Dama, dama, de alta cuna y de baja cama…

La ‘pensadora gaditana’, la misma que escribe en estas páginas, no quiere perder la ocasión de denunciar y opinar sobre la vergonzosa intervención protagonizada ayer en el Congreso de los Diputados y Diputadas, por la Portavoza del PP … Ayer, justamente ayer que comenzaba el duelo por los fallecidos del covid, compatriotas que libraron la batalla final, la más dura, en solitario…

Los conservadores y ultraderechistas envueltos en una bandera que no les pertenece en exclusiva, tirando de una memoria histórica sesgada tras revolver en el pasado para construir un relato a base de corta y pegas, con supuestas verdades y lleno de insinuaciones adornadas de citas anacrónicas, salpicaron con su osadía y lenguaje obsceno el templo de la democracia. Una sesión tensa cuyo colofón final llegó de manos de la señora Marquesa de Casa Fuerte, la misma a la que se le supone una tan exquisita como exenta de un ápice de sensibilidad y respeto hacia valores humanos fundamentales… La Portavoza demostró estar poseída por un ego del tal dimensión que no se entiende como tiene cabida en semejante cuerpo… (Y lo digo por la delgadez)

La ‘pensadora’ se acordó de una canción de Cecilia, aquella cantante de los 70 que falleció con apenas 27 años en un terrible accidente de tráfico…Sus canciones perduran no sólo en la memoria de quienes pertenecen a su generación sino al público en general pues algunas de sus reivindicaciones continúan vigentes. La canta autora no siempre pasó con éxito el filtro de la censura franquista, debiendo retocar algunos versos de temas como ‘Dama, dama’ o ‘Mi querida España’, las mismas que vienen al pelo para la ocasión…Sí, la Diputada y Portavoza tiene mucho en común con la protagonista de la composición: ‘Buena madre y esposa, de educación religiosa…Sería la novia en boda, el niño en el bautizo o el muerto en el entierro, con tal de dejar su sello…’ Tal cual son sus intervenciones siempre punzantes y atrevidas en exceso. No da puntada sin hilo, ni usa una palabra exenta de metralla. Cada frase es lanzada como un misil teledirigido apuntando hacia un blanco determinado, cuya trayectoria se inicia en el mismo instante en que baja de su escaño para dirigirse la tribuna de los oradores…A paso firme camina cargada de munición cual soldado héroe de película americana, como si ella sola quisiera eliminar o extinguir a los ‘otros’, enemigos de la patria, esos a los que parece mirar desde arriba, desde su ‘alta y noble cuna’ sin considerar que, en este foro, la nobleza y el honor no provienen ni de la sangre ni del linaje, sino por concesión gratuita del pueblo… Concesión que constituye una seña de identidad que, se supone, les debería envolver en una pátina de respeto a la verdad, de cortesía hacia sus pares, de tolerancia hacia la pluralidad y consideración hacia los encargados de la gobernanza, sobre todo en estos tiempos tan penosos y complejos…Pero sus señorías no dan tregua a nadie, sólo a sí mismos, a los suyos, con quienes derrochan manga ancha…Para el resto se sienten como dioses del Olimpo cuya naturaleza sobrenatural les impida poner los pies en la tierra intentando levitar cual seres superiores extraterrenales…Tal vez por eso se olvidaron de nosotros, de nuestros problemas, incertidumbres y sufrimientos y abducidos por el deseo de poder, viven entregados únicamente a ese fin…

‘La conversadora brillante, en cócteles de siete a nueve’, ‘ferviente admiradora de arte y ensayo’, debería ser recriminada e invitada a abandonar esa actitud prepotente y esa verborrea pulcramente intelectual, casi erudita al tiempo que impropia de los tiempos que corren y de la nueva política…La ‘dama, dama que hace lo que viene en gana’ necesita con urgencia que le paren los pies, porque no es buen ejemplo que salga impune…

Merecemos mejores políticos, hombre y mujeres con sentido de Estado, respetuosos entre ellos y por ende hacia todos nosotros…Políticos que piensen en ‘esta España nuestra’ y no sólo en la de ellos… Convendría revisar el protocolo, tratamiento y uso del lenguaje en las sesiones del Congreso, establecer un código conducta que garantice la cortesía y el firme compromiso con la ‘verdad’… Porque nos estamos quedando políticamente ‘huérfanos’, sin líderes en los que creer, y sobre todo porque nos están robando la esperanza…

Gracias Cecilia!!

Las caras ocultas de la pandemia…

Foto: mp_dcb

La normalidad, a secas, parece que vuelve poco a poco…Aunque seguimos saliendo con mascarillas y los supermercados, tiendas y bares nos sorprenden con nuevas normas y un uso diferente del espacio, aquellos días silenciosos de marzo y de abril, de ciudades calladas y calles desérticas interrumpidas sólo por las sirenas de las ambulancias y policías, van quedando atrás y comenzamos a despertar con ganas de olvidar una pesadilla que, no obstante, ya forma parte nuestro pasado más reciente…

Nadie nos hubiera convencido hace apenas medio año, en Navidad por ejemplo, con las tiendas, centros comerciales y restaurantes a tope o mientras asistíamos a la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos atiborradas de niños nerviosos e inquietos ante su llegada…Nadie, decía, nos hubiera convencido que, apenas dos meses después, un virus paralizaría el planeta y nos confinaría durante 70 días en nuestros hogares. Y sin embargo hemos resistido: unos con más entereza, otros con más desánimo…Unos solos, otros demasiado acompañados y todos con más o menos miedo y resignación…Somos coautores de un relato que ya forma parte de la historia de la humanidad, de la memoria colectiva, la misma que dejaremos a las generaciones venideras… El calado, la profundidad de su impronta aún es pronto para conocerla. Estamos en ello. Tampoco sabremos hasta más adelante si los nuevos usos y formas de relacionarlos han llegado para quedarse, serán pasajeros o acabarán siendo puramente anecdóticos: la nueva forma de saludar, las colas, la distancia social, la limitación de aforos, las mamparas en las farmacias y tiendas, los guantes, geles de manos y las agobiantes mascarillas… ¿Pasarán también a la historia?…El tiempo lo dirá…

Hemos descubierto que nuestra capacidad de adaptación es sorprendente aunque no gratuita…La pandemia no pasará en balde para nadie. a estas alturas comienza a detectarse el rastro de ciertos ‘daños colaterales’, secuelas psicológicas, aún por determinar, algunas de las cuales la Agencia Nacional del Medicamento destapa tras publicar el subidón de ventas de fármacos prescritos para combatir las depresiones, la ansiedad y el estrés así como el claro aumento de consultas ‘on line‘ a psicólogos y terapeutas… Por otro lado, la Universidad de California, ha afirmado que a consecuencia del coronavirus la esperanza de vida en España ha caído algo más de un año…el mismo que el covid nos ha robado en nuestras narices borrandolo de nuestra expectativa media de vida… Son los primeros retazos de los efectos colaterales, caras aún sin mostrar de la pandemia …

No queda ahí la cosa. Desde el punto de vista médico, parece que el corolario de la enfermedad abarca mayor espectro de lo esperado: insuficiencias motoras que, hoy por hoy, sufren algunos pacientes o los trombos y coágulos que pueden aparecer son otros ‘daños colaterales’ a la enfermedad… Tengo la impresión que son muchas las incógnitas pendientes de estudio, lo que impide valorar la verdadera dimensión de lo ocurrido así como su proyección sobre el futuro a medio plazo…

Por otro lado, llama la atención la falta de relatores y cronistas de este capítulo de nuestra historia. Conocemos el relato ‘oficial’ de boca del gobierno y opiniones diversas vertidas en las redes y por ello, carentes de objetividad y fiabilidad. Vivimos un tiempo donde la verdad, tantas veces construida sobre el descrédito de quienes la defienden, no arraiga y crece entrecomillada y sujeta a su propia ‘cuarentena’… Se supone que nos han mantenido informados pero ¿desde la verdad verdadera o desde la verdad sesgada que ‘conviene’ que creamos?. Los historiadores sabemos que las crónicas oficiales contienen una elevada carga de subjetividad por lo que deben ser contrastadas si queremos historiar con rigor científico. En este sentido la prensa y los medios audiovisuales constituyen fuentes de primera mano, de gran fiabilidad para la reconstrucción histórica, más allá de las documentales y archivísticas. Por este motivo han salido a la palestra algunos reporteros denunciando la trabas y la censura a la que ha estado sujetos y que han resultado, según dijeron, mucho más rígidas que cuando fueron enviados a territorios o países en guerra. En consecuencia un enorme vacío de fondos fotográficos se cierne sobre nuestra memoria histórica debido al impedirse su acceso a los hospitales a fin de mostrar la cara más real del coronavirus… Vivimos en una sociedad interconectada y visual, acostumbrada a inundar las redes con fotos y vídeos para mostrar a diestra y siniestra la vida personal en foros y espacios públicos, por eso no se entiende que el episodio más importante de nuestro siglo carezca de un archivo fotográfico prolijo y minucioso que lo documente, perpetuando y conservando el testimonio de sus actores principales para la memoria colectiva.

Estas podrían ser algunas de las caras ocultas de la pandemia…Estoy segura que los historiadores del futuro sabrán escudriñar la verdad y la sacarán a la luz…Aunque tal vez yo ya no esté para disfrutarlo…

‘Para que todo siga igual…’

#Fase1

Parece que el cambio está cada vez más cerca. Tanto, que sin darnos cuenta ya estamos metidos de llenos en el proceso, en el corazón de lo que considero el principio de todo. Porque cuando la crisis del covid pase la transformación o catarsis será tan brutal como imposible de producirse de una sola vez. Sería un atracón demasiado grande, apocalíptico, enloquecedor y dantesco…No obstante es posible que, a pesar del cambio, tengamos la impresión de que todo sigue igual…Y no iremos descaminados…

Creo haberme percatado que uno de los primeros signos del cambio se detecta en el lenguaje. El lenguaje configura y determina nuestras identidades y las moldea a través de las expresiones, de los usos, giros gramaticales, contenidos semánticos, neologismos y, últimamente, de un continuo chorreo de anglicismos que se han colado e impuesto a través de las redes sociales…Así, desde que comenzó la pandemia un elenco de nuevas palabras y locuciones se han incorporado a nuestra jerga coloquial. Hemos aprendido a movernos por un nuevo territorio que requiere un diccionario propio (estoy en ello). Hablamos de escalada, de PCR, de pico de infección, de rastreadores, de ‘fases de desescalada’ y, cómo no, de ‘nueva normalidad’ e incluso de ‘nuevo mundo’, expresión acuñada al menos hasta ahora, en relación a las Indias, al Nuevo Continente, a América… Y en esas estamos. La radio, la TV, la prensa y las redes poco a poco van fijando en nuestras cabezas estos nuevos conceptos, ya casi normalizados, como parte del proceso configurador de la ‘nueva normalidad…’

A cerca de la importancia del uso del lenguaje así como sobre la diversidad de contenidos y contextos que se le otorgan a las palabras, tenemos muchos casos. Por ejemplo la expresión ‘gatopardiano’ o su sinónima ‘lampedusiano’ provienen de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, ‘El Gatopardo’, obra que popularizó la célebre frase pronunciada por Tancredi (personaje): Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Una afirmación que se produce en la trama de un interesante diálogo entre él y su tío, que continúa diciendo: ¿Y ahora qué sucederá?… ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado… Nunca hubiera imaginado el autor que su sentencia quedaría inmortalizada desde entonces, como símbolo de la capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y a los gobernantes que, a lo largo de la historia, han demostrado poseer los grupos sociales más acomodados con el único fin de conservar y sostener su posicionamiento. No obstante, hemos de saber que esta cita podría estar inspirada, a su vez, en la de Alphonse Karr: «cuanto más cambie, es más de lo mismo»(plus ça change, plus c’est la même chose), publicada en la revista ‘Las avispas’  (Les Guêpes) hacia finales del siglo XIX.

También el término ‘kafkiano’, en alusión a la obra de Franz Kafka, se utiliza para hacer referencia a situaciones trágicamente absurdas, semejantes a las que plantea el escritor en sus novelas. O los vocablos ‘sadismo’ (del Marqués de Sade), ‘quijotesco’ (de El Quijote) o ‘maquiavélico’ (de Maquiavelo) que también integramos en nuestro lenguaje, préstamos todos de la literatura universal que iluminan y enriquecen nuestras explicaciones, conversaciones o escritos…

Y a resultas de todo lo anterior, si hacemos una especie de ‘ensalada’, nos encontramos de cara con nuestra triste y trágica realidad: dirigentes y poderosos dispuestos al cambio, eso sí, manteniendo su estatus. Un claro ejemplo de ‘tancredismo gatopardiano…’ Mientras, para la gran mayoría, es decir, el resto de los mortales no quedará sino ‘más de lo mismo’… Para llegar al cambio y desde ahí a la nueva normalidad, a quien corresponda actuar lo hará con mano firme, sin descartar ciertas dosis de ‘crueldad’ o ‘sadismo’ e incluso imponiendo soluciones ‘kafkianas’ si fuera necesario. Para entonces de poco o nada servirán las actitudes ‘quijotescas’, altruistas o soñadoras de algunos…No habrá cabida para ellos en ese ‘mundo nuevo’, distanciados, empeñados y endeudados hastas las orejas, quien sabe si apretándonos de nuevo el cinturón… Y todo ello en nombre de la terrible pandemia y como resultado de un ‘maquiavélico’ plan urdido y gestado desde las esferas del poder en pro del cambio, el mismo que les permitirá a todos ellos continuar en el punto exacto en el que todo comenzó … Porque mucho me temo que en ese ‘mundo nuevo’, resultado final del recién iniciado proceso, «todo será igual pese a que todo habrá cambiado…» Ojalá que así no sea…

Los nuevos ‘pobres de solemnidad…’

Esta es también una imagen de la pandemia. La reclusión y la paralización de la actividad económica y los ajustes empresariales a través de los ERTEs, han dejado en la cuerda floja a muchas familias asalariadas cuyas hipoteca y gastos fijos de la casa se han llevado por delante los pocos ahorros que, con trabajo y sudor, comenzaban a guardar… Para algunos es la primera vez que necesitan recurrir a la ración de alimentos que se reparten semanalmente en las diversas asociaciones oficiales o en los nuevos puntos de reparto nacidos gracias a la voluntad vecinal que cede una pequeña parte de su compra a fin de paliar las carencias de quienes se quedaron sin nada…Son las colas solidarias y ellos los nuevos pobres de ‘solemnidad’…

El Derecho Civil de la España liberal entre 1833 y 1868, instituyó la figura del ‘pobre de solemnidad’, una etiqueta que designaba a todo aquel ciudadano que había tenido trabajo y casa pero por motivos coyunturales lo había perdido todo, convirtiéndose de inmediato en ‘pobre oficial’, alguien venido a menos, a mucho menos, una condición sobrevenida y no por nacimiento… Con los nuevos tiempos la política ha desarrollado determinados eufemismos destinados a disfrazar la pobreza, maquillando un concepto de difícil cabida y aceptación en nuestras sociedades modernas. Es así como comenzó a hablarse de ‘pobreza energética’, ‘alimenticia’ o ‘infantil’…apellidos poco ilustres para sectores de población tremendamente frágiles que subsisten caminando sobre el borde de una cuchilla, intentando no cortarse la planta de los pies…Algo que resulta casi imposible… Nuestros políticos y gobernantes no han dejado de ‘inventar’ expresiones con el único fin de mitigar o minimizar su auténtico contenido semántico por resultar demasiado áspero o grueso, lo que hacen intencionadamente para construir un discurso difuso y hasta versátil, fácil de corregir que les permite afirmar algo para luego enmendarlo sin pudor alguno aludiendo que nunca dijeron ‘digo sino diego’ o que no se referían a ‘esto sino a aquello’…

En tiempos de crisis brotan continuos movimientos solidarios, cadenas de ayuda cuyos eslabones son ciudadanos con recursos justos. Tal vez sea por eso que empatizan con mayor rapidez y son más sensibles, desprendidos y generosos. Aquellos que hablaban durante la última crisis económica de ‘apretarse el cinturón’, de bajar los sueldos amparados en una reforma laboral hecha a su ‘medida, los mismos que acabarán de nuevo enriquecidos y engrosando la lista de los más ricos cuando la pandemia pase, esos nunca harán cola ni tampoco presidirán iniciativa alguna en pro de los desfavorecidos… A ellos, más bien ellas, solo les veremos (enjoyadas, con abrigos de pieles y bolsos de Prada) allí donde la prensa conservadora les pida posar para la foto, interesados como están en que su ‘mano derecha sepa lo que hace su izquierda’…

Así que sí, convivimos con ‘pobres de solemnidad’ y con pobres estructuralmente pobres que ya lo eran, lo son y lo seguirán siendo a pesar de las redes solidarias…Hace más de una década Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en una de aquellas charlas ‘tan sabias’ que impartía a los jóvenes siguiendo una escenografía que intentaba emular a ‘Jesucristo y sus discípulos’: él de pié y los oyentes sentados en el suelo, a la altura de sus rodillas…Así, desde arriba, hablaba precisamente de la pobreza (lo cual no deja de ser chocante viniendo de uno de los sectores más ricos de la Iglesia) apuntando a las palabras de San Marcos (10, 22) diciendo: «Todos hemos dejado lo que teníamos, y a gusto, para seguir libremente al Señor. Lo mismo da que fuera mucho o que fuera poco, porque lo hemos dejado todo con igual intensidad […] «… Ni siquiera Escrivá logró sacar de sus casas a sus ricos numerarios para trabajar en favor de los marginados…Una cosa es cierta, ‘todo’, aunque se refiere la totalidad, ni tiene carácter universal ni es la misma para cada uno de manera que ‘mi todo’ no coincide con el todo de nadie… Pero vivimos en un mundo interconectado e interdependiente en el que todos necesitamos de todos. Seamos generosos…hasta dónde cada uno pueda…

‘Bloody Mary’: el cóctel con nombre de Reina…

#Fase1

En tránsito hacia la ‘nueva normalidad’, me pregunto cómo organizaremos nuestra vida social de ahora en adelante…La noche no nos confunde de momento pues ahora y no hay actividad en los pub o bares de copas, cosa que sobre todo los jóvenes echarán de menos… Algo tiene la madrugada que invita al paladear bebidas más allá de la cerveza y de los maravillosos caldos con los que acompañamos una buena mesa…Y en esta frontera menos conocidas y para quienes disfrutan de un peculiar paladar, es donde se sitúan los cócteles entre los que destacan el internacionalmente conocido Bloody Mary…Es cierto que en España somos más de cervezas y vinos por lo que el cóctel se considera una bebida más restringida a determinados grupos cuyo consumo es muy recomendado en los brunch además de requerir establecimientos especializados generalmente menos asequibles a todos los bolsillos… Pero esta entrada no va sólo de un cóctel sino de su historias a fin de divulgar el nombre de su creador, un tal Fernand Petiot al que pocos recuerdan, así como la leyenda a la que debe su nombre…

Fernand Petiot frecuentaba el Harry’s New York, un bar situado en la Rue Daunnou de París, lugar de paso a la salida del trabajo que visitó a diario durante años y en el que socializaba con amigos y conocidos. Fue allí, donde un día cualquiera, allá por el año 1920, la iluminación le llegó como por sorpresa… Y metido detrás de la barra, como quien elaboraba una pócima mágica, preparó el combinado…La receta es muy simple: unos cubitos de hielo, vodka, unas gotas de tabasco y limón, zumo de tomate y una vez agitado suavemente en la coctelera, servir y aderezar con sal y pimienta al gusto. El rojo del tomate a través del cristal tal vez trajo a la memoria -no sabemos si del propio Fernand o de algunos de los presentes- el nombre de la famosa Reina apodada la Sanguinaria, nombre con el que finalmente bautizó al susodicho cóctel.

Se barajan diversas hipótesis sobre si fue su creador o no quien lo decidió, el caso es que sin querer o queriendo, la figura de la que fuera Reina de Inglaterra quedó así inmortalizada. María Tudor fue hija del primer matrimonio de Enrique VIII con la princesa española Catalina de Aragón , (Vid. Biografía: http://lapensadoragaditana.blog/dona-beatriz-cienfuegos-la-pensadora-gaditana/1571-2/, hija a su vez de los Reyes Católicos. El rey, deseoso de procrear un heredero varón que le sucediese, dejó finalmente encinta a su esposa que tuvo una niña, para decepción de Enrique, María, único fruto de esta unión. Algunos autores defienden que fue precisamente su condición de mujer la que definió tanto su carácter como su destino. El matrimonio a duras penas se sostuvo otros once años de continuos embarazos que resultaban frustrados sin que sobreviviera ningún hijo. Tales desgracias, sirvieron de excusa al Rey –conocido por sus veleidades hacia el sexo contrario- para anular su casamiento con Catalina y declarar a María hija ilegítima, a fin de contraer un segundo desposorio.

La nueva esposa no era otra que Ana Bolena ( Vid. Biografía http://lapensadoragaditana.blog/dona-beatriz-cienfuegos-la-pensadora-gaditana/ana-bolena-voy-a-perder-la-cabeza-por-tu-amor/), camarera de la reina Catalina, la misma de la que se ha dicho que tenía tres pezones y seis dedos en un pie y en una mano… Si fue o no verdad nunca lo sabremos aunque sí podemos afirmar que fue la reina que más influyó en este monarca débil de carácter, glotón y mujeriego que fue Enrique VIII. La nueva esposa,quedó enseguida encinta aunque dio a luz otra niña, Isabel. Ana Bolena no cesó de intrigar, influir y conspirar, además de seducir con miles de artimañas a su esposo, hasta conseguir que el Parlamento apartara a María de la línea sucesoria en favor su hija Isabel…

Como no podía ser de otra manera sin hijo varón, el rey no sólo acabó repudiándola sino que la mandó decapitar, tal vez porque sabía de su audacia, inteligencia y capacidad de manipulación, cualidades que residen simbólicamente en la ‘cabeza’, tal vez por eso la decapitó… Y como dice el refrán: a rey depuesto, rey puesto… y enseguida volvió a desposar esta vez con Juana Seymour que le dio el hijo varón tan deseado, futuro rey de Inglaterra, Eduardo VI.

María Tudor, la hija apartada de la sucesión se refugió en la fe que su madre, católica acérrima, le había inculcado a cuyo amparo sobrellevó los 37 años de paciente espera hasta que subió al trono en 1553. Por entonces Europa vivía en un clima de continuos enfrentamiento entre católicos y protestantes. La violencia y la crueldad de las persecuciones contra las comunidades protestantes ordenadas por la Reina fueron de tal envergadura que llegaron a ejecutarse a más de 200 personas en una sola noche. Tan perversas y sangrientas fueron estas redadas que los protestantes le otorgaron el sobrenombre de Bloody Mary, apelativo con el que ha pasado a la Historia: María, la reina sangrienta, la Sanguinaria.

Cuesta creer que alguien con ese apodo fuera reina consorte de España tras contraer segundas nupcias con nuestro rey don Felipe II, a quien su carácter templado le valió el sobrenombre de ‘el prudente’…Afortunadamente y para alivio de los protestantes, la Sanguinaria solo reinó cinco años…

Luego sucedieron otras muchas cosas, pero esa será otra historia…

Cambiando de tercio…

#Fase1.

Foto:mp_dcb

Tanto tiempo confinada me dio para reflexionar mucho recordando cómo era mi vida antes y repensar cómo será a partir de ahora… Es evidente que vivimos un proceso de ‘transposición’…Como si de una melodía se tratara nos adaptamos a una escala de tonos más acordes con la realidad actual y la de un futuro a medio plazo…No soy capaz de proyectar mucho más allá porque enseguida experimento inquietud e incertidumbre especialmente si las autoridades, con el pretexto de informar, nos desinforman…O eso me parece a mí cuando al escuchar atentamente los informativos percibo como resultado una sucesión de palabras semi vacías, aspirantes a clarificar que, sin embargo, producen el efecto contrario y acaban emborronando y enturbiando la información pues resultan comedidas en exceso y poco atrevidas o claras, algo así como un ‘quiero y no puedo’ que no me tranquiliza…Se supone que deberían comunicar con verborrea y locuacidad, con un lenguaje más claro y menos técnico que inspire más seguridad y confianza y menos dudas y sospechas…Ahora que lo pienso, a lo mejor de trata del ‘mediador’…

Pero así están las cosas y ahora que ya salimos a la anormal normalidad, nos tropezamos con la ‘dificultad de lo simple’, de lo sencillo, de todo aquello que hacíamos hace dos meses de manera natural e inconsciente, como, por ejemplo, tomarse una cerveza cosa que hice ayer por primera vez y que he valorado como un ‘ensayo práctico’ que, a todas luces, he suspendido…Encontrar mesa fue sencillo, mantener la distancia con mi amiga también. La camarera llegó con su mascarilla y su libreta a la antigua usanza y preguntó ¿vaso o botellín?…Las dos nos miramos cómplices y dijimos casi a la vez: ‘botellín, un tercio’…Así, a lo grande…Enseguida cuchichelleamos: «Sí, mejor así ¿verdad? ¡Qué buena idea lo del botellín!…» La chica se acercó y nos trajo un par de tercios abiertos y protegidos con una servilleta negra de papel que envolvía elegantemente el cuello a la par que se metía en el gollete, lista para girarla y dejarlo limpio como una patena…Luego chasquido de brindis, al centro y pa dentro…De aperitivo unos frutos secos en un pequeño cuenco del que mi amiga, muy versada en cuestiones de protección, (‘máster en mascarillas, alcoholes y líquidos de manos varios) y muy atenta para conmigo, vertió una pequeña parte sobre su servilleta, dejando el resto para mí en el envase original en que yo, menos estilosa, en un plis plas y con ‘la acostumbrada normalidad de antes’, metí la zarpa varias veces…

Foto: mp_dcb

Hasta hace nada esta liturgia era tan simple como cotidiana…Pero hoy por hoy parece que empezaremos a experimentar las dificultades ante las cosas más simples una teoría que, basándome en la experiencia de ayer, paso a detallar. Primero, mi amiga vino a recogerme en la puerta de casa. Conforme me dirigía a su coche me indicó la puerta de atrás, como habíamos quedado. Me senté en el asiento totalmente preparado para la ocasión, a fin de mantener la distancia prudente recomendada. Me sentí como si fuera en un taxi e incluso bromeé al respecto. Luego, llegamos al paseo marítimo como por primera vez… La arena estaba lisa y limpia: ‘Como no hay depredadores’ -sentenció mi compañera- a lo que yo asentí de inmediato con la cabeza… Luego comentamos: ‘Nunca se vieron tantos deportistas’…Y es que todos, hagamos o no deporte, vestimos de esa guisa…Apenas anduvimos 50 metros, mi compañera vio el bar abierto y una mesa libre en primera fila, así que cual niña feliz ante la travesura, se dirigió a ella mientras miraba hacia los lados por si divisaba algún rival yendo hacia el mismo objetivo…Ya sentadas y servidas, enviamos las fotos que previamente nos habíamos hecho para inmortalizar el momento y de paso provocar alguna que otra envidia…Nos quitamos las mascarillas, obvio.. Yo no sabía dónde ponerla. Mi amiga -muy previsora- sacaba y metía el móvil en una bolsa de plástico -libre de virus- Yo me toqué la cara a dos manos mientras hablamos de un jabón de arroz muy bueno para la piel, manos que apoyé luego en la silla de plástico y que, anteriormente, como dije, introduje varias veces en el cuenco del aperitivo…Lo mejor (o peor según se mire) fue la sensación de estar infringiendo la ley o huyendo como un par de fugitivas a punto de ser descubiertas in fraganti

La nueva normalidad es tan nueva que está toda por estrenar…Todo aquello que por sencillo o simple nos parecía fácil, ahora constituye un verdadero reto y está sujeto a un ceremonial al que deberemos acostumbrarnos si queremos sobrevivir … En fin, nuevos tiempos, nuevos retos…Nunca lo simple ne resultó tan complejo…

Soñando el mundo al revés…

#Fase1

Cuando mis hijos eran pequeños cantábamos esta canción infantil… La letra no tiene desperdicio: un lobito bueno maltratado por corderos…un príncipe malvado…una bruja hermosa sin verrugas en nariz y un pirata íntegro y decente que no robaba ningún botín…Todos los tópicos destrozados y todos los íconos de la infancia deconstruidos en favor de soñar con un mundo vuelto del revés como un calcetín y para bien…Un genio Paco Ibáñez…

No sé por qué me levanté tarareando esta canción. Llevo días añorando mi antigua rutina aunque, pensándolo bien, la nueva no cambió demasiado. Lo que en realidad echo de menos es la libertad de acción y quedarme en casa como una opción y no un deber… Y digo ‘deber’ de manera premeditada, consciente, porque es así como lo veo: frente a mi derecho a preservar mi salud está el deber de proteger la de los demás. También yo soy una fuente de contagio en potencia…Ojalá el coronavirus luciera coronas luminosas, perceptibles desde el exterior que nos alertaran, pero no…

Y al hilo de la canción, Eduardo Galeano habló también de un mundo al revés: «El mundo al revés -decía- nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y aceptar el futuro en lugar de imaginarlo. En la escuela son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación»… El pensador piensa con acierto que los seres humanos no solemos aprender de las experiencias vividas, con sus errores y aciertos, olvidando con facilidad el presente sin darnos cuenta… sin darme cuenta que el ‘ahora’, justo antes de escribirlo, conformaba mi futuro inmediato y apenas escrito ya ha mudado convertido en pasado…El tiempo se diluye, cambia y nos transforma continuamente, sin fisuras, sin descanso, sin quietud alguna…

He defendido las bondades que pueden nacer de la pandemia. He reflexionado sobre el confinamiento como una oportunidad para mirar hacia dentro mientras fuera transcurren el caos y el sufrimiento. He considerado que los grandes acontecimientos constituyen el preludio de un intervalo o etapa marcada por cambios profundos, los mismos que nos aguardan… Pero me temo que va ser verdad el dicho: ‘el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra’, porque no percibo actitudes de cambio entre quienes se supone, deben cuidar de nosotros como sociedad, como colectividad. Por el contrario sigo contemplando ambición, soberbia, presunción, prepotencia, arrogancia y vanidad entre poderosos y gobernantes que compiten a fin de ser los primero en ‘desescalar’ a los ‘suyos’, como sea, para colocarse la medalla y adjudicarse el mérito de un esfuerzo que no les pertenece… Actitudes y disposiciones contrarias, opuestas, antagónicas e incompatibles con un mundo al revés pero para mejor…

El símil del ‘lobito bueno’ seguirá siendo una utopía, una fantasía, una quimera… El lobo cuando tenga hambre devorará a los corderos al igual que quienes nos gobiernan se llevarán por delante a los mismos, a los de siempre y arrasarán con todo para quedárselo…Porque «…de los pobres sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, qué no creen…Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres…¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer?…» Tal vez sea porque no todos somos hijos del mismo Dios…

La ‘nueva normalidad’: la ilusión de la supervivencia…

#Fase1

Según la RAE ‘normalidad’ es la «cualidad o condición de normal», lo que nos lleva a otra definición que nos aclare qué se entiende como lo ‘normal’. El mismo diccionario en su cuarta acepción dice: «Dicho de una cosa: que por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas formas fijadas de antemano»…Así que efectivamente ya estamos en una ‘normalidad nueva’, a estrenar, porque ciertamente ‘las formas’ han sido ‘fijadas’ de antemano e invalidado las que teníamos hace dos meses…Justamente ayer comenzamos de facto esta etapa para la que poco a poco nos hemos ido preparando, integrando nuevos comportamientos, nuevas formas y usos, hasta completar el universo que conformará el recién nacido concepto, el mismo que nos permitirá que llevar una vida ‘parecida’ a la de antes del covid, teniendo en cuenta que ‘ser y parecer’ no son lo mismo…

Los seres vivos en general poseemos un fuerte instinto de supervivencia y una enorme capacidad de adaptación a la que los humanos sumamos la resiliencia, una excepcional herramienta de conformación o acomodación que nos capacita para soportar situaciones especialmente escabrosas o adversas sobre la que he venido reflexionando desde que comenzara el confinamiento. El coronavirus llegó para quedarse y de paso alterar nuestras vidas, meternos el miedo en el cuerpo y obligarnos a permanecer primero confinados y ahora en régimen de semilibertad…Los gobernantes han tenido que recluir a la población e inducir un ‘coma’ generalizado (incluyendo a la economía) al tiempo que la comunidad científica desarrolla a todo gas la vacuna y tratamientos eficaces para combatir la enfermedad…Mientras, para que no cayéramos en pánico, se nos ha ido preparando, adiestrando e instruyendo de cara al progresivo desconfinamiento. Casi sin darnos cuenta hemos asimilado un nuevo lenguaje y asumido nuevos términos, insertado medidas de higiene en nuestra rutina, modificado los códigos sociales y reprimido casi la totalidad de los gestos que caracterizan nuestras prácticas emocionales…Cambios que se han producido en un clima de buena disposición, disciplina y obediencia sin apenas resistencia …Hemos sido (la mayoría) dóciles y fuertes…

Sin embargo la ‘nueva normalidad’ no deja de ser una ‘ilusión’ o un anhelo, tanto en cuanto es una realidad construida por quienes conocen la envergadura de este virus y poseen la capacidad de proyectar sus efectos adversos a partir de una información top secret, sólo al alcance de las altas esferas de poder. Es posible que desde que comenzó la pandemia expertos sociólogos, psicólogos, médicos y científicos interdisciplinares hayan trabajado sobre la hipótesis de la sociedad postcovid, tal vez la única viable, que nos permita trabajar, producir, relacionarnos y convivir. Una hipótesis construida que se pone en marcha, que comienza a instalarse en nuestro imaginario social y que probablemente, en breve, pase a ser simplemente ‘normalidad’ (sin el adjetivo ‘nueva’)…

En esta primera fase estamos abocados a afrontar una prueba de fuego: el encuentro con pareja, la familia o los amigos sin besos ni abrazos… Un esfuerzo de contención que hemos ido cultivando a nivel mental durante el confinamiento, reforzado mediante consignas de advertencias a través de la propaganda del Estado y un bombardeo de mensajes en los medios de comunicación y las redes sociales. Así hemos trabajado conjuntamente la toma de conciencia por un lado, el miedo y responsabilidad por otro. De fondo subyace una especie de acuerdo tácito, una llamada al establecimiento de redes de solidaridad, empatía y de mutuo apoyo que junto a los vínculos fraternales han ido preparando el ánimo y reconfortando el espíritu para garantizar, con cierto éxito, el desconfinamiento progresivo…

La experiencia me ha enseñado a descubrir lo bueno de lo malo, a colocarme siempre en la tesitura de lo ‘menos malo’, considerando la alternativa de que todo aquello no deseable podría ser aún peor.. Y desde esta óptica me hago esta reflexión: la pandemia ha permitido que eclosione el ingenio de unos, la imaginación de otros, la solidaridad de todos y la oportunidad de cultivar un valor en alza: la paciencia. El covid-19, nos guste o no, nos ha enriquecido con ciertas bondades aunque las palabras ‘bondad y virus’ unidas en la misma frase, no casen…

And the winners are…

#HoraDeVencer

Era ya casi de noche cuando el Ministro Illa salía en pantalla para hacer el tan esperado anuncio: and the winners are... Por fin podíamos ver el mapa de España que señalaba con diversos tonos de verde las provincias que pasaban o no a la fase 1…La historia de la pandemia continúa…

Ya lo dijo Rajoy en su día: ‘somos muy españoles y mucho españoles’… Es por eso que no ‘desescalaremos’ todos a la vez, de manera que hoy amanecemos clasificados y divididos a pesar de la apertura interprovincial de fronteras en la mayoría de Comunidades. El 51% hemos aprobado, el resto NM… Lo que viene a decir -lo aclaro para los profanos en cuestiones de nomenclatura escolar- que necesitan mejorar… (No es nada personal, esto va para quienes sean que decidan).

Entrar en la ‘fase 1’ implica ganar una mayor libertad de movimientos y poder desplazarse en un radio que, aunque sigue limitado, ahora nos parece inmenso…Y con esta ganancia podremos acercarnos a ver a nuestros familiares y amigos, aunque con el atuendo pertinente y guardando la correspondiente distancia de ‘dos metros’… Podremos entrar en aquellos comercios que abran previa desinfección…E incluso sentarnos en el 50% de la primera terracita que pillemos, para disfrutar de una cervecita junto al porcentaje de sol que nos toque si estamos bajo una sombrilla…

Cuando era pequeña ante una situación que tanto a mí como a mis amigos nos parecía injusta, solíamos decir con mucha contundencia y seriedad: ‘o todos moros o todos cristianos’. Porque lo que vale para uno o unos cuantos, también debería valer para todos…Supongo que eso mismo pensarán quienes se están quedando rezagados en esta carrera hacia el ‘desconfinamiento’ y habrá poblaciones que nos miren con cierta envidia ‘sana’ o recelo… Se supone que se trata de una decisión ‘sanitaria’ aunque algunos ‘políticos’ se lo estén tomado como una cuestión personal o partidista… para una vez que no tiene nada que ver… Ya lo dice el refrán, ‘nunca llueve a gusto de todos’… Así que los hay que se han dado por aludidos y ya preparan una nueva petición como si se les hubiera negado a ellos en su condición de individuos y hablan de ‘agravio comparativo’ cuando en los criterios de aprobación no existen nombres sino números: estadísticas, porcentajes, recuentos, gráficas…Matemática pura…Así que la ecuación resultante es una de primer grado, muy sencilla de resolver e incluso para mí que soy de ‘letras puras’ y aún cuento con los dedos…

Seguimos siendo iguales y tenemos los mismos derechos pero nuestro país más que dividido ahora está ‘catalogado’… Es más, a la tradicional división administrativa (comunidades, provincias, municipios) ahora se pretenden incorporar ‘las àreas sanitarias’, una unidad más que geográfica salubre, que puede tener su lógica siendo la ‘salud’ el principal objetivo…Son las nuevas coordenadas en las que orientarse en tiempos del covid-19…La verdad, todo es extremadamente complicado y los países se miran mutuamente, de soslayo, por si acaso se iluminan unos a otros a la hora de imponer sus propias medidas, a sabienda, que sean cuales fueren irán acompañadas de polémicas y críticas…

Un peldaño más arriba, en el contexto europeo, las diferencias son aún mayores. Los países nórdicos nos llevan la delantera, como siempre…Son los más ricos y conforman la vanguardia así que presumen de practicar el ‘confinamiento inteligente’ lo que significa que no hace falta restricciones obligatorias porque a la ciudadanía le da para pensar por sí mismos y con cierta lógica que, al parecer traen de ‘serie’, que ante una pandemia lo suyo es recogerse en casa, aislarse y mantener la distancia…!Unos máquinas vamos¡ Tanto frío y no se les hiela la sangre sino que les llega fluida al cerebro… Nosotros, en cambio, somos más mediterráneos, más de estar juntitos, de toquetearnos, de estar en la calle por si se cae el techo que no nos pille…Y traemos de serie ‘otras bondades’ que desarrollamos en el contacto callejero que forja nuestra sabiduría popular y conforma nuestra idiosincrasia, la misma que atrae a esos nórdicos ‘inteligentes de serie’ que se queman como ‘gambones’ bajo un tórrido ‘lorenzo’ en la plenitud del verano… Por eso suele suceder que el verde norte y el azul del sur, como polos opuestos, se atraigan irremediablemente, encontrando cada uno en las diferencias del otro, el anhelado objeto de deseo…

Solo me resta añadir por una vez y para ser justa, que el único que ha demostrado tener cabeza y sentido común ha sido rlel President Torra…Esta vez sí…Claro que también podría ser que fuera demasiado evidente que de pedirlo se lo negaran y entonces, además de sensato ha sido listo…Otro punto para él…

Gracias a Ferran Martín, otro catalán, por poner humor en estos tiempos…

Al ‘liquindoi…’

#HoraDeVencer

Foto: mp_dc

Al ‘linquindoi’, (contracción popular de la expresión inglesa “Look and do it”) que decimos en mi tierra que quiere decir ‘estar al loro’…Atenta, a verlas venir, a la expectativa, a ver qué pasa, qué vendrá ahora, cuál será el siguiente paso…Así voy, viviendo los momentos del día a día entre ratos de optimismo y esperanza atravesados por estados anímicos de nostalgia, preocupación e impotencia…Sin saber exactamente hacia dónde mirar…Sintiendo que me rindo, que me doy por vencida, que cedo, que para tí la ‘perra gorda’, que me planto y aquí me quedo…No quiero que me coman la moral, ni que mermen mi fortaleza y me roben los sueños…Ni ayer ni hoy dedico mi tiempo a las noticias, malas o buenas… Madrugo para llenarme los pulmones del aire que entra directo por la boca, sin mascarilla de por medio mientras escucho atenta los bramidos del mar y me dejo impregnar por ese aroma a salitre que tanto añoraba…

Así que hoy me levanto temprano y voy al único lugar que puedo, aunque un poco ‘destrangis’, apenas por unos pocos metros…

Foto: mp_dc

Perros no…Personas tampoco…Los accesos están cerrados así que no dejo mi huella en la arena fina sino que paseo por el asfalto…Igual que los perros…

Foto: mp_dc

Aún así, los ‘pinguinos’ se echan al agua a buscar olas…Y después de unas cuantas embestidas y chapuzones, parece que comienzan a remontar la cresta, sin temblar, sin dudarlo un instante…El mismo que a mí me hace olvidar que vivimos baja la amenaza del covid…

Foto: mp:dc

Los chiringuitos están cerrados a cal y canto, alguno parece que lo hizo a toda prisa, o eso parece, a juzgar por lo que se ve a través de las cristaleras: desorden, mesas y sillas apiladas sin ton ni son…Parece que aguantaron hasta el último momento… El día está nublado y envuelve la mañana en una atmósfera gris que confunde…

Foto: mp_dc

Parece que el levante calienta motores. Es un viento racheado que a todos nos vuelve un poco locos, nos altera el ánimo y nos predispone a estar irascibles y cansados…Por eso las palmeras van de aquí para allá, se despeinan y descolocan sus ramas… como yo…

Foto: mp_dc

Hora de marcharse me digo…Me detengo en el extremo del paseo y lanzo una mirada panorámica que no puedo captar con el objetivo que llevo…Se incorporan más ‘pingüinos’…Caminan hacia la orilla con buen ánimo, con ganas. Se ve que lo echaban de menos…Y, como la gaviota (la única que vi) camino a paso lento y sin mirar atrás, con una media sonrisa, ligera y feliz…Ahora es hoy…

Foto: mp:dc

La verdad es un ‘valor’ que no tiene ‘precio’…

#HoraDeVencer

La pandemia ha secuestrado al planeta…Así como quien no quiere la cosa nos ha inoculado a todos, incluso a quienes aún no hemos enfermado. El covid-19, un gigante de tamaño microscópico, nos tiene atemorizados y nos ha recluido en nuestras casas hace ya 52 días. Más que nunca echo de menos la ‘normalidad’ a secas…Ir donde me apetezca a cualquier hora. Coger el coche y conducir hasta la playa, apenas a ocho minutos de casa, a la que no puedo ir ahora porque la distancia supera el kilómetro… Ver a mis amigas, planear un viaje para estar con mis hijos o simplemente por placer… Añoro hacer todo aquello que hacía sin cuestionarme si está permitido o en mi franja horaria…

Cuando salgo a hacer la compra percibo con sorpresa la rapidez con que la que nos hemos adaptado y aprendido las nuevas formas de relacionarnos, integrando eso que se ha acordado en llamar el ‘distanciamiento social’: orden en las filas, pausas a la espera de coger un producto determinado… Ni una sola queja, ningún intento de saltarse el turno …A lo que añado el uso, más o menos riguroso, de guantes y ‘mascarillas eso sí, de tipos y modelos muy diversos… En general la ciudadanía está teniendo un comportamiento ejemplar, un espíritu obediente y colaborativo. Está asumiendo la parte de responsabilidad que le corresponde por no mencionar los sacrificios de una mayoría que ha perdido el trabajo, el negocio e incluso las expectativas de futuro. Y así estamos: obedeciendo, asumiendo y aceptando…Mientras, la clase política se supone que debería debatir sobre cómo salvar la economía sin perjudicar la salud: este es el nudo gordiano… Aunque a primera vista más bien parece una confrontación por dejar en evidencia al contrario y por ‘escalar’ el poder… Unos intentan resolver o eso creo y los otros o se oponen a todo por sistema o hacen propuestas imposibles, intencionadamente, a fin de dejarlos en evidencia…

Los ciudadanos nos merecemos mucho más y, desde luego, mejor…Estoy saturada de noticias contradictorias y de las reiteradas alabanzas hacia los sanitarios de los que no conocemos el número real de afectados porque algunas gobiernos no quieren sacarlas a la luz… Es insultante que las Comunidades más ricas y las que menos han invertido en Sanidad, sean las que más dinero reclamen ahora… Me empacha el reconocimiento a los trabajadores esenciales obviando a los inmigrantes, como por ejemplo el colectivo de mujeres cuidadoras, recluidas con mayores a su cargo o a los hombres que malviven en las chabolas de los campos de Lepe … Si no fuera por ellos ¿cómo llegarían a nuestras mesas las fresas que nos comemos? Estoy cansada de oír los cientos de millones de euros pendientes de recibir que, como en el ‘cuento de la lechera’ se gastan antes de que lleguen, que tarde o temprano, de una menero o de otra, pagaremos nosotros… Me siento atiborrada de oír hablar sobre las miles de mascarillas que se reparten para días después enterarme que estaban defectuosas y que se volverán a comprar … Indignada por la actitud prepotente de los políticos tan dispuestos a pregonar los errores de otros, tan obcecados por la soberbia que se consideran imprescindibles, indispensables e irremplazables… Pobres ignorantes… Aún no se han enterado que vivimos en un mundo interdependiente, interconectado, impermanente y vacío de certezas en el que todos somos sustituibles…Tengo una noticia para ellos: el virus nos sobrevivirá a todos, también a ellos…

Sinceramente y desde la humildad: ‘Sólo sé que no se nada’… No solo es que no sepa sino que no voy a saber nunca. Que pasarán años, muchos años, antes de saberse la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el covid-19, tantos que seguro yo no estaré para oírla…Me preocupa qué futuro le depara a mis hijos y a mi nieto ¿qué será de ellos después de la pandemia…? Me asusta el relato que se gesta bajo el encabezado de ‘nueva normalidad’, plagado de nuevos términos tan fríos como insensibles y distantes: rastreadores, paciente cero, repunte, distanciamiento social… Casi todos parecen dirigidos a separarnos, a no reagruparnos, a taparnos la boca para ser atendidos a solas en consultas médicas, peluquerías, librerías… Y poco a poco parece que nos controlarán con nuevas aplicaciones desarrolladas para localizarnos y de paso a nuestros amigos aunque ‘guardando la privacidad’, dicen… lo que no deja de ser paradójico… Temo que acoten nuestra libertad, que vigilen nuestras vidas, que congelen nuestras relaciones y sometan a una criba los gestos amorosos que conforman nuestra cultura emocional…Y todo en aras de nuestra buena ‘salud’…

Y mientras esta idea se repite para que vaya calando, sin hacer demasiado ruido el fútbol poco a poco va tornando a la palestra…Vuelve el ‘panem et circense‘, una buena cortina de humo para entretener a muchos mientras pasa la borrasca… A ellos, a los futbolistas, sí les harán los test antes de volver a entrenar… Muchos dicen: ya era hora…Mientras, una enfermera de la UCI de un hospital de Madrid a la que cada tarde aplaudimos, sale agotada de su turno de trabajo junto a compañeros a los que a estas alturas NO se le ha hecho ningún ‘test’…Este es su testimonio…Tal como están las cosas es la única verdad que, hoy por hoy, yo me creo…La verdad es un valor que no tiene precio…Gracias María por recordármelo…https://play.cadenaser.com/audio/1588660010284/

Borde (Puerta de acceso)

Graciela Pinto rebloguea un poema publicado en agosto de 2011… Una lectura a la que os invito desde mi modesto blog…

A veces las palabras permanecen atemporales, ajenas al paso del tiempo y al espacio porque expresan emociones, deseos o aspiraciones universales…

Que ustedes lo disfruten…

https://puertadeacceso.wordpress.com/2011/08/06/borde/