Dama, dama, de alta cuna y de baja cama…

La ‘pensadora gaditana’, la misma que escribe en estas páginas, no quiere perder la ocasión de denunciar y opinar sobre la vergonzosa intervención protagonizada ayer en el Congreso de los Diputados y Diputadas, por la Portavoza del PP … Ayer, justamente ayer que comenzaba el duelo por los fallecidos del covid, compatriotas que libraron la batalla final, la más dura, en solitario…

Los conservadores y ultraderechistas envueltos en una bandera que no les pertenece en exclusiva, tirando de una memoria histórica sesgada tras revolver en el pasado para construir un relato a base de corta y pegas, con supuestas verdades y lleno de insinuaciones adornadas de citas anacrónicas, salpicaron con su osadía y lenguaje obsceno el templo de la democracia. Una sesión tensa cuyo colofón final llegó de manos de la señora Marquesa de Casa Fuerte, la misma a la que se le supone una tan exquisita como exenta de un ápice de sensibilidad y respeto hacia valores humanos fundamentales… La Portavoza demostró estar poseída por un ego del tal dimensión que no se entiende como tiene cabida en semejante cuerpo… (Y lo digo por la delgadez)

La ‘pensadora’ se acordó de una canción de Cecilia, aquella cantante de los 70 que falleció con apenas 27 años en un terrible accidente de tráfico…Sus canciones perduran no sólo en la memoria de quienes pertenecen a su generación sino al público en general pues algunas de sus reivindicaciones continúan vigentes. La canta autora no siempre pasó con éxito el filtro de la censura franquista, debiendo retocar algunos versos de temas como ‘Dama, dama’ o ‘Mi querida España’, las mismas que vienen al pelo para la ocasión…Sí, la Diputada y Portavoza tiene mucho en común con la protagonista de la composición: ‘Buena madre y esposa, de educación religiosa…Sería la novia en boda, el niño en el bautizo o el muerto en el entierro, con tal de dejar su sello…’ Tal cual son sus intervenciones siempre punzantes y atrevidas en exceso. No da puntada sin hilo, ni usa una palabra exenta de metralla. Cada frase es lanzada como un misil teledirigido apuntando hacia un blanco determinado, cuya trayectoria se inicia en el mismo instante en que baja de su escaño para dirigirse la tribuna de los oradores…A paso firme camina cargada de munición cual soldado héroe de película americana, como si ella sola quisiera eliminar o extinguir a los ‘otros’, enemigos de la patria, esos a los que parece mirar desde arriba, desde su ‘alta y noble cuna’ sin considerar que, en este foro, la nobleza y el honor no provienen ni de la sangre ni del linaje, sino por concesión gratuita del pueblo… Concesión que constituye una seña de identidad que, se supone, les debería envolver en una pátina de respeto a la verdad, de cortesía hacia sus pares, de tolerancia hacia la pluralidad y consideración hacia los encargados de la gobernanza, sobre todo en estos tiempos tan penosos y complejos…Pero sus señorías no dan tregua a nadie, sólo a sí mismos, a los suyos, con quienes derrochan manga ancha…Para el resto se sienten como dioses del Olimpo cuya naturaleza sobrenatural les impida poner los pies en la tierra intentando levitar cual seres superiores extraterrenales…Tal vez por eso se olvidaron de nosotros, de nuestros problemas, incertidumbres y sufrimientos y abducidos por el deseo de poder, viven entregados únicamente a ese fin…

‘La conversadora brillante, en cócteles de siete a nueve’, ‘ferviente admiradora de arte y ensayo’, debería ser recriminada e invitada a abandonar esa actitud prepotente y esa verborrea pulcramente intelectual, casi erudita al tiempo que impropia de los tiempos que corren y de la nueva política…La ‘dama, dama que hace lo que viene en gana’ necesita con urgencia que le paren los pies, porque no es buen ejemplo que salga impune…

Merecemos mejores políticos, hombre y mujeres con sentido de Estado, respetuosos entre ellos y por ende hacia todos nosotros…Políticos que piensen en ‘esta España nuestra’ y no sólo en la de ellos… Convendría revisar el protocolo, tratamiento y uso del lenguaje en las sesiones del Congreso, establecer un código conducta que garantice la cortesía y el firme compromiso con la ‘verdad’… Porque nos estamos quedando políticamente ‘huérfanos’, sin líderes en los que creer, y sobre todo porque nos están robando la esperanza…

Gracias Cecilia!!