Maternidad, maternidades…

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Sobre la celebración del día de la madre hace ya muchos años que recibimos una llamada de atención por parte de determinados sectores socioeconómicos, los cuales diseñaron una propuesta sobre cómo festejarlo. Nos sumergimos así en una dinámica consumista promocionada por firmas y marcas de cierto prestigio, como por ejemplo el Corte Inglés, el mismo que más tarde  se apropió también de la ‘primavera’ y de la ‘vuelta al cole’. El bombardeo propagandístico plagado de eslóganes pegadizos, martillearon incesantemente nuestras cabezas y permearon nuestros subconscientes hasta conseguir introducirnos en el engranaje. Queda claro que cualquier excusa es buena para animarmos a consumir y que el día de la madre contaba con ingredientes suficientes para encandilar al público. Porque ¿cómo negarse a reconocer la polifacética labor de las sufridas madres, reinas de la casa, administradoras domésticas, enfermeras, cocineras y cuidadoras, con un pequeño detalle o un enorme detallazo, directamente proporcional al volumen o profundidad de cada bolsillo y a la generosidad material de cada cual?

Y sin embargo detrás de esta concepción nacida en nuestra sociedad capitalista, la celebración de este día hunde sus raíces en el Antiguo Egipto y la Antigua Grecia, donde se celebraban fiestas en honor de Isis y Rhea, madre de Neptuno, Júpiter y Plutón, culto que más tarde –como tantas otras cosas- fue asimilado por la cultura romana.

Mucho tiempo después, y para acercarnos algo más al presente, se encuentran preecedentes de este día en la Inglaterra del siglo XVII. Por entonces la gran mayoría social era pobre y trabajaba al servicio de las grandes familias nobles y aristócratas, entre las que se impuso la tradición de establecer un domingo libre al año para que los sirvientes pudieran visitar a sus madres o demás familiares. Para sellar dicho encuentro se les permitía cocinar una tarta que ofrecían como regalo. Según parece al principio fueron celebraciones colectivas, realizadas al aire libre en idílicos parajes de praderas y bosques. Más tarde, tras la colonización americana, la tradición se importó junto con otros usos a las nuevas colonias, al igual que sucedió con la costumbre de tomar el té. En el calendario anglosajón el día de la madre se celebra el cuarto domingo de cuaresma.  

En Estados Unidos este día está relacionado con una iniciativa particular de la joven Ana Jarvis, quien lo instauró en homenaje a su propia madre. Esta iniciativa, que tuvo gran acogida, se convirtió en una propuesta de Ley al Congreso aprobada en 1914 por el Presidente Woodrow Wilson, declarándola fiesta nacional fijada para el segundo domingo de mayo.

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En nuestro país la liturgia católica, esgrimiendo los mismos argumentos defendidos desde antes del Concilio de Trento (1545-1563), se dignó establecer a la Inmaculada Concepción como modelo de mujer-madre. Por eso hasta 1965, el día de hoy, se celebraba el 8 de diciembre. A partir de ahí la misma Iglesia consideró oportuno separar ambas fiestas estableciéndose el primer domingo de mayo –mes eminentemente Mariano- como fecha idónea para homenajear a las madres.

Este modelo ‘virginal’ ha constituido un referente para las mujeres de mi generación, un clisé con el que nos machacaron intentando inculcar la idea sobre la necesidad de llegar vírgenes al matrimonio. Virginidad simbolizada en la entrega de ‘arras’ en el ritual del matrimonio eclesiástico. Idea a partir de la cual, Iglesia y Estado, construyeron su propio argumento que, mas tarde, desembocaría en la teoría del el “ángel del hogar”, modelo que atraviesa el discurso decimonónico deconstruido, y después ‘asesinado’ por Virginia Woolf, que tanto ayudó a apostillar el concepto de la maternidad como una poderosa investidura -utilizada particularmente por los varones- y más adelante, una etiqueta y una categoría de análisis histórico. En todo caso, se trata de una construcción sujeta a continuos cambios sobrevenidos con el devenir de los tiempos.

En ámbitos feministas se habla de ‘maternidad hegemónica’ para referirse a la maternidad heterosexual normativa, según la cual la mujer concibe, gesta y cría. Pero la diversidad familiar de nuestra sociedad actual invita a hablar de ‘maternidades’, en plural, como la diversidad que somos y en la que se encuentren representadas una múltiple casuísticas y diferentes modelos. En todo caso la maternidad siempre será una opción y un derecho y deben ser las mujeres quienes decidan o elijan.

Pero si descendemos desde marco teórico a la práctica de la vida cotidiana y al plano de los afectos, la realidad es que la mayoría de los hijos e hijas solemos envolver a nuestras madres y/o padres en de una especie de halo de protección, alejándolas de todo mal, poniéndolas a salvo, protegiéndolas contra lo inevitable. Inconscientemente las llagamos a consideramos seres excepcionales, eternos, deseando creer que siempre se quedarán con nosotros, aunque llegado el momento, empecemos a sospechar que no será así y sintamos miedo porque sabemos que detrás de su muerte nos espera el mayor de los abandonos y el más desconsolador desamparo…

Sea cual sea la edad que tengamos, en general, los hijos e hijas siempre echamos de menos a nuestras madres y padres, símbolos del amor esencialmente generoso, desinteresado e incondicional.

Stabat Mater…

Blanca Portillo. Imagen Internet

A veces entro en twitter para ver que se cuece. La verdad es que más que un foro, casi siempre me parece un patio de vecinos, la mayoría, mal avenidos. Hay opiniones y críticas para todos los gustos: curiosas, graciosas, irónicas, interesantes, ocurrentes y también algunas retorcidas y con muy mala leche. Sé que el contenido no es de fiar porque la gente habla de lo que oye y vierte su version personal, y por tanto, subjetiva. Pero entre tanta opinión siempre encuentro, particularmente entre quienes sigo -la mayoría periodistas, escritores y políticos afines- artículos, noticias o hilos de conversación que merece la pena ojear. Soy más espectadora que participativa, aunque muestro mi acuerdo o mi repulsa pulsando los correspondientes botones. De vez en cuando, entre tanta información, he sabido de alguna que otra película interesante o, como en este caso, de un magnífico documental en Filmin: “María conversa”, que trata sobre la puesta en escena de la obra ‘El testamento de María’ de Colm Tóibín, obra de teatro interpretada por la actriz Blanca Portillo, a quien personalmente admiro desde que fue Carlota en la divertida serie  7Vidas.

Cuando la obra estuvo en cartel e incluso se representó en el teatro más cercano a mi ciudad, yo no pasaba por mi mejor momento y no supe de su existencia y muchos menos de su estreno. Tiempo después una amiga, fiel seguidora de la Portillo, que la había visto dos veces, me habló de ella con tanta pasión que sentí muchísimo habérmela perdido y corrí a comprarme el libro para consolarme.

El documental es extraordinario y a nivel personal desencadenó una inesperada reflexión sobre dos cuestiones fundamentales que me dispongo a compartir: una sobre la persona, es decir, la actriz protagonista y otra sobre el personaje. De eso iba el documental, del proceso creativo, de la simbiosis, de cómo la persona-actriz asume y construye el personaje hasta que lo acomoda en su propia piel y lo hace suyo, lo siente, y finalmente, lo encarna. Y digo ‘encarna’ y no ‘representa’ de manera intencionada, consciente. Hace sólo unos días escuché una entrevista en la radio en la que una actriz comentaba su preferencia por palabra ‘encarnar’ más que ‘representar’ para referirse a cualquier personaje. Es cierto que son sinónimas, pero el término ‘encarnar’ contempla un matiz espiritual que significa ‘tomar forma corporal’ y por eso se acerca mucho más al trabajo de un actor o actriz, tanto en cuanto ‘toma la forma’ de quien interpreta. Por eso los buenos actores son creíbles, porque se han metido en el papel hasta hacerlo suyo, se han ‘convertido’ en ellos. Reconozco que después de pensarlo he sentido una gran admiración -y hasta envidia sana- por los profesionales de la escena, los actores y actrices, porque tienen ante sí el reto y la oportunidad de experimentar otras vidas, de percibir múltiples personalidades y sentir emociones muy diversas…

Cuando leí el título del documental -‘María conversa’-, como ya sabía de qué iba la obra, pensé en lo más lógico y evidente, o sea, en el monólogo del personaje. Luego fui más allá y pensé en el otro significado de la voz ‘conversa’, femenino de ‘converso’, referida a aquellos musulmanes y judíos del siglo XV, obligados a renegar de sus religiones bajo pena de expulsión y destierro, que en la actualidad se aplica a quienes transitan de una ideología a otra. Y aunque nada tiene que ver con el título del reportaje, consideré esta opción como una metáfora.Porque la originalidad de la obra de Tóibín reside en que su autor tuvo el atrevimiento y la audacia de dar voz a un personaje que no la tiene en los evangelios, en los que María es un testigo mudo, despojada de opiniones, que no expresa sus emociones ni sentimientos, resaltando sólo su carácter divino, como Madre de Dios, la mujer que engendró y dio a luz al ser humano y sobrenatural a la vez, elevada ella misma a la categoría máxima, transformando su virginidad en un modelo para la humanidad –sobre todo para la femenina-. Y entonces Colm Toibín tiene la brillantez de humanizarla al extremo para dejar hablar a una mujer que conoce -como otra cualquiera- la política de su tiempo y a sus gobernantes, crítica con las actuaciones de Anás y Caifás, sumos sacerdotes que mucho tuvieron que ver en la conspiración contra su hijo frente a la que Pilatos se lavó las manos. Y a la par es una la madre dolorosa y doliente que experimenta el desgarro interior por la pérdida de su único hijo y se debate consigo misma reflexionando sobre las circunstancias históricas y políticas que lo condujeron al desastre final…

En fin, lejos de la religiosidad que María de Nazaret representa para los creyentes, esta pensadora solo quiere reseñar que el documental es magnífico y el libro un relato sobrecogedor e inteligente que resalta el poder de la palabra sobre la historia. La obra de Colm Tóibín permite profundizar, desde la ficción, en un personaje de gran relevancia y enorme peso en la cultura judeo-cristiana -baste recordar que muchos de nuestros nombres femeninos aluden a las diversas advocaciones de la Virgen- icono de una época por cuanto fue el modelo de mujer a seguir: virgen, abnegada, sumisa y callada. Todo un ejemplo que ha pervivido -y puede que perdure aun- en el ideario de los sectores sociales más conservadores de nuestro país.

«Sé fuerte. Sé amable»

“Quien vota a los corruptos  los legitima, los justifica y es tan responsable como ellos.” Julio Anguita.
Jacinta Arden. Imagen Internet

En estos tiempos tan convulsos la actualidad nos despierta cada día con un popurrí de noticias de todos los colores y formatos, sobre hechos y escándalos a los que ya nos tienen acostumbrados políticos y miembros del mundo del famoseo (me reservo el calificativo ‘famoso’ para no desgastarlo ni confundirlo inúltimente). El poder que emana de cualquiera de esas personas es el que la sociedad le haya otorgado, bien a través del voto en las urnas o bien mediante simpatías y aprobaciones varias. Por eso estos días, aquí en España, se ha hablado tanto de SUMAR como de la conocida ‘bióloga-actriz-presentadora’ en la actualidad ‘madre adoptiva-abuela’, a veces incluso en los mismos foros, aunque el debate no haya girado en torno a la persona (cosa que a la susodicha -creo- no le importa, aunque le guste más ‘previo pago’) sino a la controversia jurídica que ha suscitado y traído a colación. Y eso por no hablar de Trump. Tanto el personaje como la persona me inspiran emociones tan inquietantes y terroríficas, que podrían llegar a distorsionar mis pensamientos y hasta nublar mi realidad.

Pero no pretendo reflexionar, como siempre desde mi condición de ciudadana, sobre esta cuestión. Soy consciente que mi opinión personal es del todo irrelevante. Mi considireción gira en torno a la noticia sobre la despedida de una mujer joven que abandonó recientemente la política por razones personales, a fin de subrayar la idea sobre la posibilidad de hacer política de una forma más amable, con palabras y con gestos, cosa que ha demostrado Jacinta Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda, quien esta semana ha dicho adiós al Parlamento con un discurso digno de resaltar por lo insólito de sus palabras, matizando no sólo lo que dijo sino cómo lo dijo y el contexto en el que tuvo lugar, que todo cuenta y todo forma parte del mismo mensaje.

Jacinta Ardern, perteneciente al partido laborista, al parecer no ganó las elecciones de 2017, Lo hizo el Partido Nacional -centroderecha-. Pero la aritmética ‘sumó’ a su favor. No nos engañemos: las matemáticas no fallan, por mucho que Feijoo insista en que ‘SUMAR resta’ y que ‘multiplicar divide’. Esas son operaciones torticeras realizadas desde estrategias electoralistas, diseñadas para engañar o confundir a los votantes e intentar desgastar y derribar al contrario. La entronización de Arden es un ejemplo de la fuerza de los gobiernos de coalición y de la importancia de las alianzas entre partidos que comparten un mismo espacio político, dispuestos a colaborar con generosidad por el bien del país.

La ministra, a quien el diario británico The Guardian definió como una ‘mezcla de acero y amabilidad’, ha dado sobradas muestras de poder hacer políticas eficaces –baste recordar que su país fue el primero en superar la pandemia- serias y empáticas – conviene también mencionar que su gobierno se bajó el 20% del sueldo seis meses durante la crisis postpandémica- sin apoyarse en el insulto, la descalificación, las medias verdades, ni retorcer las palabras de los adversarios. The Atlantic  de Bostón  la señaló como candidata a convertirse en la líder más eficaz del planeta. Y en 2019 la revista Fortune la eligió como la segunda mejor líder mundial en su clasificación de 50 candidatos. Al parecer entre las claves de su liderazgo están la empatía, la sensibilidad y su capacidad para conectar con la ciudadanía, cualidades para nada reñidas con la firmeza y la fuerza necesarias para ser vehemente cuando la situación lo requiera. “Sé fuerte. Sé amable”, ha sido el lema con el que ha cerrado todas sus intervenciones.  

Pues bien, el discurso de despedida de la ministra, «la guerrera amable», no tiene desperdicio: «Puedes ser ansiosa, sensible, amable, ser madre o no, llorona, abrazadora, puedes ser todas esas cosas y ser líder al mismo tiempo».

No es una teoría pendiente de demostrar, son hechos. ¿Qué más se puede añadir?

Pues eso. No nos dejemos engañar pensando que tiene más poder o lo desempeña mejor quien usa las palabras bruscas y las salidas de tono abusando del insulto fácil. Hay otros modos de hacer política con la verdad, con el respeto, con un tono más amable, sin confundir sensibilidad con sensibleo, ni buenas palabras o gestos con ñoñería.

De momento el nuevo liderazgo de ‘la cuidadana’ Yolanda Díaz -como la ha llamado la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, quién por cierto, le dedicó el poema titulado «Si eres una mujer fuerte»– apunta maneras y SUMAR es una realidad of course. No es necesario hacer una crónica sobre el acto de presentación de la nueva plataforma, para eso ya están los entendidos y expertos polítólogos, muchos de los cuales opinan que fue todo un éxito y que hay mimbres para construir una alternativa. También la prensa en general, tanto nacional como extrajera, creo que la ha tratado bien, e incluso el periódico francés Liberatión, le ha dedicado un apodo, llamándola ‘nueva musa de la izquierda».

En fin, ya veremos. El tiempo nos dirá. En cualquier caso Yolanda: «Sé fuerte. Sé amable».

«Apoyá en el quicio de la mancebia…»

“Monjas,frailes, putas y pajes, todos vienen de grandes linajes”
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Prostitutas, rameras, meretrices, mancebas, busconas, furcias, fulanas, pupilas, cortesanas, zorras, pelanduscas, mujerzuelas… El castellano es rico en sinónimos con los que designar a las mujeres de ‘mala vida’, de ‘vida alegre’, vulgarmente conocidas como ‘putas’.

Sobre la prostitución se ha dicho que es el oficio más antiguo en la historia de la humanidad. El refranero da fe, recogiendo en numerosos dichos lo que el pueblo pensaba al respecto: “Monjas, frailes, putas y pajes, todos vienen de grandes linajes”, “Puta primaveral, alcahueta otoñal, y beata invernal” o «Tal para cual, la puta y el rufián», etc… Por otra parte, la historia de la prostitución se remonta a la épocas clásicas de Grecia y Roma en la que encontramos los primeros datos sobre este viejo empleo. Aunque una etapa interesante podría ser el siglo XVI, tal vez porque la documentación conservada permite reunir información concluyente para este período conocido como Edad Moderna. Numerosos estudios avalan un pormenorizado testimonio que permite conocer el fenómeno de la prostitución en el ámbito nacional así como encontrar determinadas sinergias con la actualidad.

Por aquel entonces, las mancebías acabaron siendo autorizadas y reglamentadas por la autoridad municipal y pasaron a ser socialmente consideradas ‘un mal menor’ pero necesario… Las prostitutas canalizaban los bajos instintos masculinos en favor de las mujeres honestas, reservadas a la maternidad. El oficio, contrariamente a lo que podría pensarse, estaba muy cotizado entre las féminas de baja extracción social, solas o sin familia ni recursos, cuya dedicación proporcionaba un sustento bajo la protección y ‘cuidado’ de un proxeneta, quien a cambio obtenía pingües beneficios. Las casas de placer proliferaron sobre todo en las grandes urbes, en ciudades portuarias como Sevilla (cabecera del comercio de Indias en aquella fecha) y universitarias, como Salamanca, en las que el número de lupanares se multiplicaban ante la masiva afluencia de clientes.

Generalmente estos establecimientos se situaron en las afueras (como los clubs de hoy), alejados de los centros donde se encontraban las instituciones de poder, apartados de los espacios de representación social, por aquello de mantener las apariencias y salvaguardar la honra de las mujeres decentes que solo copulaban para reproducirse siguiendo los dictados de la Santa Madre Iglesia…No obstante en el caso de Sevilla, dado su carácter portuario, la mancebía se ubicó en el centro, en el llamado Compás de La Laguna, en el barrio del Arenal. Una vez que desembarcaban, muchos miembros de la tripulación se dirigían hasta allí en busca de la libre fornicación que se practicaba en los prostíbulos, donde los hombres daban rienda suelta a sus instintos y deseos. Las ordenanzas municipales regulaban el cuidado y limpieza de estos locales, encargándose también de su seguridad, para lo cual destinaban algunos guardias que velaban por el mantenimiento del orden en el interior y el frecuente maltrato a las mujeres.

El dueño de la mancebía se conocía con el nombre de padre o tapador en el caso de los hombres, o madre, si eran regentados por mujeres. Igualmente, para que no pudiera haber confusión alguna, las meretrices estaban obligadas a vestir con determinados colores por lo que usaban medios mantos de color negro o marrón, acabados en picos de color pardo, de ahí la expresión “ir de picos pardos”, ni más ni menos que “ir de putas”, con perdón…Para ser distinguidos de otros establecimientos, las mancebías estaban pintadas de colores alegres y vivos, (en la actualidad también es así, además de luces de neón que los hacen en inconfundibles), además de adornar la fachada tallando alguna muñeca o figura femenina junto a la puerta de entrada donde también solían colgar ramos de flores, de ahí que a estas trabajadoras se las conozcan como ‘rameras’.

En cuanto a los precios, no eran muy elevados, acordes con el escaso salario de que se disponía entonces. La visita rondaba el medio real. Las pupilas más guapas, atractivas y deseables podían ganar entre 4 o 5 ducados diarios (unos 55 reales). En contrapartida las feas, con defectos físicos o mala apariencia, apenas ingresaban 50 cuartos (de real). De las ganancias una parte se entregaba a los padres (dueños) en concepto de manutención. La Real Hacienda, por su parte, sangraba estos locales con importantes impuestos que llenaban las arcas municipales. !Todo un negocio!

La historiadora Mary Elizabeth Perry, en su libro Ni espada rota ni mujer que trota, realiza un estudio sobre los orígenes de las mancebías sevillanas y su aceptación social, señalando la labor social de las meretrices: “sin su presencia -aludiendo a las prostitutas-, se pensaba que muchos hombres pondrían sus energías en la seducción de mujeres honradas, en el incesto, la homosexualidad o el adulterio. Esta era la doctrina cristiana que se fue elaborando desde el siglo XIII en torno a la sexualidad y a la prostitución, considerada pecaminosa pero necesaria».

Las Ordenanzas dictadas por el cabildo de la ciudad de Sevilla, a mediados del XVI, contemplaban 16 puntos referentes a la regulación de los prostíbulos de dicha localidad, de los cuales copio literalmente uno, el mismo en el que se inspiró nuestro sapientísimo refranero del que recojo el dicho ‘estar callada como una puta…’ o ‘pasar más hambre que una puta en cuaresma…’ Ahora veremos por qué…

Item, ordenamos y mandamos, prohibimos e defendemos que las dichas mugeres de la mancebía no estén ni residan en ella ganando en ninguno de los días de domingos, fiestas y quaresmas y quatro témporas y vigilias del año, antes mandamos que en los tales días las puertas de la dicha mancebía estén cerradas y que el padre no las abra ni consienta abrir para el dicho efecto, so pena a la muger que ganare los tales días en la dicha casa le sean dados cien azotes y al padre que lo consintiere e no lo impidiere y estorbare le sea dada la misma pena.

En fin, dum vivimus, vivamus...

¿Llorar o no llorar? Esa es la cuestión…

El dicho “lágrimas de cocodrilo”, llanto fingido para atraer la atención de otros, proviene de una antigua creencia griega según la cual los cocodrilos simulaban estar llorando para atraer a sus presas.
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No es la primera vez que escribo acerca de las emociones, más concretamente de las lágrimas como respuesta, más o menos habitual, a determinados estados anímicos. Los humanos estamos programados para llorar. Si lo pensamos bien, es lo primero que hacemos al nacer. Lloramos como contestación reactiva al estrés del acto de nacer. Desde ese momento en adelante, el llanto constituirá el medio de comunicación entre el bebé y los padres. Ante la sensación de hambre, dolor o incomodidad, los bebés acuden al llanto hasta que aprenden a hablar y a comunicarse verbalmente…

A este respecto circulan diversas corrientes sobre el grado de atención o rapidez con que los padres deberíamos responder al llanto de los niños, a fin de evitar en la medida de lo posible, el desarrollo de estrategias encaminadas a practicar el chantaje emocional o la manipulación a la que sometemos el entorno, primero inconscientemente de pequeños y después conscientemente de adultos. Es una realidad que con el paso del tiempo aprendemos a regular el llanto atendiendo a señales contextuales que nos avisan sobre la conveniencia, sobre los riesgos o los beneficios de llorar en un momento o circunstancia concreta. Llorar nos vincula con el entorno y con quienes interactuamos. Por tanto los seres humanos efectuamos todo un proceso de aprendizaje sobre el llanto y sobre los beneficios o privilegios que puede reportarnos pues, es habitual, que quien llora obtenga más atención de las personas que tiene cerca quienes, además, se mostrarán más proclives a prestarle atención y ayuda.

De adulto se aprende a contener las lágrimas, aunque una película mismamente, desate ese nudo en la garganta, en ocasiones, difícil de controlar. Generalizando podría decirse que algunos individuos son más emotivos que otros y se definen como ‘de lágrima fácil’, aunque la mayoría discrimine o seleccione en consideración a premisas sociales y culturales muy arraigadas que, las más de las veces, los coloca frente al eterno dilema: ¿llorar o no llorar? Esa es la cuestión…

Alrededor del llanto han surgido construcciones sociales con un marcado acento en torno al género que han originado algunos sesgos. Así, por ejemplo, los hombres que lloran son peor valorados que las mujeres. O se califican de estoicos frentes a las féminas consideradas más emocionales y propensas a la tristeza…

Sobre la fisiología de las lágrimas y el sentido de éstas, se han generado diversas teorías que circulan desde la antigüedad (Pitágoras, Hipócrates, Empédocles y Galeno) pasando por los egipcios e incluso más tarde, autores renacentistas como Leonardo de Vinci. Todos han disertado sobre la fisiología de las lágrimas, sobre cómo, por qué y para qué se producen. Tiempo después “Charles Darwin (1809-1882) publicó su libro La expresión de la emoción en el hombre y los animales en 1872, afirmando que los seres humanos expresaban sus emociones para aliviar la angustia. Reconociendo, por tanto, que las respuestas emocionales de los humanos evolucionaron de la señalización de animales no humanos para comunicar sentimientos y se convirtieron en instrumentos sociales que se utilizaban de manera flexible en la interacción humana”. El llanto es, pues, una respuesta a emociones positivas y negativas, Lloramos de tristeza o dolor, pero también de alegría y felicidad. Y en cada caso la composición química de las lágrimas varía. Eso también está demostrado científicamente…

En cualquier caso, en el acto del llanto hay una parte fisiológica que nos viene de serie y otra social, en la que nos educan y que aprendemos a gestionar según circunstancias…Y luego, claro está, existen enormes diferencias culturales que ven con buenos o no tan buenos ojos, el acto del llanto.

A margen de todo lo dicho, llorar como reír, proporciona una agradable sensación de bienestar y relax, de ahí que se pusiera de moda la técnica de la ‘risoterapìa’ inventada por el médico norteamericano Patch Adams, cuya vida fue llevada a la gran pantalla en una película -“Patch Adams”- protagonizada por Robin Wiliams. A partrir de aquí, parece obvio que a alguien se le ocurriera una terapia similar pero en el polo opuesto. Pues bien, ha sido en Japón –cultura no partidaria del llanto en público- Takashi Saga, también conocido como el sommelier de lágrimas, puso en marcha unos seminarios de lágrimas que celebra dos veces al mes, para que los asistentes lloren transformeando la sala en un mar de lágrimas, en la que sus protagonistas se sientes muy a gusto… Una terapia de gran éxito en una sociedad que dificulta y constriñe el llanto, interpretándolo como signo de debilidad.

Y es que llorar es bueno y sana. Por eso los japoneses, tan ceremoniosos y amantes de los rituales, han hecho del llanto colectivo otro ceremonial de relajación y sanación. Con ese objetvo existen clubs y hoteles en los que se reunen para experimentar el llanto a modo de catarsis colectiva, cosa que hacen viendo películas lacrimogenas o documentales de catástrofes entre otras cosas…Sí, por raro que nos parezca, cinco o seis personas se dan cita, pañuelo en mano, dispuestos de llorar hasta vaciar los lacrimales para quedarse exhaustos y nuevos, dispuestos para la siguiente sesión…

Yuka Muroi, seguidor de Takashi Saga, en quien inspiró su método, un exvendedor que celebra ceremonias de divorcio en Tokio, descubrió también los efectos positivos del llanto observando que las parejas que lloraban durante el proceso de divorcio, completaban el mismo en mejores termimos. Comprendiendo que reprimirse y encapsular las lábrimas es nocivo para la salud y acaba afectando el cuerpo, por lo que «ser capaz de llorar sin tener que preocuparse por las apariencias es un paso importante para que las personas consigan liberarse de la depresión”.

También la literatura ha tenido en cuenta el papel que desempeñan las lágrimas en nuestra vida emocional y social. Por eso Laura Demaría publicó en octubre pasado el libro «Guía práctica del llanto», «una emocionante combinación de memoria, pérdida y nostalgia, pero también de sueños, superación y alegría…». La obra de Tom Lutz, «El llanto. Historia universal de las lagrimas», dice nada más comenzar: “El llanto es un valor universal«. Estamos rodeados de llanto o de situaciones que nos harían llorar y sin embargo hemos aprendido a ocultarlo, por eso lo hacemos a solas o nos cubrimos la cara con las manos…

El filósofo Roland Barthes escribió: ¿Quién es ese “yo” que tiene “lágrimas en los ojos”? ¿Quién ese otro que, un día, estuvo “al borde de las lágrimas”? ¿Quién soy yo, que lloro “todas las lágrimas de mi cuerpo”?, ¿o que vierto al despertar “un torrente de lágrimas”? Si tengo tantas maneras de llorar es tal vez porque, cuando lloro, me dirijo siempre a alguien, y porque el destinatario de mis lágrimas no es siempre el mismo: adapto mi modos de llorar al tipo de chantaje que, a través de mis lágrimas, pretendo ejercer en torno mío…»

Finalmente, solo añadir que «el llanto es, a veces, el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras…» (Concepción Arenal)

La revuelta de las ‘faeneras…’

Estos días se cumplen 105 años de la revuelta de las faeneras de Málaga…Mirar Al pasado para comprender el presente…
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No me cansaré de repetir la importancia que tiene mirar al pasado como oportunidad para comprender el presente. Porque la historia es tenaz, tozuda, se repite una y otra vez en diferentes espacios y tiempos… En ocasiones nos asombramos de las decisiones, actitudes o comportamientos que nos sugieren una forma diferente de competir contra la injusticia o contra los errores de nuestros gobernantes, sin tener en cuenta que, si echamos la mirada atrás, podremos decir: ‘todo está ya inventado’. Porque nuestros antepasados también tuvieron que luchar contra la inflación, el paro, las pandemias, las guerras…Y lo hicieron con escasos recursos, pero aun así, hoy por hoy, constituyen un referente y una fuente de inspiración…

Las consecuencias de la guerra de Ucrania comenzaron a hacerse sentir en año pasado. Los ciudadanos de a pie comenzamos a percibir una imparable subida de precios desde la energía, y los combustibles  a la cesta de la compra. Y todo esto en un tiempo en que recién empezamos a disfrutar de una normalidad que había sido alterada por la pandemia. El gobierno, arropado por Europa, comenzó a inyectar paquetes de ayuda que han paliado, aunque no demasiado, las consecuencias. Y en esas estamos, no solo nosotros sino toda Europa. Para muchos es una situación insólita, como la pandemia, pero no es la primera vez que ocurre según podemos comprobar en nuestra historia más reciente…  

Entre el 9 y el 21 de enero de  1918, hace ahora 105 años, se produjeron en Málaga una serie de movilizaciones populares conocidas como la Revuelta de las faeneras, considerada como el primer levantamiento femenino en dicha ciudad. Entonces como ahora, el alza de precios de los alimentos y productos básicos desató la rebelión de las mujeres trabajadoras, conocidas como ‘faeneras’, quienes protagonizaron una huelga general que se saldó con cuatro muertos y una veintena de heridos.

Por aquellos días el precio de pan subió hasta límites insospechados -55 pts/kilo- (hay que tener en cuenta que un obrero podía ganar entre 15,00 y 20,00 pesetas a la semana) con la correspondiente indignación popular. Fue entonces cuando las 800 faeneras recorrieron la ciudad hasta llegar a las puertas del Gobierno Civil, donde reclamaron a la autoridad pertinente, la bajada de precios.

El gobernador las recibió y les hizo las correspondientes promesas encaminadas al abaratamiento de los precios que, por descontado, no convencieron por lo que se decidió asaltar el Ayuntamiento y presentar al Alcalde las reivindicaciones lo que se hizo por boca de Concepción Mesa, una anciana trabajadora de la almendra…Tras oír las promesas del alcalde, la manifestación prosiguió emplazando a los movilizados a una asamblea a las puertas de la fábrica textil…Parece que el alcalde reunió al día siguiente a empresarios y comerciantes que se negaron rotundamente a bajar los precios, lo que obligó al alcalde a amenazar con imponer una tabla de precios…Pero la fuerte influencia del lobby industrial consiguió que el alcalde liberal fuera cesado fulminantemente y reemplazado por un conservador, más cercano a los intereses del gremio…(¿ No suena del algo?).

El día 14  se organizó un mitin en la sede de la Juventud Republicana en el que hablaron algunas oradoras ante la asistencia de un numerosísimo público (unas 2000 personas dentro y otras 6.000 fuera del recinto) y convocaron una manifestación para el día siguiente.  La comitiva partiría de tres puntos diferentes de la ciudad de Málaga que confluirían frente al Gobierno Civil, tal y como sucedió. Una vez allí y tras unas breves palabras las autoridades exigieron la disolución del encuentro y empezaron las cargas policiales y los disparos de la Guardia Civil…

El día 16, desde primera hora de la mañana, se inició un paro en señal de duelo por los fallecidos en la revuelta. A media mañana los comercios de la ciudad echaron el cierre, al que se unieron después los trabajadores de las fábricas. “Por la tarde, unas 12.000 personas se dirigieron en manifestación al Hospital Militar, donde se encontraban los cadáveres de los manifestantes. Las autoridades militares impusieron realizar el entierro de madrugada para evitar que se crease una comitiva fúnebre masiva”

A la huelga se fueron sumando sectores y se mantuvo al día siguiente mientras las autoridades negociaban la bajada de precios…

El día 21, una vez comprobada dicha bajada, la huelga finalizó. El levantamiento había triunfado…

Menos hablar y más decir…

«Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir, los necios lo hacen porque tienen que decir algo» (Platón)
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Esta semana pasada, con motivo del día de la Constitución, el Congreso de los Diputados abrió sus puertas al público, o sea, a la ciudadanía de a pie que acostumbra a conocer el hemiciclo desde casa, por la TV, la misma que ha recogido la noticia  en varias cadenas con idéntica expectación que el año pasado. No obstante, esta vez, los visitantes han insistido reiterando  a sus señorías y a la Presidencia de la Cámara, sobre la necesidad de cuidar el lenguaje, bajar el ruido, la intensidad para maximizar el respeto y elevar la dialéctica con el uso de una retórica de altura que se proyecte en una oratoria  tan respetuosa como contundente. Vamos que nos hemos dado cuenta del juego que algunos partidos se traen entre manos votando no a los presupuestos (y a prácticamente todas las iniciativas de la izquierda) para luego no presentar una sola enmienda…Algo parecido a lo que sucede con la Ley del ‘Sólo sí es sí’. Un enfrentamiento frontal y faltoso hacia la Ministra correspondiente pero ni una sola propuesta…En definitiva, parece que asistimos a una normalización de confrontación, de las palabras gruesas, del insulto fácil (o difícil) frente a una ausencia total de políticas constructivas que pongan más el acento en los beneficios de cara a la ciudadanía y menos en fines partidistas y/o personales.

Como en tantas otras ocasiones, cualquier excusa es buena para echar una miradita al pasado, hacia la Antigüedad clásica, a fin de comprender el presente y, de paso, poner en valor el enorme poder de la palabra y el arte de confrontar con dureza pero con elegancia, emulando a griegos y romanos formados en la retórica y la oratoria, materias que conformaron una parte importante del curriculum educativo vigente en Roma, cuyo sistema comprendía tres niveles: la escuela primaria (7-15 años) que recibía el nombre de ludus, en la que se aprendía a leer y a escribir. La escuela secundaria (hasta los 16 años) o “escuela de gramáticos”. Los primeros profesores de este nivel fueron griegos que enseñaban básicamente la lengua y la literatura griega. A ella asistían los hijos de los nobles y patricios. Y la escuela superior (16-18 años), la “escuela de retórica”, en la que se practicaba el arte de hablar en público, el arte de convencer, es decir, la oratoria. Las escuelas de retórica que mayor fama tuvieron estaban en Atenas, a ellas asistieron conocidos oradores como Pericles, Catón, los hermanos Graco  y, quizá el más reconocido: Cicerón.

La importancia de la oratoria se apoyaba en un sistema político y judicial que respetaba el uso de la palabra. El buen político debía se también un buen orador y ser consciente del arma tan poderosa que obraba en su poder sabiendo que, dominando el arte de convencer, tenía la capacidad de inclinar al Senado y a los jueces a favor de su causa. La palabra se convertía así en una herramienta poderosa a la que muchos no querían renunciar. De ahí que la oratoria fuera uno de los géneros literarios más evolucionados y cultivados sobre todo en tiempos de la República. Y por eso la retórica – como conjunto de técnicas o teorías de la oratoria- tuvo tanta importancia en el proceso educativo, sobre todo, para quienes participaban activamente en la política de Estado.

Desde la perspectiva de género, aunque hubo algunas mujeres que dejaron una marca indeleble en la Historia como Lucrecia y Claudia Quinta o Cornelia, madre de los mencionados Graco, y Fulvia, que comandó un ejército y acuñó monedas con su imagen, en general, las féminas no asistierom a la escuela superior, suponemos que porque no estuvieron impelidas, como los hombres, a participar en la vida pública, cosa que les estaba vetada, por lo que, en general, desconocieron la retórica.

Hubo, sin embargo, una excepción: Aspasia de Mileto (circa 470 a. C.– c. 400 a. C), conocida por su relación con Pericles (no se sabe con certeza si fue su esposa) quien, al parecer, fue maestra de retórica y logógrafa (o sea, historiadora y cronista), que tuvo gran influencia en la vida cultural en la Atenas del siglo V. Algunas tesis la sitúan regentando un burdel como hetera o cortesana  y como tal gozó de bastante libertad y pagó sus impuestos. En cualquier caso,  la convivencia con el político se consolidó (incluso tuvieron un hijo) y cristalizó en la creación de un círculo de amistades que reunía en propia casa lo más granado de su tiempo, incluyendo al mismísimo Sócrates… La importancia de Aspasia fue tal que algunos cómicos de su tiempo, como Aristófanes, llegaron a afirmar que los discursos de Pericles los redactaba ella, quién además influiría poderosamente en sus políticas…

Naturalmente tanta iniciativa no pasó desapercibida y la pareja sufrió el ataque de conocidos políticos que acusaron a Aspasia de corromper a las mujeres de Atenas. Según Plutarco, fue llevada a juicio acusada de impiedad” y, aunque fue declarada inocente, la polémica estuvo servida…Como siempre el sesgo de género, es evidente…

Salvando las distancias, las sinergias con la actualidad saltan a la vista, solo que el arte de la elocuencia y la oratoria quedaron en el olvido. Nuestros politicos hablan y hablan, aunque siempre hablen los mismos y en demasiadas ocasiones. Me pregunto qué hacen tantos diputados sentados en sus escaños – aparte de jalear al adversario y animar a los suyos- durante toda la legislatura. La mayoría nos resuktan personas anónimas de los que no conocemos sus caras y, mucho menos, sus nombres aunque cobran un suculento sueldo que ‘misteriosamente’ se ganan… Los de siempre, los únicos que salen a la palestra, aprenden consignas que repiten por aquí y por allá, da igual lo que se les pregunte…Y con demasiada ligereza a muchos, parece que les molesta aprobar leyes que nos doten que un amplio marco legal que tenga en cuenta las peculiaridades, la pluralidad, la diversidad…El célebre historiador griego Herodoto, contaba que cuando moría el rey de Persia quedaban abolidas todas las leyes y durante cinco días la gente podía matar, violar o robar y salir indemne. La moraleja enseña que al final, todos comprendían y asumían la necesidad de contar con un marco legislativo al amparo del cual todos y cada uno encontrara protección y defensa…

En nuestro caso ya estamos advertidos: la derecha derogará varias leyes progresistas en cuanto gane las elecciones…Y quien avisa, no es traidor…Mientras, mucho me temo que nada cambiará y, mucho menos, con las eleciones a la vista…

Más allá de la metáfora…

”En un momento de lucha por la igualdad de salarios, seguimos pensando que si pierdes un pecho, pierdes la feminidad” (Noelia Morales)

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Detrás de un gran invento casi siempre suele haber una gran persona, en este caso, dos. Dos grandes mujeres tan valientes como decididas, capaces -cada una en su tiempo- de romper paradigmas para dejar su huella en la Historia. Por eso cuando Anne Bonny surcaba los mares junto a Mary Road allá por el siglo XVIII, ni ella ni nadie, hubiera llegado a pensar que sería recordada por algo más allá de ser una de las pocas mujeres piratas…Pero así son las cosas…

Para Anne, tal vez todo vino rodado desde su concepción, al ser hija ilegítima de una doncella que servía en casa de sus padres en los primeros años del siglo XVIII, en una pequeña localidad irlandesa. Su padre, un prestigioso abogado, tras dejar embarazada a la criada se escapó con ella para cuidar de su vástago. Primero se instaló en Londres y allí se encargó de la recién nacida a quien llamaba y trataba como a un niño. Luego se trasladó a la provincia de Nueva Carlina. El desempeño de la abogacía permitió a la pequeña vivir sin estrecheces y adquirir una buena educación aunque, no obstante, no exenta de ciertos rebrotes de indisciplina y rebeldía…

Pasada la adolescencia se concertó su matrimonio con un respetable miembro de la localidad, aunque se resistió para hacerlo para más tarde y por voluntad propia, en 1718, con el marinero James Bonny con quien, más adelante, viajaría a las Bahamas, no sin que antes el flamante marido intentara hacerse con la fortuna de Anne, quien fue repudiada por su padre antes que Bonny consumara la jugada. En todo caso, ambos acabaron estableciéndose en Nueva Providencia (Bahamas) donde los piratas ingleses habían autoproclamado la República Pirata. En este ambiente, en los años posteriores, Anne Bonny se relacionó con conocidos y afamados bucaneros, entre ellos, Jack Rackham, con quien inició una relación…

Poco a poco Anne llegó a formar parte de la tripulación de Rackham y juntos asaltaron la costa jamaicana, asaltos en los que ella participó y luchó como un hombre y, según cuentan los escritos, de manera tan competente como respetada…Según constan en algunos textos cuando quedó embarazada, Rackham la llevó a cuba y allí dio a luz a un hijo. Otras veriones cuentan que la dejaron con su familia e incluso que la abandonaron. En cualquier caso, lo que parece cierto es que Anne continuó su vida de pirata, se separó de su marido y se casó con Rackham.

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Hacia 1720, cazapiratas junto a la armada real pusieron fin a sus días de piratería. Su barco fue apresado y ella, junto a Mary Road, también pirata, con quien entonces navegaba, fueron hechas prisioneras y juzgadas. Ambas fueron declaradas culpables aunque se salvaron apelando a una ley inglesa que prohibía ejecutar a mujeres embarazadas, por lo que permanecieron presas.

Mary murió probablemente en el parto. De Anne se sabe que dio a luz, aunque las noticias y circunstancias de su muerte no están claras. Hay quienes cuentan que murió en prisión, otros la sitúan en Carolina del Sur, donde fallecería posteriormente… Y hasta aquí la historia de Anne Bonny, rescatada cuatro siglos después, concretamente en el 2015, al hilo de otra historia que acabaría ligada a ella…

Todo comenzó cuando Noelia Morales sufrió una mastectomía a consecuencia de un cáncer de mama: ”Al salir de la mastectomía me aseguraron que me iba a sentir menos mujer, pero yo creo que tendría que perder mucho más que un pecho para dejar de ser mujer” –afirmaba en una entrevista-. Si alguien pierde un riñón o cualquier otro órgano de los que tenemos  duplicado, a nadie se le ocurre poner en duda la pérdida de cierto porcentaje de humanidad o considerar una disminución de su condición de persona. Por lo tanto someterse a una reconstrucción mamaria debería plantearse como una opción estética, a elegir en cada caso por cada una de las mujeres que se vean en este trance. Lo que parece no fue el caso de Noelia que tuvo claro que no quería volver a entrar en quirófano  si no era estrictamente necesario… O así lo confiesa en un artículo  publicado hace un par de semanas en el periódico La Vanguardia titulado, “No son los pechos los que nos convierten en mujeres”

La que suscribe conoce los efectos de la enfermedad en segunda persona, como acompañante, por lo que no me cabe duda del poder transformador en quien la padece y, en menor grado, en quienes la comparten. Por eso creo en la agudeza de ingenio y la capacidad de reinvención que aporta a sus protagonistas, quienes se ven inmersos en un proceso en el que no se puede dejar de luchar ni bajar la guardia. Y por eso me hago cargo y valoro que cuando Noelia optó por vivir con un solo pecho, harta de hospitales, intervenciones y quimio y el mercado de lencería no le ofreció opciones porque hasta ese momento dicho mercado se inclinaba, en exclusiva,  por ‘disimular’ o ‘aparentar’ que las mujeres mantegan los dos pechos a pesar de los pesares, por eso, digo, pongo en valor su iniciativa creando un tipo de lencería que mantuviera el atractivo de la ropa interior pero para una sola mama y no dos, rompiendo con ello todos los esquemas y patrones.

Es entonces cuando la metáfora del la mujer pirata, imaginada con el parche en el ojo, trasciende, va mas allá e inspira los sujetadores con ‘parches. Y es entonces también cuando la histria de Anne Bonny aparece en el imaginario para nombrar la marca que, hoy por hoy, se mantiene en el mercado para quienes rechacen la cigugia estética de reconstrucción que, lejos de lo que pueda pensarse representa un 58% de los casos.

La idea de Noelia revolucionó el mundo de la lencería, amplió y transformó el universo femenino para incluir a quienes podríamos considerar las nuevas piratas del siglo XXI: mujeres con un parche en el pecho. Ante el futuro de la firma su creadora opina que «Anna Bonny tiene condición de pirata, no piensa mucho en el futuro, seguirá supongo, en busca de aventuras. Pero ojalá un día desaparezca porque ya no tenga razón de ser, ¡esa sería la mejor noticia!».Ojalá…

La ‘sucesora…’

En política sucede como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal.( Edward Moore Kennedy, político)
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Al parecer Macarena Olona ya tiene sustituta en el Congreso de los Diputados: Carla Toscano. Su señoría ha pasado desapercibida hasta la sesión de esta semana, que salió a escena a representar la que se podría calificar como su ‘opera prima’ en la tribuna de los oradores, tras un largo período de observación desde el escaño aprendiendo estrategias y puliendo la dialéctica de la mentira, de la media verdad y la manipulación de datos a lo que suma (como ya es habitua en el grupo) altas dosis de osadía, ataque personal, ironía y otras técnicas de acoso y derribo en las que los diputados de VOX son expertos…

La verdad es que, desde que Macarena Olona frustró las expectativas de la extrema derecha en Andalucía, el grupo parlamentario parece haber perdido votos (o eso dicen las encuestas) y apenas se dejan ver en los medios habituales. Algo estarán tramando porque, de momento, su único talismán es el Sr. García Gallardo, vicepresidente de Castilla-León, que no deja de meter la zarpa siempre que tiene ocasión y hasta ahora, era el único de quien se hablaba desde que la Sra Olona hizo mutis por el foro hace ya unos meses. Y es que los diputados de este grupo carecen de propuestas serias, factibles y acordes a la realidad por eso aprovechan el uso del micrófono para lanzar sus consignas fuera de lugar y hasta de tiempo: ellos se limitan a decir lo que han acordado decir, sea cual fuere el objetivo del debate…

Carla Toscano reúne en su persona algunos cargos de responsabilidad en el seno del partido. Entre otros es portavoz(a) de la Comisión de Igualdad y, agárrense los piños, entre sus varias titulaciones (sin saber si ejerció alguna) es Especialista en Ayuda Humanitaria, aunque el otro día, la humanidad no asomó por ninguna rendija y la sororidad brilló por su ausencia en un discurso cargado de ironía, indirectas y un pelín de mala leche. A la diputada no se le conoce aportación alguna más allá de twitear frases del calibre: “Feministas, voy a ser breve: dais asco”, escribía durante un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. No hay mucha información suya –hasta ahora- en internet y no cuenta con página propia de Wikipedia como sí es el caso de la Ministra Montero. Así que, de momento, parece que Toscano se mueve por las redes como pez en el agua donde, por cierto, vierte sus opiniones contra el colectivo LGTBI; la Ley Trans; el negacionismo cientifico, el cambio climático, el medio ambiente y la ideología de género…

La que suscribe considera que el espectáculo del pasado miércoles debería marcar un antes y un después. No deberíamos asistir a más sesiones de tamaña envergadura que, incluso la prensa extranjera, como el periódico británico The Guardian se hizo eco, afirmando que la diputada Toscano «pronunció esas palabras ‘para regocijo’ de sus compañeros de partido y dedica unas palabras a la política española que son para reflexionar». Los señores diputados cobran un salario más que digno y tendrían que ganárselo haciendo lo que supone que deberían saber hacer: política. Debatir empleando una dialéctica donde prime el respeto a la pluralidad, pensando en la ciudadanía, con altura de miras y no calentar los asientos, apalaudir, protestar golpeando el escaño y pertenecer a comisiones que no llegan a ninguna parte… Lo que sucedió fue de patio de colegio, vergonzoso, ordinario, desconsiderado, maleducado, bajuno, indecente, intolerante, machista e irrespetuoso y lo peor de todo: da la impresión que Toscano lo disfrutó…

La Presidencia de la Cámara debería tomar medidas más allá de la simple llamada de atención. La discrepancia política puede resultar interesante y enriquecedora. El ataque personal no debería tener cabida en un espacio que simboliza la democracia, en un foro donde todos estamos representados.

En cualquier caso, para bien y para mal, Olona ya tiene sucesora…

A vueltas con el corsé…

el corsé es irónico, empoderador y anti-sistema. Será por eso por lo que la Iglesia ha satanizado el corsé como tantas otras cosas. ( Vivienne Westwood, diseñadora)
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Aunque la moda parece que va y viene, el corsé, prenda femenina de cuya voz se deriva la palabra ‘encorsetar’ y sus sinónimos -término que tanto rechazo ha tenido sobre todo, por parte del movimiento feminista- parece que regresa según la opinión de los entendidos. Y su vuelta se produce reivindicando su valor como prenda femenina al tiempo que pretende una nueva lectura, diferente a la tradicional. A tenor de los hechos parece que algunos diseñadores y diseñadoras lo han utilizado de manera recurrente a lo largo de sus trayectorias profesionales como símbolo de poder, de audacia, de glamour o de belleza y, ahora, lo traen de nuevo a la palestra añadiéndola a sus nuevas colecciones. Y es que el corsé ha sido una prenda muy controvertida, muy usada desde la antigüedad, sobre todo, durante los siglos XVIII y XIX que ha suscitado un gran debate por su carácter ‘opresor’, metáfora de la sumisión femenina a lo largo de los tiempos.

A falta de nuevos testimonios el origen del corsé se sitúa en Creta hará la friolera de unos 4.000 años, según se desprende tras el análisis pormenorizado de una escultura de la diosa serpiente luciendo un armazón de cobre que ajusta una especie de falda a las caderas, marcando la cintura. Este sería el primer corsé o corpiño. Aquellos griegos disfrutaban de las curvas femeninas que lograban utilizando un cinturón ancho o fajín bordado, colocado sobre la túnica. Así reducían cintura y delineaban caderas. Aunque la mayoría de las mujeres usaban túnicas sueltas, el corsé proliferó entre la aristocracia.

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En tiempos del Imperio Romano, dicha prenda sufrió una auténtica revolución, porque los romanos como los griegos también gustaron de la esbeltez de sus féminas, como bien dijo el poeta latino Marco Valerio Marcial en el siglo I el corsé “acentuaba la esbelta figura del mórbido y turgente seno”.

En Roma recibió varios nombres: fasciae mamillares, strophium o taenia o zona y además de acentuar las diferentes curvas, cumplía con otras funciones pues en ellos las mujeres solían esconder cartas, elixires, perfume, venenos o afrodisíacos, tal y como muestran los murales de la ciudad de Pompeya en los que aparecen mujeres ciñéndose la fascia. Entonces, como ahora, se trataba de un complemento sumamente incómodo al que mujeres y hombres se sometían para lucir palmito. Los poetas del siglo I Ovidio y Marcial, se burlaban de la mujer gorda, de cintura indefinible y la tildaban de antítesis del amor. Y entonces como ahora, en los centros elitistas y aristocráticos se propagaban los cánones que animaban a la delgadez como sinónimo de belleza. El mismísimo emperador Antonino Pío, del siglo II, tenía una colección de corsés.

Tanta importancia se dio en Roma a la delgadez que en tiempos del Emperador Augusto, se llegaron a vender unas prendas adelgazantes denominadas castulas. Una especie de faja que se colocaba bajo el jubón para reducir la barriga y resaltar las caderas. El negocio de las fajas reductoras garantizó pingües ingresos a quienes se inclinaron por esta iniciativa. Tan de moda se puso estar escuálido que un “médico del siglo III, Sereno Sammonico, amasó una fortuna vendiendo un producto de uso tópico que según él tenía la virtud de adelgazar, asegurando que con él «se podría dar tres patadas a los fascia”.

Durante la Edad Media las mujeres continuaron bajo la tiranía de la esbeltez. Y el corsé evolucionó. En el siglo VII apareció el ‘justillo’ que realzaba los pechos sin oprimirlos, aflojándose también el corpiño, aunque aquella libertad duro poco, pues cada vez se hicieron más y más estrechos hasta el punto de dificultar la respiración y la circulación provocando con ello algunos trastornos hepáticos.

En la corte borgoñona del siglo XIV el corsé se utilizó sobrepuesto al vestido y durante el Renacimiento, hombres y mujeres, llevaban el talle ceñido por un artilugio llamado corsetus, prenda sin ballenas ni listones de madera, como las cotillas que, sin embargo, sí se utilizaron en la Francia del siglo XVI, desde donde se extendió a Italia y al resto de Europa. Concretamente en España el corsé superpuesto  aún se utilizaba a mediados del siglo XVI, fecha en la que adquirió importancia el uso del corsé-armadura que oprimía el pecho, ya que la moda imponía el pecho liso. Dicha moda se imitó en Francia a expensas de María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, adquiriendo gran auge en tiempos de Luis XIV cuya esposa consiguió una cintura de tan solo 33 centímetros…¿Cintura de avispa?

Desde el XVIII hasta principios del XIX, el uso del corsé entre varones y féminas fue generalizado. Tal fue la obsesión por la esbeltez que incluso se llegó a recomendar su uso a las embarazadas. La literatura de la época ilustra los sufrimientos y sacrificio que acarreaban el uso de semejante artilugio capaz de distorsionar la armonía corporal provocando deformaciones varias las más frecuentes cojera y mayor desarrollo de un hombro…A todo lo cual se puede sumar que, su uso, exigía el concurso de varias doncella tal y como podemos recordar en la famosa escena de la película “Lo que el viento se llevó”.

La paulatina reducción del miriñaque y la mayor racionalidad en el uso de ballenas estableció como medida ideal (entre 1850-1860) los 44 y 54 centímetros de diámetro de cintura (lejos del canón 90-60-90). Así comenzó el peligroso camino hacia la delgadez, estrechando al máximo la indumentaria femenina. Como anécdota “se cuenta que la emperatriz Isabel de Austria se hacía coser sus trajes de amazona sobre el cuerpo desnudo; y cuando la baronesa María Wallersee se casó en 1877 decía: “Mi vestido de novia era tan estrecho que me fue imposible ingerir alimento alguno”.

Hacia 1900 lo más importante fue realzar el busto, para lo cual se inventó el corsé de delantera lisa cuya finalidad no era otra que hacer desaparecer el estómago. Poco a poco el corsé se fue alargando hasta que se inventó el sostén (desués sujetador) y de su mano, la libertad….O eso nos dijeron…

Con el devenir de los tiempos el corsé ha sido relegado, reapareciendo puntualmente como brote de una moda pasajera, que se emplea de manera puntual, como elemento excéntrico en algunas pasarelas o como complemento de lencería para ocasiones especiales…Y como no, sigue teniendo pujanza entre la moda de trajes de novias como una pieza clásica fundamental.

En fin, la delgadez ha sido una constante en la historia de moda, siempre más ligada a las mujeres que a los hombres. Para estar bellas, o creer estarlo, hemos estado sometidas a todo tipo de sacrificios por lo que debería resultarnos más fácil comprender por qué nuestros jóvenes se tatúan, se taladran la piel o aumentan una o dos tallas de pecho..Y por eso, porque la moda va y viene, según nos cuenta la historia, ahora se rescata el corsé aunque con otro significado e interpretaciones más acordes a los tiempos actuales…

Todo ok…Mientras sea para disfrutarlo y no para padecerlo…

Reescribiendo la Historia…

«La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales».(Ley de Memoria Histórica, art. 1)

A la derechona valiente y a la derechita cobarde le salen ronchas cuando se trata de la ‘memoria histórica’. Es un capítulo vetado. No aceptan ‘pulpo’ como animal de compañía. Cero a la tolerancia cero. Así que pasan por encima de los miles de muertos ejecutados por orden de algún que otro general franquista, como fue el caso de Queipo de Llano en Andalucía. Por el contrario pretenden hacer la vista gorda ante la masacre, nada más y nada menos, que de 40.000 víctimas…De ahí que sus principales líderes pongan punto en boca y callen (recuerdo que el que ‘calla otorga’)  o salgan rápido a decir que es mejor preocuparse por los vivos, que a los muertos hay que dejarlos reposar en paz… Y yo me pregunto ¿a qué muertos se refieren?  ¿Descansarán en paz los ejecutores después de semejante tropelía? ¿Habrá paz para los malvados?

Mucho -demasiado diría yo- estamos tardando en saldar las cuentas pendientes. Eliminar privilegios anexos a condecoraciones y cargos. Prebendas concedidas al calor de la sangre inocente derramada. A las derechas católicas, apostólicas y romanas no les bastó ganar guerra y humillar a los vencidos durante los 40 años de dictadura, sino que pretenden seguir haciéndolo sin mostrar el más mínimo respeto o pudor por quienes fueron asesinados con crueldad, injustamente…Afirman que lo mejor es callar por los muertos pero tal vez sea mejor hablar por los que aun viven…

Esta semana, sin embargo, se hizo justicia en Sevilla y, por ende, en Andalucía. La salida de los cuerpos se produjo, tal y como se había vaticinado: cuando la Macarena vistiese el luto por el día de los difuntos. Y los féretros salieron sin más protocolo que el estrictamente necesario, sin manifestantes, sin discursos, en la soledad y el silencio de la noche, ante la presencia de unos pocos familiares y periodistas de ambos bandos que quisieron actuar como testigos presenciales del cierre de este capítulo de la Historia.

Todo comenzó hace apenas unos días, cuando el pasado 24 de octubre, el secretario de Estado de Memoria Democrática envió una carta Hermano Mayor de la Hermandad de la Macarena, trasladándole la orden de exhumar los restos mortales del General junto a los de su esposa y de Francisco Bohórquez, dando cumplimiento así a la Ley de Memoria Histórica. La respuesta fue contundente: “A partir del 1 de noviembre, cuando la Virgen se vista de luto, la exhumación será inminente” . Y así ha sido. Aunque en  el seno de la Hermandad parece que hubo alguna que otra discrepancia, en general, se ha experimentado cierto alivio tras la salida de los cuerpos, con gran pesar por parte de las familias implicadas que ven cómo se retiran injustamente (según ellos) los honores y preeminencias disfrutados desde 1951.

Desde ahora en adelante, el suelo del Camerino de la Virgen aparecerá cubierto con una alfombra.

Para conocer muy por encima la condición de este sujeto en cuestión, baste tirar de archivo y recordar las numerosas perlas de Queipo animando a matar a los rojos y violar a las rojas, ambos castigos merecidos por republicanos, por estar en el bando contrario, pasando por alto que en muchos casos no hubo elección porque muchos se despertaron un día en territorio contrario al nacional, etiquetados y obligados a defenderse de sus propios hermanos, amigos y familiares.

Antes como ahora, los medios de comunicación se utilizaron como instrumento de difusión y, en este caso, de adoctrimnamiento. Y el general franquista puso la radio al servicio del régimen : “sus charlas se oían por todo el país, y durante esos quince a veinte minutos diarios, Unión Radio Sevilla acaparaba toda la audiencia española”. Las soflamas de Queipo fueron muy numerosas, más de 600 en aproximadamente ocho meses en los que puso voz a un odio visceral hacia los republicanos. El conocido ‘virrey de Andalucía’, en sus alocuciones radiofónica animaba a “perseguir a los rojos como a fieras, hasta hacerlos desaparecer a todos” y sobre todo alentaba a los soldados para que violaran a las mujeres: “Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”

No obstante, junto a Queipo han reposado los restos de un segundón: Francisco Bohórquez Vecina,  mano derecha y brazo ejecutor del General. ¿Qué sabemos de él?

Natural de Ubrique “era el auditor encargado de ratificar las sentencias de los tribunales militares creados en tiempo de guerra en nuestro país”. Aunque más desconocido, fue quien aprobó todas las sentencias ordenadas por Queipo. Según afirma el historiador Francisco Espinosa: “Al final de cada sumario, siempre aparecía su firma y justo debajo la de Queipo”. Fue Bohorquez quien acercó al General a la Hermandad de la Macarena e hizo que fuera nombrado Hermano Mayor Honorario.

Entre sus muchas intervenciones merece destacar la venganza llevada a cabo contra el último alcalde republicano de su ciudad, Ubrique. Para ello removió Roma con Santiago, manipulando hasta que consiguió encarcelarlo en Sevilla, instruyéndose un juicio sumarísimo en su contra, dictándose procesamiento y auto de prisión el mismo día. Apenas dos días después se celebró el Consejo de Guerra en el que fue acusado de saqueos y asesinatos, por lo que se le fue imputado el delito de rebelión militar siendo condenado a muerte. Fue Bohórquez quien aprobó la pena máxima contra el alcalde que fue fusilado el 24 de febrero de 1937.

Francisco Bohórquez fue nombrado hijo predilecto de la ciudad de Ubrique y dio nombre a una de sus calles, honores que le fueron retirados en 2006.

A la espera quedan otros tres generales: José Antonio Primo de Rivera, Moscardó y Milan de Bosch. El Ministerio de Defensa trabaja para que sus restos sean exhumados, dando cumplimiento así a la Ley de Memoria Histórica…

Discurso de Queipo de Llano

Lamentatrices, lloronas y plañideras…

Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo. (Séneca)

Como todos los años por estas fechas, nos disponemos a celebrar el Puente de Todos los Santos y el día de los Difuntos. La DGT advierte sobre un posible record de desplazamientos que cifra en 6.600.000. Hoteleros y hosteleros en general, ya se frotan las manos pensando en la llegada de una nueva oleada de turistas que, para variar, ocuparán nuestras costas a la caza y captura de los últimos rayos del sol de un ‘veroño’ que se resiste a acabar…

Tradicionalmente son fechas para recordar a nuestros seres queridos ausentes a los que visitamos en los cementerios. Se limpian las lápidas, se renuevan las flores, se reza, se llora quizá…Los camposantos, vacíos el resto de año, se llenan de gente, de murmullos entremezclados con un trasiego de flores entrecortado con los restos del aroma de la cal típica de mi tierra. No obstante cada año, el día de los difuntos se anticipa más y más para no coincidir con muchos y para cumplir con el ritual antes de marchar a pasar unos días de asueto. El puente y el buen tiempo proporcionado por el cambio climático, ha conseguido que la fiesta pierda la intensidad tradicional para imponer nuevas reglas de juego llegadas al calor de un evento tan ajeno como el Halloween: calabazas, disfraces, ‘truco o trato’ / ‘susto o muerte’ a las puertas de casa y fiestas para adultos por doquier…

A quien suscribe esta fecha la traslada a la infancia, al mercado de mi ciudad -abierto mañana y tarde durante el puente- en el que me visualizo con mi madre y mi abuela. Veo los puestos adornados: pollos, huevos y verduras representando diversas escenas. Recuerdo que hacía algo de frío o llovía porque llevo botas de agua. Entonces, aunque tardaba un poco, noviembre era un mes particularmente lluvioso. Mi abuela me compraba frutos secos: castañas, nueces, almendras, piñones y yo me sentaba en la puerta con los demás niños a golpearlos y comerlos. Curiosamente, como nunca he sido de dulces, no recuerdo ninguno en particular aunque seguro que también los había en casa. También recuerdo a las mujeres vestidas de negro, luciendo un largo período de luto que se prolongaba durante uno o dos años, según cada caso. En aquel tiempo el negro inundaba los cementerios, repletos de huérfanas y viudas de luto riguroso o el medio luto que dejaba insinuar el gris o retazos de banco sobre negro…

Durante generaciones esta tarea y otras que forman parte de rituales relacionados con la muerte, han estado ligado a las mujeres. Ellas, a solas con los difuntos, se encargaban de preparalos, de vestirlos y amortajarlos mientras los lloraban en privado y en público. Ya en el Antiguo Egipto apareció el oficio de plañideras o ‘yerit’, pues era un tubú manifestar tristeza en público, de ahí que se contratasen mujeres para desempeñabar este rol social que se transmitía coo el de matrona o hechicera, de madres a hijas… También en la Antigua Roma existieron las suplicantes, lloronas o plañideras conocidas como ‘praeficas’ que acompañaban a la comitiva funeraria elevando o descendiendo el tono de los lamentos según el momento…

Según el «Libro de las lágrimas» de Heather Christle, «El sistema lagrimal se desarrolló por primera vez cuando los peces se convirtieron en anfibios terrestres. Dejamos el agua y empezamos a llorar por el hogar que habíamos abandonado». Sea como fuere por alegría, por miedo, de risa o por tristeza, llorar es un acto que nos acompaña desde el nacimiento y sin embargo es una capacidad vinculada a la debilidad, a la fragilidad y, por ende, asociado a las mujeres. No es ningún secreto que las emociones se han sexualizado y por eso a los hombres de mi generación les enseñaron que ‘llorar es de nenas’. Y por eso el digno oficio de plañidera ha sido propio de las mujeres que dignificaron el llanto como manifestación del dolor en general y por los difuntos en particular.

Las plañideras se expandieron desde la antigüedad y con ellas sus llantos y sollozos. En la Ilíada, Homero describe a Hécabe, madre de Héctor, arrancándose los cabellos ante la muerte de su hijo, o el llanto de las Ninfas por el padre de Andrómaca y el de las Nereidas en el funeral de Aquiles. El profeta Jeremías, en el Antiguo Testamento, menciona a las ‘lamentatrices’ de la nación hebrea, cuando Judá e Israel fueron tomadas por Nabucodonosor: “Atended, llamad a las lamentatrices, que vengan; buscad a las más hábiles en su oficio” (Jeremías, 9:17).

En la cultura cristiana el llanto ha quedado singularmente plasmado en la figura de la Magdalena y de María, la Virgen, aunque durante siglos evitó que las mujeres se reapropiaran del llanto como una realidad intríseca al género: “En España, las constituciones sinodales de Sevilla prohibían a la viuda e hijas del difunto la asistencia al entierro para evitar que llorasen” 

No obstante hasta mediados del siglo XX hubo plañideras en España, particularmente en los pueblos, donde a cambio de una módica cantidad. ofrecían sus lágrimas en los funerales. A modo de actrices trágicas preparaban el papel a desempeñar empapándose de la vida del difunto o difunta y, sentadas alrededor del féretro sollozaban, cosa que pueden recordar quienes vivan en las Rías Baixas, donde alcanzaron gran propularidad las conocidas ‘choronas’.

También el África Occidental, en Dahomey, cuando alguien va a morir, todas las mujeres de la familia se reúnen para lanzar sus lamentaciones a las que siguen los hombres y los niños. Y en América Latina aún pueden verse a algunas mujeres de negro, con un pequeño libro en las manos, llorando por alguien a quien no conocen…

En fin, con el correr de los años, las costumbres se han relajado y junto a la fiesta de los ‘fieles difuntos’ convive la ‘fiesta de los vivos’, aquellos que celebran la vida y burlan la muerte, haciendo alarde de lo que otrora dijo Cicerón: «La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos». Que así sea…