Entre ‘perras’ anda el juego…

Foto: mp_dc

Desde que Cara llegó a casa para alterar (en el mejor de los sentidos) mi vida, no dejé de preguntarme qué ocurriría cuando viniera mi hija de vacaciones con Bimba, una golden retriever, gordita y rubia que contrasta con mi morenaza y esbelta galga…Desde que la traje en junio, mi hija y yo no hemos parado de hacer conjeturas: a ver cómo se llevan, las tenemos que disfrazar, ojalá se entiendan, les haremos fotos…En fin, no hubo día que no tuviéramos esta conversación…Hasta que llegó el día…

Como suele pasar y, al margen de todas las hipótesis barajadas, Bimba bajó del coche dispuesta a saludarme con lametones, haciendo la croqueta, saltando y otras gracietas variadas hasta completar una larga serie de monadas que ha ido aprendiendo y que repite a su capricho y buen criterio perruno… Cara y yo esperábamos en la acera siguiendo las sabias instrucciones de personas expertas que nos aconsejaron cómo actuar… Pero el encuentro no pudo ser efusivo ni siquiera entre nosotros. Los tiempos que corren exigen la privación de algunos gestos que nos obligaron a contener las ganas de abrazarnos tras siete meses sin vernos…No me quiero ir por las ramas, la cosa va de las perras y de un encuentro que fue como tenía que ser: intenso y olfativo, todo un clásico…

Los primeros momentos resultaron confusos, estoy por pensar que sobre todo para nosotras…Creo que nos mostramos excesivamente protectoras y preocupadas por establecer una clara delimitación de espacios. Ellas ya se encargaron de la reafirmación territorial…Se olieron desconfiadas y, de aquella manera que los humanos no entendemos, dejaron clara la una a la otra quién era quién, es decir: quién la dueña y quién la invitada…Una auténtica paradoja porque Bimba lleva cuatro años viniendo a esta casa y Cara acaba de llegar. Aún así ya no hay ninguna duda: esta es su casa, ella manda… Y mientras esta idea iba calando en sus mentes caninas, la una que come del plato que no es suyo, la otra que bebe agua ajena, dientes de soslayo, un ladrido por aquí, una protesta por allá…Y nosotras tensas y desdobladas, poniendo orden e intentando controlar una situación, a todas luces, gobernada por ellas. La cosa quedó clara, nítida, cristalina, niquelada: entre perras anda el juego…

Bimba

Los golden son perros maravillosos. Buen carácter, cariñosos, sociables, inteligentes…Bimba es preciosa y muy buena, aunque un poco terca y muy suya…Desde que la conozco y a lo largo de estos cuatro años en los que ha desarrollado su personalidad y forjado su carácter, no dejo de repetirme que es una perra feliz…Esa es la definición. Añadiría que es estable y sana, física y emocionalmente. Ha crecido como una cachorra única, mimada, cuidada, rodeada de afecto, de amor y este es el resultado ‘normal’ que percibimos en la mayoría de mascotas criadas en un ambiente tan favorable…

Cara

Cara es una galga y los galgos son una raza especial. No todas las personas pueden tener un galgo y no lo digo yo, sino quiénes entienden…Aunque gozan de una salud de hierro, acorde al dicho ‘carne de perro’, traen de serie un ADN cargado con una información muy particular que les predispones, en cierto modo, para la vida que les espera…Desde que nacen son adiestrados para la caza o las carreras así que enseguida pasan a ser una moneda de cambio, una inversión, un negocio… Su supervivencia depende de su rentabilidad…Los machos, según dicen, son mejor tratados que las hembras quienes frecuentemente permanecen encerradas, condenadas a parir unas cuantas camadas para, finalmente, cuando se les consideran inútiles, abandonarlos a su suerte…Por eso hay tantos galgos en los refugios y por eso quien adopta un galgo, salva a dos: al que se lleva y al que llega rescatado para ocupar su sitio…

Con semejante trayectoria la mayoría porta un mapa emocional turbio, una impronta de humillación y maltrato seguido de graves carencias afectivas de las que nacen actitudes que trastocan su naturaleza haciéndoles desconfiados, asustadizos y sigilosos. Intentan no hacer ruido, ni molestar porque tienen miedo… Están pero no los oyes y pocos hacen de entrada alguna gracia o se prestan a jugar porque son perros sin ‘infancia’…Así es Cara: desconfiada, silenciosa, sigilosa, asustadiza y, ahora, dependiente… Quienes la queremos intentamos resetear su memoria para borrar o, al menos difuminar, los puntos más oscuros de su desconocido pasado. Adentrarme en el universo galgo ha resultado tan interesante como desolador y decepcionante hasta revolver las entrañas tras comprobar que los humanos seamos capaces de cometer tales atrocidades para con otros seres sintientes, hermanos de naturaleza, de los que, por cierto, tenemos tanto que aprender…

Fieles, leales, compañeras inseparables hasta la muerte, nuestras mascotas dan muestra de un amor incondicional y un agradecimiento sin límite…Nos fallarán los amigos, nos darán la espalda nuestros compañeros e incluso, se alejarán algunos familiares, pero ellas jamás nos traicionarán ni se marcharán de nuestro lado…

Cara me hace reír, me reclama caricias, me entrega ‘su barriguita’ para que se la rasque…Y así la he ido conquistando poco a poco… Día a día nos vamos compenetrando, conociendo, aprendiendo nuestros gustos y nuestras manías, acomodandonos la una a la otra… Y la verdad, cuando no estoy con ella la extraño, porque ya forma parte de mi vida…

Te quiero…y lo sabes…

Sobre los ‘oráculos’ y la ‘Sibila…’

La Sibila Cumana

Mi casa se llama ‘La Sibila…’ La Sibila representa el arquetipo de la profetisa en la antigüedad. Aunque hubo varias las más conocida fue la de Cumas. Según parece estas mujeres «poseyeron una reconocida facultad de desentrañar el futuro para profetizar acontecimientos de toda índole. Fueron descritas como muy longevas, con vidas aisladas y misteriosas, que habitaron lugares poco accesibles como grutas o sitios escondidos, posiblemente cercanos a cursos de agua. Sus palabras o predicciones, realizadas casi siempre en estado de trance, eran originadas por consultas de los visitantes…» Gozaron de gran prestigio en el mundo pagano tal vez por eso el cristianismo las incorporó muy pronto a su imaginario, sobre todo en las ceremonias que festejaban la llegada del solsticio de invierno que la Iglesia asimiló en un sincretismo muy eficaz…

El caso es que a mi me llamó poderosamente la atención que en un período tan antiguo de la Historia y, tratándose de mujeres, se reconociera públicamente su sabiduría y su capacidad de predicción en aquellas sociedades en las que las féminas eran poco valoradas más allá de la maternidad o como objeto sexual…La palabra sibilina/o, sinónima de enigmático, misterioso o esotérico, deriva su contenido semántico de estas ‘mujeres’ empoderadas en el arte de auspiciar acontecimientos venideros… Fruto del sincronismo antes mencionado ha quedado plasmado en la pintura renacentista que, dicho sea de paso, rescató los temas mitológicos y los puso de moda. La techumbre Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel siguiendo los criterios temáticos del Papa Julio II, es un buen ejemplo. La bóveda de medio cañón representa un conjunto que recoge nueve escenas del Génesis, los ignudis, cuatro historias del Antiguo Testamento (en las pechinas) y en los huecos triangulares las figuras de los profetas y Sibilas representados sedentes en tronos de mármol…

Sibilas y profetas

Toda esta información despertó mi admiración por las Sibilas. Existieran o no su rastro resulta imposible de ignorar y ahí quedaron eternamente inmortalizadas compartiendo la grandeza de una obra que no distingue géneros, por el contrario, Sibilas y Profetas son representados por igual. Después de la saturación religiosa del medioevo el renacimiento desvió la mirada del cielo al suelo para enfocar la belleza de la naturaleza. Más allá de la belleza física, cada Sibila aparece representada resaltando su identidad de mujer culta y sabia junto al resto de personajes, en una composición que entremezcla lo sagrado y lo profano, lo divino y lo humano…Por eso cuando llegué a esta casa pensé que sería un bonito nombre, aunque lo único que tenía en común con las Sibilas era considerar que esta casa sería mi ‘gruta’, mi ‘cueva’, un lugar donde cobijarme después de un período agitado y confuso…

Mis hijos también tuvieron algo que ver porque cuando eran pequeños y me adelantaba a ‘adivinar’ la travesura correspondiente antes que sucediera, predecía sus posible errores o anticipaba la versión verdadera de alguna mentirijilla, ellos me miraban sorprendidos creyendo que poseía ciertos ‘poderes’… Quiénes sean padres o madres comprenderán que sólo era fruto de ‘haber sido cocinera antes que fraile’ y de su propia inocencia que me lo ponía muy fácil… Cuando se hicieron mayores me despojaron de tales poderes y me ‘humanizaron’…Afortunadamente…Y enseguida pasé a ser una madre terrenal y mundana aunque ‘intuitiva’. Mi hija, a quien me une una relación de confianza, confidencialidad y complicidad, ha destacado siempre mi habilidad para percibir y comprender de manera inmediata las cosas sin necesidad de que medie la razón. Me considera una mujer intuitiva y es por eso, que ante cualquier acontecimiento importante me pregunta ¿mamá tú cómo lo ves? ¿qué ‘punto’ te da? ¿qué pálpito?… Supongo que las veces que acerté lo hice por puro sentido común, el caso es que poco a poco aumentó mi caché…

Pero la verdad es yo nunca me sentí Sibila más allá de mi pasión por el conocimiento o de las adivinanzas futuribles facilonas por aquello de ‘verlas venir’… No obstante, por motivos que no vienen al caso, cierto aire sibilino ha rondado alguna etapa de mi vida que discurrió entre enigmas (entendiendo este término como ‘enunciado de sentido artificiosamente encubierto para que sea difícil de entender o interpretar) y algún que otro misterio ‘sin resolver’… De Sibila tengo, tal vez, esa cualidad de confidente, de persona que presta oído y hombro…Nada más lejos de mí que la ‘sabiduría’, una aspiración que, no obstante, apenas va más allá de la que todos alcanzamos con la edad…Respecto a los ‘oráculos’ solo espero que, de vez en cuando, alguno sea auspicioso y me permita disfrutar de pequeños deseos y placeres compartidos en la intimidad…Del futuro sólo me preocuparé cuando llegue…Que así sea…

Abrazar y besar en tiempos del covid…

Nos guste o no, todos necesitamos abrazar y que nos abracen. Resultaba tan habitual que no supimos apreciarlo y a menudo nos salía como un cumplido casi siempre acompañado de un par de besos al aire en cada mejilla…Abrazar en tiempos del covid ha sido un lujo sólo al alcance de unos pocos. Abrazar y besar ahora, ha resultado una tarea a veces imposible que, como mucho, algunos sólo hemos podido disfrutar muy de vez en cuando, con muy pocas personas. Haciendo a solas esta reflexión vinieron a mi cabeza todos aquellos que abrazos o besos que entregué de manera mecánica, sin una pizca de interés, sólo como respuesta aprendida en el marco de las normas de cortesía tal y como nos han enseñado junto con una dilatada lista de señas y expresiones sociales que denotan urbanidad, deferencia, amabilidad o distinción, signos de una buena educación en el marco de nuestra cultura occidental…

No obstante, concretando un poco más, los países del sur de Europa hemos construido una conducta socio-afectiva basada en la distancia corta. Nos damos la mano o la estrechamos…Los hombres suelen darse grandes apretones y golpes en la espalda para resaltar la virilidad contraria a lo que muchos consideran una actitud que algunos califican de ‘mariconeo’…Las mujeres somos más de estrecharnos, de apretarnos contra el pecho, de cogerse del brazo, de frotarnos con la palma de la mano de arriba abajo la espalda…Todo ello acompañado de besos, muchos besos, una muestra de amor o afecto llena de matices según quien te los de o a quien se los des…Podría decirse que existe todo un tratado del beso en los que podemos distinguir entre la familia, amigos y demás (un amplio grupo en el cabe una gran diversidad de relaciones). Otra distinción vendría marcada por el género. Los varones en general son menos besucones fruto, las más de las veces, de una educación basada en diferencias culturales de roles que casi siempre, fueron acompañados de los ‘niños no lloran’ los ‘niños chocan la mano como los hombres’…Así que me centraré en los besos femeninos al fin y al cabo son los que mejor conozco…

Para empezar tenemos los besos de madre, en la frente o en la mejilla, sordos o sonoros…Los de las abuelas que son muchos, muy seguidos y apretados…Besos dormidos, suaves y silenciosos…Besos de amigas acompañados de miradas y, a veces, algunos guiños…Besos robados, sorpresivos e inesperados…Besos de amantes, ocasionales, clandestinos, furtivos y muy apasionados…Besos de parejas, públicos, notorios y frecuentes…Besos de cumplido, a menudo evaporados en el aire y finalmente los denominados ‘picos’ o besos saltarines sobre los labios, reservados únicamente para personas muy especiales…

Si habrán sido importantes los besos a lo largo de la historia que incluso existió la denominada ‘Ley del Ósculo o Ley del Beso’, proveniente del derecho consuetudinario romano plasmado posteriormente en el derecho medieval: Si tras los esponsales el novio besaba a la novia ante parientes y vecinos, el matrimonio se consolidaba con las consiguientes consecuencias económicas, es decir, se reconocían a la esposa los derechos pecuniarios a efectos de su posible disolución…

El beso ha inspirado poesías y canciones… Gabriela Mistral habla de los besos carismáticos y los que se dan con la memoria…besos evocados, besos de recuerdo…Ana Belén cantaba ‘Besos, ternura…’ Victor Manuel, ‘Dónde irán los besos ‘…Jarabe de Palo hubiera dado cualquier cosa por ‘un beso de su flaca’…Juan Luis Guerra escribió: ‘cuando te beso, todo un océano me corre por las venas…’ Hasta Nino Bravo cantaba aquello que decía: ‘Al partir, un beso y una flor…Maná recitaba ‘porque no puedo compartir tus labios…’El canto del loco, Pereza, Sabina…¿quién no ha cantado al beso que no ha dado o al que desearía dar o a los que no dio o a los que ya no podrá dar…? Y es que los besos dan para mucho, tal vez por aquello de que dan ‘mucho juego’…

Abrazar y besar durante la pandemia ha sido una dura prueba para quienes estamos educados en una cultura de afectos hacia afuera, de cercanía, de emociones mostrada que van más allá de una leve inclinación de cabeza a la manera oriental…Tal vez, quien sabe, si nos veremos obligados a renovar, adaptar o cambiar nuestra conducta afectiva y aprender un nuevo lenguaje gestual…Quien más quien menos, como dice el maestro Sabina, alguna vez besó con la mirada o abrazó solo con palabras…Aunque sin duda, si he de quedarme con algo, nada como la presencia, los abrazos en la cercanía y los besos siempre, siempre en vivo y en directo…

Esta es una de mis favoritas…

Asustados, descreídos, desmoralizados…

La playa en tiempos del covid…

Casi en el meridiano del verano, muchos imaginábamos julio de otra manera…Pero los brotes aumentan por toda nuestra geografía tanto en el interior como en la periferia y parece que así continuará si no empeora…Los Presidentes de las Autonomías que, durante el estado de alarma criticaron la centralización del poder en manos del ejecutivo, hoy experimentan en sus propias carnes la dificultad que entraña tomar decisiones de semejante calado con la responsabilidad que implica y son ellos quienes delegan en los municipios para lavarse un poco las manos…Está bien así. Este ejercicio obligado de empatía les podría ayudar a ser menos críticos y más solidarios en situaciones excepcionales como esta del covid. Cualquier dificultad es buena para aprender a ser un poco más humildes…Esta ocasión viene al pelo a nuestros políticos, con frecuencia altivos y soberbios…Pero, sinceramente, les veo tan poseídos por sus egos, que no creo que aprendan casi nada…

Con las playas acotadas, el aforo de muchos bares reducidos, conciertos cancelados, algunos mayores confinados de manera preventiva, los bancos de paseos y parques con ancianos sentados a distancia y limitadas las reuniones de amigos, el verano transcurre cuesta arriba. Casi todos añoramos nuestro reciente pasado, aquella ‘vieja normalidad’ con todos los inconvenientes: demasiada gente en todos lados; larguísimas colas en las cajas de los supermercados; madrugones para colocar la sombrilla en primera línea de playa; la espera eterna para pillar mesa en un chiringuito y esas terrazas nocturnas a rebozar en las que te tropezaban y rozabas con todo el mundo… Tanto que nos quejamos entonces y ahora cuánta nostalgia…

Pero no acaba aquí la cosa. De fondo suenan ruidos y diversas cuestiones que no solo no ayudan sino que nos preocupan, nos desalienta, nos asustan… Porque la crisis sanitaria no viene sola sino acompañada del cataclismo de nuestra economía. Es posible que continúe subiendo el y habrá que atenderlos con ayudas y prestaciones…Deberán sostenerse las pensiones de los jubilados y los sectores más frágiles corren el riesgo de caer en la más absoluta pobreza…Europa podría tener en sus manos nuestra solución pero la reciente alianza entre los más pequeños y más ricos, no nos ayudarán. No están dispuestos a ser solidarios, no quieren ayudar gratis, quieren prestar y hacer negocio… Quien sabe si volveremos a tener a ‘los hombres de negro’ tras nuestro cogote, fisgoneando nuestras cuentas, amenazando con el sonido de sus tijeras…

No quiero ser agorera, aguafiestas, pesimista o trágica, pero este es el mantra que no dejo de oír de boca de periodistas y tertulianos que, a todas horas, hablan en la radio o la TV siempre dispuestos a verter sus puntos de vistas en un exceso de información que , en mi opinión, acaba cansando, agobiando y sembrando más incertidumbres de las necesarias entre la población, suficientemente confundida ya, hasta el punto de no saber qué está pasando en realidad, cúal es la verdad de la que sólo nos cuentan una parte…Porque no hace falta ser experta ni demasiado inteligente para intuir que la información recibida está sesgada porque conocer el verdadero alcance de la pandemia puede asustarnos tanto como para caer en pánico, provocando una situación de ingobernabilidad…

Como colofón final, la guinda del pastel viene de manos del rey emérito, cada día más enfangado por mucho que el actual Felipe González lo defienda…El otro, el de la chaqueta de pana, hubiera sido más claro y tajante: al pan, pan y al vino, vino… Me da que el alma republicana de los socialista anda aletargada, en hibernación o perdió el color morado…Y aunque ‘la ocasión la pintan calva’ no creo que haya un debate ‘oficial’ sobre la monarquía, solo en ‘petit comitè’ entre amigos y familiares…Como tampoco lo habrá sobre el Estado laico para que de una vez por todas Iglesia y Estado se desvinculen como corresponde a una sociedad plural, multicultural y multiconfesional…

Mientras, continuamos en el impasse con los Sus Majestades paseándose por todas las ‘Españas’: de sur a norte, de este a oeste…la rural y la urbana…aunque no entiendo muy que pretenden o persiguen (aparte de maquillar la Institución) en estos tiempos tan convulsos y más de estar confinados que de paseo… Aún así, ‘mascarillados’ como dios manda para dar ‘ejemplo’, visitan empresas, terrenos, cooperativas…Degustan productos locales, saludan codo con codo… Felipe y Letizia aguantan el tirón aparentemente calmados y correctos, a pesar de la muestras de antipatía de los grupos republicanos que salen a su encuentro aunque sólo sea para dejarse ver y ondear la preciosa bandera tricolor, símbolo de la libertad…Y así seguirán hasta cumplir esta apretada agenda para luego marcharse a Mallorca a descansar de tanto traqueteo…Allí la familia real disfrutará, junto a doña Sofía y el resto de miembros, de unas merecidas vacaciones con gastos pagados en el Palacio de Marivent…

Y para compensar tanta crítica siempre contarán con un Pablo Casado de turno, como representante de la derecha incondicional, que los arropa y los bendice allá donde vayan y hagan lo que hagan, porque para eso son los Reyes… Yo, personalmente, me quedo con ‘los Magos’… solo vienen una vez al año y encima cargados de regalos…

Juan Carlos de Borbón: de profesión Rey…

Tras varias entradas de carácter ‘intimista’ y para no encasillarme, paso a comentar algunas de las últimas novedades del panorama nacional. Me refiero a las noticias que circulan estos días sobre el escándalo de nuestro rey Emérito…De momento la información se trata como ‘supuesta y presunta’ hasta que pase los filtros de la justicia y se juzguen los hechos, cosa que hasta ahora se considera muy ‘supuestamente’. Las noticias colocan al Rey Emérito como receptor de una fortuna que confió a un banco suizo en que abrió una cuenta como Juan Carlos de Borbón, de profesión Rey…Hummm…Una razón más para alimentar el desencanto…Yo creía que el Rey, como sucesor de una dinastía cuyos orígenes más remotos se remontan al siglo XVI -concretamente a Enrique III de Navarra hijo de Antonio de Borbón, Duque de Vendòme y de Juana III de Navarra, primer Borbón que reinó en Francia que, dicho sea de paso, algo debió hacer bien pues se ganó el sobrenombre de ‘el Grande’ o ‘el Buen Rey’- pondría en valor este ilustre pasado y se cortaría un poco…Sus antepasados fueron mujeriegos, infieles, seductores y hasta grandes amantes pero esto clama al cielo y tiene un nombre…Aunque no seré yo quien lo escriba…

Que digo yo que llevar un bagaje de semejante peso en la memoria y contar con tantos ancestros ilustres, tanto en Francia como en España, debería dejar una impronta de respeto por sí mismo envuelto, a su vez, en una pátina de pudor suficiente como para avergonzarse sólo de pensar que una diminuta o minúscula mácula de duda, tiñera un ápice el lustre de una Casa Real que ha reinado durante cinco siglos… Los monarcas siempre han gozado del ‘poder de la representación’. Quiero decir que siempre han aparecido ante el pueblo rodeados de una pompa y boato que ha realzado su imagen dignificándola y engrandeciéndola hasta el punto de otorgarles un carácter sobrenatural más cercano a lo divino que a lo humano… Como ejemplo podemos señalar que siglos atrás, sus Majestades, solían comer de cara a un público que asistía sólo para verlos degustar algunos manjares…Algo que ahora nos puede parecer no sólo inaudito sino absurdo, entonces pretendía ‘humanizarlos’ dejando ver que necesitaban, como los demás mortales, llenar sus estómagos para vivir y, en consecuencia, también evacuar, cosa que hacían de manera natural mientras despachaban con algún embajador o ministro….Eso sí, sentados en sus bacinillas tras un biombo…Cada cual que deje volar su imaginación…

Pues bien, dicen las lenguas de doble filo que nuestro Emérito disfrutaba contando el dinero como un niño al romper su hucha (el ejemplo es mío). Y mientras con una mano, que no era la suya para no ensuciarla, cargaba maletas repletas de billetes con la otra recogía las asignaciones consignadas en los Presupuestos Generales del Estado provenientes de nuestros bolsillos, las mismas que le permitían viajar con valija diplomática en ‘representación’ de España y por extensión de los españoles…La prensa está sacando partido a esta jugosa noticia. La dosifica gota a gota, dejando caer migas de pan para que sigamos su rastro, repartiéndonos cada día una ración dispuestos a suscitar el debate y caldear poco a poco el ambiente a la par que mueve estadísticas para dar a conocer en qué medida decrece la Monarquía en favor de una futura República…Cumplen una función y un deber, es verdad, pero también lo es que, según qué cosas, se relamen de gusto y al final, adeptos y detractores, se reparten beneficios…Al resto solo nos queda lo que a los tres monos sabios: ver, oír y callar…Porque la verdad verdadera posiblemente esté a mitad de camino entre lo que cuentan unos y lo que callan otros…No hay verdades absolutas y mucho menos en posesión de una sola parte…

Y mientras la prensa se ceba poniendo en duda la credibilidad de nuestros monarcas, no sin falta de razón, el protagonista, un pobre anciano que no un anciano ‘pobre’, permanece callado aunque no ajeno, en algún lugar paradisíaco donde descansa de su bien merecida ‘jubilación’ (perdonen que me sonría mientras lo escribo…) al tiempo que disfruta de buenas viandas, exquisitos caldos y mejor compañía…Genio y figura majestad…No seré yo quien lo califique o juzgue, ya se encargará de hacerlo la historia de manera científica y certera aunque yo no viva para verlo…

Y perdone que le recuerde Majestad, por si le falla la memoria, las palabras que usted mismo pronunció, de manera imperativa y severa, en su tradicional discurso de Navidad y en previsión de un año que puso en jaque a la Corona con el ‘caso Urdangarín’: ‘la justicia es igual para todos…’ Me permito la licencia de ponerlo en duda y reseñar otra frase tal vez menos repetida pero de mayor calado y acierto, dicha hace siglos un hombre – más sabio que ilustre- y que todos, reyes incluidos, deberíamos tener presente…Aristóteles dixit: ‘Soy dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras…’ Usted mismo majestad…

Yo soy yo y mis circunstancias…

Aquellos maravillosos años continuaron un poco más…Por mucho empeño que pusimos no pudimos detener el tiempo que pasó inexorablemente llevándose algunos sueños, barriendo parte de nuestras expectativas, devolviéndonos realidades imprevistas…

Aterrizamos en COU en diferentes institutos… Aquel curso nuestros cielos se llenaron de nubarrones negros que dejaron paso a sucesivas tormentas, hasta que despejó y lució de nuevo el sol en nuestros horizontes. Conforme avanzaba el tiempo se agregaron a nuestras vidas nuevos amigos y amigas, compañeros de clase que a su vez nos presentaban a otros y a otras…Empezamos a quedar los fines de semana para ir al cine, para tomar una caña y cuando alguna casa se quedaba libre organizábamos alguna que otra fiestecita o algún evento propicio para conocer a los chicos ‘más de cerca’, apartadas de los ojos ajenos, siempre atentos y dispuestos a salvaguardar nuestra virginidad, tema recurrente donde los haya en una época en la que lo importante era oponer resistencia, frenar las pasiones y cargar con la responsabilidad de los pecados del sexo contrario…A ellos les estaba permitido tentarnos una y otra vez, porque claro, eran ‘hombres’ y como tales ponían a prueba su capacidad de seducción, su virilidad, su hombría, desde la cual nos calificaron en función de nuestro grado de oposición o facilidad previa a dejarnos hacer…

El desempeño de estos roles, instalado en el discurso masculino durante los 60-70, reforzó una idea que aún subyace en el imaginario social masculino: cuando una chica dice no en realidad quiere decir, cuando menos, que ‘a lo mejor’, que ‘puede que sí’ aunque no inmediatamente…Un error del que aún quedan secuelas…Mi generación vivió a caballo entre los residuos del franquismo y los inicios de la democracia. Tuvimos que elegir entre quedarnos anclada y alineadas con la ideas gestadas en la dictadura o dejarlas detrás, subirnos al carro del nuevo orden que se avecinaba y ‘romper moldes’…Yo me apunté a esto último…En mi familia fui la primera en fumar, en viajar antes de casarme, en separarme y en otras muchas cosas más… Muchas veces me calificaron de ‘rarita’ y es que con frecuencia no encajaba y cuando me fui haciendo mayor, ni yo ni mi vida tenían que ver con la primas de mi misma edad…

La verdad es que estábamos marcadas y machacadas por una educación de doble moral y doble cara en la que lo verdaderamente importante era ‘parecer’ y no ‘ser’. Ese era el juego. Nos castraron, nos hicieron creer que seríamos seres despreciables si no nos dejábamos conducir por aquellas normas implantadas por los hombres y para su beneficio…Afortunadamente mi padre fue mucho más moderno y avanzado que mi madre en estas cuestiones. Confiaba en mí, quería que fuera independiente por eso quiso que tuviera una profesión y un trabajo. Por eso no hizo distinción entre mis hermanos y yo y estuvo muy orgulloso de su única hija (yo) una vez superada aquella etapa de ‘niña terribili’…

Cuando recuerdo este tiempo la imagen que acude a mi memoria es la de mi prima Ani. Ni ella ni yo tuvimos hermanas así que asumimos ese parentesco para cubrir la carencia. Tenía tres años más que yo. Faltaba mucho a clase porque le daban ataques de asma y yo le llevaba los deberes a casa. Mi tía y mis primos vivían con mis abuelos en una casa muy grande. Muchos fines de semana me iba con ella. Recuerdo aquella habitación de techos altos con un balcón que daba a la calle Real, entonces carretera nacional. De madrugada transitaban algunos camiones y sobre las paredes se dibujan las sombras de las contraventanas que alteraban su forma al paso de los grandes vehículos…Algunas veces me despertaba y la veía sentada en el borde de la cama ventolín en mano, respirando con dificultad y un pitido de fondo…Me sentaba junto a ella hasta que se le pasaba…Ani murió. Fue la primera muerte que me tocó de cerca y no la pude llorar, ni supe gestionar mis emociones así que su duelo me atrapó y sumergió en un período que me apartó de todo, incluso de los estudios. Estuve confundida y buscando respuestas en lugares equivocados…otra vez…

La muerte de Ani pasó como pasan las cosas de la vida, aunque tuvo un alto coste Digerir aquello me llevó tiempo hasta que finalmente las aguas se calmaron y volvieron a su cauce. Libre de tanto peso continué mi camino y mis estudios que finalicé con éxito. La muerte del dictador Franco trajo algunas movidas callejeras que también se vivieron en Cádiz. Recuerdo que más de una vez tuvimos que correr por la Cuesta de las Calesas hasta escondernos en un portal: los ‘grises’, apostados en la la esquina de la antigua tabacalera, lanzaban sus famosas bolas de goma, negras y macizas contra los estudiantes encerrados en la parroquia de Santo Domingo…Me hice muy amiga de Leonardo, un chico que militaba en la Liga Comunista Revolucionaria y de Antonio, activista del Partido de los Trabajadores…Antonio me regaló el libro de Máximo Gorki, «La Madre» que narra la historia de Pelagia una joven campesina rusa en la que Gorki simboliza el despertar del pueblo…Mis compañeros y compañeras eran de todo menos políticamente correctos…Yo aprendí mucho de ellos y, aunque nunca milité en ningún partido, me sensibilicé con todo lo que tenía que ver con la desigualdad social, los derechos de los trabajadores y de las mujeres…

Lamento reconocer que luego me aburguesé un tiempo hasta que mi yo más auténtico se apoderó de mí y, como un vendaval, arrasó todo cuanto encontró a su paso…A estas alturas del relato la memoria no me traiciona y me muestra, sin ambages, los retazos y episodios que constituyen, hoy por hoy, los anclajes que sustentan y dan pleno sentido a mi vida…Aún así, nada se puede dar por concluido, por eso si tuviera que definirme diría que estoy en ‘ permanente proceso de construcción’…Y que dure muchos años…

Aquellos maravillosos años (II)…[adolescencia]

Uniforme Colegio Carmelitas

En la década de los 60 la mayoría de centros estaban segregados por sexo/género…A mi me matricularon en un colegio de monjas, entonces privado y para niñas, hoy concertado y mixto. Entré con 4 o 5 años. Mis primeros recuerdos me devuelven la imagen de un gran patio con un pozo en el centro lleno de plantas con grandes hojas verdes, a través del cual entra la luz que ilumina, bajo las arcadas, un amplio pasillo por donde caminamos en fila…Alrededor de aquel cuadrado se accedía a las diversas dependencias: la secretaría, la capilla, el comedor, algunas aulas y la portería gestionada por una señora (que entonces nos parecía muy mayor pero que seguro no lo era tanto) vestida de negro y con el cabello blanco llamada Rita, una mujer muy buena, con poco carácter a la que, con el tiempo, camelamos más de una vez. Rita nos vio crecer hasta los 16 años. Establecimos con ella una corriente de simpatía mutua que nos servía de entretenimiento. A veces nos parábamos a hablar con ella e incluso le hicimos algunas confidencias, según qué cosas claro… Al final su complicidad tejida y pulida entre rato y rato, confesión y confesión, sirvió para que hiciera la vista gorda de alguna que otra escapada al horno Colón para comprarnos el desayuno…Rita nos curó muchas heridas con mercromina roja: en los codos, las manos, las rodillas… y nos sacó del apuro cuando la regla nos sorprendía antes de lo previsto…Su recuerdo en la distancia, borroso y pixelado, se vuelve cercano y su actitud amable y generosa acude entrañable a mi memoria …

Desde que entré en este colegio hasta que salí para ir al instituto con 16 años llevé un uniforme como el de la foto. Uniforme que se completaba con unos zapatos de la marca ‘Gorilas’ marrones con cordones (traían una pelota verde, como la de tenis, de regalo) que mis padres compraban a principio de curso en ‘Calzados Galán’. Los gorilas lucían unos impecables calcetines cortos blancos…Mi madre me hacía el uniforme y me dejaba un trozo de más en la cintura que soltaba conforme crecía…Tuve una relación muy personal con mi uniforme…Quiero decir que lo cuidaba, me gustaba llevar las tablas de la falda bien planchadas sobre todo por detrás…Debajo usaba una camisa blanca o beige que mi madre tenía la manía de abrochar desde el primer botón, el mismo que yo me desabrochaba en cuanto salía de casa…Completando el ‘equipo’ una bata (que aquí llamamos ‘babi’) de tela de vichy de cuadritos blancos y celeste que se compraba confeccionado en ‘Almacenes Blanco’, que poníamos sobre el uniforme para no ensuciarlo y que cada viernes viajaba a casa para lavar…

Los primeros años me llevaba mi hermano en su bici. Me sentaba en la barra hasta que llegábamos a la puerta donde me soltaba, a veces de mala gana, y vuelta a casa…Al mediodía comía en el comedor…Muchas veces me quedaba la última con la comida aún en el plato, intentando deshacer una bola de carne mientras una monja daba vueltas a una mesa larga con encimera de mármol blanco…La recuerdo con las dos manos hacia arriba, abriendo los dedos y bajándolos en una cuenta atrás que me agobiaba muchísimo…Tanto, tanto, que un día me escapé delante de las narices de la portera escabulléndome entre las madres…No tuve problema, conocía el camino de regreso…Aquel día castigaron a mi hermano, yo comencé a ir sola al cole y, lo mejor de todo, dejé de quedarme al comedor….

Amigas para siempre…

Durante aquellos años hice amigas inolvidables. Las relaciones de amistad tiene muchos matices porque cada persona es única, individual y te aporta algo diferente. La amistad es una relación que he ido poniendo en valor conforme ha pasado el tiempo y en este momento considero la relación más estable y duradera que podamos establecer con nuestros iguales…En esta etapa la noción de amistad sufrió un proceso de evolución directamente proporcional al mío propio… Primero fui una niña tímida de notas brillantes. Cuando me nombraban los profesores me sonrojaba y no me salía la voz del cuerpo…Pero todo cambió desde el momento que mi primera amiga, Aurora, sacó mi vena cómica y traviesa, reprimida hasta entonces, que ella supo ver y explotar hasta anular aquella falsa identidad construida sobre la timidez y la vergüenza que, no obstante, subyace todavía a pesar de mi aparente soltura…Desde aquel momento el tono distendido, el atrevimiento, la atracción por la desobediencia y el desafío de lo prohibido -aunque siempre desde el respeto- se apoderaron de mí y una oleada de felicidad me inundó…A cambio, las notas dejaron de ser tan buenas porque yo iba al colegio a ser yo misma, a jugar, a pasarlo bien, a divertirme y no me daba para más…Creo que jamás me reí tanto ni saqué tanto partido al tiempo que pasaba en aquella clase en la que olía a frescura, a alegría de vivir entre aquellas otras niñas, ajenas todas al sufrimiento, al dolor, a la pena… Aquello duró poco porque mi padre me dio un primer y único ultimatum y desde entonces jamás volví a suspender aunque no cedí a la diversión ni abandoné el afán de aventuras… Aquellos años fueron realmente maravillosos…

Pero la naturaleza siguió su curso y las hormonas de la adolescencia cambiaron mi cuerpo, mi ánimo y me aportaron un sin fin de nuevas sensaciones que me condujeron a experiencias sensoriales maravillosas e inocentes que fueron moldeando mi personalidad, templando mi carácter y agitando mi alma…Aquellas travesuras pueriles dejaron paso al resurgir del pensamiento y el encuentro con la vida nos llevó, a mí y a mis amigas, a reflexionar sobre nuestros derechos, la injusticia, la religión, la desigualdad…Me volví rebelde, contestataria, abandoné algunas creencias y busqué respuestas, posiblemente en lugares equivocados, porque no obtuve ninguna…Comencé a colaborar en actividades solidarias desde que unas jóvenes misioneras llegaron desde África y nos mostraron diapositivas sobre aquellas culturas y formas de vida gobernadas por la escasez y la pobreza. He de reconocer que por primera vez se tambalearon mis principios asentados sobre las bases de nuestra sociedad occidental y un estado del bienestar que, por entonces, me parecía suficiente e incluso generoso… Desde aquel momento dediqué una parte de mi tiempo a colaborar de manera altruista con un grupo de compañeras liderado por una monja de la ‘última oleada de renovación’, llegada desde Madrid, con una visión innovadora sobre la juventud, buscando cauces para formar en valores humanos sin el ánimo de convencer o convertir…Visitábamos chabolas, ayudábamos en un Hospital de ancianos, recaudábamos fondos, hacíamos rifas…Dormíamos en paz confiando en el bien que habíamos hecho o alimentábamos nuestros egos alardeando en nuestro interior por aquella actitud caritativa…o seguramente las dos cosas…

Y entre tanto me enamoré por primera vez o eso pensé entonces, aunque más tarde comprendí que el primer amor no tiene por qué ser el primero pues, tratándose de emociones, no existe un orden riguroso…Conocí a Ramón en la feria. Tenía los ojos azules y pequeños. Me encandiló su desparpajo, su gracia, su risa fácil y su labia…Tengo un recuerdo suyo precioso. Me quiso y le quise pero el futuro tenía otros planes para cada uno de nosotros aunque ha seguido vivo en mi recuerdo, ese lugar donde hay cabida para todo y para todos…Ramón pertenece a la adolescencia, a los quince años, al despertar de la sexualidad, de la ‘vida’ en sentido amplio…Era la primera vez de todo o no…Porque mucho más tarde hubo una segunda ‘primera vez’ incluso más intensa si cabe, aunque también se acabó por más empeño que yo puse …Parece que la vida me tenía reservado otros planes…

Prolongué mi adolescencia tanto como pude…Hicimos una pandilla de cuatro: Mamen, Trini, Lola y yo…Fuimos muy buenas amigas. Juntas en las excursiones, las cuatro sentadas al final del bus. Viajamos a Portugal, a Galicia, a Zaragoza donde nos bebimos unas botellas de vino que compramos para nuestros padres en el Monasterio de Piedra … Fumábamos ‘Mencey Capote’ o ‘Pippermint’ a escondidas, en un portal de la calle Rosario por la tarde, antes de entrar en clase…Nos echaron muchas veces de la capilla porque nos daban ataques de risa incontrolada… Cuando nos llevaban de retiro, por la noche nos escondíamos en los armarios para quedarnos hablando hasta las tantas de la madrugada… Hicimos autostop para poder ir Cádiz donde nos cambiábamos la ropa entre nosotras…Muchas tardes tomábamos cañas y tapas de ‘flamenquines’ en la parte de arriba del emblemático ‘Bar Royalty’, escenario de encuentro, testigo mudo de secretos inconfesables, de sobremesas en tardes de hastío o contradicciones propias de la edad…Paseábamos hasta allí desde Colón, atravesando la calle Rosario entretenidas en los escaparates del comercio. No teníamos pudor de llegar allí con nuestros uniformes de niñas y nuestras ideas de mujeres iniciadas en debates y confrontaciones en torno a aquellas rústicas mesas de madera, para hablar y hablar sobre el sentido de la vida, la injusticia social, la libertad, el matrimonio, el sexo y todas aquellas cuestiones que despertaban nuestra curiosidad, nuestra sensibilidad y, sobre todo, nuestras ansias de vivir de una manera diferente a la de nuestras madres…Entonces no éramos conscientes, probablemente ni siquiera conocíamos el término ‘feminismo’ pero luchábamos y libramos nuestras pequeñas batallas por ser las mujeres que ahora somos…Y estuvo bien, muy bien…

Al acabar el bachillerato nuestros caminos irradiaron hacia lugares diversos. Durante un tiempo continuamos en contacto, luego hicimos nuevas amistades y sólo nos veíamos de vez en cuando en la calle o en algún encuentro previamente acordado…Mamen es médica, tiene un hijo y nunca se casó tal y como predijo…Lola hizo magisterio. Se casó, tiene tres hijas, la última con síndrome Down…siempre la vi feliz…A Trini le perdí la pista. También hizo magisterio, se casó y tuvo una hija. No ejerció su profesión pero se hizo librera. Lo último que supe fue que se había separado…Vaya para ellas mi recuerdo cariñoso y agradecido por todo lo que vivimos juntas ‘aquellos maravillosos años…’

Aquellos maravillosos años (I)…[infancia]

Hace apenas unos días fue mi cumpleaños…No hice ninguna celebración aunque la familia y los amigos se acordaron de mí e incluso me llegaron algunos regalos. Tuve ese día 3 de julio la cabeza ocupada en varios asuntos…Y de fondo el recuerdo presente de mi madre que falleció con los mismos años que yo cumplo. Recibí el correo de una amiga y le contesté contándole estos detalles a los que, entre otras cosas, añadí: «…aparte de estos datos, mucha gente se ha acordado de mí. He vivido ya dos vidas y media más que Carlos y adoptar a Cara ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo…No puedo sino estar agradecida…»

El primer recuerdo de mi infancia me lleva al piso donde vivía, concretamente al pasillo, donde me veo montada en un triciclo con el asiento forrado de rojo y un timbre que toco sin parar como si transitara por una calle a tope de tráfico…Visto un pantaloncito corto a cuadros y un jersey…Dos trenzas me caen hasta los hombros y un flequillo sobre la frente que mi padre mantenía cortado justo por encima de las cejas. Me crecía muy rápido así que con frecuencia me sentaba frente a él y me decía: ‘estate quieta y mírame fijo…’ Yo obedecía ciegamente porque adoraba a mi padre…Él se colocaba a mi altura y comenzaba aquel ritual…Si cierro los ojos, puedo oír el crujir del pelo con las tijeras pegadas a un peine y hasta sentir las pelusillas que caen sobre mi boca y sobre mi ropa…Pedaleaba y pedaleaba por aquel pasillo que entonces me parecía largo y espacioso aunque apenas se recorría en seis o siete pasos…

También paseé por allí un coche de capota vestido con una colcha de piqué blanca entrelazada con una cinta celeste…Mi madre cosía la ropa de mis muñecos: sábanas, colchas, pantalones o vestidos…La recuerdo sentada en su butaca con un bolso lleno de restos de lanas y telas que utilizaba para este menester…Me pedía que sujetara las madejas estiradas entre las manos. Tenía que moverlas hacia un lado y hacia otro mientra ella liaba y liaba un ovillo en el que al final clava las agujas de hacer punto. Tenía muchas y estaban numeradas según grosor…De vez en cuando, por la tarde, la acompañaba a la mercería. Compraba hilos, agujas, cremalleras, broches, corchetes…Le encantaba coser…A mi no. Siempre me hizo ropa y, a mí y a mi hermano y a mi padre, jerseys y chalecos…Una vez le hizo un jersey verde de cuello alto a mi hermano porque iba en una Lambretta con su amigo Pedro, a la Escuela de Ingeniería de Cádiz y, según decía ella, con ese jersey ‘gordo’ no pasaría frío…Aún tenemos algunas fotos en blanco y negro donde lo lleva puesto.

Había en casa un armario de madera, ahora que lo recuerdo, era precioso. Mi madre me había dejado la balda de abajo para que pusiera mi cocinita a la que no le faltaba detalle…Me sentaba en una silla pequeña con las puertas abiertas de par en par y daba de comer a ‘mis muñecos…’ Los bañaba tanto que estaban pálidos…Luego los vestía y les daba unos biberones que contenían un líquido blanco que simulaba la leche y al inclinarlo desaparecía, lo que me dejaba satisfecha en mi papel de ‘pequeña madre’ que alimenta amorosamente a sus hijos… No tenía ni idea de los biberones que años más tarde daría a mis hijos de verdad, ni de las noches sin dormir, ni de los sofocones que pillé cuando mi hija no los quería y empujaba la tetina hacia fuera con su lenguita…

Luego pasé un tiempo jugando con niños y abandoné por completo aquel rol de madre cuidadora de hijos que, afortunadamente, no crecían…Jugué con patines de cuatro ruedas. Eran de hierro y traían una cintas de cuero marrón que, por cierto, se aflojaban y dejaban escapar el pie…Creo que pasé más tiempo colocándolos que patinando…Con aquel grupo mixto hice incursiones por donde no se debía…Ibamos al ‘barrero’ y hacíamos cámaras de foto como con plastilina…Un trozo de cristal de alguna botella hacía las veces de objetivo…También hicieron espadas de madera imitando a las pelis de ‘Marisol’ que estaba de moda y era un ídolo para las niñas…Aquella etapa no duró mucho. Las hormonas revolucionadas de los chicos acabaron con nuestra paciencia…Por entonces todo era pecado que además había que confesar…No salían rentables aquellas amistades con el sexo contrario…No, hasta que el tiempo me ayudó a poner cada cosa en su sitio…

Cerca de mi casa abrieron un parque infantil. Tenía columpios, laberintos, toboganes de varias alturas…En invierno me mojabas el trasero y en verano me quemaba los muslos…Yo volvía casi siempre con un agujero en mi ropa interior que mi madre tejía con hilo de algodón…Cuando llegaba antes de decir nada ya me advertía: «seguro que otra vez traes un agujero…» Efectivamente. Una vez un chaval se coló sin pagar y el señor que estaba en la entrada le gritó para que se fuera. Él corrió para salir por donde había entrado, saltando una valla de ladrillos rematada con unas rejas acabadas en punta de lanza, con tan mala suerte que se la clavó en los gemelos…Me impactó ver cómo se levantaba la piel por delante de la tibia, como un pico, sin que llegara a atravesarle …Enseguida nos arremolinamos alrededor asustados y curiosos hasta que llegó una ambulancia y se lo llevaron…Tardé en volver al parque y, sobre todo, en borrar de mi cabeza aquella pierna clavada y la expresión de dolor de aquel muchacho…

En invierno salíamos a jugar ‘al pincho’ o ‘lima’. Trazábamos unos cuadros sobre la tierra húmeda y la lanzábamos para que se quedara incrustada. Cada cuadro tenía un valor que se iba sumando…Nunca fui buena en eso. Recuerdo que los niños, cuando alguno lo hacía muy bien, decían: «fulanito tiene mucha ‘maña’…»No era mi caso…Luego se puso de moda el ‘elástico’ o a la ‘goma’. Mi madre me comparaba no sé cuántos metros y yo lo liaba (tal y como ahora hago con los cables) en forma de madeja para que no se hicieran nudos. Era entretenido. Saltábamos por turno así que o saltabas o te tocaba tener el elástico en los tobillos e ir subiendo conforme la saltadora de turno pasaba de fase pasando del tobillo a mitad de la pierna, la rodilla, la cadera y la cintura y hasta debajo de los brazos, a donde nunca llegué…Cuando no me dejaba mi madre bajar a la calle saltaba sola en casa, sujetando la goma entre dos sillas. Era latoso porque se movían y tenías que colocarlas una y otra vez…Pero entonces nada era urgente y menos cuando jugabas…

Aquellos años fueron maravillosos. El mundo entero por descubrir, mil cosas por hacer, proyectos que ejecutar, planes, amores, risas, diversión y una sensación de infinitud, de eternidad, de para siempre, que me impedía poner límites al tiempo…Aquellos años lejanos que vuelven frescos me ayudan a reencontrarme con aquella niña obediente y asustada, incapaz de arriesgar por el miedo a perder, siempre dispuesta a dar para poder recibir, alegre y comedida primero, divertida y disparatada después…Y frente a ella, cara a cara, no puedo sino sentirme agradecida por todo lo que ha vivido…No fue todo como soñó, algunas cosas se han parecido a lo que quiso, otras ni siquiera estuvieron en su horizonte y pocas, muy pocas resultaron ser las verdaderamente deseadas …Pero de todas he aprendido…¿Qué más puedo pedir?

¿Reyes o villanos?

Foto: Le Monde

Desde los inicios de la Edad Media casi todos los monarcas han tenido un sobrenombre o apodo inspirado en alguna característica relevante de su personalidad: Fernando III el Santo; Alfonso X el Sabio; Pedro I el Cruel; Enrique IV el Impotente; Ramiro I el Monje, por citar… Trastámaras, Austrias y Borbones han gozado de sus correspondientes motes e incluso nuestro Rey Emérito que. por tener, ha tenido varios…

En la intimidad fue ‘Juanito’…No debía sonar mal aquel diminutivo en los labios de Sofía cuando, en la intimidad de alguna alcoba, los jóvenes se amaban entre arrullos y arrumacos… Palabras pasteles que todas hemos dicho alguna vez arrastradas por los impulsos de un encuentro amoroso…Juanito, Juan Carlos, también fue apodado ‘el Breve’, como Pipino, el rey franco…Aunque este apelativo no tiene que ver con nuestro ‘Franco’, pues se lo puso don Santiago Carrillo que en gloria esté (aunque mejor no, porque él era ateo…). No obstante y muy a mi pesar, el líder comunista se equivocó y no solo no ha sido ‘breve’ sino que es ‘emérito’… Eso quiere decir que ha disfrutado de una vida larga y plena que aún disfruta a ‘cuerpo de rey’, como corresponde: vacaciones pagadas en Mallorca donde participaba como patrón en las competiciones de vela al frente del ‘Bribón’, un yate cuyo nombre no presagiaba nada bueno… Viajes, muchos viajes en particular a Jordania y a Marruecos, según dicen, para estrechar relaciones…Si se refieren a las suyas, no lo dudo…Conocidas fueron sus salidas en moto, sus aventuras amorosas como Casanova consagrado, sus devaneos con mujeres famosas y, más recientemente, sus ‘batallitas’ en cacerías de elefantes y sus tejemanejes con Corinna, una princesa no se sabe de qué reino con la que ha existido o existe una turbia relación con negocios de por medio en los que el Rey intervino con el apodo de ‘Mr. Schumer’, otro de sus múltiples apelativos…

Desde hace tiempo las derechas se echan las manos a la cabeza, cada vez que estas noticias salen a la luz, atemorizadas por una posible conspiración cuyo objetivo sería derrocar a la Monarquía e instaurar una República, cosa que a mí no me parece nada mal…Como además de republicana soy pacifista, me conformaria con que se retiraran a una de sus propiedades y vivieran de las rentas del capital y del patrimonio acumulado durante siglos por la Corona. No estamos para derroches: cuatro reyes, una princesa, varias infantas y titulados, muchos jóvenes a los que pagar estudios, estancias en el extranjero, apartamentos, viajes además de las juergas de Froilán…A lo debemos sumar los ‘regalos’ en metálico, joyas y lunas del miel en discretos paraísos a las amantes de turno… En fín, que se reducirían los gastos si tuviéramos un Presidente al frente de la República…Yo ahí lo dejo…

Los ciudadanos pagadores nos merecemos respeto. Las cuentas de la Casa Real… claras, lo que se dice claras no están y limpias tampoco, por no hablar de las del Rey Emérito que serán de todo menos transparentes…Ni las cuentas del Gran Capitán dieron tanto que hablar ni tanto quebradero de cabeza…Y algo habrá de verdad cuando se han intervenido en Suiza y están siendo investigadas…De momento todo recibe el trato de ‘supuestamente’… Mientras, fuego de distracción: los Reyes Felipe y Letizia se pasean por nuestra geografía dando muestras de una solidaridad sin par…Desde las Islas a Benidorm pasando por las ‘Tres mil viviendas’ de la capital andaluza, posiblemente uno de los barrios más pauperizados de España…Con mascarilla y sin ella, entregando sonrisas y alimentando el tradicional formato ‘happy family’ por un puñado de aplausos…Aunque no nos engañemos, también les han abucheado: en Sevilla, en Córdoba, Mallorca e incluso en el Principado, donde la Reina no goza de tantas simpatía como pueda parecer…

Ya lo dijo Cervantes por boca de don Quijote: «Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas «. Aquí va este: ‘A cada cien años los reyes son villanos, y al cabo de ciento diez, los villanos son reyes‘. Juan Carlos I podría haber pasado a la historia como el héroe de la transición pero no, lo hará como villano, como el abuelito repudiado por su hijo, con la prensa de la ‘vieja Europa’ destapando sus enredos y chanchullos junto a Corinna, su ‘favorita’, que lejos de esconderse proclama las ‘bondades’ de la relación a cambio de suculentos peculios…¿Y las derechas se preocupan de que las izquierdas pretendan cargarse la monarquía…? El ‘Emérito’ se basta y se sobra para hacerlo…él solito…

Bajo el hechizo de Cara…

Aquí empezó todo…

Como ya conté unos post atrás la muerte y el duelo por mi hijo Carlos me dejó sumida en la oscuridad durante un tiempo. Costó regresar de las tinieblas…Todavía, de vez en cuando, esa nube espesa me atrapa y me zambulle durante unos días en una especie de burbuja que me hace sentir que el tiempo se detiene apenas un instante, hasta que ‘algo’ me devuelve la consciencia y me obliga a regresar…

En el transcurso de la enfermedad también se fueron Tristán y Jana, nuestras mascotas. Crecieron todos juntos, niños y cachorros. Por aquel entonces todo parecía fácil y para siempre, las risas llenaban la casa, los juguetes se esparcían por doquier y la vida transcurría de travesura en travesura tanto de unos como de otros y, casi siempre de todos -niños y perros- en complicidad…Fueron años de juventud acompañados de risas, de muchas risas, de alguna que otra dificultad y también de muchas ilusiones y proyectos propios de quien parece poseer la certeza de una vida larga y ancha que de pronto se tornó corta y estrecha…Tristán y Jana se marcharon antes que Carlos, a veces pienso que para recibirlo y acompañarlo en su tránsito, una idea que aunque pueda parecer absurda me llena de ternura y me reconforta …

La vida después de Carlos, una vez cerrado el duelo y en paz, transcurría serena, pausada, silenciosa… Hasta que llegó la pandemia y con ella la obligada reclusión. Nada nuevo para mí curtida en experimentar el paso del tiempo entre música, lecturas y blogs o ensimismada en el noble oficio de investigar releyendo -lupa en mano- documentos de hace cuatro siglos…Pero el confinamiento sumó a mi silencio habitual el mutismo exterior que me privó de los sonidos callejeros: de las voces extrañas, de los ruidos de los coches, del deambular cotidiano del que también participaba…Somos seres gregarios, interdependientes, interconectados, formamos parte de una larga cadena de causas y efectos que se ha prolongado en el devenir de los tiempos hasta este preciso instante en que escribo…Y entonces lo supe. Supe que era el momento idóneo de traer a un nuevo ser sintiente a mi vida y sentí sin miedo que quería adoptar a una perrita tan necesitada de compañía y afecto como yo…

Entonces comencé a contactar con refugios y, sin saber cómo, los galgos se cruzaron en mi camino…Me decidí conmovida por el sufrimiento que les acompaña producto de la huella del maltrato al que se ven sometidos a causa de lo que algunos llaman ‘el arte de la caza’, una matanza legalizada para disfrute humano…Y así la conocí, la he tenido en acogida hasta que ayer la adopté…Aunque, sinceramente, he llegado a pensar que en realidad me adoptó ella… Un ligero cambio de planes…

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La mirada de Cara

Y esta es Cara Mía, ‘mi querida’ compañera. Una galguita de año y medio aproximadamente. Miedosa, tímida, asustadiza, lista y con una mirada que atrapa y seduce… Apenas lleva conmigo tres semanas y ya ha desplegado todos sus encantos hasta conquistar mi corazón, instalarse en mi casa, apoderarse de mi sofá y, cuando me voy, esperar a que regrese echada en mi butaca…

Sí, es cierto, su venida ha puesto patas arriba mi ‘orden’ y mi ‘rutina’ pero arrancarme una sonrisa cada mañana al despertar, mientras su hocico huele a mi alrededor y su carita se acerca a la mía reclamando cariño…eso no tiene precio…

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Su primer paseo en coche…

Celebraciones — Puerta de acceso

Hace muy poco que conecté con su blog…La escritura de Graciela viene de dentro y por eso atrapa…’Celebraciones’ es una entrada llena de recuerdos que recorre a través de la memoria evocando los diversos tramos de su vida personal y profesional. Lo hace con el respeto y la humildad de quien se reconoce un ser humano que yerra y acierta pero sobre todo, aprende…

Es un placer Graciela invitarte de nuevo a un blog modesto con menos vida aunque con mucho que contar…

Les dejo con ella…https://wordpress.com/read/blogs/24652360/posts/3392

Entré para compartir una publicación que no era esta, pero wordpress me sorprendió con una felicitación por mis 9 años de blog!! Nueve años!!! Sí, esa noticia, evocación, ameritó esta vuelta hacia adentro, hacia aquel momento y hacia aquella que era hace 9 años. Empecé esta aventura sin mucha convicción, un tiempo después de la […]

Celebraciones — Puerta de acceso