#YoMeQuedoEnCasa #UnDíaMenos

Día 47… ¿El covid nos robó el mes de abril…? A lo mejor es esto lo que podríamos responder al maestro Sabina si nos lo preguntara ahora…Pero no es así. Casi estuvimos a punto … ‘Casi nos vemos en abril’ como cantaban Los Secretos, pero será en mayo porque abril se nos va…Y lo hace cargado de ausencias, de fiestas sin celebrar, de encuentros aplazados, de discursos de ánimo, de aplausos, de llamadas telefónicas, de conciertos para acompañar y sentirnos acompañados…Treinta días de cifras mortales, de personas ingresadas, de familiares asustados, de incertidumbres, de miedo y de soledades…Y siempre, siempre, contando con el apoyo de un impecable colectivo: el personal sanitario que se ha desvivido para curar el cuerpo y aliviar el alma e insuflar esperanza a quienes más lo han necesitado…Gracias, nunca distéis tanto por tan poco…
Abril también ha sido el mes del silencio colectivo, del cierre y el vacío de las calles…El mes de los empleos perdidos, del acopio de personas que han engrosado las filas del paro…De niños y niñas que se quedaron sin la comida de los comedores escolares…De familias que acudieron por primera vez a los bancos de alimentos e instituciones como Cáritas o Cruz Roja…Personas con las despensas vacías y la cuenta corriente a cero o en rojo… Abril impulsó la crisis hasta su punto más álgido, nos dejó contemplar el paso de sus días con más pena que gloria para acabar prometiéndonos una bocanada de aire y un sol sobre el horizonte al aprobarse una ruta para la desescalada que permitirá paliar el confinamiento…

Afortunadamente compartimos el planeta con otros seres sintientes a los que mantenemos fuera de nuestras expectativas y apartados de nuestras vidas. Para muchos el mundo animal tiene escasa relevancia, a menudo pasa desapercibido y con frecuencia no lo tenemos en cuenta…Los seres humanos constituimos su mayor peligro. Nos hemos apropiado poco a poco de la mayor parte de sus espacios naturales obligándolos a retroceder hasta quedar apartados, confinados, constreñidos… Y ahora que hemos abandonado las ciudades, despejados los cielos de aviones, los mares de barcos, las carreteras de coches y con las calles libres del bullicio cotidiano, ellos han protagonizado tímidas incursiones, quien sabe, si con el fin de ‘recolonizar’ diversos puntos del planeta… Aquí en España se han observado ‘razias’ de pavos reales deambulando por el Retiro en Madrid; cabras sueltas en Chinchilla (Albacete); jabalíes en Barcelona… Algún zorro en Vigo e incluso un oso en Cangas de Narcea, Asturias…Urracas, mirlos, golondrinas, palomas, gaviotas sobrevolando grandes áreas urbanas…Delfines en Baleares y en Castro Urdiales, Cantabria y hasta ballenas en las costas almerienses…La naturaleza ‘reconquista’ las ciudades vacías por el coronavirus…
Y si bien es cierto que abril ha sido un mes super intenso, mayo se asoma entre abriéndonos la puerta -apenas una rendija- para dejarnos ver más allá de las ventanas y balcones…Cuando salga de casa a pasear tendré en mi haber 50 días de confinamiento, de soledad, de compañías virtuales, de lecturas, de escrituras en este blog que me han devuelto a cambio sinergias interesantes…50 días ganados para concluir temas pendientes, madurar ideas, concebir nuevos proyectos, reconectar con personas lejanas y retomar hábitos sanos…Y, en otro orden de cosas, también me han ayudado a descubrir algunos recovecos de ese otro espacio al que tan poca atención prestamos: el interior… En este plano, disponer de tiempo me ha servido para revisar el alma, aliviar viejas heridas, reordenar emociones, limpiar algunas telarañas ocultas en los rincones, mirar la cara de algún que otro fantasma, eliminar temores, reconocer y afrontar ciertos apegos…
En fin, un balance en claroscuro pues Abril ha resultado para mí tan escabroso como enriquecedor… Más de dentro de que fuera, más de dar que recibir, de sembrar que recoger, de ser que de estar… Y mañana será mayo… La aventura continúa…



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