicen ya no soy el mismo, […] Algunos dicen que he crecido […] ¿Cuánto tiempo no ha pasado? Y, ¿cuánto tiempo para ver cuánto hemos cambiado?» (Presuntos Implicados)

Tal día como hoy, hace dos años, se decretó el estado de alarma… Con anterioridad nos había afectado una grave crisis económica sin precedentes en los años de democracia, crisis que intentábamos dejar atrás… Y aquel jueves, 14 de marzo de 2019, se anunció algo inimaginable e impensable, algo que no cabía en una cabeza amueblada al estilo ‘siglo XXI’: la pandemia por covid19…

Nadie, a excepción de los expertos, podía calibrar la magnitud del acontecimiento ni la dimensión de las consecuencias… Nadie, ni siquiera los mismos los expertos, podía adivinar lo que se avecinaba. Ni los científicos tenían respuestas…Todo estaba por hacer… El enemigo era mortal pero no se tenían armas para combatirlo… Y con todos los interrogates y frentes abiertos, se nos instó a quedarnos en casa y organizar la vida lejos del trabajo y de las actividades cotidianas. El Gobierno se informó a la ciudadanía, exponiendo las medidas a seguir dictadas desde la OMS. Un discurso solemne a la altura de las circunstancias: con severidad pero con amabilidad, con gravedad pero con esperanza…Y así, de repente,  el mundo se quedó paralizado y se hizo el silencio…Se vaciaron las calles, se cerraron los comercios, los bares, las tiendas y se impuso una distancia social de la que aún no nos hemos recuperado del todo…Luego ‘nos quedamos en casa’ y dejamos en la calle a los trabajadores esenciales resistiendo en las trincheras y a los sanitarios apostados en la primera línea de batalla…

La galería de fotos contiene imágenes de la pandemia: mi sombra y la de mi perra como única compañía. Mi primera mascarilla FPP2. Los cables quew cruzan el lugar donde vivo, los mismos que me facilitablan la conexión vía on line…La yuca de mi vecino, la única naturaleza que podía ver durante el confinamineto estricto…El duro y solitario invierno, contemplando la lluvia tras el cristal…Las primeras salidas a la playa…Algunos animales invadieron la ciudad atraidos por el silencio y la tranquilidad de calles y plazas…Y pasaron algunas lunas hasta que volvió un verano ‘medio normal..’.

De aquellos días conservo muchos recuerdos, imágenes, sensaciones, emociones… De todas ellas nunca olvidaré  la primera vez que fui al supermercado. Ataviada al más austero estilo covid (por entonces no había mascarillas, ni guantes, ni gafas o pantallas de protección) con guantes de goma, gafas de vista y una mascarilla de quirófano que me dio un familiar, me visualizao en una larga cola esperando mi turno pàra entrar… Los carros separados a más de un metro de distancia unos de otros y un silencio sepulcral que me emocionó y me dejó un nudo en la garganta…Pero lo que más me impresionó fue cuando, ya en el interior, percibí el miedo de los demás reflejado en sus ojos. El mismo que, seguramente,  proyectaban los míos…Y el silencio, de nuevo, roto por el chirrido de las ruedas de los carros y los bultos de la personas huidizos, temerosos del roce y  contagio de un enemigo que podía estar en cualquier parte…

La experiencia prometía muchos cambios. Las crisis suelen ser buenas oportunidades para aprender y cambiar, un lema que circuló con grandes expectativas durante el primer año y que germinó en una gran muestra de solidaridad, de aplausos y cientos de iniciativa a cual más original…Un halo de empatía y generosidad parecía expandirse y descender sobre todos nosotros… La humanidad maltrecha, dolida, mermada…Y yo me pregunto, de verdad ¿cuánto hemos cambiado? Lamento la respuesta porque, hoy por hoy, pienso que muy poco, apenas nada…o casi…

 

La hora de la verdad…

El pasado domingo decayó en España el estado de alarma. El panorama se presenta lleno de incógnitas y dudas que deberán resolver los Tribunales, cada uno siguiendo sus propios criterios de interpretación: unos han dicho sí a lo que otros dijeron no…Mientras los reyezuelos en sus diferentes taifas, aplican las normativas vigentes siguiendo los ‘sabios’ consejos de  sus ‘comités de expertos…’
Fotografía: mp_dc

El pasado día 9 a las 24.00 h concluyó el estado de alarma en nuestro país. Una cadena de TV lo anunció a bombo y platillo colocando una cuenta atrás en la pantalla a fin de inmortalizar el momento. Previsible o no, un segundo después de la hora señalada, en algunas de nuestras principales ciudades una oleada de gente se echaba a la calle corriendo despavorida hacia las plazas y avenidas principales para celebrarlo. Abrazos, risas, cantos, brindis… Una alegría y alboroto que no vimos ni en fin de año. Jóvenes y no tan jóvenes deseosos de tomar las calles para congregarse, para reunirse a la antigua usanza, tal como hacíamos durante la tan añorada ‘normalidad’. Unas ganas contenidas de abrir el portal de casa después de las 11.00 llevaba días flotando en el ambiente, esperando poder adentrarse en la noche, en sus vericuetos, en sus rincones, más de uno deseoso de beber esa copa pendiente desde hace más de un año, mientras se conversa con los amigos dejando transcurrir el paso el tiempo sin prisa alguna por volver a casa… Solo que nos hemos adelantado y equivocado el mensaje porque el cese del estado de alarma no coincide con el cese de la pandemia…

Los psicólogos llevaban tiempo advirtiendo sobre el cansancio o fatiga pandémica a resultas del confinamiento, la tensión provocada por el uso las mascarillas y la necesidad refrenada de socializar, por no hablar del temor al contagio o el miedo a la hospitalización en solitario conociendo las deficiencias de un sistema sanitario -aparentemente seguro- que sin embargo parece que hace aguas, aunque haya quien maquille esta realidad o la niegue. Y así fue como se intentó dejar atrás el recuerdo de las calles vacías y silenciosas, los comercios y bares cerrados, la vida paralizada, en ‘cuarentena’ y se desencadenaron las ganas de vivir sin contención…

Los seres humanos tendemos a olvidar lo malo, lo desagradable, aunque tal vez, en esta ocasión, sea todavía demasiado pronto para olvidar y abandonar el luto… Lo ocurrido ha resultado una irresponsabilidad, es más, diría que constituye una falta de respeto y consideración hacia nuestros profesionales de la sanidad que se han dejado la piel en las trincheras. Ha sido su pericia, su arrojo, su valentía y buena voluntad, quienes nos han salvado a pesar de la dudosa gestión de quienes gobiernan. Ellos fabricaron los primeros EPIS con restos de plásticos, se protegieron improvisando, echando mano de cuanto tenían a su alcance. Les enviaron a negociar con un asesino en serie sin chaleco antibalas y lo hicieron. Nos han cuidado, han acompañado a nuestros mayores en el trance final, les dieron la mano y pronunciaron por nosotros palabras de consuelo. Merecen  respeto y reconocimiento. La histeria colectiva por la que muchos se dejaron llevar la madrugada del domingo no tiene justificación, representa una enorme falta de solidaridad, denota muy poca conciencia comunitaria y todavía menos disciplina social. Debemos cuidarnos no solo por nosotros mismos sino porque es la única forma de colaborar y cuidar nuestro entorno…

No deberíamos borrar de nuestra memoria aquella cita diaria a las 20.00 h de la tarde, cuando nos reuníamos en la distancia convocados a través de las redes sociales y nos veíamos en las pantallas para aplaudirles juntos en señal de gratitud, para infundirles ánimo y transmitirles fortaleza…No deberíamos olvidar. Dice el refrán que ‘el sabio teme y el necio se atreve’. El necio insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas equivocadas. Como dijo Anatole France, «una necedad repetida por treinta y seis millones de bocas no deja de ser una necedad…». No seamos necios…

Por lo que respecta a los virólogos y epidemiólogos, se han echado las manos a la cabeza. No comprenden ni conciben que se eche por tierra el trabajo conjunto realizado durante más de un año, poniendo en peligro la salud, la recuperación económica y la salida de una crisis cuya dimensión aún desconocemos. Así las cosas, hoy por hoy, nadie se atreve a vaticinar qué ocurrirá en un par de semanas. Habrá que esperar.

No obstante, lo sucedido no era tan difícil de presagiar y ‘lo que te rondaré morena…’ pues un nuevo fin de semana se avecina y la libre interpretación por parte de los Tribunales no unificará criterios, ni homologará medidas por igual en todos los territorios. De manera que unas Comunidades gozarán de mayor libertad de aforos y de horarios y dispondrán o no de ocio nocturno en función del Tribunal correspondiente… Estaba cantado que una vez caducado el estado de alarma, muchos se echarían a la calle dispuestos a comerse la vida a bocados. Por eso no se entiende el empecinamiento de no darle continuidad hasta alcanzar un mayor porcentaje de vacunación y menor número de infectados, asegurando así el éxito de la desescalada o en su lugar poner en marcha una normativa legal, clara, sin ambages e idéntica para todos los territorios, sin excepciones…

En mi Comunidad el mayor atractivo reside en sus costas. Kilómetros y kilómetros de playas que han permanecido silenciosas y casi desiertas durante el estado de alerta. Malo para el turismo y la hostelería, bueno para la naturaleza que ha encontrado en este descanso una oportunidad para regenerar recursos naturales, depurar sus aguas de los restos contaminantes vertidos por la acción de los seres humanos. Un placer pasear ahora por arenas limpias comprobando cómo han crecido algunas dunas al tiempo que disfrutamos de nuevo la visita de algunas aves, insectos y otros seres sintientes a los que tanto incordiamos con nuestra constante presencia …

Las playas de mi ciudad se han abarrotado de gente nada más desperimetrar las provincias. Han sido nuestros vecinos sevillanos los primeros en llegar, deseosos de plantar la sombrilla y, cervecita en mano, mirando hacia el horizonte, dejando sentir la brisa en la cara y el sol en el cuerpo…Tras ellos pronto nos visitarán los madrileños, amantes empedernidos del litoral gaditano donde algunos tienen segunda o tercera residencia. Hay quien llega con aire de ‘rico’ aunque no lo sea y, este año, mucho me temo que más de uno lo haga dispuesto a prolongar el estatus proporcionado por ese nuevo estilo de vida  ‘a la madrileña’ olvidando que esto no es Madrid… La verdad es que después de tantos años se les ve venir envueltos en su pátina de capitalidad como si eso les hiciera merecedores de algún que otro privilegio lo que, en ocasiones, les anima a reclamar cierto trato y tomarse determinadas licencias, particularidades que, sobre todo, conocen nuestros pacientes, inteligentes y resabiados hosteleros, que más sabe el diablo por viejo que por diablo…Que nadie se confunda, somos históricamente acogedores por eso recibimos a todos con los brazos abiertos, vengan de donde vengan, sin excepciones…

En fin, la pandemia no ha parado de ofrecer ocasiones a los políticos para que decidan unificar criterios beneficiosos para la ciudadanía dejando a un lado intereses personales o partidistas. Pero no es el caso. Por el contrario cualquier ocasión ha sido buena para desacreditar al contrario y sacar tajada, caiga quien caiga…Y a estas alturas, poco se puede esperar de ellos, tan ocupados en una campaña electoral que parece no tener fin …

Finalmente, hoy miércoles, mientras acabo de escribir esta entrada, se celebra el Día Internacional de la Enfermería. Fue en el año 1974 cuando se decidió esta efemérides, señalada para el 12 de mayo, mismo día del año 1820 que vino al mundo Florence Nightingale, «enfermera, escritora y estadística británica, considerada precursora de la enfermería profesional moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería…». En 1859 se publicaron sus «Notas sobre Enfermería» –Notes on nursing: What it is, and what it is not– obra cuyo texto sirvió de referente para la elaboración del programa de estudios de la Escuela Nightingale y de otras escuelas posteriores… El trabajo de Florence inspiró a Henri Dunant que fundó la Cruz Roja y desarrolló las propuestas humanitarias adoptadas por la convención de Ginebra. 

A ellas, las enfermeras, de las que tanto recibí en mis peores momentos mi felicitación, reconocimiento y gratitud por su labor profesional y humana…

El elixir de la vida…

Fotografía: mp_dc

Esta semana me inyectaron la primera dosis de AstraZeneca. Tuve suerte porque el ambulatorio (palabra en desuso, ahora se llaman ‘centros médicos’) está a cinco minutos de casa. Aún así tenía que ir en coche por exigencias del protocolo pues al ser un edificio pequeño atendían sin salir del coche, de manera que la liturgia obligaba a guardar las correspondientes colas: una para que nos pincharan y otra de espera por si se presentaba alguna complicación. Mientras aguardaba me di cuenta de lo cotidiana que me resultaba aquella imagen repetida a diario por la TV, solo que esta vez yo no era una mera espectadora sino protagonista junto al resto de ‘actores’. Reconozco que no había logrado visualizarme en esta realidad, no me veía, e incluso pensé que tararían más en darme cita. Por eso y apremiada por mis hijos y algunos amigos, revisé un par de veces mis datos personales en mi seguro médico, hasta que decidí relajarme. Y entonces lo hicieron. Me llamaron. Sonó el móvil, en la pantalla apareció ‘número privado’ y me dio el pálpito. Lo intuí… Hasta ahora todo parece normal incluyendo los dos o tres días de malestar general, con síntomas de una gripe incipiente… Al parece es una buena noticia porque significa que mi sistema inmunológico se puso en marcha y a estas horas está fabricando linfocitos a ‘tutiplén’ para poder construir barreras defensivas en el caso de contraer la enfermedad…

Y una vez inoculada con las correspondientes gotas de tan ansiado elixir, me embargó un sentimiento de reconocimiento a la ciencia al tiempo que agradecí haber nacido en este país y no en la India, por ejemplo, cuyas desoladoras y dantescas imágenes no puedo apartar de mi cabeza…Más allá del descontento, la desafección, el desacuerdo o la falta de referentes políticos que me han desasosegado (y me desasosiegan) durante todo este tiempo, sentí alegría y gratitud por quienes han hecho posible la fórmula del ‘néctar de la vida’, la ambrosía que nos puede preservar de tan cruel enfermedad y de la muerte. Y sentada en mi coche, esperando esos quince minutos de ‘gracia’, me sorprendí a mí misma imaginando (lástima no saber dibujar) a esos científicos en un gran laboratorio. Todos con sus batas blancas y gafas pegados a sus microscopios, cual alquimistas alrededor de una mesa llena de probetas humeantes, matraces y frascos con líquidos de diferentes colores y, suspendidas en el aire, gravitando sobre sus cabezas, las letras desordenadas de la palabra ‘eureka’, expectantes, esperando a ver quien se atreve a pronunciarlas… Pero no nos engañemos, esto no fue un efecto de las vacunas sino probablemente un ensueño pasajero a consecuencia del subidón experimentado a resultas del instinto de supervivencia, sabiéndome a salvo (o eso espero) de la enfermedad…

Luego mi hermano me escribió ‘de coña’ para decirme que, a diferencia de mi, él se encontraba entre las ‘élites’ del país tras vacunarse con Pfizer. La chanza despertó mi curiosidad y me llevó a consultar el precio y nivel de eficacia de cada una. Y, efectivamente, parece que no pertenezco a esa lista de los ’40 principales’ pues AstraZeneca es la más barata -1,6 euros- y su nivel de eficacia del 76% frente a la Pfizer que cuesta 12,5 euros cada dosis con una inmunidad del 90-95%…Nada que añadir. Quedar excluida de esa relación de favorecidos por la ‘number one’ de las vacunas no resta un ápice a la satisfacción de pasar a formar parte del ‘rebaño’ que protegerá a quienes no puedan o no quieran vacunarse. Por supuesto el comentario viene al hilo de la broma, sin una pizca de acritud por mi parte…

Aquel mismo día supe que EE.UU con Joe Biden al frente, apoyará la liberalización de las patentes de las vacunas para que todos los países de mundo puedan producirla y se universalice su uso. Ya era hora que alguien diera el paso. Se compran las vacunas con dinero público y las correspondientes farmacéuticas se están enriqueciendo a costa de la vida de muchos seres humanos. ¿Somos o no somos seres gregarios? El sentido de pertenencia a una comunidad está desapareciendo. Somos la única especie que tropieza una y otra vez con la misma piedra y, sinceramente, hemos tenido y seguimos teniendo una gran oportunidad para aprender aunque pienso que, en general, no la hemos sabido aprovechar lo suficiente…

La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de cambiar el chip, de comprender que vivimos en un mundo interdependiente y global. Que hay cuestiones que deberían dejar de plantearse en clave nacional y expandir el ámbito de referencia o circunscripción incluso más allá de las grandes entidades de poder aglutinadoras de unidades menores. Los grandes líderes afrontan el que constituye, sin duda, el gran desafío de nuestro siglo y algo de tamaña dimensión requiere mentes amplias, miradas largas y anchas, proyectos que aúnen esfuerzos, grandes dosis de honradez, menos guerra entre ‘egos’, más trabajo en equipo y, por supuesto, una gran inversión en ciencia e investigación porque el futuro que está en juego lo merece.

Algunas voces relevantes en la comunidad mundial alertan sobre las posibles pandemias que se podrían suceder una vez superada la covid-19. En realidad, según dicen los entendidos, la covid pilló a todos por sorpresa, desprevenidos, considerando que las enfermedades que nos asediaban tenían que ver con la pérdida de biodiversidad, con la desaparición de especies por la destrucción de sistemas ecológicos o la multiplicación de las enfermedades zoonóticas, es decir,  las que saltan de los animales a los humanos que han causado pandemias y epidemias con anterioridad: la fiebre amarilla, la rabia o la brucelosis. Una opinión coral a la que se une la del magnate Bill Gates quien considera que la próxima llegará de la mano del cambio climático. El multimillonario que, ha realizado numerosas intervenciones y donaciones de carácter filantrópico durante el año y pico que llevamos luchando contra la covid, escribió en su blog oficial ‘Gates Notes’: «La desafortunada realidad es que Covid-19 podría no ser la última pandemia. No sabemos cuándo llegará el próximo, o si será una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad nueva que nunca antes habíamos visto. Pero lo que sí sabemos es que no podemos permitirnos que nos pillen desprevenidos de nuevo. La amenaza de la próxima pandemia siempre estará sobre nuestras cabezas, a menos que el mundo tome medidas para prevenirla». La inversión en ciencia, el monitoreo de patógenos, la simulación de pandemias y una sólida inversión de los países ricos son, a su entender, las medias ‘preventivas’ que deberíamos ponerse en marcha…

Pero casi nadie cuenta con las posibilidades de Bill Gates (ni por asomo) ni posee la sapiencia de nuestros renombrados científicos. Y sin embargo no estaría de más reflexionar sobre nuestra posible colaboración en la construcción del futuro que nos avecina cambiante, complejo y expuesto a nuevos brotes y enfermedades. El aforismo ‘el saber no ocupa lugar’ debería acompañarse de ‘pero requiere tiempo’. Nuestras vidas discurren encorsetadas en una dinámica de ‘piloto automático’, algo parecido a lo que sucede cuando conducimos: cambiamos de marcha, respetamos las señales mientras nuestra cabeza hace la lista de la compra, repasa los asuntos pendientes o piensa en la persona que está deseando ver…Cuerpo y mente cada uno por su lado…Tal vez por esto, porque la rutina se lleva casi todo nuestro tiempo, algunas personas de reconocido éxito han puesto de moda lo que se conoce como ‘la regla de las cinco horas’ cuya práctica se remonta hasta Benjamin Franklin. El concepto es muy simple: «reservar al menos una hora al día (o cinco horas a la semana) para actividades que puedan calificarse como prácticas deliberadas de aprendizaje».

Una regla de oro a la que podríamos añadir el Niksen o el ‘arte de estar en casa sin hacer nada de manera consciente’, que en realidad es mucho más que ‘no hacer nada’ porque de lo que se trata es de enfocarnos en algo aunque sea tan simple como mirar por una ventana…Algo aparentemente sencillo aunque no lo es…La práctica del Niksen nos libera de las actividades cotidiana en un intento por dejar la mente conscientemente en blanco, predispuesta a futuros aprendizajes y cambios ¿Para qué? Para aprender a aprender, para promover nuestras capacidades y desarrollar el espíritu crítico…Nunca seremos Bill Gates (ni falta que hace porque ya existe) pero sí una mejor versión de nosotros mismos…Y ahí vamos…

La ‘Tierra prometida…’

Si te esfuerzas y consigues, cree. Si te esfuerzas y no consigues, puedes creer (pero considera que quizá ese camino no es para ti). Si no te esfuerzas y consigues, no creas..(proverbio Judío)
Europa Press

Esta semana la prensa y  la radio se hicieron eco de una noticia que ha removido los cimientos del mundo del deporte. Los grandes del futbol se han unido, con Florentino  Pérez a la cabeza, para establecer una nueva competición: la súperliga europea…Así que todo se pospone porque parece que esta ‘buena nueva’ para los amantes del futbol, que hará aún más rico (más todavía si cabe) a los más ricos, no tiene espera, merece la atención de los expertos, los informativos, las tertulias y los tertulianos… A mí la noticia no me interesa lo más mínimo,  me la refanfinfla, aunque la respeto. No me gusta el futbol, ni la violencia que ha engendrado, ni el machismo, ni los iconos que representa para los niños y niñas, ni el insultante dinero que ganan algunos jugadores, ni los extremismos que genera…Hace mucho que dejó de ser un deporte para convertirse en un negocio millonario que ha otorgado poder y capacidad para mover intereses políticos a favor de unos pocos…No queda ahí la cosa. Por si no fuera poco, hace mucho que ha sido utilizado como ‘arma de distracción masiva’: panem et circense para el pueblo…

Y mientras los amantes del deporte ‘rey’ se congratulan y entran en disputa, en Europa los políticos y expertos en Sanidad, continúan la gestión de las vacunas debatiendo sobre las franjas de edad y las pautas a seguir con la segunda dosis… Un mar de dudas sobrevenidas a causa del desconocimiento que paraliza una y otra a vez la inoculación de algunos  grupos de población, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de los plazos establecidos para obtener la inmunidad de rebaño con los ojos puestos en el verano, a fin de dar oxígeno a la maltrecha economía comunitaria… Aquí en España al debate común europeo se suma la campaña madrileña…Al final tendré que dar la razón a Ayuso: Madrid es España porque su discurso va contra el Presidente del Gobierno y no contra sus adversarios. Tan segura está de su reelección que no los considera rivales. La Presidenta en funciones, en ocasiones, se otorga demasiadas licencias y se pasa de la raya. Parece que molestan las colas del hambre, tal vez afean las calles por su falta de estética o taponan las entradas a los bares, lugares paradisíacos a los que todos deberíamos ser asiduos. Los ‘mantenidos’, esa nueva especie nacida al calor de los ERTEs y el paro, son un engendro de la izquierda según defiende…Podría ser que su nueva estrategia pretenda el desgaste de la coalición’ a fin de provocar el adelanto de las elecciones. De ser así Ayuso ganaría también la Presidencia del PP de Madrid (a imagen y semejanza de Esperanza Aguirre) y encumbraría a Pablo Casado para que ocupe la Moncloa. Craso error. Ayuso y Casado no llegarán sólo con su electorado sino de la mano de VOX y con ellos regresaremos al pasado, al tiempo de nuestras abuelas, al control parental, a la disolución semántica de los femeninos, al poder reforzado del patriarcado contra el que tanto hemos tenido que luchar…

En el reverso de la moneda otras noticias internacionales adquieren relevancia para una parte de la prensa que ha dedicado sus portadas a Israel estrenando ‘nueva normalidad’. Las fotografías tomadas en Tel Aviv muestran rostros satisfechos y sonrientes,  sin mascarillas, paseando o sentados en bares y restaurantes catorce meses después, con 5400 fallecidos a las espaldas, casi 900.000 infectados y la gestión de un Gobierno que apostó claramente por la vacunación masiva. Así han consumado la vuelta a la normalidad y el inicio de la recuperación económica. Resulta paradójico que sea Israel el primer país del mundo en superar (con todas las reservas) la pandemia. La historia del pueblo judío se remonta milenios antes del nacimiento de Cristo aunque parece que lo que más nos suena tiene que ver con el Holocausto.

Los judíos siempre han despertado cierta curiosidad que, recientemente, hemos podido satisfacer gracias a algunas películas y series que nos han permitido conocer algo más de cerca esta cultura y arrojado luz sobre el  judaísmo ultra ortodoxo, cuya práctica religiosa resulta particularmente devota al afirmar-como todo el judaísmo ortodoxo- que la Torá fue entregada en el Monte Sinaí por Dios, con sus respectivas leyes, y por eso constituye el «manual de instrucciones del mundo». La película Unorthodox, basada en la biografía de Deborah Feldman,  nos acerca a la vida de una joven judía, a su lucha, abandonar la comunidad y a sus dificultades y retos tras decidir estudiar en Berlín…Las comunidades yasídicas viven al margen de la modernidad y quienes abandonan sufren un duro proceso de integración que algunos no superan. Por otro lado Shtisel  -serie protagonizada por una familia ficticia y ultra ortodoxa de Jerusalén- narra el drama familiar de un joven soltero y su padre viudo. La serie nos acerca a su vida cotidiana, a sus costumbres, modo de vida y, finalmente a la búsqueda del amor que padre e hijo persiguen siguiendo fielmente las estrictas reglas de juego marcadas por su religión. Película y serie, ambas en Netflix, transcurren en esta década lo que motiva la reflexión al contrastar su estilo de vida  con nuestra cultura cristiana  occidental.   

La historia del pueblo de Israel deja en evidencia  su capacidad de supervivencia.  Su historia simboliza la superación y la lucha por la libertad. En el Éxodo (que significa ‘salida’) se relatan las vicisitudes de este pueblo esclavizado, su salida de Egipto y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia la ‘Tierra prometida’, por excelencia en Israel, la ‘Jerusalén Celeste…’. La heredad prometida era la franja comprendida “desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el río Éufrates”, la tierra de Canaán de la que Yavéh habló a Abrahám y a la que Moisés no pudo entrar por haber cometido una falta durante la travesía del desierto que Dios no le perdonó…Vituperado, perseguido, expulsados, masacrados, exterminados los judíos han resistido y subsistido sin abandonar sus creencias. 

Luego, a lo largo de su historia, en el devenir de los tiempos, los encontramos asentados en diversos países de Europa dedicados a la agricultura, a la artesanía, al comercio y, tras el nacimiento de la banca, como administradores, banqueros, prestamistas y cambistas. No obstante en la España de los Reyes Católicos apoyados por la política del cardenal Cisneros y el tribunal del Santo Oficio, tras considerar el grave riesgo de heterodoxia que suponía el contacto de los cristianos, principalmente los conversos, se decidió su expulsión en 1492 mediante el Decreto de la Alhambra.  En un plazo de cuatro meses abandonaron Sefarad, nombre que los judíos dieron a España. Desde entonces el término ‘sefardí’ hace referencia a los descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica quienes en su diáspora formaron comunidades en diversos países de Europa, el Mediterráneo Oriental y el Norte de África.

La historia de pueblo judío está salpicada de persecuciones y expulsiones. Por eso es un pueblo que deambula, que migra de unos lugares a otros casi siempre rechazados sin poder echar raíces. Los ‘progrom’ o persecuciones violentas y devastadoras se han sucedido tras culpabilizarlos de hechos inexplicables  como la epidemia de peste negra de 1346. Entre los progroms más sangrientos encontramos el de 1938 cuando cientos de sinagogas y negocios de propiedad judía fueron saqueados e incendiados, decenas de miles de judíos públicamente humillados, deportados y hasta 1.300 asesinados. Otro de los más crueles fue el de 1941 cuando los funcionarios y las unidades militares rumanas, a veces ayudadas por soldados alemanes, asesinaron al menos 8.000 judíos  en Iasi, en la provincia rumana de Moldavia al que siguió el de Kielce, Polonia, en 1946, realizado durante la ocupación alemana a fin de hacer limpieza étnica antes que comenzara la Guerra. Actos que, con el tiempo, avergonzaron a diferentes líderes dispuestos a reconocer los errores de pasado y pedir perdón como hizo el 7 de julio de 1996 el primer ministro polaco, Wlodzimierz Cimoszewicz, por el pogromo de Kielce. La Iglesia católica se sumó a las conmemoraciones con un llamamiento a los polacos a «examinar su conciencia».     

Sin embargo, más reciente en nuestra memoria, es el progrom de Alemania contra los judíos en la conocida como ‘la noche de los cristales rotos’ (en alemán Novemberpogrome 1938 o Kristallnacht) una serie de linchamientos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi llevado a cabo contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir…Y finalmente el Holocausto, el intento de exterminación, los campos de concentración, experimentos, aberraciones, violaciones, robo, la mayor humillación y vergüenza de la humanidad…

Parece justo que sea Israel, el pueblo elegido por Dios, tantas veces maltratado y derrotados, el mismo que pacientemente caminó hacia la Tierra Prometida, el que encabece hoy la victoria contra el mayor enemigo de nuestro tiempo, así fue como el gobierno de Israel el pasado domingo 18 de marzo declaraba el fin de las medidas sanitarias impuestas desde 2020 por el brote del nuevo coronavirus. Finalmente las familias judías pudieron volver a reunirse en torno a la mesa del «seder», la cena ritual que da inicio al Pésaj (Pascua) que no pudo celebrarse el año pasado por un toque de queda que limitó la considerada fiesta de la libertad. A ellos les deseo feliz vuelta a la ‘normalidad…’

Internet

Bajo el manto de Hécate…

Hécate , hija menor de Zeus, es UNA DE LAS diosas MENOS CONOCIDAS y representa la Diosa griega de la magia, de la encrucijada, del conocimiento trivial, además de ser la responsable de mantener el velo que separa el mundo de los dioses del mundo de los mortales…Tal vez bajo su manto hayamos vivido todos, sin saberlo, este primer año de la pandemia…
Imagen Internet

La diosa griega Hécate es muy poco conocida. Hija menor del dios Zeus, padre de los dioses, fue también titánide que recibió de Perses y Asteria el poder sobre la tierra, el cielo y el mar. A pesar de que no la precede muy buena fama se la conoce por su actitud protectora hacía sus hijos aunque, en el ‘imaginario mitológico’, parte de su vida transcurra en el inframundo…Presente en algunas guerras, librando batallas contra monstruos marinos, Hécate tiene la autoridad divina, el control absoluto sobre la magia y, lo más importante, puede ver los múltiples futuros que podrían suceder, poseyendo, por tanto, la capacidad de predecir profecías…No tentemos la suerte. Tal vez hayamos caminado bajo su manto a lo largo de todo este año y tal vez, contrariamente a lo que pueda parecer a los ojos de quienes se amparan en vírgenes y santos, el resultado no haya sido ni tan malo ni tan bueno…

Mientras Hécate sostenía con sus manos el tupido velo que separa el mundo del inframundo, nosotros, sus habitantes, nos hemos debatido entre la vida y la muerte, entre la angustia y el la esperanza, el miedo y la valentía… Así ha transcurrido ya un año desde el inicio de la pandemia. Por ello estos días se han celebrado algunos homenajes en memoria de las primeras víctimas del coronavirus. Médicos, enfermeras, personal sanitario en general, han depositado una flor amarilla por cada uno de los fallecidos y pronunciado, uno a uno, sus nombres. El mensaje que han querido transmitir era claro: ninguno fue un número de expediente ni alguien anónimo. Todos mantuvieron su identidad y contaron con una mano amiga a la que poder asirse en tan difíciles momentos…Y todos, ellos y nosotros, hemos aprendido algo…

Hasta que comenzó la covid mucha gente no había oído hablar de la última catástrofe epidemológica de principios de siglo XX, conocida como ‘gripe española’ y catalogada como ‘la ‘madre de todas las pandemias’, la misma que se llevó por delante entre veinte y cincuenta millones de personas a lo largo y ancho de todo el planeta, según cifras de la OMS. El balance de la mortalidad superó con creces al de la I Guerra Mundial, sobre todo en los países pobres en los que la gripe fue implacable. Solo en la India fallecieron 17 millones de personas. Basta echar una ojeada a los libros de historia o a las hemerotecas o bucear entre los testimonios, para comprender la profundidad de semejante catástrofe y la dimensión de sus consecuencias, comprobando a la par, la capacidad de superación de los supervivientes así como las transformaciones sociales y económicas que permitieron reinventar un mundo mejor para todos.

Ahora que se acerca el 8M conviene traer la colación el papel que jugaron las mujeres en el proceso de recuperación post pandemia pues, aunque no causó cambios radicales en la estructura social como en su momento sucediera con la caída del feudalismo por la peste negra allá por el siglo XIV, resultó determinante para inclinar la balanza de género en muchos países. La falta de trabajadores a consecuencia de la alta mortalidad de la gripe y la guerra, representó una oportunidad para que las mujeres accedieran al mercado laboral. En fin, la pandemia dejó algunos legados a las siguientes generaciones (históricos, genéticos, económicos, sanitarios…), evidenció muchas carencias a todos los niveles y, algo muy importante, destapó la necesidad de cooperación internacional dando lugar a la posterior creación de la Organización Mundial de la Salud en 1948.

Ha pasado ya un año desde que nos llegaron los primeros ecos y oímos hablar por primera vez (yo al menos) de aquel virus con corona que parecía cosa de la lejana China. Tal vez sea el momento oportuno para hacer un pequeño balance y sopesar, mirando atrás, lo que semejante vivencia nos ha aportado y nos ha restado. Personalmente ha sido un año ciertamente duro que me ha privado, en primer lugar, de estar con mi hijo, al que no veo desde las Navidades del 2020 y también de los amigos que tengo en otros puntos de la geografía española aunque, no obstante, nos hemos mantenido unidos, hemos estrechado, acercado e incluso creado vínculos. Hemos aprendido a darnos calor en la distancia, ofrecer y recibir compañía, cariño, apoyo y paliar así la soledad de algunos durante tantos y tantos días. A mí me ha ayudado a ver con claridad que ‘no soy ni estoy’ sola, sino que ‘somos y estamos’ porque vivimos en un mundo interdependiente. Nuestra existencia individual no es más que el eslabón de una larga cadena que conecta a todos los seres entre sí y, a la vez, a todos con el planeta. Sin duda la pandemia ha sacado a la luz la necesidad de rectificar ciertas conductas respecto a la naturaleza y adoptar una actitud más cuidadosa y respetuosa para con nuestra querida Tierra, si queremos que continúe dando cobijo a nuestros nietos, biznietos y tataranietos…

Si algo he aprendido del género humano y de mí misma es que las dificultades constituyen un oportunidad para aprender, que incluso lo ‘malo’ que nos pasa viene de la mano de ‘ciertas bondades’ que, en ocasiones, solo somos capaces de percibir pasado un tiempo…Por eso me hizo pensar un vídeo que circuló hace poco por la red titulado «Las cosas buenas que pasaron en 2020», cuyo contenido, por lo positivo y esperanzador, comparto a continuación:

  • La población de elefantes se duplicó en Kenia.
  • Alemania está transformando 62 bases militares en reservas naturales.
  • El desarrollo de la vacuna de covid Pfizer está por revelar una potencial cura para la esclerosis múltiple.
  • Nuevo análisis de próstata en solo 20 minutos con la orina del paciente tienen un 100% de exactitud.
  • Un expécimen exótico de rinoceronte asíatico nació en un zoológico de Polonia.
  • Los propietarios de casas y departamentos no podrán prohibir las mascotas a los inquilinos de Inglaterra.
  • Cultivo de madera en laboratorio podría terminar con la desforestación.
  • Se levantaron 14 billones de dólares para seguir con la iniciativa de replantar árboles en toda África.
  • Las ventas de libros siguen en su octavo año de crecimiento sostenido en todo el mundo.
  • Se cerró el agujero de ozono en la Antártida.

Hoy por hoy nos acechan otros miedos, nos ocupan otros debates y nos preocupan otras cuestiones. El tiempo transcurrido no pasó en vano y, unos más que otros, padecemos la fatiga provocada por el confinamiento, la escasez de vida social, la falta de compañía de la familia…Y ahora todos andamos con un ojo puesto en las vacunas y otro en las nuevas cepas que primero fueron tres y, a continuación, algunas más…No obstante y aunque aún no lo sepamos, tiempos mejores se intuyen en el horizonte…Como dijo el filósofo Eric Holfer, «En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe». Tomo nota…

Llueve sobre mojado…

Desde que se inició la pandemia, se impuso el distanciamiento social y la limitación de aforos hemos normalizado que tenemos que hacer ‘cola…’. Solos, con gente  conocida o anónima compartimos la espera mientras conversamos de esto o de lo otro…Diálogos intrascendentes que, casi siempre, conducen a ninguna parte, como cuando ‘llueve sobre mojado…’
Fotografía: mp_dc

Hace unos días tuve  que ir al Banco. Cómo era de esperar había cola. Dos exactamente: una para el cajero y otra para las ‘citas previas’. El cajero no funcionaba así que todos, conforme llegaban, preguntaban al chico que encabezaba la fila, que pacientemente repetía una y otra vez: «lo están arreglando, eso me han dicho…» Todos con mascarilla, todos pidiendo turno con aire de resignación pero sin dejar transpirar una gota de impaciencia, como si hacer cola fuera un hábito de toda la vida… La pedagogía de la covid ha funcionado-pensé- hemos aprendido y a nadie le sorprende tener que esperar. Esta situación no sé por qué trajo a mi cabeza imágenes vistas en documentales por la TV de la antigua URSS o de Cuba en tiempos de Fidel Castro, ambas conocidas, entre otras cosas, por sus largas e innumerables colas –mayoritariamente de mujeres- a las puertas de los supermercados o comercios, en aquellos tiempos en los que imperaba el régimen comunista bajo el cual escasearon productos y alimentos…Me pregunté si no será por eso que muchos tienen miedo a pronunciar esta palabra –comunismo- o si es por eso que ‘algunos políticos’ la usan intencionadamente como una amenaza… Recordé también el mes de marzo pasado cuando nuestros supermercados se vaciaron y la gente arrasó con el papel higiénico… En fin, no sé por qué las colas de ahora me provocan un cierto sabor añejo, a pesar de haberlas conocido sólo por los relatos de mis abuelos o mis padres… Y enlazando un pensamiento con otro llegué hasta las actuales ‘colas del hambre…’ Y la palabra ‘hambre’ me sugirió  retroceso y el retroceso  pobreza y la pobreza escasez, penuria, carencia,  estrechez, miseria y de vuelta a las colas…

Detrás de mí unos cuantos señores mayores, dispuestos a cobrar su pensión, discutían sobre las retenciones en la paga extra… Hablaban todos a la par, indignados… Frases construidas con palabras aprendidas de oídas y escasa lectura. Palabras cojas de letras o sílabas aunque plenas de sentido común…Quejas y lamentos tras toda una vida de trabajo y una jubilación exigua que apenas llegaba para dos y que con la crisis tuvieron que dividir por cuatro o por seis … Hombres, porque eran varones los que formaban este corrillo, de piel curtida y ropa de mercadillo acostumbrados a tener que apañar la mesa con comida de ofertas y vino barato, un pecado en una tierra de viñedos y bodegas, conocida también por sus buenos vinos… Paradojas del destino, me dije: cada vez son más los que tienen menos y menos los que tienen más… Miré hacia atrás y comprobé como la cola se curvaba mientras sumaba gente diversa: jóvenes y mayores, mujeres y hombres… Obreros, oficinistas, jubilados…

Por otro lado, en las colas se comentan cosas. Una vez tomado el contacto visual con quien está delante o detrás, un gesto o una simple palabra desencadena una conversación de las de ‘andar por casa’. En esta ocasión, a las puertas de una oficina bancaria, el tema giró en torno al futuro de los bancos, de las sucursales y el triunfo de la ‘banca virtual’ sobre la tradicional. Adiós a esa atención personalizada aun cuando no tuvieras más que unos poco ahorros. «Ahora te asignan un ‘gestor/a’ personal con quien intercambias mensajes que cuelgas en tu ‘muro’ y si quieres más te lo cobran aparte» -dijo una señora con mucha seguridad-. «Lo malo es la gente mayor que no sabe nada de informática» -comentó un señor de mediana edad- «De aquí a diez años esto se acaba -dijo mientras levantaba las cejas e inclinaba la cabeza hacia la puerta de la oficina-» Y es verdad, pensé yo… Los bancos están aprovechando la coyuntura de la covid para realizar grandes fusiones e instaurar definitivamente la banca del futuro que será, casi al cien por cien, virtual…

A continuación alguien se sumó a la conversación para añadir: «Otra cosa que está cambiando es el pequeño comercio, al parecer ya existen varias aplicaciones para el comercio local on line«. Todos asentimos casi a la par. El pequeño comercio, que ya estaba siendo amenazado por las grandes superficies desde hace décadas, ha subsistido a duras penas gracias a una clientela fiel, de las de ‘antes’, aferrada a funcionar ‘como siempre’. Gente mayor, sobre todo, que vive en poblaciones pequeñas donde los cambios se producen con mayor lentitud y sus habitantes se resisten a modificar sus viejos hábitos y forma de vida…A estos pequeños comerciantes la pandemia les ha obligado a elegir entre adaptarse o desaparecer. Por eso han decidido subirse al carro de la venta por internet, animados y empujados por empresas que han impulsado campañas de informatización y han desarrollado nuevas apps -esas de las que se hablaban en la cola- que a muchos les salvará la campaña de Navidad…

De repente el cajero funcionaba y la hilera de gente comenzaba a avanzar con cierta rapidez mientras yo aguardaba mi turno en la fila de al lado… De nuevo presté oídos, movida por la intensidad de las voces más que por la curiosidad… Eran dos señoras con carrito de la compra que hablaban y gesticulaban moviendo las manos: «No sé dónde vamos a parar» -decía una que parecía más mayor- «Yo -contestaba la otra- gracias a la ‘asociación’ que nos da un lote de comida a la semana, sino de qué…» La más mayor asentía con la cabeza mientras la más joven continuaba su soliloquio casi sin respirar: «A ver qué hago yo con 400 euros…Y el Rey, mientras gastando el dinero por ahí… Y los del gobierno no harán nada, te lo digo yo, nada. Como ellos no tienen el problema… A los demás que les den…». Bueno, tuve que hacer una síntesis rebajando el tono porque el monólogo, que no tiene desperdicio, estaba salpicado de palabras gruesas que podrían resultar ofensivas o herir la sensibilidad de alguien…Aunque sinceramente, aparte del tono y de las expresiones más o menos burdas, el contenido, el mensaje, desde mi punto de vista, se ajustaba totalmente  a la realidad…

Me quedé pensativa, valorando lo que había escuchado, sintiéndome privilegiada por no tener que depender de un lote de alimentos… Porque es una realidad que han crecido considerablemente el número de familias que dependen de estas ‘colas’ a pesar del ingreso mínimo vital. A los ‘pobres de siempre’ se han sumado los empobrecidos por la coyuntura económica a resultas de la pandemia. Entonces recordé que hace unos días leí un artículo sobre el voluntariado en España que, al parecer, ha crecido de manera asombrosa. En la actualidad existen dos millones y medio de voluntarios más que antes del coronavirus, la mayoría jóvenes que perdieron el empleo o están en ERTE y decidieron dedicar parte de su tiempo a ayudar a los demás…De hecho, sin esta solidaridad colectiva, muchas familias no podrían subsistir…Las políticas sociales son insuficientes y dejan fuera del tablero a los sectores más pobres…

Por fin llegó mi turno. Crucé la puerta mientras pensaba en lo variopinto del género humano, en la variada casuística de tantas vidas reunidas al azar en una cola…En la ‘suerte’ de unos frente a la bien o mal llamada ‘mala suerte’ de otros. Y me sentí aliviada de pertenecer a ese grupo que se denomina a sí mismo ‘normal’: ni mucho, ni poco sino suficiente…’Normal’ un término de compleja definición…Aunque ahora que lo pienso, en mi cazadora tengo un pin que dice: ‘Normal, es un programa de mi lavadora…’ Ahí queda eso…

El post número 100…

Cien entradas dan para mucho o para muy poco, según se mire…A lo largo de este primer año ‘la pensadora gaditana’ ha tocado diferentes ‘palos’: desde el intimismo introspectivo a las realidades cotidianas, planeando sobre el actual panorama, desde marzo, atravesado por la covid…Y en cada entrada permea la presencia de la Historia, la referencia a nuestro pasado colectivo, evidentemente necesario para la comprensión del presente…
Fotografía: P. G.

La foto no es mía pero soy yo. Recuerdo perfectamente cuando Pablo, un amigo de mi hija, me la hizo un día que dimos un paseo por una pequeña cala cercana a mi casa. Por entonces remontaba mi duelo y reinventaba una vida vacía que comencé a llenar con actividades placenteras y enriquecedoras. Me costó aceptar que la oportunidad de entregarme a realizar todas las tareas que me gustaban hubieran llegado de la mano de la muerte de mi hijo, lo que quise interpretar como un regalo o un legado resultado de su generosidad. Había pasado de no tener tiempo para mi a tener todo el tiempo…Todo el tiempo, literalmente, entonces me resultaba tanto que me asustaba y me conmovía a la par…Hasta que aprendí o asumí que la vida es un don, esa vida que inexorablemente proseguía su curso a pesar de mis resistencias. Así que superadas las primeras etapas, cuando sentí la aceptación plena, tomé la decisión -creo que sabia- de abrir un blog (que no era el primero, porque ya tenía otro) y crear un espacio donde plasmar mi impronta haciendo algo que me llena, me gratifica y me ayuda a expresar, a nombrar y a renombrar emociones: escribir. Me apetecía tener una bitácora propia, un trocito virtual, una plataforma desde donde lanzar mis pensamientos, opiniones, reflexiones y vivencias dejando al azar su destino…

Biografías históricas de mujeres, temas de actualidad o relatos de ficción en los que mi yo más íntimo se ha colado en múltiples ocasiones. Unas veces sin querer, a modo de proyección, otras queriendo, conscientemente, siempre disfrazado o escondido entre metáforas o entelequias a las que he trasladado sentimientos, emociones o mensajes encriptados u ocultos, cuyas claves o códigos son accesibles sólo para quienes me conocen bien y me leen entre líneas…

El caso es que este mes hace un año que hice la ‘mudanza’ desde otro blog, aunque ‘la pensadora gaditana’ no cobró vida propia y comenzó su andadura hasta marzo del 2020, fecha en la que se inició el confinamiento colectivo por la pandemia. Por entonces escribí la siguiente presentación:

Mujer, feminista, humanista, docente (actualmente jubilada), historiadora de oficio, traigo ‘de serie’ chip de ‘pensadora y gaditana…’ ‘Solo sé que no sé nada’, que ‘el saber no ocupa lugar aunque coge mucho sitio’ y que ‘nunca es tarde si la dicha es buena…»Aprendo a aprender…’ El estreno de este nuevo blog (que no es el primero, al que me refería más arriba) llega de la mano de una situación tan insólita para mi como para todos: la pandemia por COVID-19. Los hashtags #yomequedoencasa, #coronavirus y #covid-19 son los más repetidos estos últimos 20 día de reclusión en nuestros hogares y no se han hecho virales en vano, por el contrario, han despertado una oleada de creatividad que ha tomado múltiples y variadas formas, dándonos a cada cual la oportunidad de sacar lo mejor de nosotras mismos para ofrecerlo solidariamente a los demás…Y me pregunto ¿qué puedo hacer yo? No canto bien, ni toco ningún instrumento, ni tengo dotes de actriz… Por tener, tengo otras dotes que no vienen al caso y por no tener no tengo balcón lindero a una calle transitada de cualquier ciudad al que poder asomarme cada tarde a las 20.00h para compartir los aplausos a nuestros héroes sanitarios y a todos los trabajadores esenciales de quienes depende nuestra subsistencia…aunque aplaudo a solas en el salón de mi casa al compás de la TV… No obstante y pensándolo mejor (siguiendo la sugerencia de Pura Mª) si que poseo el mejor de los ‘balcones’, uno enorme: mi ‘imaginación’, ‘mi mente’ siempre abierta de par en par, donde habitan pensamientos y cientos de palabras que procuro hilvanar hasta componer textos coherentes, entretenidos e incluso bellos…Ojalá sea sea así…Os espero…Gracias…

Y aquí sigo. Confío no haberos defraudado…Agradezco los préstamos a las ‘blogueras’ invitadas, ‘amigas virtuales’ con quienes comparto el placer de la escritura… Un honor acogerlas en mi modesto blog. Gracias también a los conocidos y desconocidos que me habéis leído con silenciosa e incondicional lealtad… Esta ‘pensadora gaditana’ reconoce que necesita remontada de ánimo, pero continuará adelante, más y mejor a ser posible.Porque como diría Eleanor de Aquitania: ‘Solo Sé Seguir’.

‘Vuelo libre’. Fotografía: mp_dc

Literatura y pandemias: Bocaccio, Defoe, Manzoni y Camus…

Vivimos un punto de inflexión. Ya no vale decir que la pandemia nos cambiará la vida. No. La vida ya nos ha cambiado. Basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta que hemos automatizado determinadas rutinas dentro y fuera de casa. Ya no hay nadie a la puerta del supermercado para indicarnos qué hacer, ni recordarnos qué distancia mínima debemos mantener. Aguardamos nuestro turno y hacemos cola en cualquier establecimiento. Nadie protesta. Ya no nos parece raro andar con mascarilla, más bien lo contrario. Salimos menos de compra aunque han aumentado las ventas on line. El teletrabajo se está regularizando y ha animado a muchas familias a buscar viviendas en el extrarradio de su ciudad. Casas más amplias, preferentemente con terrazas y si la economía lo permite, en el campo o urbanizaciones con zonas verdes propias y/o comunitarias…Parece que se avecina un nuevo éxodo y muchos urbanitas, amantes del asfalto, comienzan a sopesar y poner en valor las bondades y beneficios de vivir en los pueblos…Así que sí. Casi sin darnos cuenta el mundo y, nosotros con él, experimenta un proceso cambio aunque el cambio no afecte a todos por igual…

Los efectos y consecuencias del coronavirus están aún por ver pero seguro serán devastadores. Los expertos vaticinan un gran impacto económico a corto y medio plazo que, de momento, sólo lo perciben en sus carnes los grupos sociales más vulnerables. Tal y como nos enseña la Historia el covid no ha sido la primera pandemia padecida por la humanidad. Tras la ‘peste negra’ que asoló a Europa durante la Edad Media, se produjeron importantes cambios que vinieron acompañados de un fuerte retroceso y una gran pérdida de población cuya recuperación tardó más de un siglo…Desapareció el comercio, decayeron los núcleo urbanos y mucha gente huyó al campo…¿Os suena?. La también conocida como ‘peste bubónica’ dejó campos sin trabajar y las cosechas podridas, situación que provocó una gran escasez de alimentos y los que salieron al mercado lo hicieron encarecidos, a precios que la mayoría no podían pagar. Así fueron a parar a manos de unos pocos los mismos que, a continuación, se dedicaron a especular y a lucrarse sacando partido de las penalidades y el sufrimiento ajeno…El siglo XIV estuvo marcado por las epidemias, el hambre, las guerras y, en consecuencia, la sociedad sufrió una profunda transformación y con ella el aumento de las desigualdades…

Los historiadores, por contradictorio que parezca, señalan además otros efectos económicos y sociales ‘positivos’ para los supervivientes. Carmen Sarasúa, Profesora Titular de Historia Económica de la Universitat Autònoma de Barcelona señala a este respecto que «la tierra era abundante, al caer la oferta de trabajo los salarios aumentaron, y se ha visto por ejemplo que las mujeres encontraron muchas más oportunidades laborales en los gremios que hasta entonces las habían vetado, en los jornales agrarios, etc…» Otras bondades sobrevenidas de las epidemias fueron la mejora de la salubridad pública, la recogida de basuras y aguas fecales, la regulación de animales vivos y muertos en la ciudad o la orden de ubicación de los cementerios fuera de las localidades (Real Cédula Carlos III en 1787).

Otra gran epidemia, la mal llamada ‘gripe española’, causó más muertes que la Primera Guerra Mundial. Entre ambos acontecimientos la economía se hundió y hubo una profunda transformación en los movimientos migratorios…No obstante lo que todas las epidemias parecen tener en común es que no afecta por igual a toda la población. Este podría ser el nudo gordiano. Y mientras algunos sectores hacen ‘su agosto’ (véase el ejemplo de las mascarillas y geles de manos) otros, en cambio, se hunden…Mientras, un reducido número de millonarios saca suculentos beneficios, tal y como ocurrió con la crisis de 2011 (https://www.lavanguardia.com/economia/20180619/45266350996/espana-ricos-millonarios-fortunas-crisis.html) tras la cual creció número de ricos en España…

La literatura y la historia siempre han ido de la mano. Cada época ha dado a luz una pluma que ha sabido recrear el contexto y sus avatares además de dar vida a personajes ficticios utilizados para contar la realidad y dar riendas sueltas los pensamientos e ideas propias… Veamos algunos ejemplos: «El Decamerón» de Boccaccio, obra que utiliza el marco narrativo del estallido de la epidemia de la peste que asoló Florencia en 1348, cuyo título significa ‘diez días’ y está inspirado en «Hexamerón» de San Ambrosio. El Decamerón es considerada una obra maestra de la prosa que narra la gran epidemia y sus efectos a través un grupo de jóvenes compuesto por siete mujeres y tres hombres que intentan escapar del horror aislándose en una villa a las afueras de Florencia…Otra podría ser el «Diario del año de la peste» escrito por Daniel Defoe en 1722. Se trata de un relato ficticio que narra las experiencias de un hombre que vivió durante la epidemia de peste que padeció Londres en 1665 y asoló a una quinta parte de la población. Esta obra puede ser comparada con la de Manzoni, I promessi sposi (Los novios), uno de los primeros referentes de la novela moderna italiana. Cuenta la historia de los prometidos Renzo y Lucía, quienes se ven separados por diversas causas acontecidas bajo el telón de fondo de la peste milanesa de 1630.

Más cercana en el tiempo es «La peste» del conocido escritor francés Albert Camus, Premio Novel en 1957, considerado el autor que mejor encarna la literatura de la Europa del siglo XX. ‘La peste’ se publicó en 1947 y en ella Camus cuenta la historia de unos doctores que se encuentran en Orán, ciudad portuaria de Argelia asolada por una epidemia de cólera, por boca de los cuales el escritor reflexiona sobre la solidaridad, la religión y sobre cómo los seres humanos nos aferramos a lo absurdo, invitándonos a valorar la responsabilidad personal y a cómo deberíamos negarnos a entregar la vida al mantra de la religión…Ante la vida y la muerte Camus se posiciona negando a Dios, observando la fe como expresión de impotencia, aunque admitiendo, a la par, que el escepticismo tampoco nos libera…

En definitiva todas nos hablan de cómo la sociedad afronta el miedo y la muerte, la búsqueda de culpables y los caminos recurrentes: para unos la religión y la magia, para otros el escepticismo o la ciencia como única solución…En todo caso algunos ‘gurús’ salen ya al paso: bien advirtiendo sobre cierto tufillo ‘anticristiano’ o bien augurando una apocalipsis final bajo el lema ‘cualquier tiempo pasado fue mejor…’. La realidad es que corren tiempos difíciles y, en mi opinión, ninguno de nuestros líderes políticos da la talla…Todo lo demás es vanidad o falacia…

La buena estrella…

Me regalaron el último libro de Rosa Montero: «La buena suerte…» Me fui directa a la contraportada: «La alegría es un hábito» leí…Son las primeras palabras de la escritora en la sinopsis…Luego oí a la autora en una entrevista contando cómo surgió la novela y cómo tras una historia que puede parecer, a simple vista, una trama de suspense está el auténtico relato que va más allá y escruta y disecciona el alma humana con frecuencia atrapada entre el miedo y la culpa…

Todos pensamos en algún momento en nuestra ‘estrella’ esa que creemos o, queremos creer, conduce nuestro destino…El refranero, siempre tan sabio, se hace eco de las inquietudes y creencias populares y habla de ellas, de la suerte, de la fortuna: ‘Unos nacen con estrellas y otros estrellados’, ‘afortunado en el juego, desafortunado en amores’, ‘la suerte de cada alma está escrita en su palma’ etc, etc…Todos recordamos haber lanzado una moneda a una fuente o un estanque al tiempo que pedimos un deseo que, por cierto, no se puede decir en voz alta porque si no, no se cumple…Y, por supuesto hemos hecho lo propio cuando hemos visto una estrella fugaz cruzando el trozo de cielo sobre nuestras cabezas…Y sin embargo, algunas veces, lo que en principio hemos etiquetado como mala suerte es más bien todo lo contrario…Y de esas cosas va la vida, solo debemos estar atentas y aprender a leer en el fluir de lo cotidiano, hacer caso a nuestra intuición, ser resiliente y según ha comprobado el investigador británico Richard Wiseman crearnos expectativas positivas y dar la oportunidad al ‘efecto Pigmalión’ (https://www.psicologia-online.com/en-que-consiste-el-efecto-pigmalion-3926.html)

Y una vez concluidos los prolegómenos a modo de reflexión voy directamente a comentar asuntos que necesitarían con urgencia una ‘buena estrella …’

Nota 1.- «Los Miserables…» (de Victor Hugo). Este sería el título adecuado que le pondría al PP a tenor de las actuaciones de algunos de sus miembros, siempre viendo la ‘paja en el ojo ajeno’ pero nunca ‘la viga en el propio’. Y volvemos a las andadas porque, los resultados de la investigación del denominado caso ‘Kitchen’ (séptima pieza separada, de ocho, de la causa judicial ‘Tándem’)parecen imputar a Cospedal, Rajoy y al ex Ministro de Interior Jorge Fernández, quienes ‘supuestamente’ tendrían algo que ver con la desaparición de ciertos papeles en poder de Bárcenas ‘teóricamente’ comprometedores para el Partido…A lo que voy, hay que ser desvergonzado, cínico e insolente para criticar a boca llena y acusar a los contrarios, llámense como se llamen y sean quienes sean, de corruptos cuando la ‘casa propia’ huele tanto a descomposición y a podrido…No creo que hacer política justifique estos comportamientos mezquinos, abyectos y tan faltos de escrúpulos… Tan importante resulta el fondo como la forma y esto va para todos en general… Reclamo buenas formas y mejor dialéctica…

Nota 2.- «Manolito gafotas» ( de Elvira Lindo). Las aventuras y desventuras de miles de niños que se incorporan al cole sometidos un nuevo ritual de entradas y salidas y una liturgia que comienza sacudiendo los pies en una alfombrilla, continua con la limpieza de manos, uso de mascarillas, pupitres separados y juegos a distancia…Atrás quedaron los empujones en la fila, los papelitos que corren de unas manos a otras con el mote del profesor/a, el dibujo obsceno, la cita con el/la compañero/a a la hora del recreo, los abrazos celebrando el gol de la victoria, el bocado exquisito del desayuno ajeno, soplar las preguntas del examen al de al lado…Clásicos que la pandemia puede llevarse por delante y desterrar de los anales de la historia de la educación millones de anécdotas hasta ahora conservada en la memoria colectiva durante generaciones…Pero no quiero ser pesimista…Confío en esa capacidad innata de los niños que les impulsa a sondear, indagar e investigar para descubrir el mundo que les rodea y del que forman parte… Estoy segura que serán suficientemente creativos como para encontrar nuevos gestos, nuevas formas de relacionarse y hacer las consabidas travesuras más allá del obligado distanciamiento…Ojalá que les vaya bonito…

Nota 3.- «Mujer tenía que ser…» (de Sandra Sabatés). Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos en la ONU, ha destacado recientemente que de los 12 países que mejor han gestionado la pandemia, nueve están liderados por mujeres. Este dato, que no suena mucho, debería valorarse. Las mujeres han estado tanto en la primera línea de fuego como en las trincheras luchando contra el covid. Ser mujer en tiempos de pandemia no resulta fácil y, gusté o no, constituye uno de los colectivos de mayor vulnerabilidad. La brecha de género se ha hecho más grande y visible en particular si se trata de mujeres jóvenes, rurales o indígenas… Y tal y como ha venido sucediendo a lo largo de la Historia muchas han quedado relegadas en casa dedicadas al cuidado de enfermos, mayores y niños, además de constituir el colectivo que más pérdida de empleo ha sufrido…En pleno siglo XXI la pandemia ha dejado al descubierto que son las mujeres quienes mayoritariamente, en todos los países, han tenido que hacer frente a nuevos retos y nuevas formas de organización y funcionamiento en los hogares, viendo incrementadas sus tareas con el cuidado y atención a las personas que lo conforman aunque, no obstante, no haya crecido proporcionalmente ni la valoración social ni la económica (https://www.medicusmundi.es/eu/actualidad/noticias/1217/COVID19-pand%C3%A9mia-g%C3%A9nero-mmSur)

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha evidenciado que las mujeres durante la pandemia han perdido en salubridad, bienestar social y economía. El confinamiento declarado por los gobiernos a fin de preservar y asegurar la salud parece haber influido negativamente desde la perspectiva de género pues ellas han quedado más sobrecargada de trabajo y se han visto obligadas a asumir mayores responsabilidades en el marco del hogar… Muy pocas pasarán a la Historia con nombre propio pero todas, todas sin excepción, estamos haciendo Historia…Conviene recordarlo…

Los ‘maquis’ del covid…

‘La negación de lo evidente es simplemente ignorancia’

Hoy me llamó una amiga para saber qué tal estaba y de paso me regañó por algo que escribí sobre las vacunas…Me preguntó si era una ‘maquis’ del covid como Miguel Bosé, por aquello de pertenecer a su quinta…Me extrañó que lo pensara porque considero que me conoce bien…Luego conversamos de buen rollo claro. Argumentó con vehemencia, defendiendo que había que sacrificarse para ofrecer un futuro a nuestros niños y a los jóvenes y que si por edad me tocaba ser de las primeras en vacunarme que debía hacerlo por responsabilidad, porque esta es la guerra que nos ha tocado y tenemos que vencer al enemigo…Después de colgar lo reflexioné. Reconozco que me gustó su perspectiva sobre el asunto. Me pareció una mirada generosa, solidaria, una posición práctica con betas de cierto altruismo…Me gustó tanto que me inspiró esta entrada…Así que ¡gracias querida…!

Según se ha podido comprobar en el devenir de la historia la ‘resistencia’ y la ‘transgresión’ han constituido dos importantes motores de cambio. Existen muchas formas de resistencias tanto activas como pasivas y el negacionismo es una de ellas. También hay muchas formas de negar y la negación de la negación es una afirmación. Vivimos un tiempo de cambio, de incertidumbre, de catarsis social que no sabemos dónde nos llevará. Más que nunca la comunidad científica está entregada buscando tratamientos y, sobre todo, una vacuna que nos inmunice y nos salve. No desconfío de ellos. Sé que se mueven por intereses profesionales y científicos, que publican y difunden sus trabajos para ponerlos a disposición de sus colegas con quienes colaboran, porque el fin último común es salvar vidas…Desconfío de los poderes fácticos, actores estratégicos, influyentes y poderosos que mueven los hilos para impulsar o detener la marcha de la sociedad o el desarrollo económico en función de sus propios intereses. Tales poderes -el dinero, la prensa, las iglesias, los estamentos militares- y las personas u organizaciones que están tras ellos -denominados grupos de presión- tienen suficiente ‘poder’ como para afectar o permitir la gobernabilidad…

También es cierto que no me merecen crédito algunos líderes internacionales. Directamente no creo en ellos porque observo, hasta donde soy capaz, que se mueven para favorecerse a sí mismos a fin de obtener réditos o ganancias materiales (dinero, bienes en general) o inmateriales (prestigio, fama, poder…). Y sí, puede que me asuste un poco que las primeras vacunas salgan al mercado poco experimentadas o con dudosa eficacia, impulsadas por las farmaceúticas y apoyadas por ellos para sacar una suculenta tajada…Pero de ahí a negar la pandemia y, por tanto, la necesidad de vacunar a la población incluso con carácter obligatorio si fuera necesario, existe un enorme trecho…

Por tanto no. No me posiciono para nada con ningún movimiento negacionista y menos el que lidera Miguel Bosé. El yogurcantante, del que apenas teníamos noticias desde hace tiempo, el mismo que se defendía cuando era tildado de ambiguo, rarito e indefinido entre otras etiquetas, parece haber reaparecido buscando algunos primeros planos como adalid de la ‘resistencia’ que niega el covid… Su actitud resulta, cuanto menos, tan dudosa como paradójica, viniendo de alguien cuya madre se cuenta entre las primeras víctimas del coronavirus y sobre todo, por la falta de coherencia pues el cantante convoca manifestaciones en las que no participa y niega el uso de mascarillas pero se la pone…Cualquier líder que se precie debe poseer como primera cualidad la credibilidad y Miguel Bosé, en este caso, no la tiene…

En general estos ‘maquis’ del covid consideran la existencia de una conspiración impulsada por los grandes líderes mundiales a fin de instaurar un Nuevo Orden Mundial. Se valen de la red y las redes sociales para desinformar y dejar correr bulos contra las medidas propuestas por la OMS como el uso de las mascarillas. No constituyen una corriente unívoca y no son apolíticos pues utilizan argumentos muy cercanos a ideologías ultraderechistas, aprovechándose del malestar social para agitar y generar ira. Los impulsores provienen de dos iniciativas principales: ‘ReVelión en la granja’ y ‘La Quinta Columna’ y su objetivo primigenio es hacer ruido y promover el discurso del odio permeado por un vocabulario bélico y represivo, llamando ‘bozal’ a las mascarillas o ‘campos de concentración’ a los hospitales…

A pesar de sus protestas y movidas «El estudio Wellcome Global Monitor 2019, realizado sobre 140 países y 140.000 personas, reflejó que ocho de cada diez ciudadanos (79%) están de acuerdo con la idea de que las vacunas son seguras, mientras que sólo un 7% está en desacuerdo y un 3% no sabe. En España, un 80% pensaba en aquel momento que las vacunas eran seguras…» Yo entre ellas…Y sí, vencer al enemigo es un deber de todos hacia todos…En ello estamos…

Ancianos, viejos y sabios…

En el ecuador de un verano caluroso como no recordaba, me esfuerzo como todos por continuar con mi vida a pesar del rum rum diario torpedeando nuestras cabezas con estadísticas sobre los rebrotes, cifras macroeconómicas que no entendemos muy bien y algunos quiebros políticos que, a estas alturas, no nos sorprenden…La vida continúa aunque no podamos repetir aquello que cantaba aquel cantante ‘de cuyo nombre no quiero acordarme’ (porque nunca gozó de mi simpatía), ‘la vida sigue igual’… No obstante el planeta sigue girando más allá de lo que suceda y a pesar de lo que acontezca, sin que nadie pueda bajarse, ni permanecer ajena, ni detenerlo…Ni siquiera Mafalda pudo hacerlo en aquella famosa viñeta…Quino sabía bien que hubiera sido un error…

Como he dicho en varias ocasiones el mundo de las palabras me apasiona: su etimología, su evolución, su transformación en el devenir de los tiempos. Las palabras nacen, se desarrollan y mueren…Emigran, contaminan, se toman prestadas y se exportan… Son entidades con vida propia. Me gusta su precisión, su riqueza y los múltiples matices que adquieren a través de sus homólogas, antónimas, homónimas o sinónimas…Un sugerente y amplísimo universo que hace de la escritura un vehículo capaz de transportarnos desde los lugares más recónditos a las emociones más íntimas…Es la alquimia del lenguaje…

Y de lenguaje se trata. Llevamos días recibiendo información sobre los rebrotes y sobre las residencias de mayores. Aquí quería llegar yo: abuelo, viejo, anciano, carroza, octogenario, carcamal, ochentón, matusalén y geronte, vocablo menos conocido por estar reservado y al alcance de muy pocos…Estos y otros términos (que omito por su carácter despectivo e irrespetuoso) se usan con frecuencia para designar a las personas de la tercera y cuarta edad. Hijos de la posguerra, hijas de la represión, padres y madres durante la transición, los mayores han protagonizado nuestra historia más reciente para bien y para mal y, ahora que les toca el tiempo de sosiego y serenidad, se ven sacudidos nuevamente, esta vez, por los efectos de la pandemia…

Los gobiernos no están siendo agradecidos ni justos con el colectivo que ha soportado, hasta hace poco, el peso de la anterior crisis económica. Se apretaron el cinturón con Rajoy, acogieron de nuevo en casa a sus hijos, se encargaron de sus nietos y ahora nadie les ofrece garantías en sus Residencias o Geriátricos para que vivan en paz el resto de sus días…Son los abuelos del covid, las víctimas de la pandemia…

A menudo se nos olvida que el tiempo pasa inexorable e igual para todos, que los mayores de hoy fueron los jóvenes de ayer y que la edad es un grado que nos moldea para volvernos tolerantes y sabios. Arrinconar o minusvalorar los saberes y conocimientos adquiridos a lo largo de toda una vida no parece muy inteligente, la historia nos aporta algunos ejemplos…Pero vivimos en una sociedad capitalista y los únicos ancianos que no se consideran ni ‘viejos’ (ni ‘sabios’ añado yo) son aquellos que forman parte de las élites del poder económico, un selecto grupo cuya de edad de jubilación no conoce límites: la gerontocracia

A veces conviene revisar y reinterpretar algunas claves de la Historia… En las sociedades del mundo antiguo los ancianos conformaban los órganos consultivos y asesores del gobierno de la ciudad. En la antigua Grecia la polis de Esparta poseía la ‘Gerusía’, una asamblea formada por veintiocho ancianos de sesenta años, conocidos como ‘gerontes’, más los dos reyes (hay que tener en cuenta que aquellos 60 años no son los de hoy ya que antes la media de vida era bastante menor). Los ancianos constituían un valorado ‘activo político’ tanto en cuanto se les reconocía la sabiduría de la edad, la templanza de la madurez y la lucidez de la experiencia…Reyes y gobernantes percibieron el equilibrio que aportaban a su juventud, su fuerza y ambición, ese poso de saber tras una larga vida…Un tándem que funcionó hasta que dejó de funcionar…

Los atenienses, en contraste con sus vecinos de Esparta criados y educados en el ideal del guerrero, se entregaron a cultivo del ‘arte’ para representar la belleza idealizada del cuerpo humano…Todos hemos podido apreciar en los libros de Historia la perfección de los jóvenes ‘efebos’ o admirar el precioso cuerpo del joven Apoxiomeno… Y sin embargo, también allí surgieron las primeras instituciones de caridad que se ocuparon de los ancianos tal y como Vitruvio relata: «la casa de Creso, destinada por los sardianos a los habitantes de la ciudad que, por su edad avanzada, han adquirido el privilegio de vivir en paz en una comunidad de ancianos a los que llaman Gerusía…». Desde entonces el término ‘geronte’ se ha utilizado para designar a quienes conforman la denominada ‘tercera edad’… Y si de ‘gerusía’ proviene ‘geronte’ de ésta deriva la palabra ‘geriátrico’, término que da nombre a los antiguos ‘asilos’ para ‘viejos’, ambas voces y conceptos afortunadamente superados…

Siglos después, el pensamiento liberal y sus consecuencias políticas revolucionarias que derivaron el la formación de repúblicas, significó no sólo un cambio de poder sino la aparición de un contingente de nuevos ciudadanos: los burócratas. Nuevos trabajadores que dieron paso al funcionariado o empleados por cuenta del Estado a quienes debemos el reconocido estatus de ‘jubilado’, término que proviene del latín jubilare o júbilo, cuyo significado no deja de contener, en opinión de algunos, cierto tono sarcástico…Más tarde el tránsito al mundo contemporáneo, el predominio la familia nuclear y la concepción de la mujer como ‘ama de casa’, convirtieron a los abuelos en una responsabilidad añadida para las mujeres respecto a sus padres, sus suegros e incluso de aquellos tíos y tías solteros o solterones…Y así hasta que la incorporación de las féminas al mundo laboral acabó devolviendo a los ancianos a instituciones encargadas de velar por ellos, las más de las veces, previo pago…

La sociedad occidental sólo mantiene en activo a los mayores que conforman la gerontocracia, ese grupo de ancianos ricos que calientan la silla de los Consejos Asesores de importantes entidades bancarias o grandes Empresas por una pensión vitalicia de muchas cifras aunque no se jubilan porque les puede la vanidad, la necesidad de seguir degustando un sorbo de poder por pequeño que sea, enganchados y apegados al lustre que dicho estatus les proporciona mientras intentan negar la vejez y el paso del tiempo que transcurre muy a su pesar…Estos ‘gerontes’ desprecian el valor de estar con los suyos, de disfrutar de los nietos o pasear con sus compañeros/as de vida considerando ‘pérdida’ lo que es ‘ganancia…’ Son tan viejos como los ancianos que vemos sentados en los parques o supervisando obras de los que se diferencian por ser naturalmente necios y carentes de la más elemental sabiduría y porque viven convencidos de que ‘tanto tienes tanto vales…’ Y yo me pregunto ¿quiénes son los verdaderamente sabios? Yo lo tengo claro…

P.D. Todos los masculinos (ancianos, abuelos, viejos…etc…) tienen carácter inclusivo, para no hacer pesado el texto reiterando los correspondientes femeninos.

Abrazar y besar en tiempos del covid…

Nos guste o no, todos necesitamos abrazar y que nos abracen. Resultaba tan habitual que no supimos apreciarlo y a menudo nos salía como un cumplido casi siempre acompañado de un par de besos al aire en cada mejilla…Abrazar en tiempos del covid ha sido un lujo sólo al alcance de unos pocos. Abrazar y besar ahora, ha resultado una tarea a veces imposible que, como mucho, algunos sólo hemos podido disfrutar muy de vez en cuando, con muy pocas personas. Haciendo a solas esta reflexión vinieron a mi cabeza todos aquellos que abrazos o besos que entregué de manera mecánica, sin una pizca de interés, sólo como respuesta aprendida en el marco de las normas de cortesía tal y como nos han enseñado junto con una dilatada lista de señas y expresiones sociales que denotan urbanidad, deferencia, amabilidad o distinción, signos de una buena educación en el marco de nuestra cultura occidental…

No obstante, concretando un poco más, los países del sur de Europa hemos construido una conducta socio-afectiva basada en la distancia corta. Nos damos la mano o la estrechamos…Los hombres suelen darse grandes apretones y golpes en la espalda para resaltar la virilidad contraria a lo que muchos consideran una actitud que algunos califican de ‘mariconeo’…Las mujeres somos más de estrecharnos, de apretarnos contra el pecho, de cogerse del brazo, de frotarnos con la palma de la mano de arriba abajo la espalda…Todo ello acompañado de besos, muchos besos, una muestra de amor o afecto llena de matices según quien te los de o a quien se los des…Podría decirse que existe todo un tratado del beso en los que podemos distinguir entre la familia, amigos y demás (un amplio grupo en el cabe una gran diversidad de relaciones). Otra distinción vendría marcada por el género. Los varones en general son menos besucones fruto, las más de las veces, de una educación basada en diferencias culturales de roles que casi siempre, fueron acompañados de los ‘niños no lloran’ los ‘niños chocan la mano como los hombres’…Así que me centraré en los besos femeninos al fin y al cabo son los que mejor conozco…

Para empezar tenemos los besos de madre, en la frente o en la mejilla, sordos o sonoros…Los de las abuelas que son muchos, muy seguidos y apretados…Besos dormidos, suaves y silenciosos…Besos de amigas acompañados de miradas y, a veces, algunos guiños…Besos robados, sorpresivos e inesperados…Besos de amantes, ocasionales, clandestinos, furtivos y muy apasionados…Besos de parejas, públicos, notorios y frecuentes…Besos de cumplido, a menudo evaporados en el aire y finalmente los denominados ‘picos’ o besos saltarines sobre los labios, reservados únicamente para personas muy especiales…

Si habrán sido importantes los besos a lo largo de la historia que incluso existió la denominada ‘Ley del Ósculo o Ley del Beso’, proveniente del derecho consuetudinario romano plasmado posteriormente en el derecho medieval: Si tras los esponsales el novio besaba a la novia ante parientes y vecinos, el matrimonio se consolidaba con las consiguientes consecuencias económicas, es decir, se reconocían a la esposa los derechos pecuniarios a efectos de su posible disolución…

El beso ha inspirado poesías y canciones… Gabriela Mistral habla de los besos carismáticos y los que se dan con la memoria…besos evocados, besos de recuerdo…Ana Belén cantaba ‘Besos, ternura…’ Victor Manuel, ‘Dónde irán los besos ‘…Jarabe de Palo hubiera dado cualquier cosa por ‘un beso de su flaca’…Juan Luis Guerra escribió: ‘cuando te beso, todo un océano me corre por las venas…’ Hasta Nino Bravo cantaba aquello que decía: ‘Al partir, un beso y una flor…Maná recitaba ‘porque no puedo compartir tus labios…’El canto del loco, Pereza, Sabina…¿quién no ha cantado al beso que no ha dado o al que desearía dar o a los que no dio o a los que ya no podrá dar…? Y es que los besos dan para mucho, tal vez por aquello de que dan ‘mucho juego’…

Abrazar y besar durante la pandemia ha sido una dura prueba para quienes estamos educados en una cultura de afectos hacia afuera, de cercanía, de emociones mostrada que van más allá de una leve inclinación de cabeza a la manera oriental…Tal vez, quien sabe, si nos veremos obligados a renovar, adaptar o cambiar nuestra conducta afectiva y aprender un nuevo lenguaje gestual…Quien más quien menos, como dice el maestro Sabina, alguna vez besó con la mirada o abrazó solo con palabras…Aunque sin duda, si he de quedarme con algo, nada como la presencia, los abrazos en la cercanía y los besos siempre, siempre en vivo y en directo…

Esta es una de mis favoritas…