
Tengo una amiga a la que le encantan las cuñas biblícas mencionadas entre las líneas de los post. Y es que en mi plan de estudios, en mi opinión bastante mejor que los que vinieron después, el curriculum contemplaba una materia complementaria a la Religión en la que se estudiaba el Antiguo Testamento, del cual me considero una gran lectora. De ahí que con frecuencia aluda a algún pasaje que guarde cierta relación con el tema en cuestión…
Como ya sabemos, la campaña electoral andaluza arrancó hace apenas unos días. Por poca atención que quiera prestarle, es imposible no hacerse eco de algunas consignas o escuchar algunos trozos de discursos salidos de las bocas de un puñado de egos, empreñados en convencernos de que sin ellos no somos nada y que son ellos y solo ellos, quienes pueden solucionar nuestros problemas: paro, inflación, deficiencias sanitarias y educativas, salarios, pensiones, clima -esto último, por cierto, sólo planteado por quienes son conscientes del deterioro del planeta, deterioro del que alguna formación hace caso omiso-.
Vaya por delante que estas notas no son sino fruto de mi propia reflexión y constituyen una opinion particular, tal vez compartida con mis círculos cercanos. Y pensando en todo esto, me parece observar en nuestra clase política mucha ansia de poder y mucha arrogancia, ambas disfrazadas de entrega ciuadadana, tramposa y plagada de falsas interpretaciones que a muchos nos acaba resbalando, sin que nos roce la fibra ni siquiera por error…Parece que la historia de la humanidad está plagada de relatos que barruntan una actitud y ansia de ser, cuanto menos semidioses, como los héroes griegos, híbridos de mortales y dioses con capacidades extraordinarias… Aunque hay quien aspira a más y desee parecerse a dios mismo, el que todo lo alcanza y todo lo puede…Estos pensamientos me asaltaron mientras escuchaba las noticias de actualidad, observando la actitud de los diferente líderes, su manera de dirigirse al electorado, a la caiudadanía… Sus intentos de manipulación, su falta de credibilidad y nulo poder para convencerme…Y fue entonces cuando me vino a la cabeza la historia de la Torre de Babel…
Según el relato del Génesis, la Torre fue una construcción realizada por los hijos de Noé -ya saben, el del Arca- liderada por Nimrob, gobernador de Babilonia. Dicha construcción, que ocupaba una parte de la llanura de Senaar, comenzó tiempo después de la gran inhundación conocida como ‘el diluvio universal…’ De hecho, esta pretensiosa edificación representaba un desafío hacia Dios y una venganza por la muerte de quienes perecieron en el famoso ‘diluvio’. Aquellos hombres, dejándose llevar del poder y la arrogancia, consiguieron levantar la torre más alta jamás conocida (hasta entonces): «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no andemos más dispersos sobre la faz de la Tierra» (Génesis 11:1-9).
Por si no fuera suficiente reto aspirar a ser como Dios, o más que Dios, Mimrob, cuando la torre estaba casi acabada, ordenó a sus arqueros que lanzansen flechas hacia el cielo, intentando atentar contra Él…Entonces Yaveh envió un ejército de ángeles para castigarles sembrando la confusión de sus lenguas, de manera que no se entendieran entre sí…La confusión llegó a tal punto que abandonaron y se marcharon sin acabar aquella inmensa obra…Es por eso que la historia de Babel se relaciona con el origen de las lenguas.
Por aquel entonces todos los habitantes de la tierra hablaban una misma lengua, pero la soberbia, el afán desmesurado de querer ser como Dios, les valió el castigo de Babel, palabra que se traduce como «confusión”. La sílaba ‘Ba-‘ simboliza «la desorganización». Una raíz presente en palabras que tienen un sentido de significado incomprensible como por ejemplo, ‘balbuceo’ o ‘bla bla bla’. De ahí que ‘Ba’ pudiera ser la raíz de la confusión fruto del castigo divino y «la pluralidad de las lenguas que sin traductor era imposible entender»
Tal y como sucede con otros relatos contemporáneos a este, no existen pruebas sobre su veracidad, aunque algunos expertos relacionan Babel con la torre Etemenanki, una construcción de siete terrazas que culmina con un templo en honor del dios Marduk, que llegó a alcanzar los 90 metros de altura, cuya construcción ordenó el emperador Nabucodonosor I en el siglo XII a.C. y de la cual no han quedado vestigios pues se destruyó en el ataque a la ciudad de Babilonia allá por el siglo IV a. de C.
No obstante, la tradición mística en Occidente estableció una analogía entre este tipo de construcción y el culto al cosmos y al universo. Algunos estudiosos plantean otras interpretaciones simbólicas al considerar que el baluarte representaba el pecado de la soberbia por la voluntad de querer alcanzar el cielo y, por lo tanto a Dios, para parecerse a él… En el tarot, el arcano de la torre representa el caos y la inestabilidad de la vida y de la condición humana…La destrucción de Babel simboliza la humanidad rendida, destruida, frente al orden y la grandeza divina…
Lo cierto es que el relato refleja tanto la necesidad de la comunicación como la existencia de un gran pecados: el de la soberbia, término que según la RAE tiene dos acepciones: 1. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. 2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás… Esta palabra posee bastantes sinónimos: inmodestia, presunción, orgullo, altanería, arrogancia, vanidad, engreimiento, impertinencia, jactancia, endiosamiento, suficiencia, fatuidad, pedantería, aires, humos, ínfulas… ¿Entienden ahora por qué los discursos de nuestros políticos me trajeron hasta aquí?
No sé qué tendrá el poder, pero debe ser algo muy potente porque crea adicción, engancha y transforma a quienes lo detentan (a la mayoría) en individuos altivos, engreídos que se atreven a pensar que sin ellos es imposible un futuro mejor, por eso nos desafían y nos piden el voto, según ellos, para nuestro beneficio, según la realidad, en provecho propio y de los suyos…De manera menos burda pero mucho más sutil, a algunos de los políticos actuales les impulsa el todopoderosismo, actitud que les lleva a sentirse por encima de los demás, a creerse en posesión de la verdad absoluta y a considerarse absolutamente imprescindibles, como si el mundo fuera a desaparecer si ellos no están al mando…
Nos acechan tiempos difíciles, plenos de incertidumbre, con una guerra de fondo y algún que otro ‘rey Mimrob’ suelto que ya se considera dios…
Todos ellos, los poderosos, además de pecar de soberbia, pecan de ingenuidad… Porque dirán que sí, pero en realidad aún no han aprendido que el mundo seguirá girando sin ellos y a pesar de ellos…