Pero sigo siendo el ‘rey…’ (Parte II)

«Don Quijote soy y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y de la hipocresía. Y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato? ‘El Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha’
Miguel de Cervantes Saavedra

Fotografías: mp_dc

Yo sé bien que estoy afuera/Pero el día que yo me muera/Sé que tendrás que llorar…Llorar y llorar…Llorar y llorar…La letra de la canción de Vicente Fernández viene al pelo como telón de fondo de este post dedicado al Emérito. Y es que, como ya todos saben tanto  en España como en parte del extranjero, el Rey ‘ha vuelto’: ¡viva el rey!

Si aún quedaba un alma cándida que contemplase la posibilidad de considerar que lo haría con discreción, con la cabeza un tanto gacha o un poco avergonzado, es que es un pobre iluso… Si además albergaba un mínimo de esperanza sobre recibir alguna escueta explicación o disculpa, entonces es que no es de este mundo. El Emérito ha llegado sin una pizca de discreción Peor aún, ha traído su propio cronista para que intencionadamente grabara las primeras imágenes poniendo pie en tierra, las mismas que han copado las portadas de todos los periódicos. Vino en un Jet privado derrochando lujo, el mismo del que se rodeará estos días porque el Rey viaja ‘de gorra’, como de costumbre. Se alojará en casa de un amigo y recibirá todos los parabienes olvidando, mejor dicho, ignorando, que ser Rey comporta un acuerdo tácito de trabajar para beneficio de sus súbditos y no para sí mismo. El padre de nuestro actual Monarca no ha tenido el menor reparo en romper el compromiso contractual al que estaba ligado, demostrando no solo una ausencia de moral y de ética  sino también de gratitud hacia los españoles, gracias a los cuales ha vivido toda su vida, como mandan los cánones, ‘a cuerpo de rey…’

El Rey ha vuelto sí. Ha venido cuando y como ha querido, según parece, (insisto, ‘parece’) con el principal objetivo de asistir a las regatas (problablemente haya otras razones y la competición es la excusa y el humo de distracción). Tiene gracia que su trayectoria náutica esté relacionada con dos yates llamados ‘Fortuna y Bribón’. Como si de un presagio se tratase el Emérito ha surcado mares y océanos -con gran éxito, por cierto, a tenor de su palmarés- con sendas embarcaciones, cuyos apelativos anunciaban lo que muchísimo más tarde estaría en boca de todos. Y es que un buen día se supo lo que muchos ya intuían: que don Juan Carlos, el rey campechano, poseía  una gran ‘fortuna’, fruto de negocios rentables y lucrativos pero ilegales, transacciones que había efectuado abusando de su condición y calidad. Su posición y estatus  le otorgaron carta blanca para moverse en determinados ambientes que constituyeron el caldo de cultivo ideal para semejantes trueques. Trueques que contaron con el visto bueno de los gobiernos de entonces que, no solo miraron para otro lado sino que lo protegieron corriendo túpidos velos para tapar su conducta e infidelidades a fin de guardar las apariencias, esas mismas que el refrán dice que ‘engañan’, ante una sociedad que miraba a la ‘familia Real’ como el modelo a imitar…Aunque, a decir verdad,  la familia era cualquier cosa menos ‘real’, con minúsculas…

Mucho se hablaba, aunque en voz baja, sobre su salidas nocturnas en moto y sus romances con famosas y vedettes, tanto nacionales como extranjeras…Muchos reían sus gracietas, sus salidas de tonos y su abandono del protocolo interpretado como gesto de cercanía hacia su pueblo. De manera que un gran número de vasallos le rendían pleitesía encantados, presumiendo de monarca sencillo  y dicharachero… Simpatías que con el paso del tiempo se tornaron condescendencia hacia aquel hombre maduro a quien la salud comenzaba a pasarle factura, ‘facturas’ que pagábamos todos incluyendo el famoso bastón con ‘bocina incluida…’.

Acabo de recordar  una frase que me viene como anillo al dedo, ‘el tiempo pone a cada uno en su sitio’ y en este caso aunque ha tardado, finalmente así ha sucedido. Los devaneos y negocios sucios del Rey salieron a la luz a partir de aquel día en que apareció ante las cámaras pidiendo perdón. Lo hacía, según creo recordar, desde una clínica, después de haber sido intervenido de una rotura la cadera producida en una cacería en Botsuana… Resultó una imagen para la posteridad digna de ser incluida en los libros de texto como ejemplo de lo que un Rey nunca debería hacer… El Rey inviolable había violado todos los principios comenzando por el sentido común, en ocasiones como esta, el menos común de los sentidos… Y entonces comenzó el susurro sobre su posible abdicación. Esto sucedía en el 2012, en plena crisis económica. Aquel año los funcionarios no cobramos la paga extra de Navidad y comenzaron los tijeretazos de Rajoy… Dos años más tarde se produjo la abdicación…

Corría el año 2013 cuando algunos periodistas vaticinaron que el entonces Rey, tenía los días contados al frente del Estado. La abdicación era comidilla de Palacio alentada por las señales, cada vez más evidentes, del desgaste de la Corona, tal y como repetían y subrayaban los medios de comunicación nacionales y extranjeros. No obstante y, como las cosas de palacio van despacio, Zarzuela negaba una y otra vez la mayor, afirmando que no había razón para considerar tal cosa. En un reciente artículo, el periodista  Emilio Pizcolano señala a la Reina Sofía como ‘la mano que movió la cuna’ y según Pîlar Urbano, biógrafa de la Reina, ‘éstas (y otras) cuestiones se debatieron en el selectísimo club Bilderberg al que pertenece la Emérita, el selectísimo lobby que presionó a Franco para que nombrase sucesor a don Juan Carlos… Ahí queda eso…Para que luego digan que la Historia es una materia muy aburrida…

En fin que primero vino la abdicación y luego salieron a la luz los tejemanejes ‘reales’ que acabaron con la marcha del Emérito a Abu Dhabi, donde segun parece, ha establecido su residencia. No obstante, desde que se archivaran sus causas por haber prescrito y habiendo efectuado las pertinentes regularizaciones con la hacienda pública (podría ser que el Emérito entendiese que ‘hacienda NO somos todos o somos todos menos él) da la impresión que comenzó a gestarse la idea de su regreso. Y la verdad, tontos, lo que se dice tontos no somos y ya lo veíamos venir. Pero qué casualidad. El rey Felipe viaja a Abudabi para dar un pésame y justamente estando allí llama a su padre -como si desde aqui no pudiera llamar- y enseguida se mueven los hilos para que venga. Y renglón seguido se sabe que viene a las regatas, que se queda en casa de un amigo y que luego irá a visitar a su hijo a la Zarzuela, su ‘casa’ durante 60 años. Al tiempo también se nos comunica que doña Sofía tiene un importante e ineludible evento al que asistirá justamente este mismo fin de seme¡ana y que regresará el domingo. Por lo que la reunión familiar será después y no antes de la competición naútica… Y a partir de aquí suenan las voces anunciando que el Emérito viajará de cuando en cuando, siguiendo su propio criterio, cuando él decida… Comprendo que la tarea del periodista es informar y que este evento representa un suculento bocado, pero tal vez, y lo digo desde mi ignorancia, tal vez debería dársele menos cobertura y restarle un poco de importancia, la misma que es lo él y los suyos buscan.

La Monarquía es ya una institución obsoleta que ha tenido un papel preponderante en nuestra historia que, como sabemos, cuenta con una larga tradición que se remonta a la Reconquista. Los Trastámaras, los Austria y los Borbones han gobernado nuestros destinos durante siglos, pero las cosas han cambiado y seguirán cambiando. Prueba de ello es una reciente Consulta Popular Estatal no vinculante realizada a fin de sondear a los españoles acerca de su preferencia hacia la Monarquía o la Republica. Se disemiraron mesas por todas las CC.AA y el resultado ha arrojado un 93% de votos a favor de la República. Sí. Lo sé. Podría haber sucedido que los monárquicos al no validar esta convocatoria no votasen y que los republicanos, ansiosos de que la haya, asistiera en masa…Aún así da que pensar y el CIS no debería tener miedo a realidar esa consulta ‘no vinculante’ de manera oficial….

En las antípodas de los detractores están los adeptos, entre ellos Carlos Espinosa de los Montero, padre del diputado de Vox, quien ha promovido el proyecto ‘Un legado Real, iniciativa de la asociación Concordia Real Española. El citado proyecto ha realizado un análisis para valorar el papel del Rey Juan Carlos durante su Jefatura, análisis que desvela una cifra de al menos nueve ceros como referencia de las inversiones revertidas en nuestros país a consecuencia de las relaciones establecidas por el Rey con otros países, además de considerar que uno de cada ocho puestos de trabajo se han conseguido gracias al papel de representación realizado por el Emérito… Según sus declaracioes «los 224 viajes oficiales que realizó el rey Emérito Juan Carlos I reportaron a España un total de 62.000 millones de euros de manera aproximada».

Pero claro, el Emérito, un ancianito de 84 años, aparece ahora en el que fue su Reino, revestido de ancianidad, achacoso, exiliado y hambriento de recibir el calor de los suyos para acurrucarse los últimos días de su larga vida…Y a muchos les puede y les gana el perdón o hacer la vista gorda… No nos engañemos: quien tuvo, retuvo… Este es el momento de recordar que hay que «dar crédito a las obras y no a las palabras». (Cervantes)