
Conforme pasa el tiempo la amistad se torna un valor en alza. Uno de los vínculos más sólidos y resistentes, más incluso que la sangre…Todos tenemos algún amigo/a a quien queremos más que a ese pariente al que no vemos o con el que no nos hablamos…Nuestro universo personal está conformado por determinadas personas con las que nos relacionamos en función de diversas categorías: compañeros/as, conocidos, amistades de ocio, amigos/as con quienes compartimos un poco más allá de la diversión y los amigos que se cuentan con los dedos de una mano, amistades de ‘vida’ que yo las llamo, las únicas personas que se han asomado a tu verdadero yo y han podido ver lo peor y lo mejor de tí…Con frecuencia estas amistades vienen de muy atrás en el tiempo porque necesitan cocinarse a fuego lento y no la premura de la olla spres. Y es el transcurrir del tiempo el encargado de tejer esos hilos invisibles que coserán nuestras vidas para siempre.
Pero la vida no tiene una exactitud matemática y, contra todo pronóstico, puede sorprendernos gratamente en algunos momentos de manera tan inesperada como oportuna… Si creyera en Dios lo llamaría milagro, pero lo llamaré ‘karma…’. Esta entrada es un regalo para mi amiga Marisa porque hoy, exactamente dentro de cuatro horas, se jubila…Jubilarse viene de júbilo, así que en nada se transformará en una honorable y feliz ‘jubilada jubilosa…’
Querida amiga: no hace tanto que nos conocimos y ya nos conocemos de ‘toda la vida’. Porque no hace falta toda una vida para mostrarnos por dentro y tú y yo enseguida nos enseñamos el alma con todas sus cicatrices. Yo remontando mi duelo, tu aliviando aún el tuyo… No fue difícil encontrarnos en ese punto donde confluye el mismo dolor. Y vistas y lloradas las heridas más grandes, lo demás resultó fácil construirlo. La distancia física que media entre nosotras nunca ha sido suficientemente grande para impedir que estemos cerca en las dificultades cotidianas, en los momentos en los que nos alcanza la nostalgia o en los que alzamos la copa para celebrar con un brindris…
A lo largo de estos años hemos compartido muchos momentos: una boda en Málaga, unos ‘tacones lejanos’, unas mollejas en un bar de Marbella, tus amigos, los míos, algún que otro reto, un relato andalusí, un par secretos de quid pro quo..Y después un viaje a Cádiz y un paseo por la tierra prometida: la playa de Sancti Petri. Una visita al ‘Guardián’ con parada en el chiringuito y mirada larga hacia el faro del Castillo tal y como dijimos…Luego fui yo a recorrer ‘los dominios de Casandra’, tu tierra, tu montaña… ‘Casandreamos’ por los acantilados hasta llegar a tu faro, ese al que sueles ir cuando quieres consultar los ‘oráculos’ y finalmente nos echamos a la mar…Nada como una pequeña travesía en el Narval para recorrer la Bahía de tu mano y la del experto marinero, ‘tu camarada’ y, de paso, aprender qué es y para qué sirve un ‘winche…’

Por medio hemos hablado muchos miércoles por la mañana, te he acompañado a por el pan, al cajero, al Instituto, al hospital, a Torrelavega…Hemos hablado de nuestros hijos, de nuestros amigos y de los no amigos, de nuestras cosas, conversaciones casi siempre amenizadas por el sonido de tu coche al que tuve la ocurrencia de bautizar con el sobrenombre de ‘el tanque…’ Hemos opinado sobre situaciones de actualidad, hablado de política y de materias varias… Has sabido intuirme en la distancia y tus palabras me han llegado siempre como un bálsamo cada vez que las viejas heridas han vuelto a supurar… Hemos mantenido un respetuoso silencio cuando pensábamos que una u otra lo necesitaba…Sabes cuánto admiro tu profesionalidad y fortaleza, tu capacidad para luchar por lo que crees a pesar de lo piensen cual justiciera de causas que nunca das por perdidas… Y me complace esa vocación marinera que te viene de ‘serie’ en el ADN de tu padre y ese precioso recuerdo de los paseos entre barcos que evocan tu infancia, recuerdos que se extienden por tu memoria hasta el muelle donde reposó alguna vez el Narval…
En esta nueva etapa que comienza hoy para tí, en un tiempo convulso, complejo e incierto, te deseo sobre todo salud…Ojalá que pronto puedas realizar largas travesías, singladuras plenas de aventuras con paradas en nuevos puertos entre ellos el mío…Que llenes tu mapa de sueños, de viajes, de encuentros y que tu casa, siempre de puertas abiertas, continúe recibiendo a los amigos que te arropan y te quieren entre quienes tengo la suerte de contarme… Voy a tirar de una frase hecha que por tópica me sale del corazón aunque, desgraciadamente, vacía de certeza: ojalá que mucho y bueno esté por llegar…Y, si es posible, yo que lo vea…
Todo lo mejor para tí, querida…Un abrazo muy fuerte, el mismo que espero y confío darte en breve…

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