El olvido que seremos…

Imagen Internet

“Para recordar hay que olvidar” La sentencia, obviamente, no es mía, la leí en un interesante artículo sobre el funcionamiento de la memoria, uno de los grandes enigmas y uno de los objetivos estrellas de muchas de las investigaciones de la neurociencia. Según parece nuestra memoria no funciona como una cámara de vídeo, sino que cada vez que recordamos reescribimos ese recuerdo y lo reajustamos a nuestras creencias y expectativas presentes. Por eso sucede que algo que nos produjo un shock o fuerte rechazo, con el tiempo lo recordamos de manera más tenue o suave porque lo vamos reajustando a nuestras creencias presentes. En opinión de Rodrigo Quian Quiroga, Jefe de Bioingeniería de la Universidad de Leicester en Inglaterra –cito textualmente- “Ahora sabemos que olvidar es tan importante como recordar, tal cual lo había anticipado el escritor Jorge Luis Borges en su cuento Funes el memorioso de 1942”.

El cuento de Borges relata la historia de Ireneo Funes, un peón uruguayo que después de tener un accidente con un caballo, podía recordar absolutamente todo. Pero más que vivirlo como una bendición, lo sufría como una maldición. Podía recordar absolutamente todo con una nitidez extraordinaria, como si acabara de suceder…Y lo dice bien claro en su historia: “pensar es olvidar, diferenciar, es generalizar, abstraer”. O sea que para poder recordar hay que olvidar…

Hoy empieza el tiempo de la reflexión. Las elecciones han pasado bien para unos, muy mal para otros entre quienes se encuentra esta que suscribe. Y en un intento por comprender algunas de las múltiples razones de lo sucedido, recordé este cuento de Borges que me llevó a pensar en la mala memoria que muchos tenemos. En Valencia nadie se acuerda de los casos de corrupción de Rita Barberá, de los Cotino, de Zaplana, Camps con juicios aún pendientes o de Marcos Benavent, ‘ el yonki del dinero’ que tiró de la manta…Tampoco recuerdan el circuito de carreras que se muere de asco, ni las obras fallidas de Calatrava, ni los barracones que hacían de escuelas…

En Madrid en PP obtiene el apoyo de la mitad de la población. Y yo me pregunto ¿qué pasa  con la otra mitad? ¿Dónde fue el voto de quienes viven en La Cañada Real, Carabanchel o El Pozo del Tío Raimundo, por citar? Me temo que lo mismo que sucede con los cinco barrios más pobres de España que están en Sevilla, donde también ganó la derecha. Dicen los alcaldes y presidentes que gobernaran para todos ¿También para ellos? ¿Seguro?

Y Cádiz, que puedo decir de Cádiz, la cuna de la libertad, la sede de la Constitución de 1812, la ciudad de la revolución liberal, la misma en la que Teófila Martínez gobernó durante cinco legislaturas. Sí, cinco. Y parece que muchos olvidaron que –supuestamente- su marido obtenía contratos de aquella manera, que presidió una sicab que Rodríguez Rato utilizó para ocultar patrimonio. Y, al parecer,  tampoco recuerdan que la alcaldesa no podía salir a la calle porque la insultaban. Sí, los mismos que antes la aplaudieron luego la abuchearon a ella y al Partido.

Y en medio de este tsunami, el ‘infiel’ gana de nuevo su reino…Cosas de la política…

El futuro no pintan bien para la izquierda, de hecho, el Presidente acaba de anunciar el adelanto de las Generales al 23 de julio… Vienen malos tiempos, tiempos de alianza con la extrema derecha, de recorte de las libertadas, de estrechez de mira, de revocar leyes, ayudas para la Memoria Histórica, mermar subvenciones para colectivos LGTB y mujeres que ya no serán consideradas maltratadas -porque paseremos a la violencia intrafamiliar, que no se nos onvide-. Tendremos cada vez una mayor presencia de la Iglesia en la vida pública y abundantes privilegios para los ricos…

«Al recordar algo, uno lo está reescribiendo. Cada recuerdo es una reinterpretación de lo que sucedió. Cada vez que uno recuerda vive una memoria de una manera distinta. Como sugería el escritor Marcel Proust, el recuerdo de las cosas pasadas no es necesariamente el recuerdo de las cosas tal como ocurrieron» (Revista QUOPlus, pp. 104-107)

Lástima que la memoria funcione reescribiendo y olvidando y lástima que la derecha tenga tanta facilidad para olvidar y la izquierda tan poca para recordar que debe mantenerse unida…

Intentaré recordar sin paliativos…

Y qué la fuerza nos acompañe para afrontar lo que sea que tenga que venir…

Alea iacta est…

El concepto  de ciudadanía proviene de la Antigua Grecia, cuna asímismo de la democracia. En aquella civilización organizada en ciudades-estados o polis y origen de la democracia, se practicaba una ciudadanía excluyente, tanto en cuando no podían votar ni los esclavos o ilotas, ni los extranjeros, ni las mujeres. A este respecto, Aristóteles afirmo sabiamente: “a menudo se discute sobre el ciudadano y en efecto no todos están de acuerdo en quién es ciudadano. El que lo es en una democracia con frecuencia no lo es en una oligarquía…” Da que pensar ¿verdad?

En Roma, por su parte,  se extendió el concepto de res pública -sobre la que escribí en el post anterior- como estructura política y jurídica que pertenece al pueblo, a la comunidad. Y en base a esto, Roma percibió  al ciudadano como síntesis de participación activa en la vida política de la civitas. No obstante, en época del Imperio, se distinguía entre los cives romani, que gozaban plenamente de todos los derechos inherentes al status de ciudadano romano, aunque este estatus podían perderse en ciertas cirnstancias y los cives latini los cuales gozaban de un status más bajo respecto a los ciudadanos romanos, incluyendo el hecho de no poder votar (como en el caso de los municipia sine suffragio) o participar a la vida política.

Durante la Edad Media, con la evolución y desarrollo de la sociedad feudal, la ciudadanía pasó a concebirse como una vinculación personal más que territorial, de linaje y de sangre. “Y la ciudadanía pasó a residir en la subordinación política al señor feudal o al monarca y no en la idea de participación política”. Las relaciones de vasallaje eclipsaron y oscurecieron los derechos individuales que saldrían a relucir mucho más adelante, en el siglo XVIII. Fue entonces cuando Rouseau definió como ciudadanos a quienes pertenecían a  un determinado Estado nacional y poseyeron dentro de este territorio una serie de derechos individuales entre los que destaca el derecho a la igualdad, aunque edicha igualdad fuera  jurídica y no necesariamente social y económica.

A partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Francesa el 27 de agosto de 1789, los derechos del hombre se transformaron en libertades.

A mediados del siglo pasado Thomas H. Marshall, afirmó que la ciudadanía era una condición otorgada a quienes eran miembros plenos de una comunidad. Todos aquellos que poseían tal condición eran iguales respecto a los derechos y deberes. En cambio, por aquel tiempo, en algunos países del Este –como Rusia- la ciudadanía se consideraba un concepto en permanente construcción: “Si la ciudadanía es algo que remite a un proceso histórico, siempre vamos a estar hablando de una construcción de ciudadanía y de que haya también una reconstrucción constante de esa ciudadanía”.

Hoy por hoy la ciudadanía se refiere al conjunto de derechos y deberes a los cuales el ciudadano o individuo está sujeto en su relación con la sociedad en que vive. 

Y todo esto para reflexionar en voz alta sobre la importancia que la condición de ‘ciudadanos y ciudadanas implica’ aunque sea algo de lo apenas se habla. Nacemos y ya se nos considera ciudadano/a aunque no podamos ejercer como tales hasta los 18 años. Sin embargo las implicaciones son tremendas y la responsabilidad adquirida enorme. Todo está en nuestras manos, en esa papeleta que hoy podemos depositar en nuestro colegio electoral., a dónde deberíamos asistir en masa si fuéramos conscientes que el ‘poder’ está en cada uno de nosotros y cada sobre envía un ‘trocito de cesión’ que hacemos llegar a otros ciudadanos para que nos representen…Aunque muchos no se merezcan tal distición…

Buen día y que ustedes lo voten bien…

La ‘res-pública’… de mi casa

El felpudo de IKEA luce así a la entrada de mi casa. ‘Bienvenido a la República Independiente… La única a mi alcance –añado yo- y  de la que puedo fiarme… En ella nunca hubo pucherazo, ni compra de votos  -y eso que a cualquiera de sus miembros le hubiera venido de perlas- ni campañas con palabras gruesas, ni engaños, ni intentos de fraude, ni conspiraciones…Eso sí, reconozco que mi hijo Carlos siempre fue algo fullero jugando al parchís. Tenía mal perder, aunque a la hora de la verdad lo asumió con deportividad y una entereza digna de admiración.

Las mejores campañas que vivimos tuvieron serios debates y decisiones trascendentes como ¿pizza o hamburguesa? Difícil elección, lo sé. Todos dimos la talla. Jugamos limpiamente, y aunque tras las votaciones los perdedores protestábamos –yo también asumía el riesgo- enseguida encontrábamos ese punto de encuentro favorable para el bien de todos y la buena convivencia…

El término ‘república’ –como seguramente saben- proviene del latín res populica, o sea, la «cosa de las personas», el «asunto del pueblo» o  la «propiedad pública», en oposición a regnum –reino- o «propiedad del rey». A simple vista ya podemos observar una gran diferencia, sobre la práctica ¿qué más puedo decir…?

En la Antigua Roma la ‘República’ se instauró tras la caída de la Monarquía -en realidad así ha sido a lo largo de la historia- imponiéndose una nueva forma de gobierno en el que la soberanía reside en el pueblo. Así ocurrió en el 31, cuando según el almirante Aznar: “España se acostó monárquica y se levantó republicana”…Para unos una pesadilla, para muchos un sueño hecho realidad…

Aristóteles  -que pensaba mucho- sentó las bases o pilares que, según su propia filosofía, debían sustentar la república: 1) la participación política activa por parte de los ciudadanos. 2) La representación de todos los ciudadanos dentro de las instituciones de gobierno con iguales atribuciones. 3) La prevalencia de ninguna. Una definición muy purista que con el tiempo dio pie a alguna que otra ambigüedad, como la de decir que los Monarcas occidentales práctivamente no tienen poder y que ‘la verdadera legitimidad para las decisiones políticas proviene de los representantes electos directamente por el pueblo’.

En ello estamos, aunque no tengamos una República…

Y por fin acaba una campaña electoral monótona, tediosa, aburrida y cansina que si mal empezó, peor va a terminar. El tablero está demasiado enfangado para mover ficha sin mancharse las manos. Más que el voto nos piden un ‘acto de fe’ que habremos de tener en las Instituciones porque las personas no cesan de perder crédito.

Afrontamos una difícil jornada de reflexión. No precisamente para pensar en el voto -aunque a la vista de lo sucedido muchos se lo estarán replanteando y repensando- sino para considerar lo que está sucediendo y si es esta la España que pretenden ciertos politicos de poco pelo, sedientos de poder, capaces de mentir, engañar, sobornar, o prevaricar sólo para saciar su propia ambición con una diminuta alcaldía o concejalía, conscientes de su corto recorrido o de que no pueden aspirar a más… Si es así, que no cuenten conmigo.

Y si están pensando en el ‘felpudo’ olvidénlo…Están descatalogado…

Un ‘gusano musical’

Supongo que nos ocurre a todos. De repente oyes la estrofa de una conocida canción y se te mete dentro de la cabeza. A partir de ahí, te pasas el día incordiándote a ti misma, oyéndote repetir una y otra vez la dichosa canción… Los científicos llaman a este fenómeno –hasta ahora inexplicable- ‘gusano musical’.

Otra curiosidad relaciobada con la música es aquello del ‘disco rallado’, una técnica de asertividad, practicada en el ámbito de la psicología, que tiene como objetivo ser persistentes en aquello que queremos conseguir. Para que tenga éxito debemos tener claro cuál es el objetivo y «mantener el mismo discurso independientemente de las intenciones e insistencias del otro». De ahí lo del ‘disco rallado’. Esta técnica es una herramienta muy usada en el marco de la comunicación…

Pues bien, parece que los políticos algo saben de todo esto y lo están utilizando en la campaña electoral. Unos pretenden instalarse en nuestra cabeza y, cual gusano, machacarnos con sus ideas descabelladas y anacrónicas. Otros, todos del mismo bando, se han pasado la semana repitiendo la misma canción -como un disco rallado- de la mañana a la noche y de la noche al día. En la TV, la radio, la prensa, las redes sociales suena la misma melodía: Bildu, ETA y Sánchez, ideas a las que últimamente han sumado la de acicalar Madrid colocando una maceta en cada balcón. Así pretende la Presidenta mitigar el problema del cambio climático… Muy pronto, en la capital, ese tema estará zanjado, en cuanto la Sra. Ayuso reparta las plantas… Con lo fácil que resulta la solución y los científicos ahí, calentándose la cabeza…

Las mejores perlas e intervenciones de esta semana comenzaron con los aplausos y gritos de sus señorías, asintiendo a las preguntas retóricas del Presidente durante el cara a cara con Feijoo. Un espectáculo deplorable y vergonzoso. Prosiguió con el senador Pedro Rollán que puso la guinda al pastel afirmando que la nueva ley de vivienda se cimentaba sobre las cenizas del atentado de Hipercor. Estuvo mal. Fue atrevido, de mal gusto y, sobre todo, mentira. Pero oírle decir en otro foro, unos días después, siendo preguntado a este respecto, que ‘sus discursos los escribe él’, me dio la puntilla…O sea, que hay un montón de políticos a los que elegimos, les pagamos –muy bien, por cierto- y ellos no sólo se dedican a calentar el asiento y montar el espectáculo cuando les dan la orden, sino que encima cuando les toca intervenir, a más de uno le escriben el discurso…

Y todo gracias al PP. No les quitaré el mérito.

Berna González Harbort, en su columna publicada hoy en El País, escribe un artículo titulado Saturno devorando a Feijoo. Un análisis equilibrado y sereno sobre la actual campaña electoral que merece la pena leer.

Por mi parte solo me resta enviar un breve mensaje a los políticos: Muy señores míos, por si lo han olvidado, somos nosotros, los electores – la parte contratante- quienes les pagamos a ustedes -la parte contratada- para que nos representen. Asi que, ya que no nos representan, por lo menos no nos avergüencen, ni nos tomen el pelo. Un poquito de dignidad y respeto, qué menos…

Una de elecciones…

Imagen Internet

Claro, nítido, cristalino: los candidatos condenados por delito de sangre de EH Bildus, han renunciado a sus candidaturas como concejales, en el caso de salir elegidos. Así lo han expresado en un comunicado hecho público ayer, cuyo texto íntegro reprodujo el periódico ‘EL País’. A mi personalmente me parece una buena noticia para todos en general y para las víctimas en particular.

No obstante, Javier Pérez Rollo, Catedrático de Derecho Constitucional de la USE -que digo yo que algo sabrá sobre esta cuestión- afirmaba ayer en TV que tal renuncia es «una barbaridad constitucional» , que «Estaban contribuyendo a darle valor a la Constitución Española con su participación y a demostrar que ha servido para derrotar a ETA». Y no quedó ahí la cosa porque fue contundente al subrayar que el hecho de que «Bildu haga política es un éxito de la democracia española». El profesor realizó una reflexión sobre nuestro sistema penitenciario explicando que lo que se persigue no es otra cosa que la total reinserción de quienes cumplen su condena.

Supongo que las derechas, que seguro no lo oyeron, se llevarían las manos a la cabeza escandalizados. Este tema es una cantera de ideas para explotar en campaña porque les permite resucitar viejos fantasmas con los que amenazar y asustar, a sabiendas, intencionadamente, utilizándo a ETA como arma con la asestar puñaladas traperas a sus contrarios…

Sinceramente, según pasan los días se me olvida por momentos que las elecciones son autonómicas y municipales, no generales. Porque no dejo de ver a Feijoo, como Dios, en todas partes y a todas horas, a lo largo y ancho de nuestra geografía, y a la Sra. Ayuso enarbolando el lema “Sánchez o España” aunque eso -que yo sepa- no toque hasta final de año. Ambos presentando propuestas de carácter nacional, dando pábulo a futuras derogaciones contra el actual Gobierno como si fuera su directo rival. Una de dos: o piensa que en Madrid no tiene competencia y su victoria en las urnas está asegurada, o pretende hacerse a medio plazo con la Presidencia del PP. pues, según dicen algunos entendidos, es Ayuso quien marca el paso a Feijoo No lo descarto. Sea como sea el caso es, que como Atila, a su paso ‘no deja crecer la hierba’. Ahora bien ¿qué hay de su programa? ¿cuáles son sus propuestas? Imposible conocerlas porque la campaña solo va de denunciar los ‘errores’ de los adversarios y pedir que se les votemos a ciegas, haciendo un acto de fe…

Tampoco entiendo la actitud de ciertos barones del PSOE. Reyezuelos que parecen reinar de manera absoluta sobre sus taifas, aunque para ello tengan que ir contra la unidad y la autoridad del partido bajo cuyas siglas se presentan y gracias a las cuales están donde están, una actitud que considero desleal: No se debe morder la mano que te da de comer y los trapos sucios mejor lavarlos en casa. No citaré más tópicos. Solo añadir que la soberbia de algunos deja mucho que desear, y desde luego, tanta altivez y arrogancia, justifican la ambición por revalidar el actual estatus político aunque haya que acudir a la traición para conseguirlo. En mi opinión el ejercicio de los cargos públicos deberían tener un límite de tiempo, dos legislaturas máximo, y después a trabajar, como todo hijo de vecino. La política es un servicio público no una profesión.

En fin, visto lo visto, lo que de desprende de lo anterior queda claro: si a Bildus se le exige la responsabilidad y el compromiso de asumir las vías pacíficas y democráticas, a las derechas se le debería también exigir enterrar el pasado, pasar páginas, entre otras cosas porque hace ya tiempo que la banda terrorista ETA -por muchas vueltas que le den- ya no existe.

©lapensadoragaditana

El rey ‘invita’, el pueblo ‘paga…’

Imagen Internet

Aunque no simpatizo con la Monarquía, ni con la de aquí, ni con la de allá, ni con la de ningún otro lugar, este sábado esuve atenta, sin perder puntada, a la retransmisión de la coronación de Carlos III de Inglaterra, cosa que justifico –aunque no tenga por qué- por lo arraigado del ceremonial y la fuerte carga histórica que implica, algo que para una apasionada de la Historia como yo, presenta un gran atractivo.

Sin embargo, esto no es óbice, para que desde otra perspectiva lo considere un auténtico despilfarro y un ritual anacrónico que persiste en reiterar una representación que presenta a la figura del monarca en una especie de comunión con el ‘altísimo’, intentado perpetuar así la idea de que los reyes son personas elegidas, cuya excepcionalidad le viene impuesta por la sangre y por su pertenencia a un linaje bendecido en el que el poder que se transmite tiene un origen divino. Un ritual que a estas alturas del siglo XXI carece de sentido. Pero los británicos, ya se sabe, son tan suyos y singulares, que continúan sin modificar un ápice de esta ceremonia de coronación y vasallaje que conserva elementos y componentes ancestrales desfasados, tras los cuales, lo único que queda es tan anécdótico como entretenido.

Y estaba yo tranquilamente observando el espectáculo, cuando pasó algo muy curioso que llamó del todo mi atención. Sucedió cuando la comitiva recorría las calles hacia la Abadía. En aquel momento la cámara enfocó de cerca la carroza real y los futuros reyes se dejaron ver con bastante claridad a través de la ventanilla: sentados, vestidos con el atuendo propio para la ocasión, ambos regalando saludos a diestro y siniestro muy sonrientes… Y entonces me di cuenta. Comprobé la museta de la capa soberana moteada de negro y me quedé absorta pensando, mientras la memoria dio un salto que me retrotrajo a la infancia: la capa del rey Carlos, se parecía a la del rey Melchor, el mismo que me visitó de pequeña y al que pude ver, digan lo que digan, con una nitidez asombrosa.

Recuerdo que había tardado mucho en dormirme porque estaba muy nerviosa pensando en los regalos. Y de repente, al entreabrir  los ojos  y girarme para cambiar de lado, allí estaba él, Melchor, con su corona, su barba blanca y una capa roja con la museta y el borde blanco con motitas negras…

Por aquel entonces los príncipes y reyes no eran para mi sino personajes que cobraban vida en los cuentos que mi padre –que dicho sea de paso, era un gran narrador- me contaba. Casi todos  héroes, fuertes y valientes, que protagonizaban hazañas en las que salvaban a una joven de las garras de algún dragón o de cualquier otro monstruo, eso sí, de ‘siete cabezas’ por lo menos. A cambio de tal salvamento recibían la mano de la princesa y al final se casaban, obteniendo como regalo y recompensa una parte del reino… Los reyes que yo conocí a través de los cuentos eran buenos, generosos y también guapos. Pero claro es que yo viví algunos años bajo el régimen de ‘un gallego bajito, con bigote y voz de pito’ que podía ser mi abuelo.  Entonces nada me hacía pensar, que no mucho tiempo después, por fin yo conocería -metafóricamente hablando porque apenas le vi una vez de lejos- a un rey de carne y hueso, que sin espadas, ni tener que enfrentar ningún monstruo, obtuvo para sí las ‘llaves del reino’.

Fue mucho después cuando comprendí que aquello que se dice sobre ‘las llaves del reino’ y ‘vivir del cuento’, más allá del símil o eufemismo, es una realidad. Porque al rey, a nuestro rey, no le había bastado con ‘vivir del cuento’ a ‘cuerpo de idem’, sino que le faltó tiempo para desvalijar y asaltar las arcas del estado, que para eso tenía las llaves. Y así lo conocimos muchos, campechano, rompedor de protocolos y muy abierto… A fin de cuentas, como la coronación, ‘las invitaciones del rey siempre las pagará el pueblo…’

Y pensé de nuevo en Melchor, en mi infantil inocencia y en cómo le vi con su capa roja de museta moteada mientras cruzaba mi habitación…Recordé que además de Rey era Mago -una gran ventaja- pues esa cualidad le permitía vivír sólo en mi imaginación, a salvo de los errores y vicios terrenales, libre, por tanto, de cualquier posible decepción…Y entonces me quedé mucho más tranquila …

©lapensadoragaditana

«Sé fuerte. Sé amable»

“Quien vota a los corruptos  los legitima, los justifica y es tan responsable como ellos.” Julio Anguita.
Jacinta Arden. Imagen Internet

En estos tiempos tan convulsos la actualidad nos despierta cada día con un popurrí de noticias de todos los colores y formatos, sobre hechos y escándalos a los que ya nos tienen acostumbrados políticos y miembros del mundo del famoseo (me reservo el calificativo ‘famoso’ para no desgastarlo ni confundirlo inúltimente). El poder que emana de cualquiera de esas personas es el que la sociedad le haya otorgado, bien a través del voto en las urnas o bien mediante simpatías y aprobaciones varias. Por eso estos días, aquí en España, se ha hablado tanto de SUMAR como de la conocida ‘bióloga-actriz-presentadora’ en la actualidad ‘madre adoptiva-abuela’, a veces incluso en los mismos foros, aunque el debate no haya girado en torno a la persona (cosa que a la susodicha -creo- no le importa, aunque le guste más ‘previo pago’) sino a la controversia jurídica que ha suscitado y traído a colación. Y eso por no hablar de Trump. Tanto el personaje como la persona me inspiran emociones tan inquietantes y terroríficas, que podrían llegar a distorsionar mis pensamientos y hasta nublar mi realidad.

Pero no pretendo reflexionar, como siempre desde mi condición de ciudadana, sobre esta cuestión. Soy consciente que mi opinión personal es del todo irrelevante. Mi considireción gira en torno a la noticia sobre la despedida de una mujer joven que abandonó recientemente la política por razones personales, a fin de subrayar la idea sobre la posibilidad de hacer política de una forma más amable, con palabras y con gestos, cosa que ha demostrado Jacinta Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda, quien esta semana ha dicho adiós al Parlamento con un discurso digno de resaltar por lo insólito de sus palabras, matizando no sólo lo que dijo sino cómo lo dijo y el contexto en el que tuvo lugar, que todo cuenta y todo forma parte del mismo mensaje.

Jacinta Ardern, perteneciente al partido laborista, al parecer no ganó las elecciones de 2017, Lo hizo el Partido Nacional -centroderecha-. Pero la aritmética ‘sumó’ a su favor. No nos engañemos: las matemáticas no fallan, por mucho que Feijoo insista en que ‘SUMAR resta’ y que ‘multiplicar divide’. Esas son operaciones torticeras realizadas desde estrategias electoralistas, diseñadas para engañar o confundir a los votantes e intentar desgastar y derribar al contrario. La entronización de Arden es un ejemplo de la fuerza de los gobiernos de coalición y de la importancia de las alianzas entre partidos que comparten un mismo espacio político, dispuestos a colaborar con generosidad por el bien del país.

La ministra, a quien el diario británico The Guardian definió como una ‘mezcla de acero y amabilidad’, ha dado sobradas muestras de poder hacer políticas eficaces –baste recordar que su país fue el primero en superar la pandemia- serias y empáticas – conviene también mencionar que su gobierno se bajó el 20% del sueldo seis meses durante la crisis postpandémica- sin apoyarse en el insulto, la descalificación, las medias verdades, ni retorcer las palabras de los adversarios. The Atlantic  de Bostón  la señaló como candidata a convertirse en la líder más eficaz del planeta. Y en 2019 la revista Fortune la eligió como la segunda mejor líder mundial en su clasificación de 50 candidatos. Al parecer entre las claves de su liderazgo están la empatía, la sensibilidad y su capacidad para conectar con la ciudadanía, cualidades para nada reñidas con la firmeza y la fuerza necesarias para ser vehemente cuando la situación lo requiera. “Sé fuerte. Sé amable”, ha sido el lema con el que ha cerrado todas sus intervenciones.  

Pues bien, el discurso de despedida de la ministra, «la guerrera amable», no tiene desperdicio: «Puedes ser ansiosa, sensible, amable, ser madre o no, llorona, abrazadora, puedes ser todas esas cosas y ser líder al mismo tiempo».

No es una teoría pendiente de demostrar, son hechos. ¿Qué más se puede añadir?

Pues eso. No nos dejemos engañar pensando que tiene más poder o lo desempeña mejor quien usa las palabras bruscas y las salidas de tono abusando del insulto fácil. Hay otros modos de hacer política con la verdad, con el respeto, con un tono más amable, sin confundir sensibilidad con sensibleo, ni buenas palabras o gestos con ñoñería.

De momento el nuevo liderazgo de ‘la cuidadana’ Yolanda Díaz -como la ha llamado la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, quién por cierto, le dedicó el poema titulado «Si eres una mujer fuerte»– apunta maneras y SUMAR es una realidad of course. No es necesario hacer una crónica sobre el acto de presentación de la nueva plataforma, para eso ya están los entendidos y expertos polítólogos, muchos de los cuales opinan que fue todo un éxito y que hay mimbres para construir una alternativa. También la prensa en general, tanto nacional como extrajera, creo que la ha tratado bien, e incluso el periódico francés Liberatión, le ha dedicado un apodo, llamándola ‘nueva musa de la izquierda».

En fin, ya veremos. El tiempo nos dirá. En cualquier caso Yolanda: «Sé fuerte. Sé amable».

Entre la realidad y la performance…

“Vanidad de vanidades, todo es vanidad.” Eclesiastés 1:2
Peridis. El País, 24 de marzo.

La semana ha resultado de vértigo, cosa que personalmente agradezco. Las vidas rutinarias y planas, a menudo nos hacen olvidar la sensación que produce un buen subidón de adrenalina, aunque sea a base de tener que oír las barbaridades y los anacronismos de Abascal y Espinosa de los Monteros. Dos reyes de mambo reducidos a la categoría de simples teloneros…

Curiosamente la susodicha semana comenzó con la celebración del ‘día de la felicidad’. La Asamblea General de la ONU decretó en la resolución 66/281 de 2012 que el 20 de marzo se celebrara este día como recordatorio de la relevancia que tiene para toda la ciudadanía, y de paso, dar el toque a los gobiernos del  mundo sobre la responsabilidad que tienen de incluir en sus políticas este objetivo. La resolución incide en la importancia de enfocar un crecimiento económico más inclusivo y equilibrado a fin de alcanzar a todos los grupos sociales.

Esta iniciativa se inspiró en Bután, un reino budista situado al pie  del Himalaya  que se abrió al mundo en 1974 y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. Para alcanzar este fin, la felicidad, se apoyan en nueve pilares: bienestar psicológico, salud, educación, cultura, distribución del tiempo, calidad del gobierno, relaciones sociales, ecología y vivienda. El caso es que parece que funciona, pues una encuesta realizada en 2010 reveló que el grado de satisfacción vital situaba a la mayoría de la población en la media o por encima. Por otro lado, en cuanto a la ‘Transparencia Internacional’, Bután se coloca en puesto 27 entre 168 países, lo que nos informa de un grado de corrupción valorado con 6,5 puntos para el año 2016. Esta puntuación se entenderá mejor si la comparamos con otras situadas en otro extremo: Sudán del Sur (179 puntos), Somalía (179 puntos), Siria (178 puntos) y la lista continúa… Podría seguir relatando las bondades de Bután, pero para acabar solo añadiré que se considera un país «parcialmente libre», según un estudio realizado en 2017. Y sí, después de conocer estos datos y haber leído un poco acerca de su historia y situación actual, a mí también me pasa por la cabeza la idea de instalarme allí…

Lo malo es que el Día de la Felicidad pasó sin pena ni gloria. Apenas lo insinuaron en las noticias de la TV y la radio, porque el grueso informativo estaba pendiente del bombazo de la semana: la moción de censura. Periodistas, politólogos y tertulianos varios y de diversos signos, se pasaron el día diagnosticando, apostando por los suyos, desgranando la noticia en un análisis minucioso en el que pocos tenían buenos augurios y, prácticamente a todos, les parecía inoportuna e innecesaria.

Y con estas expectativas llegó el día. En mi modesta opinión, los protagonistas han sido los más perjudicados y sirvieron en bandeja la posibilidad de recitar y enumerar las múltiples acciones del gobierno, enfatizando las dificultades de la coyuntura histórica que les ha tocado, aunque eso sí, sin una pizca de autocrítica. El Presidente y la Vicepresidenta, cuyas intervenciones no tenían límite de tiempo, para exasperación del candidato Tamames, se presentaron como coalición y Pedro Sánchez dejó espacio a Yolanda Díaz para que avanzara el programa del proyecto SUMAR que presentará en breve. Su discurso me mantuvo sin pestañear y me pareció ilusionante. En general hubo buenas intervenciones en las que no faltaron citas literarias y aforismos de los clásicos:   Joan Fuster (Baldoví); Catón el Viejo, (Rufián); Jaime Gil de Biedma (Mireia Vehí); Steve Jobs, (Espinosa de los Monteros) e incluso a Pau Gasól, a quien mencionó Tamames.

Del Sr, Tamames solo puedo decir que le vi fuera de lugar, un tanto perdido. Demasiado mayor para este reencuentro con un Parlamento que nada tiene que ver con el de sus tiempos como diputado, Parlamento en el que impera una dialéctica sustentada en nuevos códigos y términos. Ágil, fluida, cruda, demasiado rápida para él, en estos momentos de su vida. Esto dicho naturalmente desde el más sincero respeto y sin dudar un ápice de su valía como intelectual y académico, aunque no comparta sus opiniones.

De vez en cuando me acordaba de las imágenes de su despacho en su casa, lleno de libros amontonados, de cuadros, poster y una mesa de despacho a tope de papeles. Y pensaba en lo tranquilo y a gusto que debía pasar los días entre sus cosas, una vida ajustada a unos horarios y ratos de descanso con su familia y amigos cercanos, los de su quinta. Y me preguntaba ¿qué necesidad tiene este hombre de semejante berenjenal? Las razones de Tamames puede que sólo él las conozca. A mi me parece que algunos egos son gigantes que se alimentan con la egolatría, la fatuidad y el orgullo. Supongo que hay momento en la vida en que una debería saber elegir acertadamente entre la vanidad o la sabiduría…

Los ecos de la censura han durado poco tiempo. Los partidos mayoritarios parecen conformes porque cada uno, según su propia versión, ha cumplido sus objetivos, sobre todo los del PP, cuyo protagosnismo se ha visto incrementado por la ruptura con VOX de la Sra. Ayso y la enorme ‘peineta’ de Mañueco a una diputada socialista…’Y como vivimos una sociedad líquida, todo ha pasado tan rápido como una estrella fugaz, a la que como tal me he permitido pedir un deseo que no puedo revelar para que se cumpla…

Entre las luces y las sombras…

Nosotros debemos pensar que somos una de las hojas de un árbol, y el árbol es toda la humanidad. No podemos vivir los unos sin los otros, sin el árbol. (Pau Casals)
Imagen Internet

Esta semana se cumplieron tres años desde el inicio de la pandemia. Aquel 14 de marzo el Presidente del Gobierno anunció por TV el decreto que nos obligaba a un primer período de confinamiento por quince días. Muchos dudamos que dos semanas fueran suficientes, pero casi nadie imaginó lo que se avecinaba. Desde aquel momento los medios de comunicación y las redes sociales permanecieron unidas en un único clamor, informando a diario sobre los afectados, los fallecidos así como de la incidencia del virus en nuestro país y en el resto del planeta.

Por primera vez algo nos afectaba como ciudadanos del mundo. La  OMS se dirigía y marcaba directrices para todos los países y la UE aunó esfuerzos dictando políticas sanitarias y económicas para sus miembros. Nos encerramos en nuestras casas. Fuimos modélicos como sociedad. Arrasamos los supermercados para aprovisionarnos, alteramos nuestras rutinas y dimos riendas sueltas a la imaginación, en un alarde de creatividad sin precedentes, para mantenernos sanos y cuerdos…

Por si no fuera ya bastante, el virus obstaculizaba nuestras emociones, despojándonos de los gestos y señas habituales, impidiendo los abrazos, los besos o cualquier otra muestra de cariño en la cercanía. Pero no nos conformamos porque, tal vez más que nunca, necesitábamos expresar los sentimientos. Por eso aprendimos un nuevo lenguaje que nos ayudara a transmitir el amor, el deseo, el cariño…Y en el mundo de los afectos surgieron nuevos códigos capaces de comunicar en la distancia las emociones más profundas.

Las nuevas técnologías estuvieron a nuestros servicios. Las pantallas nos mantuvieron conectados, salvaron nuestros trabajos convirtiendo nuestras casas en oficinas y colegios. Los balcones hicieron de escenarios y patios de recreo…Descubrimos que sólos no podemos hacer nada, necesitamos a los demás, somos interdependientes y estamos interconectados…

Y en medio de aquel tsunami, una oleada solidaria nos envolvió, y viendo asomar las orejas del lobo, una vez conscientes de nuestra vulnerabilidad, comenzamos a considerar que las crisis nos hacen más fuertes, que de esta saldríamos reforzados y mejores personas. O eso se nos repitió sin cesar. Y a pesar de las pérdidas humanas, del dolor por tener que dejar solos a nuestros familiares sin poder atenderlos o acompañarlos, muchos comenzamos a ver en la pandemia una oportunidad para practicar la resiliencia, la solidaridad, la compasión. Todos hicimos un gran esfuerzo, particularmente los sanitarios, con quienes contrajimos un gran deuda de gratitud por su conducta intachable, su entrega y su profesionalidad. Este sería un buen momento para valorar sus contratos, aumentar las plantillas y mejorar las condiciones de trabajo. Serían medidas necesarias e inteligentes  pues pudimos comprobar que los recortes de Rajoy nos dejaron una sanidad deficiente, que hacía aguas, incapaz de abordar tamaña situación y que si nos salvamos fue gracias a la profesionalidad de los sanitarios…

Echando la mirada atrás, ahora que lo hemos superado, todo me parece una terrible pesadilla, y haciendo un ejercicio de empatía, una locura afrontar semejante situación desde la responsabilidad de un gobierno. Ningún partido estaba preparado. Todos hubieran cometido errores. Lástima que la oposición no estuviera a la altura. Como siempre dio una cal y dos de arena, queriendo sacar provecho o haciendo leña del árbol caído, y como suele suceder, criticó y criticó pero sin hacer propuestas más allá de una ‘ley de pandemias’. Y aquel mismo año presentó una enmienda a la totalidad por la gestión de la Covid-19, acusando al Gobierno de los pésimos trámites llevados a cabo, culpándole de minimizar los daños y generar una crisis en la sanidad pública. Ver la paja en ojo ajeno, olvidando el brutal tijeretazo del que no nos hemos recuperado…Y entonces el hermano de Ayuso ayudó con sus mascarillas y ella con el Zendal, mientras los mayores morían en las residencias y sobre ‘los protocolos de la vengüernza’ la fiscalía corrió un tupido velo…

Siempre nos quedará la duda sobre qué hubiera sucedido si entonces hubiera gobernado Pablo Casado y su séquito. Por muchas dificultades que este gobierno progresista hubiera sospechado cuando se conformó, nadie, absolutamente nadie, hubiera podido prever semejante coyuntura, como tampoco la guerra, la erupción de un volcán o la crisis de las energéticas y ahora la inflación…Grandes retos en una misma legislatura… A toro pasado resulta fácil hacer demagogia, elucubrando sobre cómo lo habría hecho si los gobernantes hubieran sido ellos. Personalmente esa hipotética situación me genera dudas, sobre todo si pienso en los ERTES, en las rebajas de la gasolina, las ayudas para transportes o para el pago de facturas de luz, medidas de las que se están aprovechando los mismos que tanto las han criticado. Claro que no nos pueden sorprender, porque con el escándalo de las tarjetas black, quedó demostrado lo miserables que los que más tienen pueden llegar a ser…

Y justo ahora, cuando apenas quedan unos meses de legislatura y lo más difícil ya está hecho, a pesar de las incertidumbres económicas, justo ahora,  viene la extrema derecha para decir por boca de Tamames lo mal que se hizo todo, lo mal que está el país, y de paso,  proponer lo que consideran mejor para la España que ellos tienen en su cabeza, que es la que les conviene, la patria, esa que ya no existe de verdad y no es más que un rancio espejismo al que nos quieren arrastrar  y en la que, según parece, ni el propio candidato cree.

El escenario está preparado y los actores ensayan la puesta en escena. Por lo pronto el texto que leerá el candidato Tamames y que se ha ‘filtrado’, parece eludir cuestiones cruciales, que tal vez, podrían colisionar con la ideología ultraderechista como son el aborto o la violencia de género… Desde mi modesta condición de ciudadana de a pie, sigo sin comprender el sentido de una censura presentando a un candidato que discrepa del programa, que se supone, debería defender. ¿Cuál es el juego entonces? ¿Qué oscuras intenciones alberga la formación ultra y su líder? De momento el Sr. Tamames tendrá su minuto de gloria, el mismo con el que pasará a los libros de historia… Después, ya veremos…

Presuntos e implicados…

InformativosHuelva

Al parecer, la ciudadanía de a pie -entre la que me cuento- tendrá que esperar todavía más, hasta que los informativos de radio y TV cuenten alguna buena noticia.

Por si no tuviéramos bastante con la subida de la luz, los carburantes, la malversación,  la ley de ‘sí solo es sí’, y sobre todo, la cesta de la compra, ahora se destapa una nueva trama de corrupción, esta vez, en el seno del partido del gobierno. El escándalo llegó de la mano del diputado canario Juan Bernardo Fuente. Sí, el mismo que defendió en la Tribuna de los Oradores que «combatir el fraude fiscal es una prioridad». Ese. Tito Berni para los amigos, para algunos como para mí, un absoluto desconocido, al menos, fuera de su tierra –creo-. Uno de tantos que, sobre todo, se dedica a calentar el escaño y participar en una de esas comisiones por las que también cobra, pero de la que nunca se sabrá nada. Pues bien, como decía, saltó la noticia de una trama en la que se le considera presunto e implicado, bautizada por la policía como ‘caso Mediador’, por alusiones al quien desempeñaba dicho papel y de cuyo teléfono móvil se publicaron unas fotos en las que el señor diputado aparece en actitud poco elegante, mostrando torso flácido de hombre maduro, junto a colegas y prostitutas  o ‘amigas’, en una pose ‘afectuosa’ según él mismo  ha explicado. Sólo resta añadir, que en dichas fiestas, con pintas de cierta cutrez, según parece, también se consumían sustancias estupefacientes ilícitas…

Parece ser que este señor, elevado por su cargo a la categoría de ‘señoría’ tras las últimas votaciones democráticas, aunque de dudosa moral y escasez de ética a la vista de los hechos, ha olvidado que somos nosotros, los ciudadanos, quienes pagamos su sueldo. Personalmente nada me importa su vida privada, ni su ámbito de intimidad, que por cierto, no ha sabido preservar ni siquiera por respeto a su propia familia. Sus relaciones o sus vicios no tienen interés para mí como particular sino como diputado y representante del pueblo a quien, posiblemente, sus paisanos creyeron un hombre sin tacha, íntegro, que merecía el respeto y la honorabilidad de ostentar dicho cargo…Aunque pudiera ser, a lo peor, que simplemente fuera en las ‘listas’…Lo ignoro. En cualquier caso, no hay justificación para lo supuestamente sucedido.

Apenas difundidas las primeras pinceladas de tan golosa noticia, la oposición al completo se lanzó sobre la presa como buitres hambrientos al acecho, directos a morder la yugular, arremetiendo para llegar a las entrañas, sin receso ni piedad, olvidando que no se puede ‘nadar y guardar la ropa’ y que frente al ‘caso mediador’ de sus contrincantes, ellos tienen mil en el baúl de los recuerdos y otra causa más en curso: la ‘Kitchen’. Una vieja herida protagonizada nada más y nada menos que por el presidente de la Audiencia Nacional, presunto e implicado. Causa, que de inmediato, despertó el interés de los adversarios, quienes se arremangaron enseguida sacando antiguos cadáveres de los armarios, removiendo Roma con Santiago, al igual que los otros, todos a una…

No me voy a refugiar en el plural mayestático. Hablaré a título personal para decir que estoy harta de tantos espabilados que van de listos. Cansada de pagar el pato, de que me coman la moral y me humillen considerándome menos inteligentes que ellos. Hastiada de que me roben la esperanza, me hayan vuelto desconfiada, arrastrándome a pensar que ‘todos son iguales’. Estoy desencantada por el modo en que utilizan las instituciones en beneficio propio, de que después lo niegen con tanta cara dura y de que, encima, más de uno salga indemne… Exasperada de tanta política chunga, de las puñaladas traperas, de los palos en la rueda, de las trampas, de las puertas traseras, del ‘y tú más’, de ver la paja en el ojo ajeno…Empachada con tanto ego cargado de soberbia y prepotencia…

Y me pregunto: ¿Para cuándo una política decente, constructiva, elegante, inteligente, honrada, que anteponga el bien común a los interes personales o partidstas? Lo sé. Se me coló un pensamiento bastante utópico. Me conformaría con que hubiera un poco de decencia y algo más de inteligencia…

Respecto a esta última idea, la de la inteligencia, Maquiavelo escribió en El Principe una fase que me dio mucho qué pensar: «Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí; El segundo entiende lo que los otros disciernen, y el tercero no discierne ni entiende lo que los otros disciernen» No seré yo quien haga en voz alta la reflexión…Que cada cual haga la suya…Yo ahí lo dejo…

La revuelta de las ‘faeneras…’

Estos días se cumplen 105 años de la revuelta de las faeneras de Málaga…Mirar Al pasado para comprender el presente…
Imagen Internet

No me cansaré de repetir la importancia que tiene mirar al pasado como oportunidad para comprender el presente. Porque la historia es tenaz, tozuda, se repite una y otra vez en diferentes espacios y tiempos… En ocasiones nos asombramos de las decisiones, actitudes o comportamientos que nos sugieren una forma diferente de competir contra la injusticia o contra los errores de nuestros gobernantes, sin tener en cuenta que, si echamos la mirada atrás, podremos decir: ‘todo está ya inventado’. Porque nuestros antepasados también tuvieron que luchar contra la inflación, el paro, las pandemias, las guerras…Y lo hicieron con escasos recursos, pero aun así, hoy por hoy, constituyen un referente y una fuente de inspiración…

Las consecuencias de la guerra de Ucrania comenzaron a hacerse sentir en año pasado. Los ciudadanos de a pie comenzamos a percibir una imparable subida de precios desde la energía, y los combustibles  a la cesta de la compra. Y todo esto en un tiempo en que recién empezamos a disfrutar de una normalidad que había sido alterada por la pandemia. El gobierno, arropado por Europa, comenzó a inyectar paquetes de ayuda que han paliado, aunque no demasiado, las consecuencias. Y en esas estamos, no solo nosotros sino toda Europa. Para muchos es una situación insólita, como la pandemia, pero no es la primera vez que ocurre según podemos comprobar en nuestra historia más reciente…  

Entre el 9 y el 21 de enero de  1918, hace ahora 105 años, se produjeron en Málaga una serie de movilizaciones populares conocidas como la Revuelta de las faeneras, considerada como el primer levantamiento femenino en dicha ciudad. Entonces como ahora, el alza de precios de los alimentos y productos básicos desató la rebelión de las mujeres trabajadoras, conocidas como ‘faeneras’, quienes protagonizaron una huelga general que se saldó con cuatro muertos y una veintena de heridos.

Por aquellos días el precio de pan subió hasta límites insospechados -55 pts/kilo- (hay que tener en cuenta que un obrero podía ganar entre 15,00 y 20,00 pesetas a la semana) con la correspondiente indignación popular. Fue entonces cuando las 800 faeneras recorrieron la ciudad hasta llegar a las puertas del Gobierno Civil, donde reclamaron a la autoridad pertinente, la bajada de precios.

El gobernador las recibió y les hizo las correspondientes promesas encaminadas al abaratamiento de los precios que, por descontado, no convencieron por lo que se decidió asaltar el Ayuntamiento y presentar al Alcalde las reivindicaciones lo que se hizo por boca de Concepción Mesa, una anciana trabajadora de la almendra…Tras oír las promesas del alcalde, la manifestación prosiguió emplazando a los movilizados a una asamblea a las puertas de la fábrica textil…Parece que el alcalde reunió al día siguiente a empresarios y comerciantes que se negaron rotundamente a bajar los precios, lo que obligó al alcalde a amenazar con imponer una tabla de precios…Pero la fuerte influencia del lobby industrial consiguió que el alcalde liberal fuera cesado fulminantemente y reemplazado por un conservador, más cercano a los intereses del gremio…(¿ No suena del algo?).

El día 14  se organizó un mitin en la sede de la Juventud Republicana en el que hablaron algunas oradoras ante la asistencia de un numerosísimo público (unas 2000 personas dentro y otras 6.000 fuera del recinto) y convocaron una manifestación para el día siguiente.  La comitiva partiría de tres puntos diferentes de la ciudad de Málaga que confluirían frente al Gobierno Civil, tal y como sucedió. Una vez allí y tras unas breves palabras las autoridades exigieron la disolución del encuentro y empezaron las cargas policiales y los disparos de la Guardia Civil…

El día 16, desde primera hora de la mañana, se inició un paro en señal de duelo por los fallecidos en la revuelta. A media mañana los comercios de la ciudad echaron el cierre, al que se unieron después los trabajadores de las fábricas. “Por la tarde, unas 12.000 personas se dirigieron en manifestación al Hospital Militar, donde se encontraban los cadáveres de los manifestantes. Las autoridades militares impusieron realizar el entierro de madrugada para evitar que se crease una comitiva fúnebre masiva”

A la huelga se fueron sumando sectores y se mantuvo al día siguiente mientras las autoridades negociaban la bajada de precios…

El día 21, una vez comprobada dicha bajada, la huelga finalizó. El levantamiento había triunfado…

Diciembre…

Fotografía: mp_dc

Cuando llegó el  Black Friday con sus rebajas y ofertas, todos sabíamos que diciembre estaba cerca, acechando… Para colmo, este año comenzó a lo grande, con un enorme puente que algunos esperaban como anticipo de las vacaciones de Navidad. Y, aunque el sol seguía haciendo guiños, sobre todo en mi tierra, finalmente, los frentes y borrascas llegaron hasta aquí en forma de inestabilidad, lluvia, viento, tormentas… El puente que tanto prometía transcurrió pasado por agua aunque contó con el beneplácito de todos, conscientes de la gran sequía que padecemos…Las luces iluminaron las ciudades y los mercados navideños abrieron sus puertas deseosos de vender a pesar de la crisis que padecemos aunque, no obstante, la hostelería no se queja más bien todo lo contrario, por algo será… En fin, poco a poco, diciembre va abriéndose paso sin prisa pero sin pausa, al tiempo que el paisaje urbano viste sus calles y plazas con una arquitectura efímera adecuada para la ocasión, en la que no falta el alumbrado, las pistas de patinaje, los vendedores de castañas, los sabores y aromas a dulces típicos que se venden en las calles y llenan los estantes de los supermercados, a la par que los centros comerciales adquieren ese tono peculiar de agitación y multitud que no cesará hasta después de Reyes.

Vivimos  el tempus felicitatem (tiempo de la felicidad) y el calendario nos autoriza para ser ‘oficialmente felices’. Todo parece confabularse para que así pueda ser, al menos en apariencia o de boquilla. Porque la verdad es que, en esta nube de felicidad que parece flotar en el ambiente, tan fugaz como pasajera, producto -por qué no decirlo- de una especie de contagio colectivo que circula a través de la memoria, hay ciertas dosis de autoengaño y pérdida voluntaria de conciencia… Las comidas de trabajo, el amigo invisible y las cestas de productos navideños que muchas empresas regalan, dan una tregua a las rivalidades, a la competitividad y, por contra, promueven el compañerismo. Todos hacemos un brindis al sol y elevamos las copas en un esfuerzo colectivo por parecer mejores con los amigos y, sobre todo, con la familia, incluso con quienes apenas nos relacionamos el resto del año…Todo en nombre de la Navidad… Será a partir del 7 de enero cuando recobremos la cordura y todo vuelva a su ser. Entonces podremos regresar a nuestras dinámicas cotidianas, a nuestras angustias, depresiones y estados anímicos varios. Que nadie se alarme, sólo es cuestión de unos días

Y mientras estamos en estas, el mundo sigue construyendo su historia y, aunque hagamos caso omiso para no sufrir, la guerra en Ucrania continúa sin visos de paz y dibuja una realidad triste, penosa y muy dura, de manera particular para los mayores y los niños. Los ucranianos viven su invierno más cruel con nieve hasta las orejas, temperaturas gélidas, a oscuras, sin calefacción y escasez de agua. Me admira tanta resistencia y resiliencia, al tiempo que me asusta la enorme capacidad para el olvido que el resto de la humanidad hemos desarrollado. Atrás quedaron las muestras solidarias, las acogidas de mujeres y niños, las campañas de alimentos y ropas…Esta sociedad tan fluida, tan líquida, nos está enseñando a adaptarnos por momentos, incapaces, como somos, de asimilar tanto acontecimiento y absorber tanta mala noticia (apuntemos dónde apuntemos: oriente, occidente, norte, sur…) en tiempo real…Es el precio del progreso, de la tecnología, de los medios que nos zambullen a cada instante en situaciones tan diversas que no nos da tiempo a adaptarnos y acabamos estresados o indiferentes porque no soportamos tanta información…

En España el gobierno intenta cumplir sus objetivos pase lo que pase y se trae entre manos la aprobación unas cuantas leyes que pretende sacar adelante antes que comience el nuevo año. Las derechas sacan todo su armamento en su versión más retro…Por lo visto para eso es oposición, para oponerse sistemáticamente, cada una a su modo: la ultraderecha machacona continúa mirando atrás, el resto aprovecha cualquier fisura para colar su mensaje, o sea, decirnos a las claras que ellos sabrían hacerlo mejor ¡Ja! Ya lo veremos, sin duda lo veremos…Porque este ejecutivo habrá cometido muchos fallos y puede que tenga fecha de caducidad, pero lo ha tenido muy complicado desde el principio, supongo que habría que tenerlo en cuenta…La ciudadanía está exhauta, desencantada, harta y, muchos de nosotros, políticamente huérfanos…

En la intimidad diciembre llega cargado de recuerdos de otros muchos diciembres vividos en un tiempo lejano, cada vez más presente que, aunque de vez en cuando dibujen una sonrisa, dejan también un tremendo sabor a nostalgia. Y experimento cierta resistencia a sacar los adornos de las cajas para desperdigarlos por el salón, mientras suenan en mi cabeza, cada vez más distorsionadas por el paso del tiempo, las voces vivas de quienes ya no están ni jamás volverán. Por eso este es un tiempo agridulce, de claroscuros, de luces y sombras, de querer y no poder, de sentimientos encontrados…Y aunque quienes aún están y estemos, nos unamos y reunamos para celebrar, el peso de la ausencia añade un punto amargo que me estremece y destempla el alma…A pesar de todo seguimos adelante…

Feliz Navidad…