«La imagen de una bella mujer, saludable, exitosa, próspera, está firmemente arraigada en la mente, cuando pensamos en una mujer, madre, hija, amiga, hermana… Sin embargo, te sorprenderás cuando sepas que, hasta el día de hoy, existen lugares en el mundo donde las mujeres son objeto de violencia, represión, exclusión y discriminación».(https://www.infobae.com )

Esta mañana encontré en mi WhatsApp los dibujos de Hassani. Parece que alguien los puso a circular en la red como homenaje a las mujeres afganas que viven estos días bajo la amenaza de los talibanes, dueños del país, a punto de formar gobierno y dar paso a lo que ya está siendo una terrible pesadilla para la población, sobre todo para las niñas y mujeres…
Y dije que no escribiría sobre política y no voy hacerlo. Pero tampoco puedo permanecer indiferente ni callada. Estos días me reconcome la vergüenza por sentirme a salvo, por poseer el privilegio de la libertad, por disfrutar la prebenda de tener mucho más de lo que necesito y, lo que es peor, por no saber apreciarlo …
Me superan las imágenes que se emiten en TV. Esas filas de personas con sus escasas pertenencias en una bolsa de plástico, el alma rota por cuanto dejan detrás, cansados, hambrientos, investidos con una dignidad que pocos aprecian y muchos quisiéramos… Y si esto me entristece, los comentarios de los políticos me indignan. Unos porque presumen cuando solo cumplen con su deber, otros porque van de buenos y el resto porque, aunque no tengan otro plan o alternativa, se empeñan en ponerle siempre la guinda al pastel. Y todos, todos sin excepción, anhelando la medalla y la foto…
Al parecer se haciendo ‘bien’. España lo hace bien, Europa lo hace bien, EE.UU también…según opinan los ‘entendidos’…Y mientras los políticos se reúnen a ver quién está más preocupado o salva a más gente, el pueblo afgano desfallece de calor, de hambre, de sed y pronto también de frío. Porque no se puede perder la perspectiva: las personas que llegan son los colaboradores de UE. O sea, los privilegiados. La mayor parte de la población, las minorías, niños, ancianos, los más pobres, se quedarán a merced de los talibanes. Ese es su destino.
Se avecinan malos tiempos. Otra vez. Tiempos de incertidumbres, de miedo, de muerte y desolación, la misma que continúan padeciendo los miles de refugiados sirios, los olvidados. Ya nadie de acuerda de ellos, ya no son noticias ni consumen las portadas ni protagonizan los grandes titulares…Pero siguen ahí, en campamentos perdidos en tierras de nadie, construidos con ayudas millonarias que apenas han alcanzado para adquirir tiendas de campaña de Decathlon y retretes portátiles. Los campamentos de la vergüenza, donde los niños dilapidan la infancia creciendo sin jugar y sin escuela, donde las niñas pierden la inocencia y se convierten en madres poco después de su primera regla…
Afganistán vive amenazado ante la posibilidad de que el gobierno aplique una sharia dura como la del régimen talibán de los 90. Por eso artistas e influencers se afanan en borrar su rastro de las redes sociales e internet, mientras Shamsia Hassani, la primera mujer grafitera de un país que lleva décadas en guerra, resiste y da voz a sus mujeres, narrando desde Instagram la situación que se vive en el país.

Ommolbahni Hassani, más conocida como Shamsia Hassani nació en Teherán (Irán), en 1988. Muy pronto dio muestras de su pasión y aptitudes por el arte, particularmente por la pintura, aunque se tropezó con prohibiciones religiosas y culturales que impedían a mujeres afganas acceder a este tipo de estudios, entre otras cosas… Por esta razón se trasladó a Afganistán y estudió Bellas Artes en la Universidad de Kabul, en la que se integró más tarde como profesora asociada e impartió la asignatura de Escultura. Poco después colabora como fundadora del colectivo Berang Art Organization, un grupo dirigido por artistas que promueve el arte y la cultura contemporánea en Afganistán a través de programas, talleres, seminarios y exposiciones…
En 2010 participa en un curso de grafiti organizado en su Universidad e impartido por un conocido grafitero del Reino Unido llamado Chu. A partir de aquí Shamsia se introduce en mundo del grafiti animada por el bajo coste de los materiales utilizados -aerosoles y plantillas- con los que pinta murales que poco a poco pueblan y decoran la ciudad de Kabul. Cada resto de pared aparece ante sus ojos como un lienzo preparado para recibir sus trazos y ser transformado en una obra de arte urbano dispuesto a no dejar indiferente a nadie.

Hassani es rápida, ejecuta sus obras con gran soltura, en apenas 15 minutos. Aunque ha señalado que sus obras no tienen carácter islámico, se ha consagrado en la representación de la mujer afgana como símbolo de la opresión frente a la libertad. Mujeres que viven recluidas en sus casas, prisioneras en sus burkas desde donde miran la vida pasar porque todo les está vetado o prohibido y viven tuteladas, bajo el yugo de los varones -padre, marido, hermano- sometidas y silenciadas, víctimas de la violencia de las guerras y, ahora, bajo el poder talibán. Por eso los grafitis de Shamsia representan la libertad y persiguen empoderar a las mujeres y, a la par, reivindicar el lugar que les corresponde en la sociedad y en la historia, en un intento desesperado de hacer justicia y darles voz…
En una entrevista realizada con motivo de una exposición, la joven grafitera afirmaba: «Elegir usar el burka o el hiyab no es el problema; las mujeres no serán verdaderamente libres hasta que puedan hablar por sí mismas y ser escuchadas. Quitarse el pañuelo no es lo mismo que liberarse». Su trabajo ha sido expuesto desde hace años en Afganistán, Australia, Dinamarca, Alemania, Irán, India, Noruega, Suiza y Vietnam, donde también ha participado en conferencias y talleres.
Tras la entrada en Kabul de los talibanes, Shamsia posteó en su cuenta de Instagram (con casi 200.000 seguidores), en la que aparece en una foto junto a una de las mujeres que pinta, vestida con barbijo y hiyab: «Queridos todos, gracias por pensar en mí en este momento. Sus mensajes y comentarios muestran que la humanidad y la bondad siguen vivas y no tienen límites. Gracias por su preocupación. Estoy a salvo»

En la actualidad son muchas las mujeres que, desgraciadamente no están a salvo… Un estudio realizado por expertos internacionales ha revelado los diez países en los que ninguna mujer querría nacer por cuanto la discriminación de las féminas es moneda corriente: Afganistán, Guatemala, República Democrática del Congo, India, Irak, Mali, Pakistán, Somalia, Sudán y República del Chad…
Mujeres de diversas etnias, religión, lengua, cultura… Para todas ellas y por todas ellas, solidaridad, sororidad, justicia, libertad, igualdad, empoderamiento y respeto…